La luz iluminaba cálidamente la habitación, el olor de la comida casera inundaba el lugar y amenazaba con atrapar a quien osará entrar a esa casa.

Una madura Hermione se encontraba haciendo el desayuno, debía agradecer a Molly por ser tan buena profesora, aunque debía darse mérito, no por nada fue la mejor bruja de su generación; sirvió la comida en platos y la acercó a la mesa donde Hugo jugaba ajedrez con su padre, mientras Rose estaba absorta en un libro.

-Listo, empecemos de una vez y Rose, sólo trata de no ensuciar tu libro. - Exclamo risueña Hermione.-

-Lo sé mamá, nunca dañaría un libro.-

-No cabe duda que eres igual a tu madre, me alegro que ambos sacarán lo mejor de ella. - Exclamó Ron con orgullo.-

Hermione se sentó y observaba la escena con ternura, Ron y Hugo compitiendo por quien terminaba más rápido, ambos estando al borde de ahogarse varias veces, Rose los veía con desaprobación, pero cuando regresaba la mirada a su libro, Hermione juraba ver una sonrisa. Tomó su varita de la mesa y conjurando un Accio, una pequeña cámara se de acercó a ella. Rápidamente tomó la foto y sabía que la escena quedaría plasmada. No quería olvidar nada, mucho menos lo feliz.

-¡Mamá!, Estamos en el desayuno, no creo que sea buen momento para tomar fotos -dijo Rose extrañada-

Hermione sonrió, sabía que su hija conocía el porque tantas fotos, algunas veces las colocaron en un álbum, aunque había algunos que Rose nunca había visto y sabía que tenía curiosidad por ellos.

-Hermione…-

La voz de Ron la saco de sus pensamientos y vio que tanto él como Hugo trataban de decirle algo.

-Mamá ya es muy tarde, no olvides que papá y yo iremos de viaje con mis tíos. -Hugo dijo esto tan rápido y eufórico que casi se atraganta.-

-Claro cariño, sólo come despacio.-

-No entiendo porque no puedo acompañarlos, estoy segura que seré premio anual, ir de viaje sería la mejor recompensa. - Dijo Rose con molestia.-

-Lo siento Rose, pero es algo que ya habíamos planeado hace mucho; pero te prometo que iremos de viaje los cuatro en el siguiente verano. - Exclamo Ron tratando de calmar a su hija que sabía, había heredado el carácter de su madre.-

-Vamos Rose, ¿no quieres pasar una semana de diversión con tu maravillosa madre? - Dijo Hermione.-

-¡Está bien!, sólo por ti no diré nada más, pero entonces comamos, que deben tomar la red flú en 30 minutos sino quieren quedarse a leer todo el fin de semana.-

Madre e hija se lanzaron miradas cómplices, iban a tener una semana libre para ellas y siempre resultaban de lo más divertidas, observaron a los hombres de la familia comer más rápido, algo que ya parecía imposible.

Dos pequeñas bolsas estaban depositadas en la mesa al frente de la chimenea, Hugo se veía emocionado, pero eso no le impidió abrazar a su madre y a su hermana. Ron fue más rápido, debían irse tuvo que conformarse con un breve abrazo y promesas de regalos. Lo último que ambas mujeres vieron fue dos sonrisas desaparecer entre las llamas verdes.

-Bueno mamá, ahora sólo estamos tu y yo. ¿Qué hacemos primero?, ¿quieres ir a algún lado? ¿quedarte a leer?, ¿nos hacemos mascarillas? - Dijo una entusiasta Rose.-

-Jajaja, ¡Calma! De hecho quería ordenar unas fotos de las últimas vacaciones y antes que pongas mala cara, puede ser muy divertido; no sabes la cantidad de historias detrás de ellas.-

-No me molesta ayudarte con fotos viejas, esas sí que son interesantes, pero yo estuve en esas vacaciones y es aburrido, sé cuánto te gusta hacer esto y te ayudaré como la grandiosa hija que soy, pero cuéntame aventuras tuyas en Hogwarts, sé que tuviste muchas con papá y el tío Harry; ya no soy una niña y creo estar lista para lo que sea. -Dijo Rose decida, conocía sus historias de guerra, pero tenía la sensación de que algo no encajaba.-

-Promesa, te contaré la más horrible de todas, hasta te decepcionaras de tu madre, pero hagámoslo después de comer, así tendremos la tarde libre. -Hermione sabía que contar siempre, además esos tiempos con su hija la hacían feliz-

Una vez terminado de comer, ambas se sentaron en el sillón, pegaban fotos de sus últimas vacaciones, habían conocido Italia, ellos y los Potter y aunque Pansy no era de su agrado en Hogwarts debía admitir que había madurado bastante. Hermione le contaba a Rose como había estado enamorada por años de Gilderoy Lockhart y como apesar de ser un charlatán, ella tenía fe en el. Rose reía, no podía creer que su primer enamoramiento hubiera sido con alguien así, la tarde termino en risas y un álbum completo, pero Rose necesitaba saber más, quería saber que ocultaba su madre y si la conocía bien, podría saberlo fácilmente.

-Me has convencido -Rose vio como una expresión interrogante se formó en el rostro de su madre- quiero conocer la historia de las fotos, o al menos saber la historia a través de ti, ¿Puedo elegir un álbum? Solo promete que contarás la historia, sin importar cual sea.-

-Pequeña tramposa, está bien, aceptó. Elige un álbum y verás lo maravilloso que es atesorar estos momentos, solo no tardes en elegir que puede que mañana me arrepienta.-

Rose corrió a buscarlo, Hermione estaba feliz, o al menos hasta que recordó que podría traer uno que sería su perdición y que sobretodo le causaba dolor, vio a Rose con un pequeño libro y fue ahí cuando se dio cuenta que no podía tener peor suerte…

-Listo mamá, me costó encontrarlo, no sé porque estaba tan escondido pero… ¿Estas bien?-

Hermione sumida en sus pensamientos se obligó a reaccionar.

-Perdona, claro, sólo pensaba en algo, pero creo que deberías elegir otro, ese sólo tiene fotos aburridas.-

-Prometiste que me ibas a contar todo, sin importar que álbum eligiera, además este es pequeño sólo tiene diez páginas.-

Hermione inhalo, no podía ser una cobarde, se acomodó en un sillón y Rose se colocó a su lado, pasándole el álbum a su madre. Hermione estaba por abrirlo, pero Rose la detuvo.

-Bien mamá, seré sincera, no sólo conté las hojas, sino que vi la primera foto y por eso elegí este. – Rose vio como el rostro de su madre perdía color. – Quiero saber quién es ese hombre y porque se parece tanto a Scorpius Malfoy.