Si supieras

Si superas lo que sentí la primera vez que te ví...Si supieras las mariposas que sentí cuando oí tu voz salir de tus labios...Si supieras lo que pensé la primera vez que te conocí....Si supieras....

Capítulo 1: Primer encuentro.

El teléfono sonó al lado de mi, despertándome bruscamente. Entrecerré los ojos ante la luz del sol, maldiciendo a Alice y a sus excursiones semanales de compras. Busqué a tientas el teléfono y contesté aún adormilada.

—¿Bella?—dijo la suave voz de mi mejor amiga del otro lado la línea.—¡Vamos floja, levántate ya! Estaré en tu departamento en 15 minutos, y te quiero lista para salir o te arreglaré yo misma.

Solté un gemido en cuanto la oí colgar, no sin antes escuchar el sonido de su auto al encenderse.

Como todos los sábados, Alice me llevaría a alguno de sus 100 centros comerciales favoritos para una tortura de alrededor de 5 horas por un interminable desfile de tiendas.

Me levanté a regañadientes de mi cama, y me apresuré a darme una ducha rápida, pues sabía que Alice seguramente iba a tardar 10 minutos en vez de 15, y me exasperaba tenerla viéndome mientras me arreglaba.

Cuando llegó la noté un poco nerviosa, aunque eso no interfirió en sus intenciones de llevarme (o mas bien arrastrarme) al centro comercial más grande de la cuidad, y obligarme a visitar todas y cada una de las tiendas que podían tener algo que le gustara.

Al final del día (mi parte favorita de los viajes de compras) Fuimos a un restaurante de comida italiana, donde noté que su nerviosismo volvía. Durante un momento temí que me fuera a pedir que siguiéramos las compras. Pero al ver que no hablaba, decidí que era seguro que yo iniciara la conversación esta vez.

—¿Sucede algo malo, Alice? Te noto algo extraña.

Alice me miró y después de unos segundos compuso una sonrisa—No, Bella, no sucede nada malo.

La observé por unos segundos y como no parecía dispuesta a seguir ella sola decidí seguir ayudando.

—Pero sucede algo ¿Verdad? ¿Por qué no me dices qué es?

Alice se quedó quieta por unos momentos y luego suspiró.

—Mi hermano se va a mudar a la cuidad, quiere entrar a la facultad de Medicina aquí en Nueva York, pero como no tiene donde quedarse, se va a quedar en mi departamento. Lo siento Bella, pero creo que la sesión de compras de la semana entrante se suspenderá.

Tardé unos segundos en reaccionar. ¿Había oído bien? ¿No iba a haber compras por una vez? Vaya, al parecer por fin alguien allá arriba me iba a recompensar todos estos 18 años de mala suerte con un rayito de sol, aunque sólo fuera la cancelación de un viaje de compras.

—Ammm....No, Alice, está bien, no te preocupes. Encontraré algo que hacer el próximo sábado si necesitas estar con tu hermano. En serio, no me importa quedarme sola un fin de semana.—¡Era mi sueño desde hacía dos años!

Alice me miro con los ojos como platos.—Pero, ¿Quién habló de dejarte sola y abandonada en tu departamento? Me refería a que la próxima semana Edward nos va a acompañar a dar un paseo por la cuidad. Sólo a estado aquí un par de veces, y quiere....

Alice, al notar mi alivio, había vuelto a su parloteo habitual, pero yo ya no estaba escuchando. Mi repentina alegría por un posible sábado de descanso se había esfumado en un segundo y la perspectiva de tortura a la Alice había vuelto a la vida.

Bueno, al menos esperaba que fuera interesante conocer a...¿Cómo era? ¡Ah, Sí! Edward, pues Alice me había hablado de él algunas veces y yo nunca lo había visto, y la verdad esperaba conocerlo.

La siguiente semana me levanté tarde y me tomé mi tiempo para tomar una relajante ducha como no lo hacía hace tiempo. Resultaba agradable poder levantarme sin oír la voz de Alice hablando sin parar sobre las nuevas tendencias de moda, pues al parecer éstas cambiaban cada semana.

Salí de mi departamento y me subí en mi auto, un viejo Golf que había comprado para transportarme en la cuidad mientras terminaba mis estudios. Alice fruncía el ceño cada vez que lo veía, pues creía que yo debería tener un coche mejor. Claro, al ser ella endemoniadamente rica, incluso se había ofrecido a prestarme dinero para comprar un, como ella lo denominaba, auto decente. Nunca parecía tener intenciones de rendirse a pesar de que yo le había repetido más de mil veces que no había nada malo con tener un auto que no avanzaba a mas de 80 Km. por hora si vivías en una cuidad donde el tráfico no te dejaba avanzar a más de 30.

Cuando llegué al edificio donde vivía Alice, no puede evitar sentirme algo intimidada por la suntuosidad que me rodeó desde el primer momento que puse un pie dentro. Eso dejaba claro que, normalmente la gente de recursos limitados ( o pobre, a los ojos de la mayoría de sus ocupantes) como yo, no era bienvenida en lugares como aquel, aunque yo evitaba visitar a mi amiga a menos que fuera estrictamente necesario.

Entré al elevador, y por supuesto, mi amiga vivía en el piso más alto, (un poco irónico debido a su estatura, o la falta de ella, que junto con su delicado rostro y cabello erizado le daba el aspecto de un duendecillo lleno de gracia) por lo que tuve que esperar intentando no ver por la pared de cristal que daba una excelente y mareante vista de la cuidad mientras subía. Cuando las puertas del ascensor se abrieron me precipité fuera de esa maldita caja que casi hacía que vomitara de vértigo.

Me dirigí a una de las dos únicas puertas que había en el piso y toqué un par de veces. Esperé unos segundos mientras miraba los perfectos acabados que había en las paredes, resaltando esa sensación de estar en un palacio y no en un edificio de Nueva York.

La diminuta figura de Alice me abrió la puerta y sonrió al verme. Me invitó a pasar y yo me dirigí a la sala tratando de no hacer caso al evidente contraste con mi sencillo apartamento y su palacio.

—¿Y bien? Ya llegó tu hermano?—Pregunté con indiferencia mientras me sentaba.

—Si, pero salió a traer algo de su auto. Estaba preparando su habitación...¿Te importaría ayudarme? Sólo será un segundo.

—Claro, no hay problema Alice, para eso estoy aquí.—Respondí con una sonrisa. Cualquier cosa que no implique salir al centro comercial...

Nos dirigimos juntas a una habitación blanca en la que yo nunca había entrado. Era sencilla, aunque, como todo en ese edificio, tenía un cierto toque de elegancia que la hacía lucir bien. Llevábamos menos de 5 minutos dedicadas al trabajo cuando oí que se abría la puerta.

—¿Alice?—Escuché una suave pero fuerte voz aterciopelada llamando desde la entrada.

—Estoy aquí Edward —Respondió mi amiga sobresaltándome ligeramente. Vaya, creo que aquella voz me había aturdido. Sentí un estremecimiento incompresible cuando la volví a escuchar.

—Alice, te dije que no te molestaras, soy perfectamente capaz de arreglar la habitación yo mismo....

El cuarto pareció iluminarse cuando él entró. Parpadeé varias veces antes de darme cuenta de que tenía la boca abierta.

En el umbral de la puerta había un monumento viviente a la belleza masculina, un adonis vestido con unos increíbles pantalones caqui y suéter blanco ligeramente ajustado que dejaba notar un perfectamente formado cuerpo complementando un angelical rostro de facciones rectas y exquisitas. Unos increíbles ojos verdes se dirigieron de Alice a mí cuando notó que su hermana no estaba sola.

–¡Oh! Lo lamento, no sabía que tenías compañía.—Resultaba evidente que la bella voz que había escuchado antes sólo podía haber salido de aquellos bellísimos labios—Hola, soy Edward Cullen. Tu debes ser Bella.

Bueno....este es mi primer fic de Twilight así que porfis sean amables...^^Como mi pequeño y retorcido cerebro no da para mucho estoy dispuesta a aceptar cada pequeña ayudadita que quieran darme.

Sé que tal vez es muy superficial, pero prometo tratar de profundizar más en los siguientes capítulos.*.*

Por favor dejen Reviews°!!!y díganme si quieren que actualice y cuando

Si les gusta, si no, si les da =....acepto jitomatazos, criticas constructivas y aplausos por igual...

Bueno...eso es todo!!!

KiiSeS De XoCoLaThE!!!

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