HOLA MUNDO

Al fin he terminado mi segundo fic, y me he decicido a publicarlo.

Es un AU. Es una historia nueva, basada en el maravilloso mundo creado por J. , y la protagonita principal es creación mía,con algún que otro "cameo" de la protagonista de mi anterior fic.

La imagen no es mía, es de un manga llamado Vampire Kisses (jejeje)

Espero os guste y deseando leer vuestros reviews, para aprender y mejorar para la siguiente historia.

Vamos allá.

El hombre giró la silla del escritorio enfrente de la cama y se sentó, para quedar frente a frente a la chica que estaba sentada en la cama.

Ya era mayor, para ser mago, y no desbordaba la misma vitalidad de antaño. Esa mano ennegrecida maldita le estaba consumiendo poco a poco. Tasya podía percibirlo. Seguía teniendo aquél aroma peculiar. Librería antigua, un sitio con mucha sabiduría y secretos acumulados. Y también olía a caramelos de limón. Tasya miró donde estaría el bolsillo de la túnica, de ahí provenía el olor del dulce. El hombre sonrió a la chica, y llevándose la mano al bolsillo, sacó del mismo algo. Al estirar la mano hacia la chica y abrir la palma, pudo confirmarlo. Había dos caramelos.

-¿Quieres uno?- preguntó amablemente. Ella estiró la mano y cogió uno. Lo desenvolvió y se lo metió a la boca. Tenía un sabor ácido y refrescante.

-Spasiba- dijo ella. El hombre la sonrió con la boca y con los ojos, y se comió el otro caramelo.

-Hacía mucho que no nos veíamos. ¿Cómo te ha ido?- preguntó el hombre.

-Muy bien. Pero seguramente usted ya lo sabrá. Mis maestros se lo habrán contado.

-Cierto, pero quería que me lo contases tú también.

-Me enseñaron su estilo de vida, me entrenaron para ser una buena cazadora, a usar mi poder, usted y ellos me consiguieron libros para que estudiase. Ellos me cuidaron, les podría considerar mis verdaderos padres. Y todo eso se lo debo a usted.

-Me alegro- al hombre le brillaban los ojos.

-Y ahora viene a cobrarse el favor- dijo Tasya. El hombre se rio, sus hombros se sacudían.

-Veo que sigues diciendo en voz alta todo lo que piensas. Eres la candidata perfecta. Sí, necesitaría que trabajases para mí.

-¿Qué quiere que haga?

El hombre se acomodó en la silla, entrelazó los dedos de las manos y apoyó el mentón en ellas.

-Uno de mis mejores hombres está en una situación verdaderamente complicada. Le tengo mucho aprecio, y quisiera que saliese bien parado de su misión.

-¿Está relacionado con Voldemort?- preguntó ella.

-Sí. ¿Hasta aquí han llegado las noticias?

-¿Y le sorprende? Al poco de renacer fue a Dumstrang a por aliados. Y a matar a Karkarov por desertor. Lamenté que muriera así. Como usted sabe, él fue uno de los muchos que proveyó a mis maestros de los libros para mis estudios, durante los últimos años.

-Tenía sus cosas, pero Karkarov no merecía una muerte así, estoy de acuerdo.

-¿Qué más tengo que hacer, a parte de niñera?

-Jo, jo, jo- la risa de papá Noel llenó la habitación- Te va a encantar. Es un hombre fuerte e inteligente, sabe cuidarse de sí mismo. Pero creo que le vendría bien esta pequeña protección extra. Además, llegado el caso, podía considerarse también un pago a tus servicios…

Tasya miró a su interlocutor detenidamente. Poco había cambiado el viejo, con su pelo plateado, su larga barba también plateada. Y esos ojos azules intensos, detrás unas bonitas gafas de media luna. Era una suerte que a los de su especie no les afectaba la Legeremancia. Estaba claro que aquél viejo mago era un experto en ella. Dio un par de vueltas a la última frase en su cabeza.

-Unos últimos detalles. ¿Controlas bien la magia?

-Sabe usted que sí. Con alguna excepción de Transformaciones, en todas las materias podría sacar las mejores calificaciones. Es lo que tiene el poseer una mente superior.

-Me alegro de oír eso. Hazte pasar por estudiante, o idea algún plan que te guste, tendrás que usar la magia para que no te descubran en Hogwarts. No creo que tengas problemas para alimentarte. Pero por favor no te comas a ninguno de los alumnos.

-¿En Hogwarts? ¿Tan mal está vuestra guerra, que hasta el colegio ya no es seguro?

-Estoy actuando para que precisamente el colegio quede en buenas manos.

-¿Cuándo empiezo? ¿Cuándo usted muera, y no pueda cuidar de él en persona?

En la pequeña habitación se hizo un silencio incómodo.

-Me temo que sí. En un año, tal vez menos tiempo- el mago se llevó la mano al bolsillo de la túnica, y sacó un sobre. Se lo tendió a Tasya, que lo cogió, lo examinó y lo guardó en el bolsillo interno de su cazadora -Cuando yo ya no esté, el sobre se quemará y se podrá abrir. Ahí están las últimas instrucciones que te dejo. En caso de que él falle, eres mi último recurso- Tasya nunca le había oído hablar con ese tono de preocupación al viejo mago- No se te puede engañar.

-Bien sabe que somos superiores a vosotros los magos. Tenemos mejor percepción de las cosas. ¿Se lo hizo Voldemort?

-Podría decirse que sí- el viejo mago sonrió- ¿Aceptas el trabajo, entonces?

-Qué remedio me queda. A usted le debo mi vida, esta vida. No quiero estar en deuda.

-No quisiera que lo hicieses por obligación. Estoy seguro que disfrutarás.

Ella se encogió de hombros. Preguntó por el nombre y una descripción. El viejo mago la contestó de tal manera que hizo que la chica se riese.

-¿Qué nombre vas a usar esta vez?- le preguntó el hombre. La chica se paró a pensar unas décimas de segundo.

-Mi primer nombre, el que usted y mis maestros me dieron. La ocasión lo merece- la chica tuvo otro fugaz pensamiento- Hasta que llegue el momento de cumplir con su misión, me iré con ellos, para ayudarles con su negocio, dejarles bien atendidos, y conseguir la documentación necesaria.

-Dales recuerdos de mi parte- dijo el mago. Se levantó de la silla, y cuando ya estaba para salir Tasya habló.

-Sigue usted siendo un manipulador, Albus Dumbledore.

El viejo mago se giró, y sonrió a la chica.

-Sí, Tasya Krovopúskova- asintió con la cabeza- pero lo hago para que todos salgamos ganando.