Demasiada tecnología para mi.

MP3.

Incredibilidad, terror, tristeza, todo eso sentía en este momento.

Kagome, la Kagome buena, inocente, amable ¿Qué había sucedido con ella? ¿Qué le había sucedido en esos tres días en su época para que ella volviera así? Una furia incontenible lo cegó y vio rojo, ¡¿Quién había lastimado a Kagome tan profundo como para llevarla a este punto?!

Pero… , su ira bajo un poco con este pensamiento, ¿por qué él no lo había notado? ¡Él esta allí todo el tiempo! Esa en realidad era una declaración que no planeaba decir abiertamente, pero sí, él estaba allí en su época cuidándola, lo había empezado a hacer desde que descubrió los peligros del mundo de Kagome. ¡Dios! Ese lugar era peor que el Sengoku. Secuestradores, asesinos, delincuentes, violadores, lunáticos, zombies. ¡Existían todo tipo de personas con las que Kagome no podía cruzarse!

Y ahora él le había fallado a Kagome, porque no pudo protegerla de quien sea que la lastimó de esta manera horrible.

Kagome había enloquecido.

Ella estaba moviéndose como si estuviese poseída desde que había atravesado el pozo, y ella no lo estaba, él ya lo había comprobado.

Dos veces.

Inuyasha tenía sobre su hombro la pesada mochila amarilla, junto a su pierna había una bolsa apoyada en el suelo, y mantenía sus brazos cruzados, no sabiendo bien que hacer.

-¿Kagome?

Shippo apareció en el claro y se quedo viendo a la muchacha que no le respondió.

-¿Qué le pasa a Kagome, Inuyasha?

Inuyasha lo miró y no fue capaz de soltar siquiera uno de sus típicos "Feh", todo esto era demasiado, no podía hacerle esto a Shippo.

Tomando la bolsa a su lado, se encaminó hacia la azabache, quien lo miró sonriente por unos segundos, como invitándolo a unírsele, pero él no podía caer también en aquel peligroso juego, por lo que pasó una mano por su cintura y la colocó sobre su hombro, encaminándose hacia la aldea.

-¿Pero qué…? ¡¿Qué haces Inuyasha?! ¡Suéltame!

Casi parecía que volvía a ser la misma Kagome de antes, pero él no podía engañarse de esa manera, era solo una ilusión, él aún no había hecho nada para traerla de vuelta.

-¡Que me bajes, Inuyasha!-gritó más fuerte cerca de sus sensibles orejas mientras se retorcía.

La chica era fuerte, debía admitir eso. Cada uno de los golpes que dio en su espalda lo demostraban. En ese momento, por más loca que fuese la situación, se sentía orgulloso.

Ya habían llegado frente a la cabaña de Kaede, donde la deposito con cuidado sobre sus propios pies.

-¡Siéntate!

Plaf.

-¡No es posible que no me dejes celebrar tranquila!

¿Celebrar?

-Señorita Kagome, que gusto que ya haya regresado.

-Kagome, al fin estas de vuelta.

-Hola, monje Miroku.-dijo sonriendo.-Hola, Sango. ¿Dónde esta Shippo?

Inuyasha se levantó de un salto, acusándola con el dedo.

-¡Estaba justo a tu lado mientras que hacia ese ritual extraño!

-¡¿Ritual extraño?! ¡Estaba bailando, idiota!

-Keh, eso era cualquier cosa menos un baile.

-¡Siéntate!

Plaf.

-Señorita, ¿le molestaría decirme que es esa cosa que trae en su oreja?

Fue como si la palabra "cosa" hiciese eco en el aire, porque todo el equipo estaba empujándose para tener una mejor visión de la oreja de la azabache.

-Se llama auricular,-silencio significativo.-y sirve para escuchar música con este aparatito…

Kagome comenzó a tirar del cable fuera del cuello de su camisa hasta impulsar el "aparatito" al exterior del bolsillo de su pollera y por debajo del cuello de su camisa.

-Es esto.-dijo Kagome sosteniendo el aparato en la palma de su mano.-Se llama mp3.

Kagome medio que esperaba un "Oohh" general, pero en cambio obtuvo miradas significativas.

El primero en hablar fue Shippo.

-¿El pp3 hace que caigas en un hechizo?-preguntó sin quitarle los ojos de encima al aparato en cuestión, como si fuese a cobrar vida y saltarle en la cara.

-Es mp3, Shippo, y no…

-¿Por qué alguien quería caer en un hechizo?-preguntó Sango.

-No es…

-Eso sería masoquismo.-declaró el monje Miroku.

-¡No es caer en un hechizo!

Silencio mortal.

-¡¿Y esos raros movimientos de antes qué?!-rebatió el hanyou.

-¡Estaba celebrando!-dijo algo avergonzada la azabache lanzado sus manos al cielo.-Aprobé mi examen.

-¿El pp3 te hace celebrar?-preguntó Shippo.

Y comenzó otra gran discusión de cómo el "pp3" te hace celebrar unos ritos extraños, poseyendo tu cuerpo y mente, y luego hace que pienses que eso esta bien, que es correcto.

-Hay que destruirlo.-declaró la exterminadora.

-Primero debemos purificarlo.-sentenció el monje.

-Keh, yo puedo enviarlo al infierno de donde vino con mi espada.-dijo desenfundando a colmillo.

-¡Siéntate!

Plaf.

Kagome tenía recargado contra su pecho el aparato.

-¡Nadie va a romper mi mp3 nuevo!

Silencio, miradas significativas.

-Señorita,-habló con cuidado el monje.-esta usted bajo un hechizo, debe dejar que la ayudemos.

-¿Qué?-la azabache dio un paso hacia atrás cuando Miroku extendió su mano.

-Solo queremos ayudarla.

-¿Ayudarme? ¡Chicos, es solo un mp3!

-Por supuesto, señorita.-respondió condescendiente.

¿Cuándo habían cruzado la línea de hablarle como si fuese loca?

Nunca creyó que realmente podía llegar a temerle a sus amigos. Realmente nunca creyó que sería tan temible el ser la más débil del equipo.

¿Estaba realmente midiendo las fuerzas de sus amigos para vencerlos en una batalla por un mp3? Esto comenzaba a ponerse feo.

-¡Inuyasha!-bien, ahora, eso fue instintivo, ni siquiera lo pensó, simplemente, salió. Como un acto reflejo, si estaba asustada, llamaba a Inuyasha.

-¡No grites, niña! Estoy aquí.

-Ven.-dijo sin dejar de mirar a Miroku.

-¿Qué quieres?

-Ven.-lo incitó otra vez.

Inuyasha dio unos pasos hacia la chica y esta lo jaló hasta que estuvo frente a ella y sirviendo de escudo contra Miroku.

-Pruébalo.-le dijo levantando los auriculares.

-Keh, no estoy loco, niña.

-¡Por favor!

Kagome lo miró con sus grandes ojos marrones brillantes ¿y que se suponía que debía decir él? ¿Que no?

-Keh.-sus manos se mantuvieron en su haori y permitió que Kagome pusiera los auriculares en sus orejas. Esa parte se sintió bien.-Feh.

La chica programó el mp3 en una canción suave y a un volumen leve para no sobresaltar al hanyou. Igualmente, cuando la canción comenzó, el hanyou se tensó por la sorpresa, pero no hubo mayor inconveniente. Los acordes suaves lo relajaron hasta que dejó de esperar que algo malo sucediera.

El resto del grupo lo rodeó. Todos esperando que el hanyou comenzara con los bailes extraños. Pero nada de eso sucedió.

-¿Lo ven? Solo es música, es seguro. No hay necesidad de destruir el único regalo decente que me ha hecho mi abuelo.

La chica estableció su punto, pero nadie parecía tomarla demasiado en cuenta.

-Inuyasha, déjame probarlo para asegurarnos que sea seguro.-dijo el monje.

-Sí, yo también quiero.

-¡Yo también quiero probar el pp3!

-Shippo, en realidad se llam…

-Keh, ¡ustedes querían matarlo así que no molesten!

-Yo solo dije que quería purificarlo.

-Además tú fuiste quien sacó su espada para romperlo.-rebatió Sango.

-Sí, tú eras él que más odiaba al pp3.

-¡Ya les dije que…!

Zaz.

Ahora Shippo estaba mordiendo a Inuyasha, Miroku se había subido en la espalda del hanyou y Sango jalaba de la manga del haori para alcanzar el mp3 que el chico mantenía en alto.

Una locura.

Para la próxima, quizá recordaría traer un reproductor que tuviese altavoz.

OoOoOoOoOoOoOoOoO

Nota de Autora por Popy16: Bueno, las aclaraciones, este es un proyecto en conjunto con mi amiga Whitemiko5, quien fue la de la idea del fic, yo le pedí si podíamos realizar el proyecto en conjunto y ella acepto. Espero que les haya gustado el cap y que sigan el fic. ¡Nos leemos!

Nota de Autora por Whitemiko5: Antes que nada, quiero decir que este primer capítulo de mi querida amiga me mató de la risa, eso de querer matarlo...no sé, me morí. Esperamos que les haya gustado este primer capítulo, yo hago el compromiso formal de no demorarme tanto en actualizar como en mis otras obras. La siguiente en publicar seré yo.