DISCLAIMER: Todos y cada uno de los personajes de este fic le pertenecen a Cassandra Clare (oh, ya quisiera que fueran míos). A mí solo me gusta usarlos como títeres (okeyno) y para revivir a aquellos que Cassie mató (Max vive para mí, igual que Ragnor).
CLASIFICACIÓN: T, por las escenas de "violencia" y todo eso (no son tan violentas, al menos no más que las de Cassie, pero sólo para estar seguros).
HISTORIA: Re-leyendo City of Glass (Ciudad de Cristal) fue como ésta idea se me vino a la mente. Está ambientada dos años después, eliminando los sucesos de City of Fallen Angels & City of Lost Souls (Ciudad de los Ángeles Caídos & Ciudad de las Almas Perdidas). Se me ocurrió durante la pelea de Jace y Clary en Alicante –Alacante en español– y no pude evitar pensar: ¿qué hubiera pasado si Clary hubiera escuchado a Jace? ¿si se hubiera dado la vuelta para nunca volver después de salvar a su madre y ya? Así que, ¡bum!, quise escribirla.
No se olviden de dejar un review con su opinión para saber si es que la idea les gusta o no (:
(No continuaré este fic inmediatamente, porque quiero avanzar con Sangre de Ángel primero y con Crónicas del Círculo, pero no me pude aguantar a subir el prólogo a penas lo terminé).
Espero les guste:
Argumento;
Clarissa Fairchild, una joven cazadora de sombras de 18 años, vive en el instituto de Londres junto a su hermano y parabatai Jonathan Fairchild, su madre, Jocelyn Fairchild, y su padrastro, Lucian Graymark. Clary y Jonathan no son los despreocupados adolescentes que fingen ser. Ambos buscan enterrar un oscuro pasado que, si dependiera de ellos, no sería desenterrado jamás, pero una nueva amenaza se cierne sobre los nefilims…, buscando remover las cenizas del pasado. Los submundos están en un peligro inminente, y Valentine se ha llevado la respuesta para salvarles a la tumba. ¿Está todo perdido?
Un nuevo mensaje ha llegado a la Ciudad del Hueso: Las puertas a la Ciudad de los Susurros están abiertas para ustedes…, pero no por mucho.
La dichosa Ciudad de los Susurros es la respuesta para salvar a los submundos, pero la única manera de bajar y volver a subir a ella, es siendo un joven de al menos 18 años. Clary no solo tendrá que afrontar el tener que volver a ver a su padre, si no que la Clave no sólo ha acudido a ella por ayuda. Jace Herondale, alguien a quién Clary se prometió no volver a ver jamás, también ha sido convocado para la misión. Es como si una máquina del tiempo se hubiera llevado a Clary dos años atrás para arrojarle todo lo que sucedió hace tanto tiempo encima otra vez.
¿Aceptará la misión o le dará la espalda a la Clave por segunda vez?
Prólogo.
How did we get here?
When I used to know you so well
Decode, Paramore
Las afueras de Alicante estaban en silencio. Los campos verdes y el cielo azul característicos de Idris eran una imagen hermosa, pero Clary no podía llegar a apreciarla realmente. El sol brillaba en todo su esplendor, iluminando todo a su alcance con una luz de matices dorados, cálida y reconfortante. El aire, fresco y suave, mecía las ramas de los árboles y el cabello de Clary con suavidad y casi con ternura. Era un día hermoso y vibrante.
¿Por qué, entonces, Clary se sentía miserable y vacía? Como si estuviera muerta. Como si el lugar donde debería estar su corazón fuera un agujero negro, oscuro y sin vida.
—¡Eres un desastre para nosotros, Clary! —las palabras de Jace torturaron su mente desde lo más profundo de sus recuerdos, y resonaron tan fuerte como si las estuviera diciendo él mismo en ese preciso instante—. Eres una mundana, siempre serás una. Nunca serás una cazadora de sombras. No sabes pensar como nosotros, pensar en lo que es mejor para todos…, ¡en lo único que piensas es en ti misma! Pero ahora hay una guerra, o la habrá, ¡y no tengo el tiempo ni las ganas de ir detrás de ti para asegurarme que no consigas que nos maten a todos! Vete a casa, Clary, vete a casa.
Oh, por eso se sentía así de miserable. Jace. No le había visto desde esa horrible pelea en la casa de los Penhallow y, si tenía suerte, no le volvería a ver jamás. Desde ese día, una sola idea estaba rondando su mente: irse a casa. ¿Dónde estaba su casa realmente? Su apartamento en Nueva York había sido atacado por demonios rapiñadores. Una de las opciones era irse al departamento de Luke, pero al final, había encontrado otra opción.
Puede que Jace creyera que ella jamás sería una cazadora de sombras, pero Clary pensaba lo contrario.
—¿Todo bien, cariño? —la voz de Jocelyn sacó a Clary de sus pensamientos y ésta se volteó hacia su madre.
Jocelyn estaba apoyada en la pared de la pequeña casa de Ragnor Fell, mirándola con sus ojos teñidos en preocupación. Clary había localizado a Ragnor a tiempo para darle el antídoto a su madre y despertarla, pero no lo habría logrado de no ser por su verdadero hermano. El día que se peleó con Jace, también conoció a Sebastian, un muchacho encantador que se ofreció a ayudarla. Clary no sabía en ese momento que se trataba de su verdadero hermano, ¿cómo podría saberlo? Pero cuando su madre despertó, se lo dijo.
—Jace no es tu hermano, Clary —había dicho mirando de reojo a Sebastian—, pero él sí lo es.
El verdadero nombre de Sebastian era Jonathan, y su cabello era en realidad blanco como el de su padre, no negro. Había tomado la identidad de SebastianVerlac para poder infiltrarse en la casa de los Penhallow y encontrar a Clary para ayudarle. Jonathan había jurado por el ángel que no estaba del lado de Valentine y, una vez que Valentine fue derrotado, la clave lo interrogó usando la espada mortal y eso había probado que Jonathan decía la verdad. Clary y Jocelyn también habían sido interrogadas. Clary se enteró que Jace y los Lightwood también. Todos habían resultado inocentes.
En medio de toda la batalla contra Valentine, los directores del instituto de Londres habían muerto y la clave le había dado una nueva oportunidad a Jocelyn, como directora de dicho instituto. Clary estaba feliz, era perfecto. Un nuevo comienzo bien lejos de Jace y los demás. Jonathan se encargaría de entrenarla como una cazadora de sombras, su madre dirigiría el instituto con la ayuda de Luke con quién, después de que ambos se confesaran su amor por el otro, se iba a casar pronto. La Clave había puesto reparos en ello en un comienzo, porque ahora Luke también era un hombre lobo, pero la sangre de ángel era dominante y seguía siendo considerado un cazador de sombras después de todo, así que se los habían permitido al final.
Como si al pensar en ellos los estuviera invocando, Jonathan y Luke salieron de la casa de Ragnor con las manos en los bolsillos, conversando en voz baja. Jonathan, una vez que había sido interrogado por la espada mortal, había sido recibido de brazos abiertos en la improvisada familia de Clary y ahora era parte de ella. Él y Jocelyn todavía tenían momentos tensos e incómodos, pero que con el tiempo se resolverían.
Aunque Jonathan tenía sangre de demonio, también la tenía de ángel y, si él quería, podía llegar a ser una buena persona. Clary estaba segura de ello.
—Hermanita —saludó Jonathan una vez que llegó a su lado.
—Hermanito —respondió Clary mirándolo hacia arriba. Jonathan acarició su cabeza de forma cariñosa, pero también burlona.
—Sólo yo puedo usar el diminutivo. Tú puedes decirme 'hermanote', considerando que soy más alto y mayor que tú. —Con un bufido, Clary se sacó la mano de Jonathan de encima y le dedicó una mirada cargada de reproche, haciendo un mohín con los labios. Su hermano soltó una carcajada—. Pareciera que estás a punto de hacer un berrinche.
—Y es que estoy a punto de hacer uno —aseguró ella, cruzándose de brazos. Por el rabillo del ojo notó que su madre aún la miraba con preocupación—. Estoy bien, mamá —respondió al darse cuenta que no le había contestado antes—. No te preocupes.
Jocelyn asintió, no muy convencida, y se volteó hacia Luke. Jonathan, por otra parte, miraba a Clary con el ceño fruncido.
—¿Qué sucede? —le preguntó con una voz que no admitía excusas. Clary abrió la boca, lista para escupir la mentira de estoy bien otra vez, pero su hermano la tomó de la muñeca firmemente—. No me mientas, Clary.
—Pensaba en Jace, ¿de acuerdo? —siseó, soltando su muñeca con un brusco movimiento—. ¿Feliz?
—No —aseguró Jonathan antes de tomarla del brazo otra vez para jalarla en un abrazo.
Clary trató de resistirse un segundo, pero luego se rindió, correspondiendo el abrazo. ¿Cómo puedes seguir amando a alguien con tanto fervor después de que te hizo tanto daño? El tiempo cura las heridas, era el dicho mundano…, Clary tendría que dejar el tiempo pasar para poner aquel dicho a prueba. Con un suspiro se apartó de los reconfortantes brazos de su hermano, y, está vez con más honestidad, dijo:
—Estoy bien.
Jonathan abrió la boca para decir algo más, pero Jocelyn le interrumpió.
—Tenemos que irnos, niños.
—No somos niños —escupieron los dos al mismo tiempo con los dientes apretados mientras Jocelyn se volteaba para darles una sonrisa.
—Lo sé —dijo guiñándoles un ojo y dejándoles claro que lo hacía a propósito para molestarles.
—Tu madre es insoportable a veces —dijo Jonathan cruzado de brazos.
—¡Hey! —protestó Clary—, ¡es tu madre también!
—No, cuando se porta insoportable, es sólo tuya. Cuando es toda linda y encantadora es mía también —dijo con una sonrisa brillante y encantadora que Clary quiso borrar de una bofetada—. Parece que vas a hacer un berrinche otra vez.
—De hecho —confesó Clary—, estaba planeando golpearte.
—Oh, no podrías alcanzarme. Soy demasiado rápido para ti, enanita.
—Demasiado presuntuoso también.
—Niños… —comenzó Luke.
—¡Qué no somos niños! —gritaron los dos al mismo tiempo mirando a Luke exasperados.
—No, pero no queda duda que son hermanos —murmuró Jocelyn bajo su aliento—, igual de testarudos.
—¡Te escuchamos! —volvieron a gritar ambos al unísono.
—¿Van a seguir discutiendo o van a tomar el portal? —gruñó Ragnor desde el interior de su humilde casa y Jonathan soltó un bufido.
—Hechicero de pacotilla…
—Te escuché, Morgenstern —dijo el brujo asomando la cabeza por una de las ventanas—. Y más vale que traigas tu engreído trasero hacia aquí antes de que te convierta en una mota de polvo.
—Siempre supe que estabas detrás de mi trasero —le gritó Jonathan de vuelta mientras Jocelyn soltaba un grito de horror y Clary soltaba una risita.
—¡Jonathan! —le reprendió su madre, recomponiéndose y con una calma aterradora, como una tormenta a punto de desatarse.
—Pero si es verdad —rezongó él—, tu le escuchaste. ¿Qué clase de madre eres que en vez de protegerme me regañas? ¡Un pervertido hechicero acaba de amenazarme!
—Oh, deja de quejarte y muévete —intervino Ragnor apoyando los codos en el alféizar de la ventana.
—¡Míralo! ¡Tiene piel color vomito! Eso tiene que ser alguna clase de señal de su pervertidez.
—Dudo que la palabra pervertidez exista, Jonathan —replicó Jocelyn.
—Y no existe el vomito verde, niño ignorante. Sólo en las caricaturas —aseguró Ragnor
—¿Cómo no va a…
—¡Muévete! —dijo Clary, perdiendo la paciencia y empujando a Jonathan hacia la casa de Ragnor.
Jonathan no trato de poner resistencia, pero se cruzó de brazos y frunció el ceño. Jocelyn y Luke entraron tras Clary y Jonathan y Ragnor les mostró el portal, arremolinándose en una de las paredes.
—Los guiará directo al instituto de Londres —dijo él—. Ahora, muévanse, nefilims, que no los quiero en mi casa más.
—Muchas gracias, Ragnor —dijo Clary—, por todo.
—Sí, sí, como sea. Fuera de mi humilde hogar.
Haciéndole un gesto con la mano como despedida, Clary tomó su bolso y atravesó el portal, ligeramente nerviosa y emocionada.
Un aire helado le acarició el rostro a penas aterrizó con cuidado en un callejuela pavimentada. Se incorporó fácilmente y abotonó su abrigo a causa del frío. Sintió como Jonathan aterrizaba a su lado, sacudiendo la cabeza como un perro mojado se sacude el agua e incorporándose con igual facilidad. Ambos miraron alrededor.
—¿Habías estado alguna vez en Londres? —preguntó Jonathan.
—Jamás —respondió la pelirroja, encaminándose hacia la avenida que seguramente les guiaría al instituto. Jonathan la siguió—, ¿y tú?
El joven negó con la cabeza suavemente.
—No. He estado en Italia y Francia, jamás en Inglaterra.
—Yo jamás había salido de Nueva York —admitió ella con cierto pesar.
—Bueno, bienvenida a Londres, Clary.
—Bienvenido a Londres, Jonathan.
Ambos se voltearon cuando escucharon a Jocelyn y Luke aterrizar con suavidad en el callejón. Jocelyn les dedicó una sonrisa y se apresuraron a alcanzar a los jóvenes. Todos juntos, se encaminaron al instituto que, desde ese día, sería su nuevo hogar.
Un nuevo país, una nueva ciudad, un nuevo instituto, un nuevo comienzo.
Clary suspiró silenciosamente asombrada una vez que llegaron al instituto. Era infinitamente más antiguo, majestuoso y espeluznante que el de Londres. Era hermoso. Tenía una arquitectura gótica, con ventanales grandes y de vidrios oscuros, que decía a gritos Edad Media. Un aire especialmente frío lo rodeaba y la niebla característica de Londres le daba un aspecto terrorífico.
Jocelyn fue la primera en moverse. Se acercó lentamente, como si temiera que en cualquier segundo alguien saltaría a asustarla y tocó el timbre. Esperaron un par de segundos, y luego las grandes puertas se abrieron con un rechinido.
No era necesario que tocara el timbre, podría haber entrado simplemente pues cada instituto del mundo le debe refugio a cualquier nefilim, pero era una forma educada de anunciar su llegada. En el instituto ya vivía alguien que seguiría viviendo allí por muchos años más y no querían empezar con el pie izquierdo.
En la puerta apareció una figura alta y esbelta, indudablemente una mujer. Tenía el cabello castaño y ondulado, tomado en un moño suelto y elegante. Unos grandes ojos grises y una encantadora sonrisa.
—Bienvenidos —dijo suavemente indicándoles con la mano que pasaran—, mi nombre es Tessa Gray.
—Hola —saludó Jocelyn amigablemente—, soy Jocelyn Fairchild y estos son mis hijos —dijo señalando a Jonathan y Clary. A Clary le pareció ver un brillo de conmoción en los ojos de Jonathan, pero desapareció tan pronto como cuando había aparecido—, Jonathan y Clarissa.
—Clary —corrigió Clary sonriéndole a Tessa.
—Bienvenidos Jonathan y Clary.
—Y este es mi prometido, Lucian —terminó Jocelyn y Luke inclinó la cabeza en señal de saludo.
Clary sonrió para sus adentros. Tessa parecía enormemente agradable y, hasta ahora, todo iba perfecto.
Este nuevo comienzo era de verdad prometedor.
Aquí está mi nuevo fic (estoy escribiendo fics nuevos de forma compulsiva, necesito detenerme un poquito). ¡Díganme que les pareció! Su opinión es muy bien recibida, no la olviden. No sé cuando subiré el primer capítulo porque quiero avanzar con Sangre de Ángel que la tengo abandonada desde hace como un mes. También quiero seguir con las Crónicas del Círculo (cuyo segundo capítulo subiré muy pronto) y con Vacaciones al estilo Bane. Sí, subiré el primer capítulo en un tiempito más, jeje. ¡No olviden el review! (:
Gracias por leer.
