Los arboles se movían al compás del viento, y este viento chocaba suavemente con una joven rubia con traje tradicional chino, su túnica era amarilla con los bordes verdes, sus pantalones negros lo mismo con las mangas, para terminar, llevaba unas botas moradas. En su cintura había un cinturón de Pokebolas antiguo.

Ella caminaba tranquilamente por el bosque, su amado bosque verde. Ella era Yellow, la cuarta Dex Holder de Kanto. Realmente no le gustaban las batallas, pero su sueño era ser entrenadora. ¿Bastante contradictorio no? Bueno al grano, ella estaba caminando hacia un acantilado que había en el bosque, era realmente hermoso, el acantilado estaba rodeado de flores de todo tipo, ella siempre iba a allí para inspirarse en sus dibujos.

Lo que no sabia es que su vida cambiaria apenas llegara.

Sin que se diera cuenta, los arboles estaban examinando a la chica, y silenciosamente se hablaban entre ellos.

-Es ella.

-¿Sera lo correcto? No podemos dejarlo con alguien que pueda descuidarlo.

-Estoy seguro, ya es el momento, ya es momento de que el despierte, pero necesita ayuda.

-Y ella será quien se la dé.

Con esto termino la charla, con ella la decisión. Yellow, totalmente inconsciente de la charla de los árboles, continuo su camino hacia el acantilado, hasta que una raíz se levanto sin que se diera cuenta y se tropezó con ella.

-Hay… ¿Qué fue eso? -miro al costado y solo vio el camino normalmente- Seguramente me descuide y tropecé -se encogió de hombros y se levanto nuevamente, mientras se limpiaba su túnica-

Siguio su camino, justo cuando llego al acantilado, su vista se fijó en la hermosa vista, hasta que bajo la mirada para ver la flores y se quedó sin aliento.

Ahí. Con los ojos cerrados pacíficamente, como si estuviera durmiendo. Había un Mew blanco, pero su blanco era algo grisáceo. Estaba de costado y Yellow estaba segura de que no lo vio levantar el pecho para respirar.

Temblorosamente, se agacho y puso una mano en el Mew. Inmediatamente la alejo.

-Esta helado… -susurro con miedo-

Ella no podía creerlo. ¿Cómo es que Mew murió? Le dio un escalofrió al pensar en la palabra "muerto".

No, algo no encajaba, ella siempre había venido a este acantilado, sin embargo, el Mew parece estar ahí desde hace algún tiempo. Ella no era tan despistada.

-Tal vez pueda… Usar mis poderes… -murmuro otra vez-

Puso sus manos cuidadosamente sobre el Mew. Sus manos tomaron un brillo amarillo cálido. El brillo lentamente se fusionaba con el Mew.

Al pasar un segundo pensó que no funcionaba, hasta que la luz amarilla empezó a tornarse azul. Ella se asustó, jamás había pasado esto, tenia pensado alejar sus manos, pero vio que el grisáceo pelaje del Mew se estaba tornando blanco puro, y que la luz azul, de hecho, venia del Mew, un brillo azul se estaba formando dentro del Mew. Podía verlo. Como una esfera de poder que estaba durmiendo desde hace mucho tiempo, y poco a poco iba despertando.

Cuando el brillo azul alcanzo todo el cuerpo del Mew. Ella pensó que había acabado, hasta que la luz azul exploto en una onda expansiva que la tiro al suelo.

Esa onda expansiva, se fue extendiendo en todo el mundo. Dando el mismo mensaje.

Él ha vuelto.

Una dragona en roja con blanco estaba mirando la fuente de su casa, hasta que de repente sintió algo y volteo su cuello hacia cierta dirección. Su cara era impasible, pero al reconocer la energía, sus labios se curvaron en una sonrisa y sus ojos recuperaron ese brillo perdido de hace mucho tiempo. Sus lagrimas de felicidad comenzaron a caer al piso.

Una joven rubia estaba caminando por un bosque. Junto a ella un dragón azul. Hasta que ambos voltearon a ver a cierta dirección. La rubia sonrió junto al dragón. Un torbellino amarillo con brillos rodeo a la rubia y de repente, había una Mew de ojos amarillos.

Ambos se miraron y volaron hacia la dirección, mientras se hacían invisibles.

En un lugar mas allá del tiempo y el espacio, había dos seres, uno azul y una rosa.

Ambos se estaban mirando, ellos también habían sentido la explosión de poder, era el momento, el momento de arreglar las cosas, ambos asintieron y abrieron los portales.

Los portales hacia la Tierra.

Un ser tan grande, si no más, que las otras dos, estaba mirando hacia la nada, el también lo hacia sentido. No había discusión, era hora.

Sin más, el abrió un portal y se dirigió a la Tierra.

El Mew estaba volviendo a respirar lentamente, al tiempo que habría los ojos y se veían de un distinto celeste brillante y su pupila azul como el mar.

El puso sus patas en la hierva, poco a poco se levantó y miro alrededor. Hasta que sus ojos pararon en una rubia de ojos inusualmente amarillos.

Ambos se miraron un largo tiempo. Hasta que la rubia recupero el habla.

- ¿Quién eres tú? -pregunto Yellow temblorosamente-

- ¿Mi nombre? -repitió la pregunta y ella asintió- Soy Ash, el Mew blanco.