•Disclaimer: Axis Powers Hetalia © Hidekaz.
•Advertencia: Lemon suave, Versión femenina de Italia del Norte.
•Pareja: AlemaniaxNyo!Italia/LudwigxDacia.
•Datos:Nyo!Italia es Piscis (17/03). Alemania es Libra (03/10).
•Dedicado a: Luisa.
•Notas: Claramente a Hidekaz le gusta el nombre de "Alice" para Nyo!Ita, pero no es oficial. Aunque, ese nombre no es para nada italiano, suena más a inglés. Hidekaz, piénsalo un poquito más, ¿sí? Por ahora han salido como "Daisy y Felicia" (me impacta la inteligencia para ésta última.). Yo sólo tomé el nombre de una escritora italiana. Y si todavía no saben mucho de la chicoca de Nyo!Italia, es más valiente y violenta que Feliciano, pero aun así, es romántica.
Me costó hacer éste horóscopo. Las ideas no me surgían, me sentía perdida y en un vacío total. Pero de alguna manera lo continué. Algunas partes están…raras.
:D
.
『º…Hσяớscσρσ αl Єsтιlσ AlєmαnιαxNyσ!Iтαlια…º』
·
·
..Sєgύη sυs Sιgησs...
[·~·Piscis~·]
Son románticas, espirituales, emocionales y extremadamente soñadoras. Su capacidad mental, le permite valerse por sí misma sin problemas.
"Podríamos ir a pasar un tiempo frente al mar"―decía mágicamente la italiana menor, abrazada del brazo del germano―, "disfrutar de sus olas, y en la noche nos dormimos en un hotel, y podríamos bañarnos en sales de mar."
"Como tú quieras."―Alemania no tenía ningún problema, él iba donde ella iba, pero quizás no siempre era en todo. La castaña se detuvo observando el gran cartel de oferta de las tiendas de ropa. Sus ojos miel se iluminaron y se soltó de Ludwig.
"¡Espérame aquí Lud, debo entrar en batalla!" ―gritó enérgica arremangándose las mangas contra las otras víboras que le quitarían sus vestidos y zapatos de taco alto.
Y desde afuera se escuchaban los insultos y puños de Dacia hacia otras señoras por una tela…
Alemania realmente se preguntaba si era valerse por sí misma.
X
Si se marca un objetivo, lo acaba consiguiendo, porque entre sus virtudes está la constancia y la paciencia.
El objetivo de Italia del Norte era abrazar hoy a Alemania después de la reunión, no podía hacerlo interrumpiéndolo, se enojaría con ella. Era mejor fijar su objetivo al final, darle un gran abrazarlo para hacerlo descansar de tanto pensar por los demás. Adoraba eso de él.
Así que, esperó paciente aunque no quisiera hacerlo, sentada en su puesto.
Al terminar, se rascó el parpado derecho. Esperó que todos se fueran. Se levantó ayudando al alemán a ordenar sus pertenencias.
"¿Ya estás desocupado?"―preguntó la muchacha, recibiendo un acierto― "¿Te puedo abrazar? Para que te relajes un poco."
"Ah…" ―ni siquiera alcanzó a contestarle correctamente, ella lo tenía acorralado en sus femeninos y fuertes brazos.
La castaña sonrió.
X
No entiende nada de economía política, pero se las arregla para vestirse lujosamente y andar a la moda.
"Bien, ¿qué haremos con la situación de Italia?"―preguntó Francia posando las manos sobre la mesa.
"Hasta el momento no ha surgido ningún plan económico para las gemelas." ―argumentó Alemania, tal vez si tuviera a Inglaterra aquí, estarían ideando una solución, pero…bueno, él se encontraba en su mundo surgiendo con sus hermanos de la crisis. Además…también estaba Antonio, otro con problemas.
"¿Qué opinan, Dacia y Chiara?" ―Hungría se cruzó de brazos, mirando a las hermanas.
Ellas pestañearon desentendidas y se observaron viendo quien de las dos diría algo.
"Ah, bueno…no entiendo nada de lo que dicen, pero creo que el rojo no combina muy bien con el verde." ―aportó la menor.
"Bien dicho hermana." ―realmente la mayor la halagó, ¿quién usaba esos colores juntos?
"Estamos perdidos."―Francis se dio una palmada en el rostro.
No quedaba otra opción, como siempre Ludwig se ocuparía de ellas, siempre era igual, siempre para todo lo que sea económico.
X
Siempre perdona, porque posee una naturaleza empática que le permite ponerse en el lugar del otro con gran facilidad.
"¿Dónde está mi perfume vacío?" ―la chica buscaba desesperadamente el frasco de su perfume por todo el cuarto. En eso Alemania apareció preguntando que le ocurría, y él sabía donde estaba ese frasquito.
"Lo voté."
"¿Qué?" ―se espantó― "¿Pero por qué? Lo iba a guardar con los demás frasquitos, tenía un lindo diseño."
"Bueno yo…realmente no sabía si lo ibas a guardar o votarlo" ―trataba de explicar, no quería hacerla enojar―. "Entiéndeme, estaba confundido, tampoco me dijiste que ibas hacer con él, sólo estaba ahí en tú cómoda."
Italia del Norte se acarició el cuello, no podía echarle toda la culpa a su germano, también ella misma tenía responsabilidad de no haberle dicho. Y si estuviera en su situación de confusión, estaría igual.
"No importa, puedo comprar otro la semana que viene." ―intentó surcar los labios.
X
Te besa hasta cuando hablas por teléfono.
Yacían en la cama, con ropa todavía. La italiana lo besaba con fervor y el alemán correspondía sin nervios estando bajo su silueta. La abrazaba por la cintura, al fin podían estar juntos, solos en su intimidad. Era cansador pasar todo el día viendo detalles de cosas que no quería recordar para no estropear la pasión.
Pero tampoco era necesario eso para estropear todo, su teléfono celular comenzó a sonar desde la cómoda de al lado. Pidió a la joven que se detuviera un momento, luego volvería. Se sentó para contestar, no obstante la insistente italiana se aproximó a acariciarle los hombros y a besarle el cuello, colocándole nervioso.
Por favor, estaba al teléfono, ¡debía detenerse!
Entonces tomó la decisión de ponerse de pie, caminando hasta la puerta.
Dacia le quedó mirando y formó una sonrisa. Mientras Ludwig hablaba al fin tranquilo, sintió que algo subía por sus piernas. Bajó la mirada y gritó sonrojado soltando el celular.
Cayó al suelo de espaldas, queriendo articular…lo que sea ante el acercamiento provocativo de la italiana.
X
Su signo es "dos en una". Parece tan humilde, inexistente, tan desprovista de personalidad, pero te sorprenderás al ver que es la perfecta espía, por el motivo de que es imposible que nadie sospeche de ella.
"Muy bien, escucha con atención a mis instrucciones"―informaba el rubio germano dentro del batallón de la Segunda Guerra, sosteniendo a la italiana nortina de los hombros, mientras Japón tomaba nota de la estrategia―. "Cuando entres al ejercito francés, quiero que les des éste somnífero."
"De acuerdo capitán" ―acertó firme, disfrazada de una linda señorita que tendría problemas para llegar a España, seduciendo a los franceses para darles pastelitos con somnífero―. "Daré todo mi esfuerzo."
Antes de marcharse a su misión, tomó el rostro del alemán y lo besó en los labios como despedida. En eso, Kiku pidió que no lo hicieran más frente a sus ojos, aunque fuera lindo, no estaba acostumbrado a las expresiones de cariño en público.
Y después la muchacha italiana marchó.
"¿Seguro que funcionará?" ―cuestionó el asiático.
"Sí, ella tiene un gran potencial, nadie sospechará de la trampa."
Luego de lo ocurrido, Francis se preguntaba cómo demonios sus soldados pudieron caer tan bajo ante una italiana supuestamente en problemas… ¡no era el momento de dormir! Pero…también él cayó en la trampa y se desplomó en el suelo.
Inglaterra al llegar, quería matarlo por imbécil. Otra vez tendría que ayudarlo. ¿Acaso Francia no podía hacer nada solo?
X
Es muy suspicaz, por lo que mantiene todo el tiempo controlado a sus amantes, y si lo ven demasiado amistosos con otras mujeres, se sentirá en apuros.
Vio como Alemania conversaba con la secretaria, siempre sospechó que esa tipa miraba a su hombre de pies a cabeza. Ludwig era muy amable con las personas, ese era su punto débil. ¡Debía actuar!
Se acercó a ellos y tomó del brazo al rubio, frunciendo el entrecejo hacia la secretaria. Le advertía con la mirada que para la próxima vez que los viera juntos, lamentaría haber nacido. Luego forzó al germano a caminar lejos, muy lejos…viendo lo celosa que estaba Dacia. Únicamente le pedía a la secretaria unos archivos, ¿qué tenía de malo eso?
X
No adoptes una postura pedante, creída, o críticas con sus cosas, no lo tolera.
"No hay más opción que dar al culpable a Italia."―ratificó Inglaterra cruzándose de brazos.
Las hermanas exclamaron arrugando el entrecejo.
"Ustedes son débiles, siempre lo han sido, no hay más razón para culparlas, ¿ocaso creían que iban a pasar desapercibidas?" ―seguía argumentando sin dejar de criticarlas, esto no daba buen presentimiento a las demás naciones.
"Eh…Arthur, no creo que sean culpables"―decía Francis totalmente en contra del menor, ellas no pudieron haberlo hecho―. "Míralas, son tan lindas…creo que ya no lo son." ―cambió de opinión por el repentino cambio de semblante de las gemelas.
"¿Débiles? ¿Culpables? ¡¿Quién eres tú para tratarnos así?!"―enfureció la menor, poniéndose de pie.
"¡El Gran Reino Unido si no lo sabías!"―respondió con ego, a lo que Ludwig trató de aconsejarle que no siguiera con buscarlas, ellas no eran culpables, no habían pruebas. Y era mejor que se tranquilizara o saldría muy mal.
"¡Eres un cretino, che palle!"―ahora la mayor se levantó agarrando su agenda para aventarla, siendo interrumpida por la nortina.
"¡Déjame golpearlo primero, sorella!"―ella tenía muchas ganas de hacer eso. Cogió su silla y se la lanzó a Inglaterra, quien por suerte la esquivó muerto de miedo. Su instinto animal-macho le decía que debía correr por su vida.
Corrió siendo perseguido por las italianas.
"¡Corre Inglaterra, corre! ¡Salva tu vida!"―Alfred trató de darle ánimos…si servía de algo.
Y todo esto era porque alguien se robó unos pastales que el mismo inglés preparó para todos. El culpable…fueron todos por su salud estomacal.
X
Es tremendamente sentimental, y si sus sentimientos están heridos, llorará a torrentes. Te mirará con tal aire de reproche que te sentirás como si acabaras de disparar a un conejito.
"Creo que…debemos darnos un tiempo."
"…"
"Por nuestro bien."
Alemania lo decía enserio, quería dar un tiempo a la relación, para los dos. Las cosas no andaban bien como países ni como personas enamoradas. Cada vez había más problemas, uno tras otro, que era economía, que era la política, que era lo otro. Necesitaban descansar, sentirse libre un tiempo, sólo un tiempo.
"¿Quieres terminar?" ―preguntó la italiana con un tiritón en los labios― "¿No vernos más…?"
"La verdad…será un por tiempo…"
"¡Ludwig no me quiere!" ―exclamó con tanta fuerza que cayó al suelo de rodillas, comenzando a ser un río de lágrimas cubriéndose el rostro.
"Y-Yo no dije eso…" ―se colocó nervioso, no sabía qué hacer para calmarla, únicamente decir palabras― "Só-Sólo será un mes sin vernos…"
"¡No quiero estar un mes sin ver a Ludwig!" ―no paraba de gritar, y no dejaba verse.
El germano había echo mal, tal vez la solución no era darse un tiempo, pero…pero…
Se agachó frente a ella, le pidió que le mirara y cuando lo hizo sintió que mató a un pobre conejito que no tenía la culpa de nada.
"No nos daremos un tiempo."
"¿De verdad?" ―surcó los labios lentamente, y el rubio acertó― "Ti amo." ―y lo abrazó.
X
Sé delicado, tierno, cariñoso, amable y sensible. Escríbele poemas, cartas de amor, regalos virtuales, pero sé siempre sutil. Dale tu calor y utiliza toda tu imaginación, sé protector con ella y te entregará su corazón.
Iban paseando por la cuidad de Roma, un encantador día para disfrutar del amor.
Dacia iba del brazo de Ludwig, alegre ante al paisaje. El día comenzó cuando él le envió una carta, un poema en realidad. Le contó que aunque no le pareciera, Prusia le brindó una mano.
Norte de Italia liberó una risa delicada, no importaba si las escribió él o no, le fue muy lindo ese escrito.
Estando un poco despistada, no se fijó bien el semáforo para cruzar a la otra calle, si no fuera porque Alemania la alcanzó agarrar del brazo hacia su cuerpo, ahora estaría en el hospital. Su corazón latió tan rápido como la acción del rubio. Respiraba agitada.
Cerró los ojos y lo abrazó con más fuerza, agradeciendo que la haya salvado, y sintiendo su cuerpo tibio.
Ludwig avisó que ya podían avanzar, pero Vargas no se quiso soltar de él.
De todos modos, el germano caminó aunque estuviera fuertemente abrazado.
(…)
[·~·Libra~·]
Tienen encanto, elegancia y buen gusto, y es amable y pacífico. Suele ser deportista.
En la mañana, Alemania la visitó, eso pensaba la italiana al verlo tan bien vestido con una elegante chaqueta larga, hasta que se la quitó mostrando sus brazos bien trabajados, teniendo una camiseta. Irían hacer ejercicio.
… ¿Eh? ¿No era una visita? ¿Y cuándo dijo que irían hacer ejercicio?
"¿Enserio no lo recuerdas?" ―preguntó el rubio bastante confundido que su novia no hiciera memoria de ayer en la noche al hablar por teléfono. Ambos se pusieron de acuerdo en salir a trotar en la mañana.
Ups.
Cinco minutos después, fueron a trotar.
"¡Lud, espérame! ¡Estoy cansada!" ―suplicaba la jovencita con su cabello ondeando al viento.
"¡Si no corres, no tendrás ningún beso mío en todo el día!"
"¡Estoy llena de energía!" ―de la nada se recuperó pasando al germano.
"Siempre sirve con ella."
X
Sabe valorar los esfuerzos de los demás y les gusta vivir y trabajar en equipo.
Estaban acampando lejos del enemigo, los aliados. Era cansador combatir usando sus fuerzas y dirigir tropas.
Japón y Alemania yacían sentados sobre unas piedras preparando la comida. De repente Italia del Norte apareció cargando tres pescados enormes. ¿Lo hizo sola? ¿Sin ayuda? ¿De verdad?
"Me esforcé, Ludwig. Tendremos un gran banquete." ―dejó los pescados en el suelo junto con la caña de pescar. El japonés estaba asombrado y aplaudió a la joven italiana. Alemania también le dio de sus felicitaciones, al fin podrían comer algo decente y no latas ni tarros de atún.
X
Es un buen consejero. Tendrá la solución perfecta para todos tus problemas, y una respuesta para cada pregunta que le hagas.
Nadie sabía como solucionar el problema que tenían Francia, Inglaterra e Italia, las hermanitas. Enserio, nadie lo sabía. Discutían y no llegaban a ningún acuerdo.
Lituania se acercó a Alemania a pedirle que solucionara esto o habría guerra. El germano se acarició la sien, no podía ser posible que esos cuatro pelearan por algo tan estúpido.
"¡¿Qué tal si Alemania da su opinión?!"―propuso Inglaterra.
"¡Opino que Alemania diga su veredicto!" ―siguió Francis.
"¡Estamos de acuerdo!" ―dijeron expresivamente las gemelas.
Ludwig alzó la vista celeste al escándalo. ¿Qué debía decirles? ¿Qué solución les podría dar?
"¿No es cierto que éste billete me pertenece?" ―mencionó Arthur cogiendo el billete con sus manos.
Francia se lo arrebató. ― "¡Le pertenece al gran Francia!"
Se lo quitó Chiara. ― "¡A nosotras nos pertenecen! Mi sorella como es un poco despistada, se le cayó."
"¡Mentirosa!"
"¡SILENCIO!" ―Ludwig no dio más, la cabeza le daba como tanque. Tomaría una decisión ante esos cuatro. Se puso de pie, sujetó delicadamente la mano de la mayor, y le arrebató el billete― "El dinero que ustedes encontraron será donado a la fundación de niños con cáncer."
De esa forma, se supo como usar bien ese billete.
Continuará…
X
Es capaz de ser imparcial ante conflictos. No obstante, una vez que ha llegado a una opinión sobre algo, no le gusta que se le contradiga. Le gusta contar con el apoyo de los demás.
Continuación:
"¡No puedes hacer eso! ¡Es injusto! ¡Es billete es mío, a mí se me escapó del bolsillo!"―Inglaterra estaba histérico sin creer la decisión del hermano menor de Prusia.
"¡Que no se te cayó a ti, fue a mí, el gran Francia!"
"¡El billete es de nosotras! ¡Diles algo Ludwig, estás con nosotras!" ―debía servir que el alemán fuera su novio, ¿no?
"¡Escuchen los tres!" ―la paciencia en Alemania se le fue lejos por tanto griterío― "Se va a donar a los niños con cáncer, ¡y si continúan contradiciéndome, los enviaré a los cuatro a sobrevivir en el sótano de la casa de Vash!" ―severo, respiró relajado― "¿Algo qué decir?"
Los países se miraron entre sí. No tenían nada que decir, era buena idea de Alemania donar a esa fundación. Tenía un corazón enorme.
X
Parece a menudo indeciso, porque su preocupación constante es elegir lo mejor.
Era el cumpleaños de su querida italiana, necesitaba elegir algo bueno, algo que le hiciera falta y le gustara tanto que lo llenaría de besos por toda la cara.
Pero se encontraba mirando y analizando que osito de peluche regalarle. ¿El grande o el pequeño? El grande lo abrazaría todo el día llena de felicidad, mientras con el pequeño lo llevaría para todas partes. ¿Cuál era el mejor?
Uhm…únicamente es cuestión de imaginar a Dacia con las dos situaciones.
¡Esto es complicado!
Muy bien, llevaría el osito de peluche grande.
Mientras tanto, caminando por el centro comercial, cargando el inmenso peluche, una tienda de ropa femenina estaba en oferta. A ella le gusta la ropa…
¿Qué sería mejor? ¿Un pantalón ajustado o una falta corta?
X
Cuando te sonría, algo te pasará por dentro. El corazón se te derretirá. A partir de ese momento, habrás perdido la batalla.
Dentro de la reunión, en realidad por lo corredores de la ONU, Norte de Italia yacía acompañada conversando con unas naciones, mientras que Ludwig salió del tocador dirigiéndose a la sala.
La chica lo visualizó a la distancia, quería llamar su atención, sin embargo el alemán fue más rápido regalándole una sonrisa hermosa haciéndolo ver las…guapo y galán.
El pecho de la italiana dio un brinco, como si millones de fuegos artificiales quisieran dispararse fuera de su interior.
Era tanta emoción que se sonrojó y se desmayó.
Todos gritaron pidiendo ayuda, y Alemania se asustó cargándola en brazos.
X
Éste hombre siempre está esperando que hagas una mala movida. Te va a mirar desde lejos y hasta va a poner a sus amigos a que te echen un ojo.
Había enviado a Dacia a una misión, entregar un sobre secreto al buzón de correo de Berlín. Era demasiado secreto, si alguien se lo quita, estarían perdidos sin las tropas del sur.
Ludwig estaba preocupado, quería estar seguro que la chica no haría nada tonto, o desviarse por cosas de mujeres.
Se encontraba escondido detrás de unos árboles de la avenida por donde iba caminando la castaña, disfrazado de...bueno, llevaba una chaqueta oscura, gafas negras y un sombrero negro también, observándola con unos binoculares.
Rezaba que todo saliera a la perfección.
"Kiku, ve al frente y que no se te pierda de vista."―ordenó y el japonés accedió sigilosamente trasladarse a la otra esquina.
Todo iba bien, y Vargas llegó al buzón, depositando la carta.
X
Si deseas seducirle procura parecer distinguida y guapa. Tu apariencia será muy importante para él.
Era una fiesta de los países, elegante en la elegante mansión de Bonnefoy, Francia, el mejor lugar para los gustos con elegancia. Menos para Inglaterra, claro.
Todos llegaban, Gilbert piropeó a Elizaveta y a Emma, donde el holandés lo agarró de las orejas por cortejar a su hermana menor. Por lo menos la húngara no tendría que usar su sartén en él por degenerado.
Mientras, Alemania no hacía nada por defender a su hermano mayor, desde lejos se ve caminando con vestido rojo y largo a la menor de las italianas. A Ludwig se le podría caer la baba, pero como es decente y no ser como cierto francés e inglés, se dirigió a ella, deslumbrado por su belleza, empujando a Francia quien se cruzó en su camino.
Dacia surcó los labios. Ludwig la halagó de un modo fino y respetable. Le propuso que tomara su brazo y entraran a la sala.
En ese momento, Gilbert suspiró de amor.
"Se ven tan lindos juntos. Mi hermano crece muy rápido."
X
Suele ser frío, sin embargo en sus relaciones íntimas es romántico y hasta sentimental.
No se sabía exactamente si era la luna de miel, habían ido a un hotel frente a la playa, escuchando la canción de las olas al encontrarse con las rocas en las orillas.
Alemania había solicitado una habitación para esta noche, para celebrar el aniversario. Dacia quedó atónita por la sorpresa, ¡era maravilloso! ¡Todo era hermoso, el paisaje y la habitación!
La cama era enorme y rosada con almohadas tan blancas como la nieve, donde la cabeza de la italiana se depositó con cuidado, para que el rubio pudiera ir hacia ella aspirando el aroma de perfume y las cremas por la piel de mujer. Le mordió el labio inferior y posó el suyo encima de éste, oprimiendo con dulzor, susurrando sus gemidos y oraciones precisas de lo que sentía su corazón.
Sí, es verdad. Italia del Norte conocía muy bien a Alemania, podía ser frío y recto para sus cosas durante todo el día, más con otras personas, sin embargo, al estar única y exclusivamente con ella, cambiaba su actitud a un ser que nadie más conocía.
Ludwig es tan tierno.
X
.
.
...Cσmραтιbιlιdαd...
El aire y el agua no se mezclan fácilmente, por lo que Libra tendrá que estar atento a las necesidades de Piscis, incluso aunque no siempre entienda cuáles son.
"¡Ese no, Ludwig!"―gritó la nieta de Roma encerrada en el baño, recién acabó de ducharse, y se le olvidó traer sus prendas.
"¿Entonces cuál es?" ―tenía al pobrecito germano corriendo de su habitación hasta el baño, una y otra vez, para que la castaña pudiera asomarse y ver si le trajo la prenda correcta.
"¡El vestido, Ludwig, el vestido!"
"¡Pero si te traje el vestido!"
"¡Ese no, el otro! ¡El que tiene encajes!"
Y ahí fue de nuevo a buscar el otro vestido con encajes, pero eran muchos con encajes y escogió uno al azar.
Golpeó la puerta del baño. Dacia se asomó.
"Ese no es."
"¿Podrías tan sólo colocarte cualquier vestido?" ―estaba perdiendo la paciencia, pero era su mujer, y debía atenderla como correspondía.
"No, yo quiero mi vestido. Lud, es el vestido con encajes de color negro. No es tan difícil encontrarlo."
Y fue de nuevo, ya resignado.
"¿Éste?"
"¡Ese no! ¡El negro con encajes que tiene un corte en la pierna, Ludwig!"
"…Dios, dame paciencia."
X
La mujer Piscis y el hombre Libra son ambos sabios, aunque en diferente medida ellos se complementan.(?)
"Entonces, enviarás tus tropas por el oeste, así le tendremos una emboscada a Inglaterra" ―decía Alemania apuntando las zonas específicas para el plan, sobre un mapa, pero la chica no le tomaba atención―. "¿Me estás escuchando?"
"¿Eh?" ―alzó la mirada miel, estaba jugando con unos soldados de juguete del germano, que eran para la estrategia, ¡no para jugar!― "Claro que sí."
El rubio entrecerró la vista, no le creía. De todos modos continuó, sin embargo nuevamente no le tomaba atención.
"Dacia, deja de jugar y escucha lo tienes que hacer."
"Es que estoy aburrida…además que, sería mejor cambiar ese plan a ir de pesca, conozco un río muy bonito y…"
Olvídenlo, no hay caso. Le pedirá ayuda a Japón.
X
Ambos tendrán mucho de qué hablar si tienen un interés mutuo por las artes o las actividades culturales. Los dos son soñadores e idealistas de formas diferentes.
"¡Ludwig~!"―la muchacha italiana gritó eufórica corriendo hacia el nombrado, que yacía arreglando el jardín― "¡Me gané entradas para la obra de El Cascanueces!
"¿Qué, cómo?" ―se puso de pie al oír la noticia, mientras ella se le acercó entusiasmada.
"¿Vamos? Son justa dos entradas, deberíamos ir y pasar un rato juntos. Además, hace tiempo que no vamos a una obra de teatro."
"Por supuesto, iremos. Me gusta es obra, aunque sea rusa…"
"Eso es lo de menos. Disfrutaremos, y luego iremos por unos helados, y nos besaremos románticamente…"
"Eh…"
X
A donde Libra dirige, Piscis le sigue, pero no conviene empujar demasiado a la fuerte Piscis. Un exceso de control y ella se alejará. Es más fuerte de lo que parece.
"¡Todos a sus puestos, atacaran cuando dé la señal!" ―ordenó el soldado y comandante Ludwig protegiéndose entre unas rocas, mientras los disparos no cesaban.
Al frente, Dacia se concentraba en los lugares débiles del enemigo.
Ludwig la llamó despacio, le indicó que se movería un poco más alejado de ella, ésta acertó que lo cubriría y le seguiría.
El rubio se movió rápidamente ocultándose en una pared, Japón también lo siguió llevando implementos de guerra.
La chica de cabello castaño encontró un buen lugar para protegerse, unos sacos gigantescos al lado del alemán. Éste, dio la señal para atacar.
"¡Dacia, necesito que retrocedas! ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Cuidado, te van atrapar…!"
"¡¿Quieres callarte un momento?! ¡Intento disparar contra el enemigo!"
En ese preciso instante, Alemania silenció desconcertado. Kiku lo miró del mismo modo.
"Le…gritó."
"Sí…"
"Creí que solamente le gritaba a Inglaterra…"
"Parece que ahora no…"
X
Piscis siente que Libra lo necesita y estará allí para brindarle su apoyo.
"¿Qué haces?" ―preguntó Norte de Italia con demasiada curiosidad al alemán.
"Preparo un käsekuchen." ―respondió sonriente, mientras hacía la masa del postre.
"¿Necesitas ayuda? Yo te ayudaré." ―ni siquiera esperó recibir la respuesta para darle un suave empujón y continuar por él.
Ludwig la miró confuso, y suspiró. Entonces él haría el relleno del postre.
X
A la larga el hombre de Libra suele cansarse de tener que tomar siempre las decisiones importantes.
"¿Qué opinas?"―el rubio estaba sentado en el sofá junto con su pareja, ambos platicaban seriamente.
"Pues, cualquier decisión que tú tomes, te seguiré."
"No, Dacia. Si te has dado cuenta siempre tomo las decisiones por los dos, y yo no sé en lo estás pensando."
"Pero siempre te sigo…"
"Eso no es suficiente. Quiero que tú también tomes decisiones, no sólo yo."
"Uhm…"
"¿Qué opinas? ¿Qué quieres decidir?"
"Quiero…mañana almorzaremos comida china."
"¿Estás segura?"
"¿Es muy mala?"
"No, no. Almorzaremos comida china."
X
Piscis y Libra pueden formar una pareja muy feliz aunque parezca difícil de creer.
¿Qué era difícil de creer? ¿Qué iban tomados de la mano todos los días sin desperdiciar un segundo?
Entre esos dos nada era difícil de creer. Lo difícil de creer, era que se pelearan y terminaran.
"Abre la boca"―pidió la italiana llevando una cuchara de comida hacia la cavidad bucal del feliz y sonrojado rubio siendo alimentado como bebé―. "¿Delicioso?"
Acertó con la cabeza mientras masticaba.
Todos los observaban, preguntándose cómo Ludwig podía soportar tanta vergüenza por amor.
X
Piscis se mostrará siempre encantadora y deseosa de complacer a su pareja. Otorga un aire de misterio que logrará fascinar a Libra.
De que a Dacia le gustaba encantar a Ludwig era verdad, pero también sería bueno que diera de su parte alguna vez en la vida, claro, era tímido y pudoroso, pero…no siempre la mujer tenía que complacer al macho. Ella de igual forma necesitaba una estimulación, un baile sexy de su alemán…
Olvidándonos de ese punto, la italiana se encontraba en la habitación con cuyo hombre grandote, separados. Él miraba a su alrededor esperando la "sorpresa" que le tenía, según ella, mientras ésta se ocultó detrás de unas cortinas que deba con una pequeño cuarto donde podía prepararse.
Al estar lista, lo llamó. El germano accedió a sin quitar las cortinas, ella le impidió hacerlo, únicamente dejó ver sus ojos miel.
"¿Y? ¿Cómo me veo?"―¿acaso estaba jugando? No la podía ver, ni siquiera sabía como vestía― "Ese es el punto, que funcione tu imaginación."
"¿Enserio no me vas a dejar ver?" ―insistió y razonaba realmente que era bueno lo de la imaginación.
"Déjame pensarlo, no." ―no lo pensó mucho, luego de eso le pidió a su pareja que se vendara los ojos. Lo hizo sin entender, siendo llevado desconfiadamente a la cama, recostado boca arriba.
Esto de saber cómo estaba vestida la italiana le comía por dentro.
"¿Puedo mirar ya?"―hasta que al final, le dijo que sí. Enseguida se despojó de la venda que obstaculizaba su visión.
"¡Cha chan!" ―exclamó levantando los brazos, mostrando un sensual y provocativo diseño de la bandera de Alemania.
Esto…esto…era…era…
El rubio no podía articular, era demasiada la emoción y el impacto, aumentando la velocidad de su corazón, y es colorido sonrojo marcándole como tomate en el rostro.
La muchacha surcó los labios lascivamente.
"No digas nada Lud, sé lo que quieres."
Continuará…
X
A nivel sexual se llevan bárbaro, la pasión es muy buena; lamentablemente los problemas pueden llegar a surgir cuando esto se termina.
Continuación:
Ella yacía sobre él. Sus manos le acariciaban ese torso formado por tantos ejercicios, no le interesaba para nada que estuviera brillando por el sudor, ya que su vista lo hacía ver sensual, para ella.
Deslizaba sus manos una y otra vez por todo el torso, situándose en el vientre como forma de mantenerse en ritmo, en movimientos circulares y hacia adelante y hacia atrás, incitando al alemán a enderezarse, rodeando a la castaña con sus grandes manos.
La besaba mientras sus dedos detrás de su espalda subían lentamente entre gemidos.
Dacia hizo a un lado el rostro mostrándole su cuello libre y necesitado a que le toque ese lugar. Entre abrió la boca, escapando un suspiro de las presiones de labios germanos en su cuello. Perdía el sentido de la realidad en todo ámbito, no quería despertar por nada del mundo. Le enamoraba estar en los brazos de Ludwig, siendo tocada de una manera protectora y apasionante.
Buscó su boca ahora. Cuando el último momento estaba por llegar, de un unido gemido, el clímax se hizo presente.
Se dejaron descansar y respirar a gustos bajo las sábanas. La italiana giró hacia Alemania, observándolo detenidamente para luego acaparar su atención.
"Esto es extraño"―habló, el chico alzó una ceja de preocupación―. "No quiero sonar cruel, pero prefiero serte sincera, que mentirte y que sientas el mejor."
Ludwig comenzó asustarse, enserio. Tenía la idea de que su novia fingía los orgasmos.
"¿Qué es lo que sucede? No me siento satisfecha."
"¿Qué cosa? ¿Có-Cómo…?"
"Al parecer eres tú, yo hago todo prácticamente."
"Debe ser otra cosa…"
"No quiero que lo nuestra pasión se apague" ―entristeció el semblante, pero enseguida giró al otro lado para presentarle lo nuevo que se compró―. "Fui a esas tiendas eróticas y compré unas esposas. La usaremos otro día, ¿de acuerdo?"
"…¿Ah?"
X
.
.
『º…Fιη…º』
N/A: Creo que éste es el más cansador que tuve, me dolía la cabeza de tanto pensar.
Cuando comenzó la crisis en Europa, viendo las noticias escuché que Alemania se ocuparía en ayudar a Italia económicamente, fue demasiado gracioso oír eso (xD).
Maté a Ludwig con lo último xD
Espero que les haya gustado.
Ahora viene el USxNyo!UK, veremos si sirve para conocer un poco más a la chicoca y cariñosa de la inglesa.
¡Saludos, cuídense!
