"De mí, para ti"

Sakura suspiró cuando lo vio acercarse con un ramo de rosas, durante su adolescencia le obsequiaba rosas, ahora que estaban casados eran ramos de hermosas rosas acompañadas de cumplidos.

La boda de Charasuke y Sakura había sido de gran impresión, más para la de orbes jade, se había dado cuenta que Menma no la vería más que una compañera de equipo, y cuando rescató a Hinata de las manos de Toneri, confesó sus sentimientos a la chica de carácter aterrador, admitía con dolor que eran una gran pareja, mientras Charasuke siguió tratando de enamorarla, hasta que lo consiguió.

Sakura sabía que al menos, todos merecían una oportunidad y se arrepentía de haber sido tan grosera con él.

Charasuke pasó su mano por su azabache cabello y con un guiño de ojo le entregó a Sakura el ramo de rosas brillantes.

— ¡Ah Sakura-chan, estás más hermosa que nunca mi gatita! Toma estás rosas, son de mí para ti — nuevamente guiñó su ojo y la abrazó, frotando su mejilla contra la de ella, aún le parecía un sueño estar casado con la mujer que tanto le gustaba y que por ella había dejado de ser el playboy de Konoha para obtener su atención.

—Charasaku estás asfixiándome — replicó Sakura, a pesar de estar casados durante más de doce años, aún no se acostumbraba a la atención, las rosas, los cariño y a él. Pero esa era la razón por la que cada día sentía que se enamoraba más.

— Tan quejosa como siempre mamá — dijo entre risas Sarada, veía su reflejo en un espejo de mano, dio un guiño y un beso al reflejo ¡se veía hermosa con su nueva diadema blanca después de todo! Cerró el espejo y se acercó a sus padres.

— Mamá, papá ya vengo.

— ¿A dónde vas Sarada-chan? — indagó su padre con curiosidad al ver a su hija tan arreglada.

— Mi cita está esperándome, no quiero llegar tarde ¡es demasiado apuesto como para dejarlo esperando tanto! — respondió mientras tomaba una rosa del ramo que sostenía Sakura, la olió y sus mejillas de tornaron de carmín — ¡le llevaré esta rosa!

Charasuke abrió un poco la boca, no... ¿su niña iba a salir con alguien?

— ¡E-espera Sarada-chan! ¡No puedes usar los secretos de papá para ligar! ¡todavía eres una niña! Mi niña para ser exactos — exclamó Charasuke al borde de las lágrimas y la depresión, Sarada ignoró olímpicamente las palabras de su padre y tras un par de besos en la mejilla a su mamá salió de la casa.

— ¿Pero de qué hablas? A esa edad ya tenías tres novias — dijo Sakura con una gota dibujada detrás de su cabeza.

— ¡Pero Sarada es mi bebé! — replicó, y se lanzó a abrazar a su esposa para lloriquear en su hombro — y lo de las tres novias no es cierto, una de ellas ni novia mía era, sólo amigos con derechos.

— Si sigues hablando dormirás en la bañera — entre dientes Sakura amenazó al azabache, no le gustaba sentirse celosa.

— No estés celosa — dijo el Uchiha secando sus lágrimas. Sonrió débilmente y besó a Sakura en la mejilla — Ahora soy todo tuyo.

Sakura sonrió, después de todo su esposo no era tan pesado.