Kentin se sentía extraño, no era de esperar que quizás ella lo odiaría e estas alturas, después de todo la había abandonado sin más.

Llamo a su puerta, quizás ni siquiera tenía derecho de estar ahí. Escucho como se acercaban a la puerta y su pulso se le acelerar. Realmente estaba nervioso, quizás ella le cerraría la puerta antes de poder hablar. La puerta se abrió, revelando a una adormilada Sucrete. Era tan hermosa como antes de dejarla.

Kentin esperaba recibir un portazo, quizás un grito de furia o al menos una bofetada, amos comenzaron una pequeña sonrisa pero la chica también tenía lagrimas gruesas, aquellas que llegan con el dolor más intenso o con la emoción más profunda.

"Adelante" la chica murmuro con voz rota. El chico dio un paso, luego otro y otro, fue cuando se dio cuenta que aquella casa no había cambiado tanto, solo el hecho que ahora Sucrette vivía sola, cuando se disponía a decir algo los brazos de la chica lo sorprendieron en un abrazo, Sucrette aun tenia lágrimas, Kentin trataba de tranquilizar a la chica pero incluso él se dio el placer de derramar algunas lágrimas por ella.

Kentin se preguntó ¿cuantas lagrimas habrá llorado por mí?, ¿cómo pude pensar solo en mí y no en ella cuando me fui?, ambos siguieron abrazados, el chico tomo en mentón de Sucrette solo para mirar aquellos ojos de color azul, había extrañado tanto aquellos ojos llenos de sueños y de planes junto a él.

" Te he echado tanto de menos, creí que ..." Sucrette no quiso decir más, pensar que había perdido al chico que tanto amaba le rompía el corazón.

" Yo también te extrañaba, pero fuiste uno de los motivos por el cual fui fuerte, pensé en ti cada noche y en el momento de regresar contigo"

" ¿Entonces todo ha terminado?"

Él suspiro.

"Mi padre ha entendido que ahora yo soy el que quiere proteger a alguien como el lo hace por su nación y por su familia"

Sucrette sabia los riesgos que implicaban ser un militar, el padre de Kentin se lo había llevado en dos ocasiones de su lado, pero no quiso pensar mucho en la segunda vez.

" Ahora estaré contigo y prometo no dejarte más"

"Entonces, quédate conmigo esta noche" respondió ella tomando al chico por sorpresa, esta sería la primera vez que dormirían juntos en mucho tiempo.

Ambos comenzaron un beso lleno de pasión un beso de muchos en esa noche, ahora ambos sabían que estarían juntos y no había ninguna necesidad de irse de nuevo sin la compañía del ser amado.