Disclaimer: Los personajes obviamente pertenecen a nuestro querido tío Rick Riordan, yo solo juego con ellos sin ningún fin de lucro.

Este fic participa del reto "Solangelo fever" del foro El Monte Olimpo.


PoV Nico di Angelo

¡Bing! ¡Bing!

-¡NICO! Levántate de una buena vez, vas a llegar tarde y no te vamos andar esperando.- grito la voz de una chica desde el piso inferior.

"Grr. Grr."

Un chico de cabellos negros y piel pálida, ante el llamado de su hermana, solamente se había movido unos cuantos centímetros antes de volver a caer en los brazos de Morfeo.

~5 minutos después~

-¡FRANK YA LLEGO, NOS VAMOS A IR SIN TI!- se volvió a escuchar la voz, esta vez mas enfurecida.

No hubo respuesta.

-¡ADIÓS!

~10 minutos después. ~

Un joven apuesto se levantó sobresaltado, casi cayéndose por un lado de la cama.

-¡HAZEL! ¿Estas todavía aquí?- grito temeroso.

Al no ver respuesta, casi temblando de frustración observo el reloj de la mesita que se encontraba a su derecha. Y con ira contenida empezó a maldecir a los cuatro vientos hasta al mismo Zeus.

El reloj marcaba las 7:20 am.

Tenía que recorrer en 30 minutos, lo que en coche con todo y el tráfico hacía en casi una hora.

Con una velocidad impresionante se vistió. Por primera vez en mucho tiempo se colocó un pantalón negro de vestir, zapatos de charol y aun en contra de su voluntad, una camisa de vestir color blanco.

"Estúpida presentación"

"Estúpida clase"

"Estúpido profesor"

Agarro su mochila y salió corriendo a pedir ayuda.

-¡PERCY!- golpeo con vehemencia la puerta de caoba-. ¡Percy!- golpe-. ¡Percy, por favor abre!- mas golpes-. ¡Perseus Jacksón abre la maldita puerta!

Un adolescente apuesto de unos ojos verde con sueño evidente en ellos, abrió la puerta. Su aura aunque estaba calmada, se notaba a leguas que se encontraba un poco irritado.

-¿Que son estas horas de tocar la puerta? Esto es un crimen Nico, no porque te prefiera antes que a la cara de pino te puedes tomar estas libertades.- soltó un gran bostezo.

-Hoy vas a ir al campamento, ¿verdad? ¿Podrías llevarme? Se me hizo tarde.- le dijo urgente, mientras trataba de apurarlo.

Angustiado observo su reloj de mano que ya marcaba 7:32 am.

-Lo siento, pero entro hasta el mediodía, tengo tiempo de sobra y...

-Puedes llevarme y luego regresar. Sabes cómo es Dionisio. Me castigara si llego tarde.

-No puedo. Tengo visitas.- el ojiverde negó con la cabeza.

-¿Con quién estarías a... esta hora?- termino de mal humor al ver a otra persona.

La puerta se abrió revelando a una rubia con unos somnolientos ojos grises.

-Oh Nico, ¿qué haces aquí tan temprano?

Bufando exasperando empezó a comentarle el problema en el que estaba, pensando que con lo aplicada que era en la escuela lo iba a entender.

-Por favor Annabeth, convence a mi primo de que me lleve al campamento.

-Ya te dije que no puedo Nico, tengo compañía.- insistió Percy mirándolo exasperado.

-Si quieres le puedo decir a mi primo que te lleve, creo que él se dirige para allá. Míralo allí sale, ¿le hablo?- apunto a un chico que venía saliendo con una chaqueta de mezclilla, unas bermudas color rojas, sandalias de playa azules y unas gafas de sol.

-Te lo agradecería.

Nico con desconcierto observo que el individuo no tenía camisa.

Annabeth salió de la casa, e intercepto al chico a medio salir. Estuvieron platicando un pequeño momento. Nico observo a los dos, rogando tener un transporte.

Después de un minuto el chico volteo hacía Nico y se levantó los lentes.

Los ojos oscuros de Nico, se toparon con los del primo de la novia de Percy.

Si de por sí ya poseía una piel pálida, pareciera como si el poco color que se enorgullecía de tener se drenaba por completo.

Esos ojos.

Esos ojos tan azules como el cielo.

Esos ojos tan azules como el cielo rodeado de esa piel bronceada por el sol, tan suave a la vista, lo observaron con lentitud.

No, no podía ser él. Estaba equivocado. No podían vivir tan cerca y no saberlo.

Tragando saliva aparto la vista con rapidez, después de verlo asentir hacia Annabeth como respuesta a lo que ella le haya preguntado.

Volteo a ver a su primo, quien ya estaba dormido sobre el jamba derecho de la puerta. Una leve línea de saliva ya se escurría por su boca.

Sin nada de suavidad, Nico lo pateo para despertarlo.

-Percy, por favor dime, ¿cómo se llama el primo de Annabeth?- le suplico, mientras en el interior rogaba a cualquier dios disponible que no fuera la persona quien tenía en mente.

-Mmm... Ah ya. Se llama Will Solace. Es un tipo muy majo. Pero como quiera si te hace algo dímelo. Jasón y yo le podemos dar una lección.- dijo mientras con guasa chocaba su puño izquierdo con su palma derecha.

-Yo puedo defenderme solo. Muchas gracias.- gruño sarcástico. Olvidándose de su problema.

-¿Defenderte de quién?- una voz tan suave le susurró al oído. La piel se le erizo y un nudo se le formo en su estómago-. Annabeth dice que necesitas un aventón al campamento. Así que vámonos, llegamos tarde. Adiós Annie... Adiós Percy.- con un solo movimiento de mano se despidió y se encamino hacia la cochera de su casa.

Nico soltó un gruñido y siguió al maldito fanfarrón.

Lo último que escucho fue el golpe de una puerta. Su primo y Annabeth se habían ido a dormir... Nuevamente.


-Súbete- dijo Will con calma.- Estamos perdiendo tiempo.

-¿Que no tienes un carro u otra cosa que no sea... esto?- Nico estaba nervioso. Miro con ansias su reloj que ya tenía las 7:40. No había poder divino que lo hiciera llegar a tiempo.

No tenía nada en contra de este medio de transporte, pero este en especial requería que hubiera mucho contacto, y eso es lo que no quería.

-Mi moto es genial y muy segura. No tienes por qué tener miedo.- el tono burlesco de Solace, hizo que Nico sin pensarlo se subiera.

-NO... TENGO... MIEDO.- le gruño.

-Eso lo veremos... Agárrate fuerte, que solo tenemos veinte minutos.- dijo en medio de una carcajada.

Nico di Angelo jamás había estado tan enojado.

Ni cuando se enteró que su hermana Hazel estaba de novia con Frank (no que tuviera nada en contra de él, pero era su hermana)

Ni cuando su madrastra lo había encerrado en un jardín como si fuera una planta*.

Ni cuando... Bueno jamás nada lo había hecho enojar como este tipo con aire de chulo.

Sin razonar sus acciones, enrollo sus brazos en la cintura del rubio. Él cual al solo sentir el contacto arranco su moto.

Nico sintió una corriente recorrer su espalda, y al querer retirar sus manos por inercia, se le fue impedido por unas manos suaves pero fuertes.

-¿QUE, ESTAS LOCO! ¡No te sueltes!- gruño el ojiazul, su voz distorsionada con el aire que le golpeaba a la cara.

Nico sintió como su piel se calentaba. Si alguien lo viera en estos momentos, podría confundirlo con un tomate, el más rojo que pudiera existir.

Estaba tocando al chico que no dejaba de ver en las clases. Que su mirada siempre seguía cuando ayudaba en la enfermería. El chico que le...

Negó con la cabeza, lo cual fue un error porque estaba empezando a darle una migraña.

De repente de un segundo a otro la velocidad empezó a aumentar sin ninguna consideración.

-Puedes bajar la velocidad de esta estúpida moto.- gruño mientras pegaba la cabeza en la espalda de este.

Sintió como se tensaba y con una voz que no supe distinguir gruño:

-No le digas estúpida.

-Pues entonces reduce la velocidad.- gruño sin despegar la cabeza.

-No. Tienes que llegar a tiempo.- volvió a aumentar la velocidad.

Nico con fuerza se aferró sus manos. Por primera vez en el trayecto se dio cuenta que estaba agarrando el abdomen de Will.

Un abdomen que no estaba cubierto por nada, más que una chaqueta que no hacia gran cosa.

Un abdomen muy bien formado.

Un abdomen que no necesitaba trabajo alguno. Era perfecto con tan solo ser de él. De Will Solace.

Sus orejas también se pusieron rojos.

"Por favor, que ya lleguemos. Por favor que ya lleguemos" rogaba en su fuero interno.

No supo cuánto tiempo paso.

-Nico, llegamos.- No hubo reacción. Nico simplemente apretó más fuerte sus manos en contras de Will.- Llegaras tarde a con Dionisio.- le movió las manos con delicadeza.

Nico di Angelo con movimientos de robot se bajó de la monstruosidad.

Con una mirada cargada de ira, fulmino al rubio quien no se dejó intimidar y solo soltó una carcajada.

-No te enojes di Angelo. Llegaste temprano, con siete minutos de anticipación. Deberías agradecérmelo.- le dijo con una sonrisa torcida-. Pero, será en otra ocasión pues tengo una cita con las cálidas playas de Nueva York.

Nico con confusión observo como Will se ponía otra vez sus lentes.

-¿Que no tienes clases hoy?- su voz denotaba desconcierto.

-Jaja. No, ¿porque lo crees?- levanto su ceja con diversión.

-Annabeth dijo que tenías que venir aquí.

-Oh no, hoy lo tengo libre. Por eso voy a la playa.

-Entonces si no tenías que venir, ¿por qué me trajiste?- le pregunto Nico con incertidumbre.

-Quería estar un tiempo contigo a solas, ¿qué más?- Nico se quedó paralizado cuando vio a Will inclinarse hacia él. Su rostro estaba muy cerca del suyo.

Se sentía como las respiraciones de los dos se mezclaban y como encajaban una de la otra.

Nico sabía que lo iba a besar.

Nico ansiaba que lo besara.

Cerrando los ojos, espero el contacto. Contacto que nunca llego.

-Tal vez para la otra.- sintió el cálido aliento en su oído.

Nico abrió de inmediato los ojos, al escuchar el encendido de un motor muy cerca de él.

-Nos vemos luego Nico, y tal vez ahora si te bese.- grito sobre el sonido de la moto.

Sin ningún miramiento Will arranco su motocicleta, derrapando sobre un charco de agua estancada ocasionado por las lluvias anteriores.

Nico sintió algo húmedo sobre sí.

Con la cara roja, ahora no por la vergüenza sino por la ira, vio como el imbécil de Will Solace se estaba riendo desde lo lejos que ahora se encontraba.

Lo había hecho a propósito.

Lo había aturdido para después dejarlo así a propósito, pero esto no se iba a quedar así.

Un timbre se escuchó en el área. Nico con miedo vio su reloj que rezaba las 8:00.

Con rapidez empezó a correr hacía su clase. Casi desfalleciendo abrió la puerta de golpe.

-Señor de Ángeles, llega tarde.- la voz molesta de su profesor y subdirector se escuchó por todo el salón.

-Es di Angelo.- corrigió con la voz entre cortada. No le hizo caso.

Sin ningún miramiento Nico empezó a mostrar su presentación. No tenía ningún falló, era un diez asegurado.

Al acabar, miro a su profesor esperando su nota. Toda la clase también lo miraba.

-Siete y eso porque soy generoso.- dijo con desgana.

-Pero... ¿por qué?- Nico balbuceo. Su clase estaba correcta, no había justificación para esa horrible nota.

-Dije que tenían que estar presentables, no parecer vagabundos.- escupió con saña.

-Vengo vestido formal y...- fue groseramente interrumpido.

-Mírate bien Nicholas.

Sin ningún detenimiento se observó.

Su camisa antes blanca estaba sucia como si la hubieran lavado con agua turbia, su pantalón tenía manchas de lodo al igual que sus zapatos.

La moto...

El charco...

El idiota de...

-¡AGHH! ¡Maldito WILL SOLACE! ¡TODO POR ESA ESTÚPIDA MOTO!- salió del salón dando un portazo.

Lo iba a encontrar y le iba a dar un puñetazo, aunque eso le llevará todo el día.


Nota de autor:

Disfruten de la versión de Nico, pasen al siguiente capítulo ahora contado en la versión de nuestro querido Will.

No todo es lo que parece.

Dejen Review para saber si les gusto o si lo detestaron.

Esta idea surgió en un momento donde me quede encerrada en un elevador.

Saludos!