Este es un fanfction, que mas que nada es un loco experimento para ver que tal sale, solo espero que les guste, no es una adaptación, y la mecánica de esto es que diario dedicare una hora a escribir un nuevo capitulo, y como quede de tamaño lo publicare así asta el 31 de diciembre que es el día que pretendo terminarlo, pues aquí va el primer capitulo.
Hora de inicio 9:15 de la noche.
Espero sus comentarios.
dialogos
recuerdos.
Bleach no me pertenece y no hago esto con fines de lucro, tampoco es una adaptasion, es una hsitoria original mia, buenoalmenso las situasiones los personajes no.
GRILLETES.
La tormenta arremetía con fuerza, el viento golpeaba las ventanas sin piedad y los cristales amenazaban con romperse de un momento a otro.
La luz de la habitación era débil, el aire frío se colaba por las rendijas y calaba los huesos, ni siquiera las gruesas cobijas y edredones de plumas podían detener el frío que su maltrecho cuerpo sentía.
Ya había vivido una vida llena de lujos comodidades, y también había sentido el infierno en la tierra tras la ultima guerra, dos de sus tres hijos habían muerto a manos de sus enemigos, y su amada esposa había sucumbido al dolor derramando su sangre en la bañera.
Pero ahí estaba su tercer hijo, el mas joven pero el mas leal y decidido, en el había depositado la confianza y la esperanza de un pueblo, el tenia en su espalda el gran peso del dolor de la gente que quedaría en sus manos.
El hombre volvió a toser con fuerza y la blanca cubierta de seda se mancho con la sangre, su hijo lo miraba con un deje de nostalgia eh inquietud.
Era noche y la tormenta era tan fuerte que nadie se había atrevido a salir a caballo por temor a caer, pero Byakuya Kuchiki si lo había hecho, había recibido el mensaje que su padre estaba apunto de morir, salio a todo galope para encontrarlo en su habitación con las cortinas cerradas y con una vela que apenas y alumbraba.
- Querido hijo, se que los tiempos se han tornado difíciles y la responsabilidad que dejo en tus manos es grande, pero deseo que me concedas un ultimo favor.
El joven se acerco a la cama de su progenitor y tomo su mano asintió en señal de respeto.
- Cuando yo ascendí al trono, tras la muerte de mi hermano… el me confeso una verdad dolorosa- la voz del viejo hombre se quebró- antes de que el muriera me hizo jurar que lo cumpliría, y juro por todos los cielos que lo intente, pero no lo conseguí, mi alma no estará en paz asta que alguien de mi sangre lo cumpla.
Byakuya se extraño al escuchar hablar así a su padre, pero no lo interrumpió solo apoyo mas la mano del viejo en la suya, en muestra de unidad y cariño.
- Antes de que Jaizabeth se casara con mi hermano, ella tuvo un amorío con un joven de cuna noble, el cual murió antes de que los votos pudieran concretarse, la familia de ella la despojo del recuerdo de el, de su último recuerdo, de su hija.
Mi hermano la tomo como esposa a sabiendas de esta terrible verdad y ella le suplico que la ayudara a encontrar a su amada hija, trece años desde la muerte de mi hermano eh intentado encontrar a la joven, pero nada ha resultado, ahora al borde de la muerte, mi alma tiene miedo de encontrar a mi amado hermano y mostrar que fui incapaz de cumplir su ultima voluntad.
- No te preocupes padre, yo encontrare a la doncella y…
- Esta tarde antes de caer en cama, recibí una carta de Cartai, en ella la hermana de la vieja nodriza de la niña me da la dirección donde esta la joven, pero lo mas importante es la promesa que jure con mi sangre cumplir.
Tu deberás traer a esa joven y desposarla, por que ella es la que debe encontrase en el trono, y solo así podré redimir mi culpa por todo este tiempo perdido.
Los ojos de Byakuya mostraron sorpresa y desconcierto, el odiaba el matrimonio, el pensar en tener a una joven a su lado le hacia revivir la vieja herida que tiempo atrás creyó sanar, pero que cada noche se volvía a abrir mostrando el dolor que sentía en lo mas profundo de su alma.
El viejo hombre miro a Byakuya esperando una respuesta, este a su vez apretó los puños y con voz pausada y trémula respondió.
- Yo cumpliré con tu promesa padre, yo la traeré y la desposare como es correcto.
El viejo sonrío y cerró los ojos, sumiéndose en un profundo sueño.
Byakuya salio de la habitación, sus pasos eran ligeros y silenciosos, al llegar a su habitación no azoto la puerta pero una vez adentro, miro la chimenea encendida y aventó lo primero que se puso en su camino.
Se acerco a la ventana y miro la tormenta que se cernía sobre su pueblo, sobre la cuidad, miro las nubes negras y al cerrar los ojos ese maldito recuerdo volvía a su mente, la sangre caliente de ella aun la podía sentir en sus manos, manchando su traje, manchando su alma para siempre.
Habían pasado al menos cinco años desde ese fatídico día, pero los recuerdos lo atormentaban cada vez que cerraba los ojos, miro su escritorio y encontró la carta de la que le había hablado su padre momentos antes, ahí estaba la descripción de la chica y todo lo que necesitaba.
Salio de la habitación en busca de Renji, le pediría que alistara a sus hombre al amanecer partirían en busca de esa chica.
Cuando tomo el pómulo de la puerta sintió una pequeña descarga en su cuerpo, sin duda una señal que no auguraba nada bueno.
Su cuerpo cayo al suelos in que nada pudiera detenerlo, el golpe se escucho seco y la cerveza baño su cabeza, cuando el hombre intento tocarla ella le propino una patada en el estomago y mientras se tambaleaba, aprovecho para echarse a correr.
Llego adolorida a su cuarto y atranco la puerta, sus cabellos negros estaban empapados de cerveza y su vestido estaba manchado de lo que había sido la cena.
Se escuchaban pasos acercándose a su cuarto y por un momento sintió un escalofrío, no le temía a Shiba, pero sabía que si lo mataba su cabeza colgaría de la orca a la mañana siguiente.
Se recargo en la puerta y se dejo caer al suelo resbalando lentamente, su espalda tocaba la madera vieja de esa puerta que era su última esperanza, cubrió su cara con sus manos y sintió como las lágrimas resbalaban por sus ojos.
Un extraño recuerdo corrió asía ella, extrañaba a Renji, a sus amigos, extrañaba sobre todas las cosas a Ichigo, aun cuando pasaban mas tiempo peleando que hablando, ella lo extrañaba, y sobre todas las cosas extrañaba el que la protegiera, el que la abrazara como si fuera el tesoro mas preciado sobre la faz de la tierra.
Pero ellos se habían marchado buscando sus sueños, buscando algo que tal vez estaba más cerca de lo que ellos creían.
Rukia sonrío con ironía al recordar las palabras de Renji "a veces no es necesario buscar, lo que sales a buscar fuera, seguro esta a tu lado solo que no puedes verlo."
La puerta resistió el primer golpe, y Rukia reacciono lo suficientemente rápido para esquivar los pedazos de madera del segundo golpe.
Shiba estaba ahí frente a ella, con una botella rota en su mano derecha y un hacha en su mano izquierda, Rukia esquivo la botella rota cuando el la arrojo, pero no pudo esquivar la patada en el estomago.
Ya había peleado antes con el y un golpe así no bastaría para matarla, o hacerla caer, sabia pelear, Ichigo y Renji se habían encargado de eso, mas Ichigo que Renji había que aclarar.
- Zorra, tu cabeza me pertenece, tu muerte… solo así podrás remediar el dolor que siento al saber que mi amado hijo murió por tu mano… perra.
Rukia cerró los ojos y espero el golpe, el recuerdo de Kaien le dolía más de lo que pudiera admitir jamás, pero al cerrarlos lo vio ahí frente a ella gritándole
"Yo morí por protegerte, si tu te dejas morir es como si me mataras de nuevo."
Rukia dio un salto hacia atrás y vio caer el cuerpo de Shiba inconsciente al suelo, el hacha estaba congelada y ella respiraba agitadamente, salio del cuarto casi arrastras mientras su vista se nublaba, al llegar a las escaleras, vio a su carcelera, sonreía y después todo se volvió negro.
Esa vez había llovido durante tres días y ella se encontraba en la fuente, en el centro de la ciudad sintiendo las frías gotas de agua mojar su cara, se sentía feliz al sentir el frió del agua en su piel, su ropa estaban mas que mojadas y se pegaban a su cuerpo, pero se sentía feliz, había tenido una infancia difícil, pero ahora con 16 años podía sentirse libre y feliz.
Libre por que al fin podía salir a trabajar y buscar un lugar mejor con sus propias piernas, y feliz por que tenia a sus dos mejores amigos, Renji e Ichigo, pero sobre todo, por que Kaien estaba junto a ella.
Kaien era el hijo mayor del señor Shiba.
Ella había estado sentada bajo la lluvia toda la tarde y ahora que ya era noche el frio se sentía aun mas, cerro los ojos y sintió un poco mas de paz.
Escucho unos pasos lentos y podía sentir que el se acercaba, podía sentir la preocupación de el por ella, podía incluso sentir el latir de su corazón como si lo tuviera entre sus manos.
Sonrío al pensar en lo afortunada que era al tener alguien asi junto a ella, el se acerco a ella y la abrazo, bajo la lluvia.
Rukia sonrío y se pego mas a el, sabia que no estaba bien, pero se sentía tan bien, fue ahí cuando su calvario comenzó, justo en ese momento en que se sentía tan bien entre los brazos de el.
Cerro los ojos y cuando los abrió todo se había convertido en una pesadilla. Estaba cubierta de sangre, mientras que Kaien la abrazaba protegiéndola, alrededor había al menos quince personas muertas, y ella no entendía nada, solo podía sentir como el corazón de Kaien se detenía poco a poco.
Los informes decían que los soldados de una nación enemiga habían intentado tomar el pueblo y que Kaien los había detenido, pero ella sentía que eso era falso, y no solo ella, sino también la familia de Kaien.
A los tres meses Ichigo se fue, y Renji le siguió al mes siguiente, ella se quedo sola, con su dolor y con la incertidumbre de pensar que ella había matado a Kaien.
Noche tras noche cosas extrañas sucedían a su alrededor, las gotas de agua se congelaba, sus manos se volvían frías y sus ojos adquirían un brillo distinto, la madre de Kaien la odiaba y su padre de el, la golpeaba, pero siempre pasaba algo y los golpes no llegaban mas allá de ligeras laceraciones, incluso sus heridas se curaban increíblemente rápido.
Rukia abrió los ojos y se encontró en el suelo, estaba en la habitación de Kaien, sus ojos se llenaron de lagrimas, intento correr salir de ahí, le dolía ver todo aquello, esa era su peor tortura, la puerta estaba atrancada y grito asta quedarse afónica, le dolía todo aquello, le dolía saber que jamás lo volvería a ver, le dolía sentirse sola y que ese cuarto se lo recordara a cada centímetro, era como si cada cosa que mirara en ese cuarto fuera un grillete para su corazón.
Miro la ventana y pensó en saltar, pero sabia que no valía la pena, solo se dejo caer al suelo y se abrazo a si misma, solo el queda eso, solo le queda ella misma.
Ichigo sintió algo extraño en su pecho, no era la primera vez que lo sentía, miro al cielo aun nublado y le recordó a Rukia, cuanto tiempo había pasado desde la ultima vez que la había visto, suspiro y comenzó a recoger sus cosas le esperaba un largo camino que recorrer y solo cuando terminara esa misión volvería al lado de su adorada enana.
Hora: 10:15 de la noche.
Esta historia tiene un secreto oculto, espero que alguien lo logre descifrar al final jiji.
Espero sus comentarios Sayonara.
Atte: Taia Himura
