"El destino es la fuerza sobrenatural que actúa sobre los seres humanos y los sucesos que éstos enfrentan a lo largo de su vida. El destino sería una sucesión inevitable de acontecimientos de la que ninguna persona puede escapar". Esta sería una definición superficial de lo que es el destino, sin embargo cada persona tiene una definición distinta y esta notoriamente no es la mía;

Atte: Hermione Granger.

Hace un año.

Hermione Granger empezaba a cursar su 6to año en Hogwarts el Colegio de Magia y Hechicería, ubicado en Escocia, Reino Unido. Estaba sentada en uno de los vagones del Anden 9 3/4, su espalda se encontraba recta pegada al respaldar del mueble, leía un libro muggle que le había quitado el sueño en toda las vacaciones, un regalo que le había hecho su enamorado por su aniversario, ya eran 2 años de noviazgo.

Leia entretenidamente "El símbolo perdido" de Dan Brown. Sus ojos expresaban asombro y curiosidad cada vez que pasaba una página, no se había percatado que unos ojos grises tenían un buen rato observándola, recostado en el marco de la puerta del vagón y con la manos metidas en los bolsillos.

Es hermosa – pensó. Con su uniforme dorado y rojo, su falda un poco más arriba de las rodillas – sonrió – si no fuera por él usaría todavía la falda a unos 5 dedos por debajo de la rodilla, su blusa blanca abotonada hasta el cuello, del cual salía un nudo perfectamente de la corbata. Subió hasta su rostro, tenía la pollina de lado y su cabello ondulado castaño con reflejos dorados, caía por sus hombros. No podía ver sus pequeñas pecas que se encontraban al principio de su nariz, pero sabía que ahí estaban, conocía perfectamente sus rasgos y su cuerpo.

Ella mordía su labio inferior, sus ojos parecían sobresalir y él sonrió, simplemente era imposible que existiera la perfección en una persona, sin embargo, estaba ahí frente a él y lo mejor era que le pertenecía.

- Que interesante se ve ese libro – dijo el rubio mientras caminaba hacia ella. Con una voz ronca y profunda. Ella se sobresaltó y le sonrió, dejo el libro a un lado.

- Es mucho más interesante la persona que me lo regalo – le dijo coquetamente mientras se levantaba y rodeaba con sus brazos el cuello del rubio. El la miro y la beso, era un beso tierno y profundo, la extrañaba, no pudo visitarla en las vacaciones, sin embargo, no dejo de estar pendiente de ella. La tomo por la cintura y la pego hacia él, sintió como el cuerpo de su novia temblaba, le excitaba esa reacción, siempre era así, la hacía temblar con el solo contacto. Gimió al sentir la lengua de la traviesa castaña entrar a su boca y unirse con la de él. Era el beso apasionado que se daban dos personas cuando se deseaban y extrañaban.

- Busquen un hotel – dijo el pelirojo divertido mientras entraba al vagón. Hermione se sonrojo y se separó del rubio, él sonrió con fastidio y le dio un abrazo a Ron Weasly, su amigo desde hace 6 años.

- A ti no te voy a saludar, ya te he visto mucho en las vacaciones – dijo el pelirojo mientras señalaba a Hermione.

Ella voltio los ojos y se sentó al lado del Slytherin. Lo detallo en menos de un minuto, tenía la camisa blanca arremangada, con dos botones abiertos que dejaban al descubierto su piel de porcelana, la corbata la tenia de adorno, abierta a los lados de su cuello y la camisa fuera del pantalón. Su cabello rubio estaba perfectamente peinado. Su perfil era el de un Dios griego, y simplemente se quedó embelesada viéndolo mientras él hablaba con su amigo. No podía creer que fuera de ella, que uno de los hombres más deseados de Hogwarts fuera su novio y que él la amara tanto como ella lo hacía.

- Señor Harry Potter – Dijo el rubio burlonamente mientras el ojinegro entraba al vagón – Como le fue en la luna de miel adelantada – Hermione lo golpeo con el codo – Auch! – dijo el rubio.

Ron se puso del color de su cabello, después de tanto tiempo, aun no se acostumbraba que Harry saliera con su hermanita y que en estas vacaciones se habían ido a un Tour a Europa.

Harry sonrió y le dio un abrazo a Ron, seguidamente le dio unos golpes falsos al Slytherin para luego pararse al frente de su mejor amiga, ella lo miro sonriente, se levantó velozmente y lo abrazo fuertemente, él la tomo por la cintura, la cargo y le dio un beso en la mejilla.

- Te extrañe – dijo el ojiverde mientras se separaba de su amiga.

- Y yo a ti – dijo sentándose al lado de su novio – estas vacaciones fueron las peores, no estuvimos juntos - dijo triste señalando a Malfoy y a Harry

- Gracias Hermione – dijo sarcásticamente el pelirojo – No te vuelvo a invitar a pasar las vacaciones con los Weasly

- Oh no! No me refería a eso – dijo apenada – Quería que estuviéramos todos – y entrelazo su mano con la de Malfoy.

- Potter fue el único que disfruto – dijo Draco mientras sonreía de lado.

- Basta! Me voy – Ron se paro y camino hacia la salida – Se que hablaran de obscenidades y no quiero escucharlas

- Di la verdad Weasly, que vas a encerrarte en un vagón con Lovegood – Malfoy podría pasar todo la vida haciendo ese tipo de comentarios, le divertía.

- Como si tú ya no lo hubieras hecho – Y puso sus dedos acusador señalando a la pareja, dio la media vuelta y salió.

Hermione se paro y le dio un beso fugaz al rubio, despeluco el cabello de su amigo y salió diciendo que iría a ver a Ginny. Quería dejarlos a solas, iban a empezar a hablar de cosas que ella no quería escuchar, al menos de la boca del ojiverde.

- Escúpelo Potter – Dijo Malfoy mientras colocaba sus largos dedos en forma de triángulo ansioso

Harry suspiro sabía que tenía que contarle sus aventuras por Europa a Draco.

Eran amigos desde que cursaban el 1er año, junto a Ron y Hermione había crecido una gran amistad de hermandad. Draco a pesar de haber quedado en Slytherin no se separo de sus amigos. En su casa le tenían mucho respeto por ser el hijo de Lucius Malfoy, uno de los pocos magos que quedaban de sangre pura, y también muy respetado por ser uno de los mejores estudiantes. Cuando cursaban el 4to año decidió declarársele a su mejor amiga, se enamoró de ella desde la primera vez que la vio. Y aunque fue difícil aceptar a Hermione Granger como parte de la familia, era invitada a pasar navidades en la Mansión Malfoy y Draco pasaba algunas vacaciones en casa de los Granger, donde aprendió a entender y tener respeto por los muggles.

- Fue genial – dijo mientras sonreía y veía el paisaje – Ginny es una mujer excepcional y pudimos pasar mucho tiempo a solas – añadió de forma picara.

- Lo sabía! eso de que Bill estaría pendiente de ustedes, no me lo creí – dijo mientras se echaba hacia atrás para a recostarse – ¿y pusiste en práctica lo que te dije? – pregunto mientras subía la ceja

- Nunca la había escuchado gemir tanto – añadió Potter divertido

Ambos rieron y siguieron hablando del viaje

- Hermione! – Exclamo la peliroja mientras la abrazaba

- Te veo muy fresca y feliz – dijo la castaña sonriendo

- No sabes todo lo que disfrute en este viaje, Harry definitivamente es el amor de mi vida – suspiro – No sabes, me hizo gozar como nunca – dijo mientras recordaba las veces que estuvo con el ojiverde.

- Ginny tu no cambias – dijo Hermione avergonzada

- Es que Harry está bien dotado y cuando se lo propone sabe cómo usarlo – Dijo mientras pasaba la lengua por sus labios.

- Basta! Será difícil verlo a la cara y no pensar en tus palabras – Decía Hermione con reproche. Ginny rio, Hermione a pesar de que estaba con Malfoy el hombre más obsceno y que no tenía tabú para hablar del sexo, ella aun no se acostumbraba. Aunque su actitud era solo cuando estaban frente sus amigos, porque cuando estaba a solas con el rubio era una persona diferente, dejaba escapar su faceta de amante.

- Escucha lo que te voy a decir – La peliroja la señalo, mientras en su mirada reflejaba maldad – Potter no se mueve como baila, ni mil años luz – La castaña abrió los ojos escandalosamente – Y cuando estas de espalda tienes que agarrarte porque lo que viene es duro – termino mientras miraba la cara de la castaña, estaba roja.

- Ginny, fue un placer verte, nos vemos en el castillo – salió prácticamente corriendo del vagón y puedo escuchar la risa de la peliroja.

La castaña caminaba por los pasillos del tren para ir de nuevo al compartimiento cuando escucho hablar a unas estudiantes de la casa de Ravenclaw.

– Las cosas están peor en el Ministerio de Magia – dijo la morena con voz temblorosa – Mi papá está en el departamento de Seguridad Mágica, y estas vacaciones no paro en la casa y cuando estaba parecía estar muy preocupado

– El profeta no ha querido soltar nada – dijo la rubia – Según mis fuentes, los tienen amenazados, no quieren que nos enteremos de la verdad

- ¿Cuál es la verdad? – pregunto la morena dudosa

- Que se viene una dictadura

Hermione siguió caminando, recordó que en sus vacaciones en la Madriguera el Señor Weasly tampoco estuvo mucho tiempo en casa y se veía preocupado, las cosas no estaban bien desde hace unos meses, pero ella no le había prestado la atención que merecia.

- …. Las cosas están así de feas Potter – Termino Malfoy

- Por eso no pasaste las vacaciones con Hermione – dijo pensativo – Me hubieras dicho y me quedo, esto es importante Malfoy.

- No, yo lo tengo controlado, me encargue junto con Zabini de recoger toda la información posible. Quiero mantener a Hermione lo mas lejos posible de esto. Ella puede ser un blanco fácil.

- Sabes que se va a enterar y querrá participar, no podrás negarte – dijo el ojiverde serio

- Lo sé, solo quiero tiempo, solo eso – Dijo Malfoy mientras se levantaba – Llegamos.

Los cuatro entraron al Castillo y se dirigían al Gran Comedor, al llegar, Draco agarro a Hermione por la cintura y le dio un beso en los labios, ella sonrio y lo abrazo. El aprovecho y le susurro al odio - Hoy nos vemos -

- Te espero con ansias – Y se alejó, sentándose junto a Ron en la mesa de los Gryffindor.

En el Gran comedor todas las casas estaban animadas hablando de todo un poco, Hermione de vez en cuando miraba a la mesa de las serpientes y veía como su novio hablaba con Zabini, el rubio sentía esa mirada poderosa encima de él y volteaba a verla mientras sonreía de forma picara. Hermione se concentró en detallar la mesa de su casa, vio que faltaban dos chicos de su curso y se le hizo extraño, desde primero cursaban juntos.

Albus Dumblendore se levantó y todos hicieron silencio

– Otro año llego y con él un sinfín de desafíos que como siempre, el destino nos pone en el camino para saber con cuanta agilidad y certeza somos capaz de superarlos. Este año a diferencia de otros, quiero que tomen en cuenta lo siguiente; ustedes los jóvenes estudiantes, son la promesa del futuro, nuestro objetivo es prepararlos para ser personas de bien y que sepan elegir cual es el camino correcto, ustedes tienen en sus manos un poder incontrolable, así que van a querer meterles miedo y van a oprimirlos, pero nunca dejen de luchar por sus ideales, porque siempre abra un mañana después de la oscuridad. Que este año sea bueno para todos, disfruten del banquete.

En la sala nadie aplaudió, las palabras de Dumblendore, eran algo perturbadoras para los ojos de aquellas personas que no podían entender con exactitud a lo que se refería. Sin embargo Potter y Malfoy intercambiaron miradas, ellos sabían perfectamente a lo que se refería.

Hermione vio el intercambio de miradas y frunció el ceño, las palabras de Dumblendore siempre eran sabias y ese año, era el primero que ella no podía entender que quería decir con todo eso, sin embargo, se quedaron plasmada en su memoria.

Todos se dirigieron a sus salas comunes, la castaña algo agotada por todo el viaje, se tiro en uno de los muebles, Harry la acompaño y le paso el brazo por los hombros.

– ¿Dumblendore a que se habrá referido con todo eso? – pregunto en tono bajo y pensativo.

El ojiverde hizo como si no escucho y le dio un beso en la frente

– Mañana empieza la rutina – dijo con voz clara, ignorando el comentario de su amiga.

– Espero que prestes atención a las clases y no a la falda de tu novia – le dijo con tono amenazador – Este año no tendré tiempo para sacarlos de apuro

– Mira quien habla, quien no deja de verle el cierre a Malfoy – dijo el ojiverde tapándose la cara esperando el golpe de la castaña

Ella lo miro desafiante y lo empujo

– Así que no te acuestes tarde – dijo el ojiverde divertido

– Basta Harry! Deja de meterte conmigo – dijo Hermione con voz inocente.

El pelirojo entro y se sentó al otro lado de Hermione – Si Harry basta! No te metas con Santa Granger – dijo en tono burlon – Esta es peor que Ginny y Luna juntas.

Ambos rieron y Hermione lo miro ofendida, le dio un lepe a cada uno y subió a su habitación. Escucho a lo lejos decir al ojiverede "coloca un hechizo silenciador". Ella rio mientras subia las escaleras, llego a la puerta y la miro por unos instante "Prefecta Hermione Granger" era la mejor parte de ser prefecta, tenía un cuarto para ella sola. Aunque no dormía sola.

El año pasado no había sido prefecta pero Malfoy si, y sabia las ventajas de tener un cuarto a solas, antes tenían que verse a escondidas en la torre de astronomía o en algún salón, sin embargo, el año pasado tenía la comodidad del cuarto del prefecto.

Se metió a bañar, se fue quitando cada prenda y la dejo tirada en el piso, abrió la regadera y el agua estaba tibia, dejo que las gotas cayeran sobre su cara, se mordía el labio, tenía tiempo sin estar a solas con el rubio y como lo deseaba, paso el jabón por su cuerpo y se estremeció pensando que en pocos minutos seria él quien la acariciara. Cerro la llave del agua y agarro una toalla, se secó y salió del baño, sonrió al ver una rosa en el medio de la cama. La agarro y la llevo hasta su nariz, pudo aspirar su aroma sutil se mordió el labio inferior cuando sintió las manos del Slytherin abrazando su cintura.

No sabes cuánto te extrañe – dijo el rubio con la voz profunda, le agarro el cabello mojado y se lo hecho a un lado, sonrió al ver su cuello, iba a devorarlo, lo beso sutilmente y sintió como su novia se estremecía, le mordió el cuello y ella gimió. La volteo y la pego a su cuerpo, ella pudo sentir la erección de su chico, le sonrió y lo beso, metió su lengua seductora a la boca del ojigris, lentamente le fue desabrochando los botones de la camisa hasta dejar ver su piel blanca, tan blanca como la nieve, puso las manos sobre su pecho y lentamente subió hasta el cuello donde Malfoy intensifico el beso y ella le enterró los dedos en la nuca, él soltó un gemido. Ella habilidosamente le quito la correa y le desabrocho el pantalón, al caer, puedo ver su enorme erección, lo miro y se mordió el labio, con una mano le agarro el cuello y con otra le toco el pene. El Slytherin la pego aún más hacia él y le soltó la toalla, la quedo mirando por segundos, su cuerpo era simplemente perfecto o al menos para él lo era. No tenía mucha cintura pero tenía piernas esbeltas, unos pechos que con sus manos podría cubrir completamente y un abdomen no tan plano pero eso no era de importancia, le dio la vuelta y pudo ver lo que más adoraba de ella, su trasero, como lo amaba, le dio una nalgada y ella soltó una risita, lo agarro por el brazo y lo tiro a la cama le paso a lengua por el pecho bajando hasta su vientre, él la miraba sin mover un solo musculo, llego hasta su miembro y le paso la lengua, el gimió, con una mano lo agarro y con la otra se lo metía lentamente a la boca, el rubio cerraba los ojos de placer, ella empezó a sacarlo y a meterlo rápidamente de la boca mientras él la agarraba por el cabello, ella se excitaba mientras lo veía así, era débil a sus encantos. La hizo parar y se puso encima de ella, paso la lengua por su cuello y llego a sus pechos, la mirada le ardía de deseo, con la lengua atrapo a uno de sus pezones y lo mordisqueo, mientras que con la otra mano apretaba su otro seno, la castaña se retorcía de placer, cerraba los ojos y se dejaba llevar por cada caricia, el subió a sus labios y los beso, ella abrió las piernas automáticamente suplicándole que entrara, el echo sus caderas hacia adelante al entrar noto como estaba de húmeda y eso hizo que se excitara aún más, con un suave movimiento entraba y salía, escuchando los gemidos de su novia, la miraba, su rostro era de placer puro, se paró unos segundos, si seguía dándole iba a terminar y no podía hacerlo, respiro y ella le daba golpes en la espalda para que siguiera, el empezó a dar movimientos circulares y ella abrió los ojos, eso era nuevo y le encantaba, era el ritmo, la forma en que lo hacía, cuando apenas empezaba a asimilar esa sensación el rubio la penetro con fuerza y ella simplemente tembló, las piernas dejaron de ser de ella y brincaban sin ella hacer ningún movimiento, su garganta se secó y sus uñas estaban clavadas en la espalda del Slytherin, él supo que había llegado y era momento de hacerlo también, soltó un gemido ronco cuando acabo dentro y su cuerpo cayó encima de ella, sintió como su liquido corría por dentro,

Te Amo – le dijo el ojigris en un susurro.

Te Amo más – le respondió la castaña casi sin poder hablar.