1. Una persona especial.
Vegeta, era un subinspector junto con Piccolo y Goku, que este era el inspector. Trabajan en la comisaria de Ox Satan, el suegro de Goku, ya que está casado con su hija ChiChi y tienen un hijo que se llama Son Gohan. Vegeta no esta casado pero esta con una mujer llamada Gina y Piccolo... pasaba del asunto de los romances. Luego había otros policias pero no de tanta importancia como los otros tres. Se trataba de C.18, que era mujer de uno de su grupo, que se llamaba Krilin. Luego estaba Yamcha, que era uno de los policias mas jovenes y se le distinigía por su pasión hacia las mujeres. El otro se llamaba Ten Shin Han, aunque lo llamaban Ten y vivía con una mujer llamada Lunch.
Como en una comisaría siempre hay dos cosas, un laboratorio, y la mano derecha del comisario, que se trataba de nada más y nada menos que de Broly, agente de la Policia Nacional. Y en el laboratorio de ciencias se encontraba trabajando el Dr. Brief, que estaba casado y tenia una hermosa hija de 16 años que se llamaba Bulma.
Una mañana, Vegeta fue a desayunar a Capsule Corp. porque mantenia una gran amistad con el Dr. Brief y a su hija la quería como a una hermana, aunque ella... no tanto que digamos, su amor hacia el subia a más que familiar. En la cocina se encontraban el Dr. Briefs junto con su invitado y la Sra. Brief que estaba cocinando, esa era la única mujer que no soportaba... era muy rara. Derepente se oyó el crujir de las escaleras y apareció por la cocina una hermosa peliazul, blanca como una muñeca y con los ojos del mismo color que el cielo. Vestia con el uniforme de la escuela, una falda de cuadros roja y negra, la camisa blanca y una chaqueta del mismo color rojizo.
-¡Hola mamá!¡Hola papá! Hola...-Bulma miró al hombre sentado-Ve... Vegeta.
-Hola Bulma-Vegeta se levantó y se dirigió a ella para darle dos besos como gesto de saludo.
-¿Qué haces aquí?-miraba al hombre ruborizada.
-Lo invité a desayunar-contestó su padre.
-¿Te molesto?-preguntó Vegeta alzando una ceja.
-No... para nada, es que no sabía que ibas a venir... y solo-la peliazul miró en la cocina para comprovar que lo que decía era cierto.
-Si te refieres a Gina tenía mucho trabajo-la contestó volviendo a sentarse.
-¿Vas a venir para comer?-Bulma se sentó a su lado.
-Si me invitas-respondió.
-¿Cómo que si te invito? ¡Te recuerdo que el que trabaja eres tú!-infló los mofletes.
-Hablando de eso hija... no pude arreglar tu coche todavía-dijo su el Dr. Brief.
-¿Qué? Pero papá... ¿cómo voy a ir al instituto si no tengo coche? ¡Te recuerdo que si voy andando llegaré muy tarde!
-No te preocupes, te llevo yo-contestó Vegeta-está muy cerca de la comisaría.
-¿ENSERIO?-se vio los ojos brillantes de la peliazul-¿y cuándo salga me pasas a buscar?-puso una cara de niña buena.
-Claro ¿y qué más?-reía el hombre al ver su rostro-me pasas a buscar tú a mí y nos vamos a comer si quieres.
-Mmm... ¿y quién paga la comida?
-Entre los dos, si no eres pobre claro-se formó una sonrisa en su cara.
-¡Está bien! Te pasaré a buscar-Bulma se levantó y agarró del brazo a Vegeta para levantarlo -vámonos, que si no llegaré tarde.
-Vale-contestó y se despidió de la familia.
-¡Adiós papi! ¡adiós mami!-gritó saliendo de la cocina detrás de Vegeta.
-Se olvidó llevarse el bollo para el recreo-dijo la sñr. Brief un poco apenada.
-Querida, ¿no crees que Bulma se interesa mucho por Vegeta?-preguntaba el dr. Brief a su mujer que estaba a punto de llorar.
-Es normal, Vegeta es un hombre muy apuesto-contestó quitándose las lágrimas.
Con este comentario al Dr. Brief le cayó una gota por la frente.
Fuera de la casa, Vegeta sacó de una cápsula su coche. Era un descapotable de color rojo.
-¡Guau!-miró el coche impresionada-¿te cambiaste de coche?
-No, solo me compré uno nuevo-contestó Vegeta abriendo la puerta del copiloto-el mío se lo regalé a Gina, que le gustaba. Entra.
-Ah...-entró un poco enfadada cuando Vegeta dijo esa frase.
-Ponte el cinturón-dijo Vegeta mientras se sentaba.
La peliazul hizo caso de lo que dijo. El camino hacia el instituto de Bulma fue muy silencioso, y muy incómodo. Vegeta lo vio raro, porque Bulma no era una de las mujeres que se callan, y menos cuando estaba con él. Gina se ponía celosa y decía que estaba enamorada de Vegeta, pero él siempre la defendía diciendo que a Bulma la conocía desde que era una niña, y se trataba de confianza, no de amor.
-¿Te pasa algo, Bulma?-preguntó sin quitar la vista a la carretera.
-No... ¿por qué?-contestó la peliazul en un tono serio.
-Porque estás muy callada para ser tú.
-Vegeta...-miró Bulma al hombre de al lado-¿cuánto tiempo llevas con Gina?
-No sé... ¿cinco años?-decía inseguro-¿a qué viene la pregunta?
-Por hablar de algo... bueno, y de qué si pensabas casarte o tener hijos con ella.
-Eso es lo que Gina quiere-contestó a la peliazul-pero no estoy preparado aun para nada de eso.
-¿De verdad?-se notó la felicidad en el rostro de Bulma.
-Nunca me dijiste por qué te caía tan mal Gina-frenó en un semáforo y miró la cara de Bulma.
-Gina no me cae mal solo que... no somos iguales y no hablamos mucho-justificó.
-Si supieras los celos que te tiene-empezó Vegeta a reirse.
-¿Celos? ¿De mí?-alzó una ceja Bulma sin entender-pero... ¿por qué?
-Porque cree que la confianza que tienes conmigo es porque estas enamorada-sonrió de medio lado-por cierto, ¿Yamcha te sigue acosando?
-¿Yamcha? Ese chico es tonto-la peliazul se cruzó de brazos.
-Menos mal que no soy el único que lo piensa-volvió a conducir cuando el semáforo se puso en verde.
-¿Tú me defenderás de él, Vegeta?-apoyó su cabeza en el hombro del conductor.
-Claro-sonrió y luego frenó otra vez-hemos llegado.
-Gracias-Bulma se desabrochó el cinturón.
-No olvides que me tienes que pasar a buscar para comer-miró como la chica se iba a marchar.
-Claro que no-se acercó antes de salir del coche a la cara de Vegeta y le dio un beso en la mejilla-hasta luego.
Vegeta arrancó en dirección a la comisaría cuando vio a Bulma entrando en el edificio.
