Hola! Soy donna008, es la primera vez que publico esta historia veteada. Los capítulos ya están escritos hasta el capítulo 31., lo único que falta es que se beteen, por mi genialísima beta, Lu* =)
El fic, espero que os guste. Está siendo publicado en la web de Harry. MI nombre ocmo usuario es donna*
Espero que os guste la trama. Con el tiempo el fic se irá volviendo más y más HOT/Lemmon.
Un beso a todas! Espero reviews! :)
En Qué Estrella Estará
Capítulo 1.
"¡Ring. Ring!"
Se escuchó un gruñido por parte de la chica que descansaba en la cama. La joven se despertó sobresaltada, con su respiración obviamente turbada. Había soñado con unos ojos grises que no paraban de perseguirla, extrañamente le recordaba a alguien, pero ¿A quién?
Se levantó y apagó el despertador.
- No sé porqué aun pongo el despertador si ya es verano – se dijo a si misma. Con un deje de molestia ya que en el verano le encantaba dormir durante horas y horas y no ser interrumpida.
Al levantarse se acordó de que había quedado a la mañana con una amiga suya para ayudarle en un regalo que le iba a hacer a su novio por estar tres meses juntos.
Se levantó, y bajo a desayunar. Ya en la cocina encontró a sus padres.
- ¡Buenos días! – saludó la castaña casi con efusividad
- ¿Qué tal has dormido? - preguntó su madre obsequiándole un beso en la mejilla.
- Bien. He olvidado quitar el despertador - dijo la joven con seriedad, aunque más que ello, con frustración.
- ¿Qué vas a hacer esta mañana? – preguntó nuevamente su madre
Y su hija sin pensarlo dos veces respondió contenta: - He quedado con Ann para ir de compras -
Al terminar de desayunar, subió las
escaleras y se empezó a preparar.
Se dio una ducha, y se arregló
su cabello castaño largo y rizado.
Ella. Hermione Granger. Había decidido que, al terminar el 6º curso de Hogwarts, cambiaría. No iba a volver a ser la misma chica tímida que se dejaba pisotear por todos, o a los que permitía hacerlo aunque fueran pocos los de su lista.
Se miró al espejo y vio que había mejorado notablemente. Su cuerpo tenia curvas de un mujer de su edad, claro está, y su rostro había madurado, se había convertido en una envidiable muchacha, tenía que decirlo; ella siempre había sido una chica hermosa, aunque le daba vergüenza admitirlo, y ahora con nada que se arreglase estaba radiante. Utilizó una 'espuma' en su cabello, especial para definir sus rizos, algo muggle por supuesto. Con pasos leve se fue a su armario para elegir la ropa que se pondría aquel día.
Era una mañana calurosa. Optó entonces, por ponerse unos shorts blancos, una camiseta negra de tirantes con estrellas pequeñas estampadas, y unas sandalias blancas. Se dio un suave maquillaje. Cogió el móvil y las llaves de casa y bajó al primer piso de la casa. Esta, estaba vacía, sus padres ya se habían ido a trabajar. Hermione sospechaba que algo no iba bien entre ellos; su madre, de repente, se preocupaba demasiado por ella; y su padre, la miraba con una mezcla de cariño y temor. Temor. Temor que Hermione no lograba comprender.
Cuando iba a salir de casa, escucho un ruido que venía de la ventana. Sacándola de sus cavilaciones, vio a una lechuza picoteando el cristal "otra vez no". Pensó la castaña. No sabía de quién era la carta, quien la escribía nunca lo supo, pero sabía cual era su contenido.
Cogió el sobre abriéndolo lentamente y sus sospechas se confirmaron:
"No me olvido de ti, ni de quien eres, pronto serás la siguiente."
