Bueno, supongo que ya todos se enteraron que voy a continuar la historia de Elizabeth Salazar debido a su anuncio. Y bueno, también antes de publicar envié mensajes a todos mis lectores y a los de Elizabeth Salazar para esparcir la noticia.
Para continuar esta historia le pedí el permiso a la autora (pues también es su fanfic) y tras meses de ponernos de acuerdo, pues aquí está la continuación. La historia continúa donde se quedó el fic original. Espero este a la altura de lo que esperan y les guste.
Atrapados
Capitulo Tres
Allí estaban los seis, incluido Slade, en medio del Bosque Prohibido. Robin, Speedy y Chico Bestia se quedaban mirando a Slade mudos de la sorpresa, sabiendo que estaban metidos en un aprieto, mientras Starfire y Raven se miraban extrañadas por la reacción de los chicos. Slade solo se mantenía de pie observando divertido la reacción de todos: los había atrapado. Tras un tenso silencio, Slade cruzo los brazos y les preguntó:
— ¿Que hacen todos ustedes aquí?
Se miraban unos a otros. ¿Qué decirle? ¿Que Robin se había estado pasando de listo y que querían saber que era lo que supuestamente Slade estaba tramando? No, alguien tenía que inventar una mentira, una muy buena.
— ¿Y bien? estoy esperando una respuesta.
—Bien —suspiró Speedy —solo estábamos…
— ¡Paseando! —Exclamó Chico Bestia más que responder —Si, solo eso, estábamos paseando…
Speedy tuvo que contenerse para no darse en la frente con la mano: Chico Bestia le acababa de arruinar la mentira creíble que iba a decir.
—Necesitábamos salir un rato del castillo —trató de reparar Robin
— ¿Y tenían que salir justo al bosque prohibido porque…?
—Pensábamos que… después de tanto entrenamiento era un lugar ideal para… relajarnos — Terminó de decir Chico Bestia, y tanto él como Speedy y Robin hicieron una sonrisa muy forzada, rezando porque Slade creyera semejante mentira.
Pero Slade ya los había leído.
— ¿Y ustedes señoritas, que hacen aquí?
—Yo pensaba meditar un poco aquí. —Comentó Raven
— ¿En medio del bosque?
—Yo siempre trato de meditar en medio de la naturaleza
—Eso no importa, ninguno de ustedes debe de estar aquí. Ustedes se irán cada uno a su castillo y yo les avisaré personalmente a sus entrenadores sobre esto
Genial, ahora estaba cada grupo camino a su castillo, donde los esperarían sus entrenadores quienes conociéndolos les reservaban un castigo realmente ejemplar.
De todos, quien se sentía más frustrada era Starfire. De acuerdo, su plan no estaba yendo nada bien, con Raven se las había arreglado, ¿pero qué hacia ese presumido allí? Aparte de molestar, claro. Pero no era tiempo de preocuparse de ello, bueno, no por el momento, porque ese pelos de punta con su paranoia las había metido en un gran problema.
Sin embargo, no podía dudar que él era algo… atractivo.
En el castillo del Reino de la Luz
Cyborg y Bumblebee al ver entrar a Starfire y Raven corrieron hacia ellas.
— ¿Están bien?
—Si amigo Cyborg, estamos bien.
—Oí que ese tal Slade las trajo aquí y que Selene las quiere ver en su oficina.
Starfire le dirigió una mirada preocupada a Raven.
— ¿Por qué las quiere ver Selene en su oficina? —preguntó Bumblebee.
—Porque fuimos al bosque prohibido. —respondió Raven rodando los ojos.
—No estábamos haciendo nada malo, si no se hubieran metido esos chicos…
—Pero lo hicieron, y ahora tenemos que asumir nuestro castigo. —Dijo el cuervo con determinación.
Bien, ahora ya estaban justo frente a la temida puerta. Hora de entrar. Cyborg le dio a Starfire una palmadita en la espalda.
—Suerte, que la van a necesitar.
¡Y vaya que la iban a necesitar!
Raven y Star se quedaron un momento para tomar aire: hora del sermón más largo de toda la historia. Raven tomo la perilla de la puerta y dio un profundo suspiro.
—Bien, aquí vamos...
Al mismo tiempo que ellas dos entraban en la gran oficina de Selene, Chico Bestia, Robin y Speedy entraban también en la de Trían. En ambos grupos se encontraron con lo mismo: sus entrenadores a punto de darles un sermón y un castillo.
¿En serio aun no se asustaban lo suficiente? Pues bien, aquí va los regaños de ambos entrenadores;
— ¡Se llama "bosque prohibido" por una razón! —Exclamó Selene, furiosa — Porque esta…
—… ¡Prohibida toda salida! —gritó Trían — y castigados durante…
—… ¡Siete años! ¡Nadie, absolutamente nadie, había entrado en el bosque durante siete años! Y no solo rompieron las reglas, aparte…
—…Y aparte entablaron contacto con el enemigo…
Tras haber dado un largo y sonoro suspiro para calmarse, Trían continuo
—Bien, por ahora hemos terminado, señores…
—…Regresen a sus cuartos señoritas…
—…mañana les aplicare su castigo…
—…Y será bastante ejemplar, ¡se los aseguro!
Todos, tanto los soldados del Reino de la Luz como del Reino de la Oscuridad se retiraron a sus habitaciones. En ambos lados el castigo empezaba al día siguiente. Aunque no tenían forma de saberlo, en el bosque Slade estaba celebrando su victoria. Si fue hacia allá fue precisamente porque sabía que Robin lo escuchó y quería espiarlo, y al parecer Starfire no decía toda la verdad, la voz de la experiencia se lo dictaba, ella tramaba algo... Pero bueno, por el momento castigados y con ese antecedente Selene y Trían no les iban a apartar la vista, por lo que era un obstáculo menos.
¡Esos dos tontos! Realmente le divertía que quienes se suponían debían de vigilar que la guerra se realizara con honor y justamente resultaban ser quienes le facilitaban las cosas para robarse el dichoso cristal... Su plan sin duda funcionaba a la perfección
—Viejo, ¿ves en los problemas en que nos metiste? —Le reclamó molesto Chico Bestia a Robin
— ¿Pero ahora ven que tengo razón? Se los dije, Slade está planeando algo...
— ¡A la vez en que estamos castigados!
Mientras iban caminando los alcanzo Jinx
—Oigan, escuché que los castigaron, ¿qué paso? acabo de ver a Trían y se veía muy enojado.
Los tres le contaron de lo que oyó Robin hablar a Slade, de cómo decidieron aventurarse por el bosque, como se encontraron con esas dos chicas raras y de como nadie menos que el mismísimo Slade los encontró y los mando a todos con sus entrenadores y acabaron castigados por tiempo indefinido dios sepa a qué horrores que empezarían al día siguiente. Estaban tan molestos los chicos, que ninguno reparo en como el rostro de Jinx palideció al escuchar el nombre de Slade y como sus puños se apretaron.
—Pero hay que admitirlo que las dos chicas eran bonitas, la pelirroja no estaban nada mal
Ese comentario de Speedy de le cayó como balde de agua fría a Robin. A pesar de que no era un secreto que la "pelirroja malcriada" le había caído mal, algo en ese comentario lo puso de un humor del demonio. No dijo nada en el resto de la noche, ni siquiera se despidió de nadie a la hora en que todos se fueron a sus habitaciones.
Chico Bestia y Jinx se quedaron mirando con una cara de cómplices, el romance definitivamente se podía oler en el aire…
