Etto…pues un pequeño drabble que se me ocurrió con algo de USMex que me encanta.
Himaruya sigo esperando (/._.)/
Y pues el nombre viene de una leyenda sobre la comida de México ¡Y créanme que es verdadera! Ya he visto un par de casos XD
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-Méxicoo! Tengo hambre!- se quejó USA tirado en el sillón.
¿En qué momento se le había ocurrido invitarlo a su casa? Justamente la conferencia se había llevado a cabo en México y algunos de países decidieron quedarse unos días con Norte y Sur ¡Y justamente USA se le había ocurrido quedarse en la casa de México-centro! No hacía más que comer y ver la TV. Ah! Y quejarse por falta de cable. Pero de todos modos le gustaba la presencia del gringo ahí, incluso si no lo admitía. Mientras se debatía entre ambos pensamientos, casi partía la escoba entre sus manos.
-¡Ya te oí! Llevas una hora quejándote de lo mismo- contestó la chica mientras barría el patio de su casa-Si me hubieras ayudado, hubiera terminado más temprano y hubiera cocinado algo.
-Voy a morir si no como algo- gimió melodramáticamente.
México dejó la escoba y con las manos en la cintura se plantó frente a USA.
-¿Qué acaso tienes las piernas huecas? ¿Dónde te cabe tanta condenada comida?
-Son las necesidades básica de todo ser humano- se justificó acomodándose los anteojos.
-¿Básicas? Esta es la 7ma vez que te quejas de hambre en todo el día a pesar de que terminaste con mi despensa…¡Olvídalo! Con tal de que te calles, ¿qué quieres?
-¡Comer!
-¡Eso ya lo sé! Quise decir, ¿Qué quieres de comer?
USA se le quedó viendo por un momento y comenzó a reírse.
-¿Qué dije?- preguntó México a punto de echar humo por los oídos.
-Pareces un gato enfurruñado- dijo despeinándole el cabello-Come on, no te enojes. ¿Te molesto tanto?
México se apartó, sonrojándose.
-¿Qué quieres de comer?- repitió cruzando los brazos.
-¿Qué acaso no sólo hay tacos?- con esa frase, sólo ganó que la chica le diera un zape en la nuca. Tenía que quitarle esos estereotipos de la cabeza-Awwch…
-¡No, idiota!
-Pero enserio quiero comer eso- contestó aun sobándose. México dejó escapar un suspiro.
-Está bien- le tomó del brazo y luego sus llaves-Vamos.
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-No te recomendaría que hicieras eso- le previno México mientras veía a USA a punto de verter casi medio salsero en su comida.
-¿Por qué no? ¡Sólo es salsa!
-Existe una leyenda que dice que si eres extranjero y comes comida mexicana, al día siguiente no te la acabas.
-¡Tonterías! ¡Yo soy el héroe! ¡Una simple salsa no me hará nada!
-¡Pero si serás! No subestimes la comida mexicana…es más, allá tú.
USA se encogió de hombros y felizmente vertió la salsa.
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-¡Hey! ¡Gringo! Levántate y ayudam…- gritó México antes de abrir la puerta de la habitación. La cama estaba revuelta pero vacía-¿En dónde te metiste?
El sonido del picaporte del cuarto de baño la hizo darse la vuelta. USA asomó la cabeza con una expresión muy seria.
-No vuelvo a comer aquí- declaró y volvió a cerrar la puerta.
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