¿Creéis en el amor? ¿En esas historias de sentimientos puros, mutuos e inmutables?

De promesas y entrega. De felicidad. De emociones profundas y calidez; de mariposas en el estómago.

-

¿Creéis en el destino? Tan poderoso como caprichoso.

De encuentros predeterminados. Karma

-

Yo jamás tuve fe en ello. Me consideraba una chica práctica y nunca me interesó el romance. Pero destruyendo todos mis esquemas, se presentó.

Surgió en mi vida sin avisar, de repente. Con violencia, pero con una inclemente dulzura.

En una noche fría de Abril, cuando había perdido la esperanza. Llegó a mí como una pequeña luz en un momento de oscuridad.

Apareció, en la forma de una extraña.

***

Querida extraña

-Cree-

**

Como cada día llegué a la editorial llena de energía para empezar mi jornada laboral. Así soy yo, alegre y con mucha voluntad. Me gustaba mi trabajo y doy lo mejor de mi en todo lo que hago. Tenía buenos compañeros y aunque la empresa era pequeña, teníamos bastante trabajo. Empezábamos a ganarnos un nombre entre el público, la cosa iba bien.

Con suerte pronto podríamos trasladar las oficinas a una mejor zona. Ya que hasta entonces ocupábamos el segundo piso de un viejo edificio de seis plantas en las afueras de la cuidad.

-

Apenas hacía un año que trabajaba allí y ya tenía una gran responsabilidad, a parte de tener otras tareas, era la encargada de recoger los escritos de nuestra autora número uno. Kreuz Golden.

Extraño nombre ¿verdad? Es un pseudónimo. A ella le gusta mantener su intimidad.

A parte de mí, creo que hay pocas personas que sepan quién es ella en realidad. Su verdadero nombre es Hayate, Hayate Yagami. A pesar de ser algo excéntrica, es una gran persona y una gran amiga, por no decir una increíble novelista.

Me da vergüenza admitirlo, pero a pesar de su popularidad no había leído sus obras hasta poco después de conocerla. Ahora espero ansiosa su nuevo libro, ilusionada como una niña ante la perspectiva de ser la primera en poder leerlo . Aún me resulta extraño relacionar la Hayate que yo conozco, sonriente y pícara con Kreuz Golden, la autora de algo tan desgarrador y profundo, tan sensible y hermoso como la trilogía del Libro de la Oscuridad.

-

Mientras hacía unas fotocopias que el redactor jefe me había pedido, me sonó el teléfono. "¡Nanoha-chan!" chilló la voz de Hayate en cuanto descolgué. Antes de que pudiera preguntar nada, prosiguió su cháchara. "Tenemos problemas. Tengo un bloqueo" explicó como si fuera el fin del mundo. Yo parpadeé sin entender a que venía tal alboroto. Todos los escritores, pintores, artistas en general, sufren algún bloqueo de vez en cuando. Suspiré y Hayate debió oírme ya que su tono sonó preocupado cuando volvió a hablar.

"Es la primera vez que me pasa" dijo deprimida. "Quizá estoy perdiendo mi toque. Todo lo que escribo me parece tan superfluo e intranscendente. No hay emoción, no hay sentimiento. Quizá debería retirarme" dijo dramáticamente. No supe si hablaba en serio o me tomaba en pelo. Con Hayate, nunca se sabía. "¿Hablas en serio?" quise cerciorarme. A veces la joven autora hablaba como una viejecita. Hubo un minuto de silencio. Finalmente Hayate contesto susurrando plañidera "Nanoha..." , supe lo que tenía que hacer.

-

Después de comentarle la situación al jefe, éste me dio permiso para atender a nuestra mayor fuente de ingresos. Debíamos tener bien cuidada a nuestra estrella.

Así pues, me presenté en la casa de Hayate en un momento para intentar calmarla y animarla a escribir su nueva historia. Hayate me esperaba con galletas recién sacadas del horno y leche. Estuvimos hablando y pasando el rato amigablemente intentando solucionar su problema.

-

"Quiero escribir una historia de amor" dijo determinada. En el pasado hubiera echo una mueca mentalmente ante la cursi perspectiva, pero realmente tras leer sus libros, creía ciegamente en Hayate. Esa chica podía hacerte cambiar de opinión, trataba cualquier tema con tal habilidad, con una madurez y sutileza sorprendentes. Podría escribir una poesía sobre un retrete y te parecería la cosa más bella del mundo.

"¿Cuál es el problema?" le pregunté ya que parecía tener las cosas claras. Ella me miró sin decir nada.

"Dime Nanoha-chan ¿crees en el amor? Ese amor del que se escriben leyendas. Como Romeo y Julieta..." hizo un gesto con la mano como si la lista fuera tan larga que no valiera la pena seguir comentando ejemplos. Yo me quedé paralizada con una galleta a medio camino de mi boca. Fruncí el ceño.

"¿Crees en el destino? ¿En que en alguna parte hay alguien, una persona que guarda la otra mitad de nuestra alma?" prosiguió Hayate sin venir a cuento. Tenía un nuevo brillo en los ojos y en sus labios se dibujaba una pequeña sonrisa..

No respondí. Aunque sin mala intención, aquellas preguntas me ofendieron. "No" dije secamente con mal disimulada apatía. Tenía otras cosas que hacer que perder el tiempo buscando un novio. No iba tras él, pero tampoco le huía. En ocasiones era verdad que me sentía sola. De pequeña no fui como mis compañeras que en algún momento soñaron con un príncipe azul, alguien que las quisiera y estuviera con ellas por siempre jamás mimándolas como reinas. Ahora me ahorraba desengaños, pero a costa de vivir sin esa ilusión.

La sonrisa de Hayate se desvaneció lentamente. Me miró tristemente, como compadeciéndome para luego volver a sonreír.

"Creo que tengo una idea con la que empezar a trabajar." Soltó con una resplandeciente sonrisa.

Aunque seguía dolida en mis ánimos, no pude evitar sonreír. "Seguro que tu nuevo libro será estupendo. No puedo esperar a leer algo" le dije.

Hayate asintió garabateando apuntes en un pequeño bloc de notas que siempre llevaba con ella-por si le golpeaba la inspiración.- "Ya tengo diseñada a la protagonista. Ahora sólo me falta encontrarle una persona especial que pueda abrir ese amurallado corazón suyo" susurró mirándome por encima de las páginas que empezaba a llenar. Sin saber muy bien por qué, me dio la sensación de que Hayate no hablaba de la protagonista de su nueva historia.

-

De vuelta en la oficina, continué trabajando para tener todos los pedidos y encargos hechos. Aún estaba algo desanimada por mi charla con Hayate por lo que tardé más de la cuenta en hacer mis tareas. La tarde vino y se fue y mis compañeros empezaron a recogerse hacia sus casas. "Nanoha-chan" me llamó el último de ellos apagando todas las luces menos las de mi cubículo "no te esfuerces demasiado, ¿eh?" me advirtió cariñosamente dándome su hasta mañana.

Me quedé hasta más tarde para terminar la faena que había dejado a medias, no podía evitarlo, era una adicta al trabajo.

-

Si hubiera sabido que aquella noche iba a encontrarme cara a cara con la muerte, hubiera hecho más caso de los avisos de mis compañeros.

-

CONTINUARÁ...




Aquí estoy con una nueva historia Nano/Fate. Lo siento, no pude evitarlo. La buena noticia es que ésta la tengo acabada (casi, tan sólo me falta escribir el epílogo) así que cada tres días o así actualizaré. En cuanto mi otra historia que sigue su curso, "Lo que siempre había deseado" está sufriendo una remodelación, pero confío en tener el próximo capítulo listo para el martes que viene.

Deseando que lean y distruten, me despido hasta pronto.