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"No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento"
Recuerdo haber escuchado esas palabras alguna vez. Pero se, que fueron simples frases solamente, pues no encontraba algún significado en mi vida. "No te rindas" No tengo por que seguir. "Aún hay fuego en tu alma" Lo dudo. "Aún hay vida en tus sueños" No hay sueños que valgan la pena. "Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo" Los deseos son imposibles. "Porque cada día es un comienzo" O un final. "Porque esta es la hora y el momento." Sin saber que te depara.. Tal vez la desesperanza y desgracia. No voy a arriesgarme.
Rasque mi nuca nervioso. Mire el reloj colgado a la pared. 7:24 P.M. Había estado justo en el mismo lugar casi dos horas. Me levante impaciente. Desde que llegué mis padres se adentraron en el consultorio del Doctor y no había alguna señal de que saldrían pronto. ¿Tanto era de lo que tenían que hablar? Los adultos aveces eran muy raros, entre ellos mis padres. Comencé a trazar con mi dedos letras en mis brazos. Desde pequeño tenía es rareza. Cuando estaba nervioso, confundido o aburrido delineaba letras en mis brazos y en veces en mi cara o estómago. Nunca entendí el porque.
Escuche el chirrido de una puerta abrirse, observe a mis padres despedirse y salir del consultorio. Sople aliviado. Me miraron mientras mi madre corría hacía acá con esos grandes tacones. No entiendo el porque las mujeres usaban tacones altos. ¿Para ser más temerarias? Si yo fuera mujer no los usaría, una paso en falso y me jodí. Los delgados brazos de mi madre me rodearon en un cálido abrazo, devolví el gesto. Era algo vergonzoso, todas las personas cerca nos miraban con ternura. Pero sabía que si me negaba mi madre no me dejaría en paz. Aún que no lo e dicho alguna vez, cada vez que siento los calurosos brazos de mi madre vuelvo a ser un pequeño niño que solo quiere ser protegido. Mi madre sonríe y besa mi mejilla tomando distancia entre los dos. Mi padre camina tranquilamente sonriendo con entusiasmo. Palmea lentamente mi hombro en silencio mirando a su hermosa esposa, mi madre.
-Bueno.. ¿Qué dicen si vamos por unas deliciosas hamburguesas a un gran restauran que me recomendó un amigo ?- Menciona mi padre colocando su brazo en la cintura de mi madre, quien lo abrazaba. Sonreí nervioso.
-A mi me parece perfecto, ¿tu qué dices hijo?- Mire a mi madre. Negué pausadamente mirando hacía bajo.
-No tengo apetito.. Pero no me gustaría arruinar sus planes, mejor déjenme en casa y ustedes diviértanse- Al principio mis padres se negaron, temían que mientras ellos estaban fuera yo tuviera algún problema con mi tumor. Pero al final terminaron aceptando. Me recosté en el edredón sacando el móvil de mi bolsillo. "Faded" comenzó a escucharse por toda la habitación, mientras recargaba mi cabeza en el almohadón cerrando los ojos.
El toque de la puerta me hizo volver a la realidad, abriendo mis ojos cegado por la luz de la bombilla. Mi madre entro con una sonrisa como siempre, pero sabía que era falsa. Mis padres siempre fueron dignos de respetar. A pesar de todas las desgracias que han pasado-Yo entre ellas-, siguen con una sonrisa en sus rostros. Desde ese día, ese gesto tan alegre dejo de ser verdadero en ellos. Ahora solo lo hacían para mantener esperanzado a su hijo, a mí. Suspire profundamente soltando todo el aire en mis pulmones, poniendo pausa a la melodía.
-Natsu, ¿seguro que estarás bien mientras no estamos? Si tu nos lo dices nosotros nos quedaremos con...-
-No mamá. Siempre están al pendiente de mi , ya no tienen tiempo para ustedes como pareja. Me siento mal por ustedes por ser una carga. No merecían tener un hijo que tiene..-
-Natsu, ¿te das cuenta de lo que dices? Tu no eres una carga para nosotros, eres el mejor hijo de podríamos haber tenido. Tu padre y yo estamos orgullosos de ti Natsu- Lágrimas empezaron a fluir de los ojos de mi madre. La mire con preocupación, mi intención no era hacerla llorar. Carajo. Ahora me siento el peor hijo del mundo.
-Mamá.. Lo siento, no era mi intención hacerte sentir mal, solo...- Acarició mi mejilla con delicadeza.
-No, perdóname a mi por actuar de esa manera- ¿Porqué dice eso? YO fui quien la hizo llorar, ¿porqué pide disculpas?.- ¿Pero estas seguro?-
-Si, estaré bien. Te lo prometo.- Asegure mirando tranquilamente a mi madre.
-Esta bien. Pero si te sientes mal o pasa algo, llámanos-
-Seguro- Me despedí mientras cerraba la puerta tras de ella. Dando comienzo de nuevo a la música.
Me apresure al cuarto de baño mientras tapaba mi boca con las manos. Mi cabeza daba vueltas dolorosamente mientras mi estómago rogaba por devolver los alimentos. Abrí la puerta sin delicadeza alguna. Me incline cerca de la tapa del inodoro sosteniendo todo mi peso con las manos. Devolviendo el almuerzo. Me levante débilmente sosteniéndome del lavabo, abrí el grifo llenando mis manos de líquido mojando mi rostro. Gotas caían de las puntas de mi cabello mientras miraba el reflejo de mi rostro. Unas ojeras enormes , piel pálida, cabello revuelto mezclado con humedad y rostro delgado. Soy horrible, ahora se porque nunca tuve novia y menos amigos. Sonreí con amargura. Después de todo moriré solo. Regrese a mi habitación con desgane tumbando mi cuerpo en la cama. No me importaba en que posición estaba, solo cerré los ojos y desde no despertar.
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Reeditaré todas mis historias de FanFiction, por el momento cada uno de ellas se encuentra en edición, pero por decisión propia no tocaré los capítulos de esta historia, por lo que se mantendrán intactos, pero las nuevas actualizaciones tendrán una diferencia a los antiguos.
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