Oh Vaya!
La historia se desarrolla después de DH, en un mundo donde a Edward lo convirtieron cuando tenía 18 casi 19, ya que a mi me conviene así.
Disclaimer; esta historia esta basada en otras historias que no me pertenecen, muchas gracias. J. K. Rowling y Estephane Meyer pueden estar tranquilas.
Capítulo 1.
¡Oh, vaya! Ahora sí estaba completamente jodido, es que enserio, ¿Viajar con Malfoy? ¿Vivir una temporada con Malfoy? ¡Por Merlín! ¡CON MALFOY! Eso era algo completamente fuera de serie, ¡¿quién en su sano juicio lo haría? ¡Oh, espera! ¡Parece que él! Aunque pensando en lo irreal de la situación lo más seguro es que ¡NO! No estaba en su sano juicio, ni ahora ni una semana antes al haber… ¿aceptado? No, mejor dicho, resignado. Sí, esa era la palabra, resignado.
Porque sus amigos (ahora que lo pensaba debería a empezar a buscar otro termino para nombrar a esas personas), que seguían bastante entretenidos con su nueva vida de casados, no quisieron acompañarlo. Bueno tal vez, solo tal vez debería comprenderlos un poco; tenían dos meses en santo matrimonio, una nueva casa que seguían arreglando, para el disgusto de Ron y felicidad de Hermione. Acababan de enterarse que se iban a estrenar de padres, dentro de 8 meses y no había dejado de "celebrarlo" todo el tiempo que podían, y verlos era… era.. ¡Merlín! era desquiciante. El principio de su celebración era un tierno beso y unos abrazos, pero después de ver que no se separaban por cinco minutos seguidos y que sus tiernos besos del principio se volvían más y más urgentes al grado de que la persona que estaba con ellos, por lo general él, se sentía demasiado incomodo estando en el mismo cuarto, ¡por dios! ¡Estando en la misma casa! tenía la urgente necesidad de salir de ahí, y no regresar unas dos horas después. Y al regresar claro, tenían una cara tan roja como el cabello de Ron, pero una mirada satisfecha, que hacia que él también se sonrojara, luego de las disculpas de siempre podían seguir con lo que fuera que estaban hablando.
Tal vez por eso tampoco se decepcionó mucho al escuchar sus débiles excusas, de no poder ir con él en el viaje que estaba planeando. Después de pensarlo un poco, al darse cuenta que no podría sacar a esos dos de su casa, y si él no quería quedar con el trauma de ver a sus amigos "celebrar" día y noche, decidió que a la siguiente persona en preguntarle sería Ginny, aunque su noviazgo, después de finalizar la guerra no había durado, se seguían llevando muy bien, casi como se llevaba con Ron y Hermione, solo que con ciertas diferencias, ya que Ginny seguía sintiendo algo por él, pero solo una mínima parte.
Al terminar la guerra, su relación se formalizó, pero Harry comenzó a sentirse fuera de lugar, ya no veía a Ginny con los mismos ojos, es más, la veía como una hermana y se dio cuenta que nunca había estado enamorado de ella, que había sido la presión de la guerra, de terminarla y que nadie lo esperara al finalizar, que no hubiera nadie con quien compartir aquello. Se dio cuenta que había sido muy egoísta al comportarse de esa forma con ella, de haberlo sabido no lo habría hecho. Aparte, él quería divertirse, vivir sin la presión que un loco este detrás de él, no quería ningún compromiso, ni con la comunidad mágica, ni con ninguna persona, y así se lo hizo saber a Ginny.
Al principio se había puesto mal, no había gritado, ni llorado ni nada, solo se quedó en cero, una semana exacta sin hablar con él, hasta que una tarde apareció en Grimmauld Place, donde vivía mientras se decidía en que departamento quería vivir, y habían hablado, le contó que ella también había sido egoísta, que se había fijado en el héroe y no en la persona, aunque después se había comenzado a fijar en Harry, y que sí le había gustado, pero al termino de la guerra había abrazado la fama de estar con el héroe mágico y le había encantado y pensar que tenía la posibilidad de hacer una familia con él, había hecho que olvidara a Harry y viera otra ves al héroe. Le había dicho que él se merecía a una mejor persona, y le sugirió que si quería vivir su vida y divertirse, que tomara un largo viaje por el mundo, solo o acompañado. Quedaron como buenos amigos, más bien como hermanos, ninguno de los dos tenía problemas con eso.
Decir que a Harry le agrado la idea es decir poco, en realidad le encantó la idea de viajar por un largo tiempo, no le apetecía viajar solo, y por eso les había preguntado a sus "amigos", al obtener la obvia negativa, fue con Ginny, pero al parecer, ella tenía otros planes, como regresar a Hogwarts a su último año de estudios. Se había olvidado de eso, ya eran mediados de Septiembre, la guerra había terminado a principios de Mayo, y parecía que a todo el mundo le estaba llendo muy bien, claro, le habían agradecido todos por salvarlos, le dieron una Orden de Merlín primera clase, un puesto alto en el Wizengamont, una nada despreciable donación en oro por parte de toda la comunidad mágica y otras cosas sin importancia para él, pero lo que más le ánimo y aborreció, fue que limpiaron el nombre de su padrino, al encontrar el cuerpo de Peter Pettigrew, le ánimo, ya que ahora todo el mundo sabía que siempre fue inocente, y le aborreció, ya que fue demasiado tarde.
Así que ahora había pensado en Neville como su nuevo posible acompañante en el viaje, se dirigió a lo que sabía era su casa y lo encontró, y le dió una maravillosa noticia; sería el nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras en el colegio, el puesto que Harry había rechazado ya cuando Mcgonagall se lo había propuesto. La profesora había aparecido en los viejos cuarteles de la Orden, con su cara severa, y su moño atado. Recordaba haber estado curioso ante la presencia de la directora en su casa. Luego que Mcgonagall le pidiera ser el nuevo profesor, cosa que lo dejó estupefacto por un rato, él la rechazó, primero que nada, ¿Qué estaba pensando? Él apenas iba a cumplir sus dieciocho años, no estaba preparado, cosa que la profesora renegó al recordarle al ED, no había acabado sus estudios, y la razón más contundente, no quería. No estaba dispuesto a pasar otro año en Hogwarts, no por ahora, y menos como calidad de profesor. Si la directora se lo hubiera propuesto unos años más tarde, igual y lo pensaría, seguía teniendo ganas de ser auror.
Al parecer Hogwarts tenía nuevo profesor de defensa, Neville sin duda había madurado muchísimo el año anterior, y pensó que Mcgonagall, no se había equivocado al pedirle a su amigo que ocupara el puesto, estaba lo suficientemente preparado, desde conocimientos, hasta su confianza y liderazgo, que había tenido que desarrollar durante la guerra. Después de felicitarlo y desearle las mejores de la suerte, se marchó y se encontró con que ahora no tenía ningún posible compañero.
Decidió ir a Londres muggle, le encantaban los cafés, siempre intentaba conocer uno nuevo en cada una de sus idas, esa ocasión, no era la excepción. Encontró uno en el mero centro de la ciudad, pero no en una de las calles principales. No era muy grande, podía calificarse como pequeño de hecho, su ambiente bohemio le entraba por los poros y el olor a café llegaba a marearte si le ponías mucha atención. Tenía ventanas grandes de cristal, por donde podías ver la calle. Sus paredes color beige, con varios detalles en madera oscura, y sus tenues luces amarillas, te hacía sentir como si estuvieras en una cabaña. En el centro del local había mesas altas, rodeadas de sillas rígidas, mientras que pegadas a las paredes, había mesas bajitas, con puffs de sillas, y algunas más solo tenían cojines. Vislumbró una mesa que estaba casi a oscuras, con una pequeña vela encendida, se dirigió hasta ahí y se dejó caer en un mullido cojín, casi suspira de lo cómodo que era.
Llegó el camarero, un hombre delgado, no demasiado alto, de hecho unos centímetros más bajo que él, su piel era tostada y su cabello lleno de rizos oscuros, su sonrisa era enorme, ojos pardos muy expresivos, su mandíbula cuadrada mostraba un principio de barba oscura, él combinaba con el local en definitiva. Le dio las buenas noches y le entregó la carta. Luego regresó por dónde había llegado, y Harry pudo contemplar un torneado trasero, que se vislumbraba muy bien dentro de unos pantalones negros de tela… Aaarg! ¿Qué estaba haciendo? Estaba contemplando a un hombre, demasiado guapo por cierto… por Merlín y su descendencia, ¿qué hacía él observando a un tipo? Culpo al hecho que le hacía falta cafeína, así que pidió un expreso y un pastel de moca. Decidió olvidarse de ese lindo camarero... ARG! Solo camarero, muchas gracias.
Después que le llevaron su orden, y el pidiera otro expreso, se dedicó a mirar la gente dentro del local, se dio cuenta que, al parecer, el café era bastante popular, solo había dos mesas vacías en el centro. Los cojines estaban repletos de jóvenes, y aunque eran bastantes, el ruido característico de muchachos y muchachas juntos, no se escuchaba, tal vez era gracias al ambiente que el propio local irradiaba. En ese momento se dio cuenta que un joven estaba tocando en una esquina, con su guitarra y un micrófono delante de él. No reconoció la canción. Su mirada se desvío a la ventana, la gente pasaba por la calle, algo abrigada, era normal que en Londres hiciera frío, pero al ser verano, no era tan extremoso. Una mujer rubia paso justo frente a él, pero del otro lado del cristal, la reconoció enseguida, Luna, vio como ella entraba al café y observó a su alrededor, hasta que se dirigió a una de las mesas vacías. Él se paró de su asiento y caminó hacia ella.
"Luna," dijo Harry casi gritando y saltando de alegría. Sonrió al ver los rabanitos colgando en sus orejas, su inseparable collar de corchos al rededor de su cuello. Llevaba puesto un vestido azul cielo, que se veía bastante fresco, y encima, un delgado suéter blanco. Sus ojos azules resaltaban más ante el contraste. Su piel pálida parecía haber adquirido un poco de color desde la última vez que la había visto. Una idea lo asaltó de repente, ella iría con el al viaje.
"¡Oh! Harry que sorpresa" le dijo con su aire soñador de siempre y con una pequeña sonrisa. "¿Qué haces aquí?"
"Me gusta pasearme por el mundo muggle de vez en cuando. Vengo de hablar con los traidores de mis amigos. Dicen que no tienen tiempo de pasar un tiempo conmigo, porque están con su reciente boda, su futuro hijo, nueva casa, regreso al colegio… ¡Por Merlín! ¡Hasta nuevo profesor de Defensa!" dijo Harry sentándose, tomo aire y prosiguió. "Así que Luna, dime, ¿Qué vas a hacer dentro de los próximos meses?"
No contestó enseguida, pero hizo algo que desubicó un poco a Harry, alzó una ceja de forma elegante, demasiado fría, y altanera. Una mueca que nunca antes la había visto utilizar, y le puso nervioso, a algo le recordaba eso, no sabía a qué o quién. Igual y luego lo recordaba.
"Harry, te recuerdo que yo también regreso a Hogwarts," La mandibula de Harry cayó, y se recrimino a sí mismo por ser tan estúpido, obviamente iba a regresar a Hogwarts, como Ginny, a ella le quedaba el último año por cursar.
A Harry, Ron y Hermione también les hacía falta cursar ese año, como a todos los de su generación, pero el caso de esa generación era especial. Si querían, podían regresar ese año a presentar su último grado, o no hacerlo y buscar el trabajo que querían y solicitarlo, porque esa generación, tan valiente y entregada, como ahora les llamaban, solo tenían que aprobar un curso de tres meses antes de ponerse a trabajar en lo que sea que quicieran. Pero él, al no querer ninguna responsabilidad por el momento no había hecho ninguna de las dos. Hermione y Ron estaban tomando el curso, ¡vaya!, eso también interfería con el hecho de que fueran al viaje; Hermione en leyes, y Ron con los aurores.
No sabía quiénes iban a regresar al colegio y la verdad no le interesaba mucho. Lo del trabajo lo iba a posponer por un largo tiempo hasta que hubiera disfrutado todo lo que quisiera. La verdad es que si decidiera no trabajar, nunca le faltaría el dinero, tenía como mínimo para que sus bisnietos vivieran en muy cómodas condiciones sin necesidad de trabajar. Pero él no era de las personas de estar sin hacer nada por mucho tiempo. Aunque al ser el salvador del mundo, tenía un trato más especial, por ejemplo que ningún restaurant mágico le cobraba, no tenía que hacer fila para sacar su dinero del banco, o cualquier otra fila en general, o una cosa insignificante como no tener que presentar el curso de tres meses de preparación. Y de presentarlo y no lo aprobarlo, tenía uno de los puestos más altos asegurados, cosa que le molestaba muchísimo. Por eso se había ido al mundo muggle, ahí podía pagar lo que consumía o adquiría, y sobre todo ahí nadie le veía con adoración, nadie le conocía y se sentía como una persona normal.
"Y aunque no fuera al colegio este año, no podría ir contigo y dejar a mi papá sólo, ya ves como se la pasó con todo esto de la guerra" dijo Luna regresándolo a al realidad. ¡Espera! Él no le había dicho nada del viaje y frunció el ceño. A lo que Luna volvió a alzar la ceja. "Ginny me lo contó, y me advirtió que vendrías a verme tarde o temprano" dijo adivinando lo que estaba pensado Harry mientras se encogía de hombros. Ummh, no había contado con eso. "El Quisquilloso está atravesando una temporada baja, no porque no lo compren, sino que mi papá sigue sin ánimos. Aunque la visita que le diste y decirle que no lo culpaba de nada le alegró mucho, pero sigue sin muchas ganas. Le estoy ayudando con los reportes, pero cuando me vaya, ya no voy a poder," continuó Luna como si no hubiera habido alguna interrupción. Sí, lo recordaba, había ido a casa de Luna, por petición de ella, para que hablara con su padre, no es que le molestara ir, es solo que no le apetecía, pero por Luna lo había hecho.
"¡Oh, vaya! Lo siento, no me había puesto a pensar en eso," reconoció Harry
"Parece que no lo haces muy amenudo últimamente," dijo Luna con un aire de superioridad. Ok. Eso no estaba bien, ¿qué hacia Luna con semejante comportamiento? Le hacía recordar terriblemente a cierto Slytherin, que por cierto, ese Slytherin en ese momento estaba atravesando las puertas del café.
N/A: Hola! Este es mi primer fic. Me gustaría saber su opinión. =) No sé cuántos capítulos tendrá la historia, no la he acabado. ¿alguna duda, comentario, reclamo, tomatazo? con un review basta!
Saludos!
