Disclaimer: 11 eyes no es mío. Sus personajes tampoco. Ya está.

Extensión:369 palabras.

Advertencias: Spoilers del final de la serie. Gore.

Resumen:Si Kakeru dejaba de mirarla, no podría evitar apuñalar lo que fuera que Kakeru estuviese mirando.


Fuera de control

Los ve besarse escondidos en un salón vacio del colegio y algo— en su interior— se retuerce y desgarra. Si ya no existen ni los Caballeros negros ni Riselotte, ¿por qué se besan? Puede escuchar, aún oculta detrás de la puerta, como Kakeru le habla a Kusakabe, expresando todo el amor que ella, Yuka, ha tratado de obtener fuera en un Fragmento o en otro, sin siquiera poder probarlo.

Más tarde, apenas ve a Misuzu sola en el baño de mujeres del colegio, se acerca sonriendo y hablándole con normalidad, como si ignorase todo. Kusakabe, sin sospechar nada, continúa conversando con ella hasta que, gracias a su descuido, ve un cuchillo incrustado en su estómago.

— Te ves cansada, Kusakabe-sempai— se excusa Yuka sonriendo, mientras gira el arma, asegurándose de que las entrañas de la pelirroja se conviertan en carne molida—. Deberías descansar.

Misuzu no puede creer lo que está sucediendo. Intenta hablar, pero el dolor y la conmoción se lo impiden. Trata de quitar el cuchillo de su estómago, pero antes de lograrlo se desploma, cayendo sobre su propia sangre.

— ¿Qué te dije, Kusakabe-sempai?— la regaña, casi amorosamente, mientras retira el cuchillo y se dirige a la salida de los baños—. Iré a buscar a la enfermera para que te revise.

Cuando sale de los sanitarios, arroja el arma homicida a un bote de basura y feliz se dirige al lugar en el que Kakeru, fingiendo esperar a Misuzu, está aguardando por ella. Sólo por ella. Lo nota en la lejanía— en el patio de la escuela— y corriendo trata de alcanzarlo. Piensa invitarlo a su casa, prepararle una deliciosa cena y besarlo unas cuantas veces, para que solamente la mire a ella pero, por sobre todo, para que no olvide que la ama (Kakeru es olvidadizo, por lo que debe recordárselo a menudo). Apenas llega a su lado, trata de tomar su mano, pero no puede. Todo, de golpe, desaparece ante sus ojos, sin esperar a que comprenda que está pasando.

Se había olvidado de ese detalle. Ese no era su mundo. Era el mundo de Misuzu Kusakabe, aunque eso era lo que menos importaba.

Después de todo, al final, Kakeru se había quedado con ella.

Fin drabble: Fuera de control

Por: Nana Walker


N/A: Muchísimas gracias por leer. Comentarios, críticas constructivas y sugerencias son bien recibidas.

Bye bye y cuídense miles.