Disclaimer: Los personajes de Gravitation son propiedad de Maki Murakami y los uso sin fines de lucro.

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PRÓLOGO

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Divisaba la luna a lo lejos, la cual se mostraba triunfante y misteriosa entre las nubes grisáceas de esa noche fresca, imponiendo su tan conocida serenidad, propagando esa belleza, la belleza que es robada cuando el sol se esconde entre tonos rojizos y anaranjados.

La luz de la presente ladrona, alumbraba los alrededores en forma mortecina, como el iluminar de una vela, pero al mismo tiempo parecía tan luminosa que caía en la contradicción. Esa pequeña luz robada, y el astro en que las noches se adueña de ella, se reflejaban en unos preciosos ojos, a los cuales esta escena resaltaba de forma maravillosa, haciéndolos parecer, si aun era posible, casi irreales.

Aquellos ojos se cerraron por un momento, mientras se despedía un suspiro profundo y cansado, para después volverse ha abrir y observar otra vez la luna, con la misma mirada con la cual la observaba desde hace tiempo, con esa mirada triste y derrotada, llena de un hilo tan fino de esperanza que, si llegase a romperse, significaría la locura del portador.

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Las gotas de lluvia que habían caído, de repente ascendieron de nuevo hasta el cielo, creando una imagen espectacular ante los ojos de la pequeña Elisa cerrando estos por un momento, mientras dejaba escapar un suspiro, sintiendo como se mojaban sus ropas

Abrió sus hermosos ojos lentamente, percibió como su pecho se inflamaba por algo desconocido, pero aun se sentía como...

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Suspiró una segunda vez, reprimiendo sentimientos guardadas en su interior, que le punzaban como aguja en la garganta, en los ojos, en la boca, pero aun más dolorosamente, en el corazón.

Sus ojos enfocados aun en la luna, comenzaron a soltar dulces lagrimas, y aquel hilo de esperanza se rompió en ese momento trágico y su portador se sumergió en la locura, soltando un gemido ahogado, cerrando los ojos, tapándose la boca con la mano y ahogándose en lagrimas.

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El sol iluminaba sus rubios cabellos y su piel de un blanco níveo, sus mejillas rosadas le daban una apariencia y aire inocente, pero sus hermosos ojos, discutidos entre el azul y el gris, parecían no reír, aunque su mirada fuese dulce.

Solo los mas observadores podían sentir el dejo de melancolía en ellos. esa era la belleza de la pequeña Elisa, aquella que un día de luna, nació de un lago, y repentinamente perdió su objeto más preciado, el cual le hurtó el recuerdo de saber que robó...

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Se cubrió los ojos con ambas manos, y las lagrimas se resbalaban por sus mejillas

¿De que servia sufrir?, ¿De que servia llorar? No hay atrás, no se puede regresar el tiempo. -. Pensaba en un mar de sentimientos. Y de sus labios salieron las palabras:

-Ya no más

Lanzó otro gemido, ligeramente más estruendoso que el anterior, sus ojos, ahora rojizos por el llanto, miraron a un lado, mientras que parado, en donde estaba, en ese balcón de cortinas transparentes, se quito las vendas que cubrían su cuerpo, dejando ver heridas antes hechas por un acto violento.

Sacó del bolsillo de su pantalón negro, un objeto pequeño, deslizando hacia arriba el metal de su interior

Había un brillo en su punta, por efectos de luz, que lo llamaba para continuar.

Golpes se escuchaban a lo lejos, el sonido de una mano golpeando la puerta, esperando una respuesta.

Tomó el objeto, aun en lagrimas, sus piernas débiles por el dolor y las heridas, ya no pudieron sostenerse, y callo al suelo con la cabeza baja, tomo el objeto con mano temblorosa y alzo ligeramente las mangas de su saco negro junto con la camisa blanca, busco el punto que diera el gran finale al concierto en el claro de luna.

Los golpes se hacían mas fuertes, ahora forcejeando por abrir, y una voz lo llamaba a lo lejos, entre gritos de enojo y desesperación confusos.

No escuchaba la voz, se concentraba solo en su bello finale, se enterró la punta del objeto en la muñeca, y sintió el dolor hormigueando en esa parte de él. Lo apretó con más fuerza casi lo lograba, estaba cerca.

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-Caminemos juntos, yo en el suelo frío y tu sobre mi hombro - dijo Elisa al cuervo, mirándolo profundamente

-¿Por qué?-. Fue lo único que escapo de su pico.

-¿Tú acaso eres lo que busco, mi objeto mas preciando? - Preguntó lentamente, ignorando la anterior pregunta del cuervo.

-¿Por qué? - Le volvió a decir el cuervo, pareciendo ser lo único que sabia decir.

Elisa miró al ave, con algo de confusión, el cuervo no quería responder a sus preguntas. Pensativa se dio cuanta que debía primero responder a la primera pregunta, con la respuesta, respondería las dos, volvió su vista hacia arriba, en el árbol, donde el cuervo de un negro sepulcral la miraba con curiosidad.

-Por que tu también olvidaste algo.

-Por lo tanto - dijo el cuervo ladeando la cabeza ligeramente a la izquierda.

-Eres igual que yo - dijo Elisa -, incompleto.

-No soy tu objeto mas preciado - el cuervo hizo una pausa, observando con atención la expresión de Elisa - pero estaré a tu lado, tú caminando por el suelo frío, y yo en tu pequeño hombro, ya que olvide como volar...

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Logro cortar lo que deseaba, el liquido vital comenzaba a correr, manchando a su paso sus ropas obscuras, y escapando ligeras gotas hacía el piso de madera, creando una imagen lastimera, mientras seguía llorando dolorosamente.

Sentía como su vida se extinguía entre cada suspiro que daba, cada respiración entre cortada por el correr desbocado de su corazón, cada lagrima que al caer se diluía con la sangre

Los golpes no cesaban, ahora eran más fuertes, si seguía así se rompería la mano por la presión.

Y la misma voz que anteriormente lo había llamado, a lo largo de su acto macabro, no se había detenido, gritando una y otra vez.

-¡TU NO TIENES LA CULPA!ES DOLOROSO, LO SÉ, ¿PERO ESA ES LA DESPEDIDA QUE QUIERES?

Abrió los ojos de golpe, cada palabra retumbaba en su cabeza.

"¿Que importa?, Lo hecho ya hecho esta", pensaba con ira, negándose a creer en esas palabras que le sonaban estúpidas.

Como respuesta enterró la punta aun más profundo. Su esperado finale ya estaba cerca, solo era cuestión de tiempo.

El rojo brotó con mas agresividad y sus ojos se enfocaron a las vendas que anteriormente se había quitado, dejando al descubierto heridas que el no se había hecho. Al recordar el motivo de estas, soltó un hipido y dijo:

-Ya no más.

Con un golpe, concentro sus fuerzas en la puerta, entrando alterado.

Atropelló los muebles que habían forzado la puerta, rompiendo una hermosa muñeca de porcelana y una lampara de hongo de vidrio florentino.

Se detuvo en seco, llevándose una mano a la boca y abriendo desmesuradamente los ojos horrorizado ante la escena, sintió un nudo en la garganta.

Logro reaccionar después de un lapso, impulsado por su amor fraternal.

Dio pasos apresurados, se hinco a su altura y lo abrazo en su convalecencia, su protegido escondió su cara en el hueco de su hombro, en sus oídos podía sentir su respiración errática, y la sangre caliente que emanaba de él, manchando su traje de un negro perfecto. La locura parecía vencer.

El pequeño se desvaneció en sus brazos, y el que lo detuvo en su perdición, empezó a llorar, mientras aspirara el olor del pequeño, el olor a muerte, toda la mansión olía a muerte.

cerro los ojos con fuerza abrazando celosamente al suicida, lanzando un alarido acompañado por lagrimas, que llego a cada rincón de la mansión, su voz se quebró al momento de decir en susurros:

-¿Por qué?... ¿Por qué?

-Ya... ya no más.

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Notas.

Este es mi primer fic, espero que allá sido de su agrado, espero sus comentarios, me serían de mucha ayuda.

No especifiqué al personaje que sufre, por que me encanta la intriga. Así que no se pierdan el capitulo uno.

En cuanto a los pequeños párrafos que están en este fic, pertenecen a un cuento, que están escrito de forma desordenada y no tienen concordancia, ya que le dan el toque de confusión al prologo que quería transmitir.

Este cuento ya lo había escrito antes pero aun esta incompleto, préstenle atención por que tiene que ver mucho con la historia y seguramente seguirá apareciendo y tenga más sentido

Gracias por su tiempo, y espero sus reviews para mejorar.

Se despide, Adelheid