One Piece no me pertenece, sino a Eiichiro Oda. No hago esta historia con fines de lucro, tan solo para mero entretenimiento mío y de sus lectores.

Lo único mío es la idea, la bruja y Lara.
Ante cualquier duda o consulta, ya saben, con un click ahí abajo son capaces de expresarse libremente, aunque con amabilidad ¿si?

012345678901234567890123456789012345678901234567890123456789012345678901

Prólogo.

Nunca, pero nunca se creyó capaz de pisar la morada de una bruja. En todos estos años de vida, jamás se le había pasado por la cabeza consultar su suerte y su futuro en un lugar tan peligroso.

Y eso no lo decía por la bruja, lo pensaba nada más que por el lugar en donde se encontraba. Un terreno baldío con una casucha en el medio que parecía abandonada de no ser por la luz que se mostraba desde dentro. Ah, si. Y para peor era de noche. Aunque en cierto modo, quizás era mejor que fuera de noche. Su enrulado cabello azabache parecía camuflarse en la oscuridad junto a su ropa, que yendo al caso consistían en un pantalón largo de jean junto a una remera, manga corta, negra. Lo único en ella que resaltaban, eran sin dudas sus ojos, rojos como la sangre junto a su pequeño lunar debajo del ojo izquierdo.

Respiró profundo y se dio media vuelta. ¿Para qué tentar a su suerte?, pareciera que buscaba el peligro. Y como un ser humano con dos dedos de frente, no entraría ahí. Ni muerta. Podía vivir sin saber nada de su futuro y demás. La curiosidad mató al gato ¿no?, pues no quería correr la misma suerte que el pobre animal y empezó a caminar hacia el taxi que la había traído.

-"¿Vas a algún lado querida?" –Escuchó preguntar a una voz femenina a su espalda, causándole escalofríos y un muy mal presentimiento. Tragó lentamente y se fue girando en cámara lenta, con cierto grado de temor, para encontrarse con una persona mayor cubierta por una capa violeta, unas uñas postizas rojas que resaltaban a primera vista y una nariz bastante grande y peculiar.

Volvió a tragar por lo alocado de la situación, parecía una bruja de cuento. Eso no podía ser más que una estafa.- "S-solo a avisarle al chofer que me voy a tardar, señora." – Respondió automáticamente, su intuición le decía a gritos que mejor no provocar a esa mujer y por una vez cedió. Le terminó de convencer la sonrisa exagerada que dio la bruja a su respuesta, jalándola hacia ella.

Intentó convencerse manipulando un poco las palabras del dicho de antes en su cabeza. Ya que si bien la curiosidad mató al gato… al menos el gato murió sabiendo.

Era estúpido. Pero prefería pensar en esas cosas estúpidas mientras hacía algo aún más estúpido.

Caminar junto a la bruja a la casa.

Respiró profundo y entró con algo de valor encima. Después de todo ¿Qué es lo peor que le podía pasar?

012345678901234567890123456789012345678901234567890123456789012345678901