Disclaimer: Ningún personaje de Naruto me pertenece.

¡Hola a todos! ¿Cómo están? Tanto tiempo. Espero que bien. Bueno, yo acá de regreso (después de una considerable cantidad de tiempo) con una nueva historia. La verdad es que tarde bastante en escribirla y por eso no la subí antes. Inclusive creí que no la iba a terminar más porque pensé que me iba a tomar menos tiempo pero al fin lo logré. Y acá esta. Se que probablemente la cantidad de capítulos les va a llamar la atención, son bastantes pero realmente quise hacer la historia de esta forma; progresiva y sin apresurar las cosas. Espero que puedan tenerme paciencia en esto no les resulte demasiado densa y ya saben que si tal es el caso pueden hacérmelo saber. Otra de las razones por la que es considerablemente larga es porque incluí varias parejas más en el desarrollo de la historia que prefiero no revelar por el momento porque se dan en distintos tiempos y de distintas formas, aunque creo que abarqué todos los gustos, o varios al menos. Aunque principalmente es ShikaIno. y bueno, no quiero extenderme demasiado mas, así que ya saben (y para los que no saben también)... yo actualizo todos los días. Y esa es una promesa que intento cumplir siempre. Desde ya, gracias a todos por leer mu humilde historia y siéntanse libres de hacerme saber su opinión, siempre es bienvenida y constructiva. Espero que les guste este primer capítulo. ¡Nos vemos y besitos! Pd: Perdón por extenderme tanto. Pd2: Kotori-Chan no me molestó en absoluto que me preguntaras por una nueva historia. Perdon por no responderte antes.

1/70 --- Cantidad total de capítulos.


Grietas

I

"Amable persuasión, sutil manipulación"

Hoy era uno de esos días, uno de esos días que llamaban a la reflexión. Con la tersa hierba color esmeralda debajo de su cuerpo haciéndole de soporte y colchón, propinándole el confort adecuado para organizar sus pensamientos. Sobre su cabeza, se alzaba la inmensa bóveda celeste cuyo inmaculado azul se encontraba perpetrado por esporádicas nubes de un suave color claro, blanquecino, las cuales vagaban libremente y de forma apática. Sin la menor preocupación, simplemente dejándose llevar hacia donde la suave brisa –que acariciaba ahora gentilmente sus negros cabellos- deseara. Y, por extraño y absurdo que sonara, así añoraba ser él. Libre, despreocupado. Sin nadie diciéndole u ordenándole que hacer con su vida, sin tener que existir en el marco de un mundo que por momentos le repugnaba. Tanta violencia innecesaria, tanto dolor. Para él no tenía sentido, aún así Shikamaru era lo suficientemente sabio como para comprender aquello y no dejarse creer inocente. Pero de todas formas, por más que lo deseara, sabía que jamás conseguiría tal cosa.

—Qué problemático... —murmuró al aire, jugando con el viejo encendedor platinado de Asuma entre sus dedos, hacia nadie en particular. Simplemente un pensamiento que le surgía siempre. Y que no podía evitar. Pues había muchas cosas que encontraba problemáticas en aquel mundo, unas lo eran más que otras, unas eran desagradables, otras dolorosas y algunas detestables. Y aún, dentro de esa categoría... había algunas cosas que parecían valer la pena a pesar de ser, justamente, problemáticas. Pero por el momento, prefería no ahondar en esa cuestión. No hacerlo era ahorrarse algunas innecesarias molestias. Aunque por experiencia sabía que por más que él eludiera el tema, el asunto siempre terminaba por alcanzarlo. Tarde o temprano sucedía.

—¡Shikamaru! —inmediatamente oyendo la familiar voz femenina acercarse, puso los ojos en blanco. ¡Por supuesto!. Pensó, que seguramente ya se estaba demorando mucho en venir a él. Cerró pesadamente los ojos. Ino.

Los ligeros pasos se oyeron cada vez más próximos y por el rabillo del ojo pudo observar a la muchacha de largos cabellos dorados deslizarse grácilmente sobre la hierba hacia él. En sus rosados labios una amplia sonrisa, y en sus centelleantes ojos esa expresión de conspiración que traía siempre y cuando planeaba algo. Algo, seguramente, no muy beneficioso para él.

—¡Shika! —exclamó emocionada, inclinándose sobre él para observarlo mejor. Eclipsando, por segundos, el sol que irradiaba sobre él y su bronceada piel.

El moreno, apesadumbrado, bufó. No es que le molestara la presencia de ella junto a él, después de todo la joven rubia era su amiga, simplemente le fastidiaba la idea de lo que tramaba. Porque él sabía exactamente lo que tramaba, y sabía que probablemente usaría todo su arsenal para convencerlo— ¿Qué?

Ino ignorando la brusca contestación de su amigo sonrió y se dejó caer junto a él, sentándose cruzada de piernas con una mano extendida a cada lado de su cuerpo –para sostenerse en posición. El chico la miró de reojo mas no replicó por lo que inmediatamente ella extendió un pequeño papel doblado frente a su rostro.

—¿Sabes qué es esto? —el Nara asintió lentamente, deseando que el estúpido papelito desapareciera junto con todo el asunto que encerraba—. ¡¿Lo sabes?! —exclamó la muchacha sorprendida—. ¿Por qué no me lo comentaste? —él simplemente se limitó a encogerse de hombros.

E Ino comenzó a desplegar un discurso sobre su comportamiento poco social, más aún siendo ellos compañeros. Mientras que Shikamaru se limitó simplemente a permanecer recostado junto a ella, observándola de vez en cuando. Viendo en silencio la boca de ella moverse con agitación mientras las palabras fluían a través de sus carnosos labios. No prestando atención realmente a nada de lo que la chica decía. Todo le parecía realmente trivial, pues él ya conocía su propia respuesta.

—¿Y? ¿Tomarás el examen jounin? —Shikamaru suspiró, he ahí el punto de la cuestión. El moreno no tenía ganas.

—¡Nah, demasiado problemático! —y con un desganado gesto de la mano le restó importancia. Como dando por terminado el asunto, por supuesto Ino no dejaría el tema allí. No, ella lo seguiría hasta el final. Hasta obtener lo que quisiera.

—No puedo creer que seas tan holgazán —le reprochó cruzándose de brazos frente al pecho y alzando su mirada hacia el cielo. Su tono de voz de repente bajó a un casi susurro—. Sabes que a él le gustaría que lo hicieras...

¡Ouch!. Pensó, sintiendo de repente formársele un nudo en el estómago, Ino había dado en el blanco. Siempre lo hacía y francamente Shikamaru estaba harto de que la rubia usara ese recurso, la memoria de Asuma, para extorsionarlo. Bufó, intentando mantenerse firme a su decisión pero ahora la culpa –obviamente infundada- comenzaba a corroerlo.

—Eso fue bajo... —se quejó, la rubia asintió. Evitando deliberadamente cruzar miradas con él.

—Lo sé. Pero si no lo hiciera, si fuera por ti... te quedarías aquí recostado por el resto de tu vida sin hacer nada.

—¿Qué tiene eso de malo? —la cuestionó él, obviamente no coincidiendo con su punto de vista de las cosas. Como siempre.

—Pues... ¡Qué no puedes ser simplemente un holgazán, Shikamaru! —se quejó—. Debes dejar de desperdiciar tu talento...

El chico sonrió satisfecho, estirando sus brazos –que antes le servían de almohada- detrás de su cabeza— ¿Dijiste que tengo talento? —bostezó.

Ino apretó los dientes fastidiada ¡Dios, cómo odiaba cuando Shikamaru se volvía denso! —No lo repetiré si eso esperas...

Él asintió. Por supuesto que no lo haría, su orgullo era demasiado fuerte como para permitirle hacer tal cosa. Aquello había sido un simple y pequeño desliz. Uno que el chico había disfrutado, y mucho. Pues probablemente no ocurriría otro en demasiado tiempo.

—No lo espero —concedió, luego su sonrisa se fue lentamente desfigurando en una expresión cansina pues muy dentro, sabía que ya estaba cediendo—. Ino ¿Tienes idea de en qué consiste el examen? No será tan fácil como el chunin.

La rubia asintió, sintiéndose segura de sí misma y de su respuesta —¡Sé que no será fácil! —pero el Nara la detuvo negando lentamente con la cabeza—. ¿Qué? ¿Crees que no podría aprobarlo?

—Nunca dije eso —declaró en su defensa—, simplemente te preguntaba si sabes que, por ejemplo, antes de rendir el examen escrito oficial debes haber completado un curso de preparación teórica de tres meses. Curso que se dictará en la academia y que debes pasar. Y que para ser jounin son necesarios ciertos conocimientos teóricos que hasta el momento ignorabas y que son requisitos indispensables.

—¿Conocimientos teóricos? —cuestionó confundida, el moreno asintió.

—¿Recuerdas las preguntas imposibles de responder de la parte escrita del examen chunin? —la rubia asintió lentamente—. Eso es lo más básico que debes saber —satisfecho por la expresión de confusión e incredulidad de la rubia sonrió. Quizá, y sólo por esta vez, fuera él quien se saliera con la suya. Pero de pronto, toda esperanza se vio perdida cuando Ino de un salto se puso de pié, con los puños apretados y esa expresión decidida tan característica de ella —¡No me importa! Si la frente de marquesina lo hará yo también...

Shikamaru suspiró abrumado, por supuesto que se trataba de algo así. Siempre era igual, en lo que refería a Ino y su pelirrosa amiga y rival, la rubia no había madurado en absoluto —¿Me arrastrarás a algo tan problemático por tu estúpida competencia con Sakura?

—¡No! —aclaró inmediatamente, sonriendo—. Pensé que sería agradable que lo tomáramos los tres juntos, junto con Chouji.

—Ino, este examen no es en grupos de tres como cuando éramos genin —explicó él. En respuesta la rubia negó fervientemente con la cabeza—. Ya lo sé, Shikamaru. Pero podemos prepararnos juntos hasta la instancia escrita ¿No te parece? —sonrió—. Sé que a él le encantaría, y esta vez lo digo enserio. No por forzarte a hacerlo.

—No creo que Chouji quiera hacerlo —señaló el moreno, rogando que su amigo estuviera más de acuerdo con él que con ella. La rubia rió y al instante supo que la chica había ya mantenido la misma conversación con su mejor amigo.

—En eso te equivocas... Chouji dijo que sí.

—Vaya, tienes más poder de manipulación del que pensaba —comentó, más para sí que para que lo oyera la muchacha junto a él. Sin embargo, Ino lo oyó.

—Tomaré eso como un cumplido... —dijo, vanidosamente apartando un largo mechón dorado de su rostro—. ¿Y? ¿Qué me dices Shika? ¿Tomamos el examen jounin juntos? ¿Cómo el equipo 10 que fuimos? —en respuesta, el chico dejó caer su cabeza vencido, sabía que no tenía escapatoria ya y que los próximos meses probablemente se convertirían en un infierno para él.

—No me queda opción ¿Verdad? —la rubia sonriente negó con la cabeza.

—Nunca la tuviste... —él asintió, lo había sabido desde el principio. ¡Dios como le irritaba! Condenada mujer problemática.

Sonriente y victoriosa la rubia extendió a Shikamaru una mano, el cual la tomó con notorio desgano y fastidio, antes de impulsarse hacia delante y quedar de pié junto a ella. Por un instante permanecieron allí, de pié en completo silencio. Ino sosteniendo aún la mano del moreno en la suya mientras con su pulgar trazaba suaves círculos sobre la piel del dorso de la mano de él. El tacto era ligero, casi imperceptible y aún así relajante. Sin embargo, Shikamaru no se inmutó ni apartó bruscamente su mano. Simplemente permaneció allí, contemplándola en silencio por los escasos segundos que duró la acción. Luego, como de repente, Ino lo soltó y ambos se dispusieron a caminar lentamente al encuentro de Chouji.

—¿Qué te parece si después de anotarnos para el examen vamos todos juntos a desayunar? —lo cuestionó sonriente al cabo de unos instantes. El moreno se encogió de hombros.

—Chouji no se opondrá —la rubia rió, eso era seguro.

—¡Entonces está decidido! —exclamó dando un pequeño saltito de emoción.

Shikamaru bufó —Tu energía me da fatiga.

—A ti todo te fatiga —señaló ella aún sin dejar de sonreír.

—Pero tú, de todas las cosas, me fatigas más. Eres demasiado problemática.

—¡Y tú un flojo bueno para nada! —espetó en respuesta, claramente molesta. Shikamaru la miró con incredulidad por unos segundos.

—¿Ya te enfadaste? —ella asintió, cruzándose de brazos y desviando la mirada del rostro de él—. Oh, ya veo. No me hablas... —Ino negó con la cabeza, frunciendo los labios. El chico sonrió, Ino podía ser tan infantil a veces—. Y supongo que ahora caminaras callada hasta que encontremos a Chouji y vayamos a la academia —la rubia asintió, aún con los brazos cruzados—. ¿Y tampoco me hablarás durante el desayuno? —ella volvió a negar con la cabeza y el Nara no pudo evitar sino sonreír aún más—. ¡Qué suerte la mía! —exclamó. Recibiendo inmediatamente un golpe en el brazo, a puño cerrado, por parte de su amiga—. ¡Ouch!

—¡Idiota! —chilló, sus mejillas enrojecidas por la furia. Sin decir más se dio media vuelta y comenzó a alejarse a grandes zancadas en la dirección opuesta a él. Aún así, Shikamaru no se movió, simplemente la observó alejarse unos cuantos pasos antes de volver a hablar.

—Oye, Ino... —comentó, de forma casual metiendo ambas manos en los bolsillos de su pantalón, intentando ocultar la sonrisa en sus labios— La academia queda para el otro lado.

La muchacha se detuvo inmediatamente en seco, resopló fuertemente manteniendo las manos en puños, y lentamente comenzó a voltearse. No sin antes decir —¡Ya lo sabía! —para una vez más comenzar a caminar enfadada hacia su destino, ésta vez en la dirección correcta. Shikamaru, por su parte, comenzó a caminar cerca de ella –aunque unos pasos más atrás, por precaución- siguiéndola todo el camino hacia la casa del Chouji, la cual quedaba de paso.

Largos minutos pasaron en silencio sin que ninguno de los dos se atreviera a romperlo, Ino por no querer darle la razón a él y Shikamaru por saber que quizá, una broma más, empujaría posiblemente a Ino al límite de su paciencia y ésta acabaría por enfadarse verdaderamente. Realmente no está molesta. Pensó, nunca lo hacía. Simplemente maximizaba su reacción con el simple fin de llamar la atención. Por lo que no se molestaría, simplemente la dejaría ser hasta que el fastidio se le pasara u olvidara el asunto. Después de todo, así era Ino.

—¡Chouji! —la oyó llamarlo, y cuando finalmente salió de su estado de ensimismamiento notó que ya se encontraban frente a la residencia Akimichi y su amigo acababa de atravesar la puerta para recibirlos, con una amplia sonrisa en los labios.

—¡Ino, lo convenciste! —exclamó el castaño sonriendo a son de burla a su amigo, el cual hizo una mueca de fastidio. La rubia riendo asintió dando unos pasos hacia atrás para tomar por el brazo al muchacho, el cual permanecía estoico y rezagado.

—No te enfades, Shika... —ronroneó cerca del oído de él— Considéralo mi venganza por lo de recién.

Puso los ojos en blanco —Es absurdo, eso fue después —señaló él, aún con la chica colgada de su brazo izquierdo. Ino rió mas no dijo nada, simplemente recostó su cabeza brevemente en el hombro de él por un instante fugaz y luego se apartó. Retomando su camino hacia la academia, con una sonrisa de satisfacción en los labios.

—Lo voy a decir siempre —murmuró el chico, Chouji lo observó divertido— endemoniada mujer problemática.

—¡Ey, apresúrense! ¡¿Quieren?! Si caminamos al paso de Shikamaru llegaremos a la academia para cuando termine el examen —gritó ella de forma socarrona, mirando por sobre su hombro para sacarle la lengua en son de burla. Shikamaru bufó, acelerando levemente el paso mientras observaba de reojo a su amigo tentarse de risa.

—No es gracioso... —refunfuñó haciendo que Chouji carcajeara aún más fuerte.

—Oh, si lo es mi amigo. Si lo es...