¡Hola a todos!, aquí de nuevo yo, esta vez les traigo esta historia, que nació de la nada hace una semana, y ya la tengo completa, claro que puede ir cambiando según los reviews. Aunque está en las categorías drama y romance, hay dosis de humor, sobre todos en estos primeros capítulos, ya de ahí viene el drama; solo me queda decir que espero que les guste ya que en verdad a mí me pareció bueno y a mis amigos también. Como se sabe es un fic que no tiene que ver con la historia de Bleach, aunque los personajes tienen en gran parte las características y las actitudes de los personajes del anime, sin más les dejo este primer capítulo.
Enjoy!
Aclaracion: Bleach y sus personajes pertenecen al troll de Tite Kubo, yo solo los tomo prestados para elaborar este fic.
1.-Welcome To The Jungle.
Ichigo Kurosaki era un joven normal con una vida normal, tenía 20 años, era de estatura media-alta, contextura delgada y atlética, y lo que más llamaba la atención era su increíble cabello naranja, que más de una vez lo metió en situaciones bochornosas, pero él estaba satisfecho por cómo era y nunca se apeno ni cuando algunas chicas lo miraran raro.
Estudiaba para ser piloto comercial, el sueño de su vida, ahora debía continuar sus estudios en Tokio, donde había ganado un cupo en una importante y reconocida escuela de aviación. Vivía en una tranquila y pequeña ciudad, Karakura, a unas 2 horas de Tokio en tren, era una acogedora ciudad, rodeada de verdor.
Su vecindario era del estilo típico en Japón, tenía una casa mediana donde funcionaba la pequeña clínica de su padre, vivía en esta casa con su padre y sus hermanas adolescentes. Tenía una vida buena lo único que ensombrecía su feliz mundo, era la ausencia de su mama, ella había fallecido hace más de 10 años, el cada día la recordaba y sufría por esto, aunque siempre trataba de superarlo, y seguir adelante, ella lo hubiera querido así.
Tenía amigos, familia, y un montón de historias vividas en esta pequeña ciudad, pero debía de despedirse por al menos un tiempo de todos; él era un ave y quería, debía volar, por ello había postulado para un cupo en "Sky Soul", una reconocida academia de pilotos, y hace unos días no pudo creer cuando su hermana se le acerco corriendo con un sobre de Sky Soul para él, al principio creyó que era la típica carta que agradecía por haber postulado pero que no había logrado ingresar y bla bla bla, pero el también empezó a saltar como un niño pequeño al leer la carta, había sido aceptado, incluso había sacado la mayor calificación en el examen. Esa noche su padre los llevo a cenar a todos a un restaurante del centro de la ciudad, donde comieron y celebraron por el ingreso de Ichigo. Lo mas difícil seria la partida y alejarse de su familia y amigos, y tal como había imaginado sí lo era, mañana tenía que partir en la mañana para Tokio, y decirle adiós a su vida tranquila de pueblerino, la capital de capitales lo esperaba, solo rogaba porque ese monstruo no lo devorara, porque él consideraba un monstruo atroz a Tokio, una de las más grandes urbes del mundo, pero debía hacer a un lado sus miedos infantiles, hoy era la última cena con su familia, debía disfrutar cada momento.
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Ichigo salió de su habitación, bajo por las escaleras, y contemplo por un momento como trascurría la vida en su tranquila casa, Karin, su hermana de 16 años, estaba sentada viendo la televisión, mientras que su otra pequeña hermana, Yuzu, quien tenía la misma edad de Karin estaba terminando de alistarse, hoy por ser la última noche de Ichigo en Karakura, su padre los iba a llevar a comer al restaurante de la otra vez. La atmosfera calmada y perfecta fue rota cuando los gritos de un hombre empezaron.
-¡Ichigooo!- exclamo un hombre de mediana edad, pelinegro, mientras saltaba sobre el intentando darle una patada.
-Maldito viejo loco!- respondió Ichigo esquivando por micras a su padre que fue a dar contra la pared.
-Ah, rayos, ¡eso duele!- se quejaba su padre mientras de sobaba el pie que se le estaba empezando a hinchar.
-Tú tienes la culpa, por estar con tus juegos estúpidos de siempre.- respondió Ichigo mientras avanzaba as sentarse junto a Karin para ver la Tv.
-Tiene razón, papa, ya pasas de los 40, y aun tienes la mentalidad de un niño de 10 años, ya deja de molestar a Ichi-nii.- intervino en un tono seco Karin que ni siquiera volteo a ver a su padre cuando hablo.
-Hah, ¿Por qué mi hija no me quiere?! ¡Querida Masaki!, ¿Qué debo hacer?!- se quejaba Isshin mientras abrazaba el poster de su esposa en la sala de la casa. En el poster salía una mujer muy hermosa, parecida a Yuzu, tenía una gran sonrisa y su bello rostro expresaba una felicidad y pureza casi divina.
-Ves a lo que me refiero…- contestaba Karin mientras veía a su padre con expresión irónica.
-Eh Karin, ¿Por qué eres tan cruel con tu gran padre?- reprochaba Isshin a su hija mientras lloriqueaba junto al poster.
Ichigo veía la escena con el ceño fruncido y con una vena marcándosele en la frente.
-Eres una cabra loca, viejo; mejor vámonos ya, ¡¿Yuzu ya estas lista?!- intervino Ichigo mientras trataba de calmar sus nervios, su padre sí que lo desesperaba.
-¡Si, ya termino!- respondió Yuzu quien subía y bajaba del segundo piso por 4ta vez.
-Ya, pero apresúrate, el viejo ya se está empezando a ponerse más loco.- respondió Ichigo.
-¿Por qué hablas así de tu grandioso padre?!-exclamo Isshin mientras lo golpeaba por la espalda.
-¡Maldito viejo!, ¿porque me atacas por la espalda?!- reclamo Ichigo furioso.
-Es hora que respetes a tu padre, hijo, ¡te daré una lección!- respondió Isshin.
-¡Viejo loco!-respondió Ichigo furioso.
Los dos hombres estaban a punto de pelearse hasta que una Yuzu los interrumpió.
-Ya cálmense por favor, ya estoy lista, vamos.- intervino Yuzu separando a Isshin de Ichigo.
Ichigo contemplo a su hermana llevaba puesto un vestido que le quedaba muy bien, y los hacia ver mal a ellos, Ichigo estaba solo con una camisa y un pantalón crema, Karin llevaba puesto un pantalón sastre y una blusa lavanda, y su padre estaba vestido con un pantalón marrón, una chompa de lana y zapatos cremas.
-¿Eh, porque te vestiste tan formal Yuzu?- pregunto extrañado Ichigo.
-¿Cómo que porque?, es tu última noche con nosotros Oni-chan.- respondió la chica.
-Eres una exagerada.- intervino Karin.
-Eh, eh, ya no molesten a mi adorada hija, ¡Yuzu!, no les hagas caso, Karin esta envidiosa e Ichigo es un idiota, no necesita justificación. Bueno, ahora si nos vamos.- intervino Isshin, dirigiéndose a la puerta de la casa.
-Sí, vámonos.- respondieron los presentes.
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Un nuevo día comenzaba en la residencia Kurosaki, a pesar de ser las 8am Ichigo seguía durmiendo, su tren partía a las 11, y además no tenía tanta prisa. La cena del día de ayer con su familia, fue muy agradable, en especial la comida, que estuvo buenísima, luego por petición de Yuzu fueron al cine.
Hoy era el día, hoy partía para Tokio, a cumplír sus sueños, desde hoy comenzaría su avance para poder despegar.
Abajo, en la cocina, una joven se esmeraba en preparar el desayuno, en la sala Karin leía un libro y e Isshin había salido a comprar algunos alimentos para el desayuno.
El pelinaranja se deshizo de su pereza y salió de la cama, se metió al baño se dio una despertante ducha y se cambió para bajar a desayunar.
Su padre justo llegaba con algunos alimentos para el desayuno y le dio el mismo recibimiento de siempre: intercambiaron un par de golpes y luego Karin los contuvo y continuaron tranquilos con el desayuno, Isshin no paraba de darle consejos a su hijo de cómo debía comportarse en Tokio, le decía que no se la pasara vagando y otras cosas más, Yuzu no dejaba de decirle que lo extrañaría y Karin le deseaba suerte y le decía que confiaba en él porque era el mejor piloto.
Con gran pesar se terminó el desayuno, Ichigo agradeció y subió por sus maletas, entro en su habitación y las saco, antes de cerrar la puerta la contemplo unos instantes, quizás sea la última vez que la vea, de esa habitación solo se llevaba su querida Guitarra "Zangetsu", un regalo de sus hermanas cuando cumplió 18 años, cerró la puerta y bajo por las escaleras, al verlo, su padre y su hermana Yuzu se abrazaron y empezaron a llorar como magdalenas, mientras que Karin solo lo veía con una enorme sonrisa cruzada de brazos.
-Eh, bueno, creo que ya es hora, ¿no?- dijo Ichigo rompiendo el silencio.
-Ichi-ni…, cuídate, sé que te ira estupendo, eres el mejor, el numero 1!- lo animo Karin.
-Claro, gracias Karin.- respondió Ichigo con una sonrisa luego abrazo a su hermana.
-Eh, ¡no te olvides de tu padre!- exclamo Isshin.
-Sí, viejo, tú también cuídate, y deja de estar molestando a mis hermanas, no sé cómo te aguantan y no se van…- contesto Ichigo en un tono seco.
-Solo espera que seamos mayores...- respondió la pelinegra con una sonrisa triunfal.
-Eh?, ¡Hijo!,¿porque intentas alejar de mi lado a mis pequeñas?- se quejó Isshin.
-Ya, cálmate papa, oni-chan ya se va, no lo molestes.- intervino Yuzu.
-Adiós Yuzu, cuídate y cuida del viejo, o si no Karin terminara cometiendo parricidio.- dijo Ichigo riendo al final.
Yuzu solo rio, y luego abrazo a su hermano llorando.
-Eh, Yuzu cálmate, ni que me fuera a la guerra.- respondió Ichigo intentando calmarla.
-Eh Yuzu, no llores hija, ¡ya se!, ¡¿Por qué no bienes y abrazas a tu musculoso padre?!- dijo Isshin abriéndose la camisa.
-¡Cállate viejo!- intervino Karin golpeándolo.
-Ya están animados otra vez, bueno me despido, solo será un tiempo, espero volver pronto.- intervino Ichigo riendo al ver al escena de su padre y Karin.
Ichigo cogió sus maletas y se preparó para partir.
-Bueno, ahora levare al idiota de su hermano a la estación de tren, y tendremos una buena platica de hombres, ¿no hijo?- pregunto Isshin.
-Sí como digas, y ya vámonos, quiero alcanzar mi tren.- se quejó Ichigo un poco ofuscado.
Ichigo e Isshin salieron de la casa, afuera el día era cálido y sereno. Isshin saco su auto y subió las maletas. El pelinaranja subió en el asiento del copiloto y se abrocho el cinturón, justo después subió su padre, condujo en silencio hasta casi antes de llegar a la estación.
-Hijo.- comenzó a decir Isshin.
-¿Si?- respondió Ichigo.
-Sabes, yo te eduque, y se cómo lo hice, te conozco, pero también se cómo es la vida solo en una ciudad, habrá miles de distracciones, que te podrán desviar del camino, de tus….
-Ya lo sé viejo, pero yo no caeré, ¿sabes porque?- respondió Ichigo cortando a su padre.
-¿Por qué?- respondió Isshin sorprendido.
-Porque yo quiero ser piloto, lo anhelo de verdad, y no solo porque eso, sino también porque sé que a mama le gustara verme cumpliendo mis sueños y no le gustaría que me desviara del camino.-Respondió Ichigo muy serio.
Isshin solo sonrió y le dio un golpe en el rostro.
-¡Maldito viejo ya arruinaste el momento!- dijo Ichigo mirando furioso a su padre.
-Ya cálmate Ichigo, solo te digo que no te dejes desviar, pero no te digo que no te diviertas, ¡puedes salir los fines de semana, ir a fiestas, tienes una gran ciudad a tu disposiciooon!, además podrías conocer a una linda chica…- comenzó a decir Isshin en un tono que a Ichigo le molestaba e irritaba.
-Eh ya cállate, además ya llegamos a la estación.- interrumpió Ichigo a su padre que seguía con su lista de cosas "geniales" que podía hacer
-Si es verdad, ¡anda baja haragán!- ordeno Isshin mientras paraba el auto.
Ichigo bajo del auto y saco su equipaje de la maletera. Isshin se despidió por última vez de él, desde adentro del auto.
-Adiós hijo, es tiempo de volar.- dijo su padre, haciéndole un gesto con la mano como un saludo militar, y luego arranco el auto y se marchó.
El pelinaranja resoplo y se dio vuelta, entro a la estación y saco su boleto, había una larga cola en el tren de las 12 para Tokio, Ichigo se las apaño para colarse y llegar adelante, se adentró en el tren y busco su asiento, estaba en el 2do vagón y su asiento daba junto a la ventana, acomodo su equipaje y saco su iPod y se puso los audífonos y se puso a continuar su cita con el mundo de los sueños.
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Rukia era una joven de cabellos negros, ojos azules, y de baja estatura, era delgada y a pesar de sus 20 años aparentaba menos, se podía decir que era una chica linda.
La pelinegra salía del departamento, hoy tenia una cita en el medico, hoy le darían los resultados; su pieza era mediana y acogedora, el edifico donde vivía era modesto pero acogedor, y estaba ubicado en una zona más o menos cerca al centro, no tenía muchas posesiones, pero viva más o menos bien, las únicas cosas que emsobrecían su más o menos tranquila vida eran: primero; no tenía trabajo, segundo: no podía pagar sus estudios el ciclo que viene; tercero: debía ya 2 meses de renta, cuarto: le habían detectado una enfermedad media rara donde sus defensas siempre estaban bajas, lo bueno era que no era infeccioso y no era agresivo, pero igual esos significaba que se enfermaba por todo, además era una enfermedad degenerativa y si no conseguía un donante de medula ósea compatible era probabable que no existiera de aqui a 10 años; si no fuera por estos 4 "pequeños inconvenientes", su vida seria tranquila y no una mierda como era hasta ahora, pero ella era fuerte, una chica valiente, no se humillaría, siempre iría con la cabeza en alto, ella era una Kuchiki, aunque esto no le ayudara mucho(porque ella no quería, ya que si hablaba con su padre, todos e solucionaría en un abrir y cerrar de ojos) tenía el orgullo Kuchiki, no se podia rendir.
Rukia bajo por el ascensor hasta el lobby de entrada, el ascensor era algo antiguo y por poco su bolsa se atasca con la puerta del ascensor, soltó una maldición por lo bajo y salió del edifico, antes de salir se encontró con el administrador que a pesar de su amabilidad le recordó que debía 2 meses y que si no le pagaba no tenía más opción que notificar al dueño del edifico. Rukia lo comprendía, el administrador era un anciano noble, pero tenía que cumplir con sus responsabilidades. Rukia solo asintió y salió directa para su cita en el hospital.
Tomo un taxi a penas salió del edificio, y fue directo al hospital, era un día algo frio, pero la sensación de calor era horrible en medio de un embotellamiento cerca al centro, donde estaba el hospital central, el centro financiero y la estación de trenes. Se demoró casi ¾ de hora en el tráfico, maldecía por lo bajo, pero al menos se divertía escuchando la emisora de radio, el hombre que manejaba era un señor de edad media amable y culto, establecieron una conversación acerca de política, hasta llegar al hospital donde Rukia pago y bajo.
Por la amplia calle iba y venía gente, muchos salían y entraban del hospital, otros solo pasaban, algunos iban normal pero otros llevaban una cara decaída, Rukia no sabía cómo saldría ella de ahí, pero podía decirse que presentía que traería una cara igual de acabada.
Se adentró en el gran vestíbulo y se dirigió hacia el lobby de ascensores, para su suerte logro entrar en uno antes de que se cerrara, y llego sin contratiempos al piso 7 del hospital, llegaba 10 minutos antes de su cita con el doctor Ukitake, un amable doctor de mediana edad, Rukia avanzo rápido por el pasillo del hospital, fue hasta el consultorio, y llego justo cuando la enfermera salía y decía su apellido, Rukia se apresuró y llego, el doctor Ukitake la recibió amablemente y la invito a tomar asiento.
-Buenas tardes Señorita Kuchiki, ya tengo sus resultados.- Comenzó a decir Ukitake.
-Muy bien doctor, sin rodeos.- respondió Rukia.
-Bueno, primero le diré una cosa, la enfermedad que usted tiene es algo común, no era tan raro como creíamos, solo que ahora…- dijo Ukitake haciendo una pausa
-Ya, dígalo, dije sin rodeos.- respondió Rukia con el corazón en la boca.
-Lo siento Rukia, pero nos confundimos al hacer los estudios, su enfermedad está más avanzada y bueno mientras no se haga el trasplante solo le queda algo de 2 años.- dijo Ukitake con el tono más suave y amable que pudo.
Rukia sintió como sus pequeñas esperanzas se venían abajo, a pesar de que se había preparado mentalmente para aquello, sus oídos y su cerebro no lo quería comprender, solo 2 años, todos sus sueños se venían abajo, la listas para esperar un donante eran largas, no conseguirá un donante antes de eso. Rukia solo se limitó a asentir y se levantó del asiento.
-Rukia en verdad lo siento, pero lo bueno es que si conseguís el trasplante de medula ósea, entonces volverás a tu vida normal.- dijo Ukitake en un tono tranquilizador.
-Si, lo entiendo doctor, gracias.- contesto Rukia monótonamente mientras salía del consultorio.
La pelinegra salió como una monótona por el pasillo del hospital, fue al ascensor y marco el piso 1, su cabeza le daba vueltas a ese número: 2, 2 años, lo bueno era que si conseguía un donante tal vez esté bien, aún quedaba un pequeña esperanza, y por más que Rukia no lo quisiera debía aferrarse a esa pequeña luz, aunque ahora tenia otro problema mas que echarse a las espaldas, aunque ella era un chica fuerte, ¿o no?.
El día afuera estaba, más fresco, el sol de mediodía iba descendiendo por el firmamento, un suave y refrescante viento soplaba en ese momento, las personas iban y venían ajetreadas de un lado al otro preocupadas en sus propios asuntos, ¿y porque tenía que ser de otra manera?, el mundo no se iba a detener solo porque una tonta chica había recibido la noticia de que en dos años moriría.
Rukia camino un rato ensimismada en sus pensamientos, caminaba a paso lento, e iba recordando su infancia y a su madre Hisana, ella había heredado los rasgos de su madre, y no solo eso, sino también su naturaleza enfermiza y débil salud. La pelinegra camino un poco más hasta que decidió que era suficiente de atormentarse, esperaría noticas sobre un donante compatible y seguiría su vida normal, ella era una Kuchiki, debía ser fuerte. Llamo un taxi para volverse a su casa.
-Si, a donde desea ir señorita.- pregunto amable el hombre mayor que conducía.
-Me lleva ah…- dijo Rukia hasta que se acordó de aquel gran parque junto a la estación de trenes donde su mama la solía llevar.- a la estación de trenes por favor.
-Claro, enseguida señorita.- respondió el hombre con un gesto amable.
Rukia sabía que en ese parque podía subir su moral destrozada, allí donde un día camino con su madre, hace mucho tiempo.
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Ichigo se había dormido durante todo el viaje, esa era una increíble capacidad suya, dormir mientras música rock sonaba a todo volumen por los audífonos, se despertó en las ultimas estrofas de una canción que por mágica coincidencia era "Welcome to the jungle" de los Guns and Roses, Ichigo dejo a un lado el iPod y estiro sus brazos, se sacó los audífonos, bostezo y miro por la ventana, ya habían llegado a la estación de Tokio, de inmediato se le fue todo el sueño, se levantó y cogió su equipaje, y bajo lo más deprisa del moderno tren, no quería terminar en un viaje para otra ciudad. Al bajar al andén, contemplo la estación ante él, era muy grande, impresiónate y agradable, a esta hora la estación era un hormigueo de gente, se veían de toda clase de gente: ancianos, niños, adultos, hombres, mujeres, jóvenes, ejecutivos y estudiantes igual que él, que llegaban por primera vez a Tokio. Ichigo se dirigió por el amplio y enorme vestíbulo central y se acercó a una máquina expendedora ubicada en una esquina del lobby de entrada y compro una soda, se la bebió mientras salía de la estación, se fijó en el reloj y se dio cuenta que ya era tarde, debía estar en la academia de pilotos en menos de una hora, se terminó al soda y salió rápido de la estación, bajo por unas escaleras y llego hasta la calle, si quería llegar rápido debía coger un taxi.
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El taxi se acercaba ya a la estación de tren, Rukia pago el servicio y se despido del amable conductor, bajo del vehículo y contemplo un momento el ajetreo de gente mientras el taxi se marchaba y parecía detenerse a esperar otro cliente, la pelinegra avanzo por al amplia calle, y cogió el rumbo directo al parque central que estaba a un lado de la estación de trenes, Rukia camino rápido para llegar al hermoso parque, se escabullo entre la gente y llego hasta el enorme parque, de inmediato los recuerdos comenzaron a llegar a su mente, recordaba a su madre, Hisana, quien había fallecido hace ya 7 años, recordó aquella vez en que de niña vino por primera vez a este parque con sus papas, era tan feliz, esa vez se la pasaron paseando por el enorme parque comieron helados y su padre la llevo al cine. En ese tiempo su padre era tan diferente, y era así porque tenía a su lado a Hisana, ella era el centro de sus existencias, alegraba el día y la vida de su familia, pero todo ello cambio cuando su madre murió.
Hisana era igual a Rukia, no solo en apariencia, sino también en lo enfermiza, se enfermaba por casi todo, y su padre siempre iba preocupado de aquí allá, Rukia había heredaro este aspecto de su madre, por ello explicaba porque su padre se preocupara tanto por ella también. Su padre era un hombre de familia y un exitoso empresario, tenía una empresa grande y una hermosa familia; pero él cambio cuando su mama murió, cuando Rukia tenía 13 años.
Rukia recordo como ese dia su mundo se venía abajo, el centro de su existencia, su madre, Hisana, había fallecido, su padre Byakuya, le había comunicado al noticia, Rukia pudo notar el semblante acabado de su padre, ella también lo tenia, una parte muy importante de la vida de ambos había desaparecido, desde ahí su padre comenzó a cambiar; se volvió muy rígido, sobreprotector y algo amargado, Rukia lo comprendió, pero más adelante la actitud de su padre empeoro, se volvió sobreprotector hasta el punto de manipularla e indicarle siempre que hacer.
Ella amaba a su padre, pero no podía aguantar mas esto, tenía decidido marcharse de la casa cuando cumpliera los 18, afortunadamente solo faltaba 3 meses, hasta que su padre se le ocurrió conseguirle un prometido, Kaien Shiba, hijo de una importante familia de Japón, a Rukia le cayó mal desde un principio, era un manipulador, mentiroso y falso; con Rukia fingía interés e incluso casi llego a hacerle creer que la quería, ella que había sufrido de carencia de amor desde que murió su madre, casi se trago el cuento, hasta que conoció a Matsumoto, su amiga le abrió los ojos y evito que Rukia hiciera una tontería. Cuando cumplió 18 se fue a vivir con Rangiku, se metió en una carrera de administración y de diseño, para su suerte su padre accedió a pagarle a la universidad, pero ella debía seguir saliendo con Kaien; ella hasta ahora había logrado retrasar el compromiso con Kaien, pero ahora que ya estaba a punto de entrar al último ciclo de la carrera, su padre la amenazó con que si no se casaba de una vez, dejaría de pagar al carrera.
Rukia seguía ensimismada en sus recuerdos hasta que recordó el unicó objeto que aún le quedaba de su madre, su bolso, llevo su mano instintivamente a su costado para acariciarlo, pero no estaba.
-¡Rayos!, ¡Donde estará el puto bolso!- exclamo Rukia para si al darse cuenta de que no traía el bolso consigo
-Eh, Rukia-chan, una señorita no debería ir maldiciendo ni diciendo palabrotas por la calle…- dijo una conocida voz.
-¿Rangiku?- dijo Rukia sorprendida.
-¡Rukia!- exclamo la aludida abrazándola.
-Cuanto tiempo Rangiku.- respondió la azabache mientras se abrazaba alegre con su incondicional amiga.
-Mucho tiempo Rukia, hasta ya tienes arrugas.- respondió divertida la mujer, que era aunque no se creyera de al misma edad de Rukia, era alta de cabello rubio-anaranjado, tenía una silueta despampanante y un hermoso rostro.
-Eh, ya comienzas de nuevo.- respondió Rukia con una expresión irónica.
-Ya, no te molestes Rukia-chan.- respondió Rangiku Matsumoto riendo.- Eh Rukia, ¿Por qué maldecías? ¿Qué paso?.
-Bueno vamos a sentarnos, te contare.- respondió Rukia tristemente, tenia muchas cosas que contar a su amiga.
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Ichigo veía el reloj, aún le quedaba posibilidades de llegar temprano a la academia, pero con todas aquellas cosas no podría ir, debía hacer algo con el equipaje, estuvo pensativo un momento, pero no podía hacer nada más que llevarlos con él, ya era tarde como para ponerse a buscar un hotel un departamento para alquilar, era definitivo: debía ir con el equipaje a la academia de pilotos.
El pelinaranja camino por la amplia acera, y vio un taxi que dejaba a una linda chica, se apresuró y cogió el taxi, el hombre amable le ayudo a meter su equipaje.
-Buenas tardes joven, ¿a dónde va?- preguntó el hombre mayor.
-Buenas tardes, a la academia Sky Soul, por favor.- respondió Ichigo acomodándose en el asiento trasero.
-De acuerdo, vamos para allá.- respondió el conductor.
El taxi arranco suavemente y se puso en marcha a la academia de pilotos, Ichigo miraba pensativo al ciudad, pensó que a estas horas su familia debía estar almorzando, se acomodó en su asiento hasta que sintió algo duro debajo de él.
-¿Qué rayos?- se interrogo Ichigo mientras se levantaba dela siento.
Debajo de él había un bolso, muy fino al parecer, Ichigo recordó a la chica que vio bajando del taxi, seguro era de ella.
Ichigo cogió el bolso y lo metió en su equipaje, hoy iba a hacer su primera buena acción en esa ciudad: saliendo de la academia iba a devolver ese bolso.
El taxi llego a la academia, esta quedaba cerca de un aeródromo privado, estaba rodeada de vegetación y se veía muy exclusiva y elegante. Ichigo pago el taxi y bajo su equipaje, el taxista se despidió amablemente y arranco el auto.
-Bueno Ichigo, es hora, hoy empiezas.- se dijo Ichigo para sí mismo.
-Pero será mejor que empieces ya, si no quieres empezar tarde.- lo interrumpió una voz.
El pelinaranja se volteo a ver quién había dicho esas palabras y se topó con un joven pelinegro de gafas y semblante serio.
-Hola, ¿tú quién eres?-pregunto Ichigo.
-Soy Uryu Ishida, y tú debes ser Ichigo Kurosaki, ¿verdad?- respondió el pelinegro quien traía el uniforme de piloto puesto al igual que él.
-Sí, y por lo que veo eres un estudiante ¿verdad?- preguntó Ichigo.
-No me digas, no me había dado cuenta.- respondió Ishida.
-Idiota.- respondió Ichigo riendo.
-Sí, soy un estudiante.- respondió Uryu riendo también mientras avanzaban hacia la puerta de entrada.
-Eh tío, me agradas, ¿acaso no eres tu el que me empato y obtuvo el puntaje más alto?- respondió Ichigo mientras cargaba su equipaje.
-Sí, pero te equivocas, yo no te empate, tú lo hiciste.- respondió Uryu orgulloso.
-Si, como digas "gafitas".- respondió Ichigo
-¡Atrévete a repetirlo Kurosaki!- exclamo Ishida cabreado.
-GA-FI-TAS- respondió Ichigo acentuando cada silaba, mientras que a Uryu se le marcaba una vena en al frente.
-Cállate antes de que te de una lección, y mejor entremos…- respondió Ishida.
-Eh maricas, lleven su discusión a otra parte déjenme entrar.- dijo una voz arrogante a sus espaldas.
-¿A quiénes rayos les has dicho maricas?- respondió Ichigo furioso con el pelirrojo a su espalda.
-Pues, a ustedes par de nenazas, déjenme pasar.- respondió el pelirrojo.
-¡Ahora veras quien es la nenaza!- exclamo Ichigo dirigiendo su puño hacia el arrogante pelirrojo. Pero Uryu lo detuvo.
-No sirve pegarle a este idiota, es nuestro primer día, no nos metamos en problemas Kurosaki.- intervino Ishida mirando despectivamente al pelirrojo.
-¡Pero, tú lo escuchaste!- se quejó Ichigo.
-Es un idiota no merece que lo golpeemos, es la nenaza de Renji Abarai, se quejara con los maestros como el niño rico mimado que es.- respondió Ishida volteándose mientras que el pelirrojo sonreía
-Bueno mejor vámonos, si como dices tú, solo es una nenaza, no sirve golpearlo.- respondió Ichigo volteando y levantando su equipaje.
Los dos avanzaron hacia la entrada mientras que el pelirrojo atrás de ellos, Renji Abarai los veía indiferente mientras reía, sí que le iba a resultar divertido superar a sus "competencia".
Cuando Ichigo y Uryu entraron a la academia se les indico que vayan hacia el auditorio donde el director los recibiría, Ichigo entro junto con Uryu al auditorio y se sentaron por la mitad, ahí había por lo menos otros 70 alumnos nuevos, el discurso del director comenzó a los pocos minutos.
El director se llamaba Kisuke Urahara, un hombre alto de complexión atlética, era rubio cenizo, y parecía estar en comienzos de los 30, sus palabras de bienvenida fueron firmes y alentadoras, se notaba que el director era un hombre correcto, incluso divertidO.
Como era el primer día se les indico las clases en donde iban a estar, a Ichigo le toco con Uryu y con otra docena de sujetos, para su mala suerte Renji Abarai estaba en su clase, pero parecía también que los demás alumnos le tenian resentimiento; sus instructores eran tres, se presentaron ante ellos ya en el aula, eran: Aizen Sousuke, Gin Ichimaru y Shunshui Kyoraku; los dos primeros le parecieron a Ichigo algo hipócritas, pero el tercero, Kyoraku, parecía un hombre divertido y agradable, y él nunca se equivocaba con las personas.
Aizen le pidió a todos que se presentaran, la primera en salir a presentarse fue una chica, se llamaba Tasuki, y le pareció agradable a Ichigo, el segundo fue un joven llamado Toshiro, que parecía de 14 años, luego se presentó un sujeto llamado Kira, parecía inteligente y agradable, luego le toco a Ichigo, Kyoraku le pregunto si él era el que había sacado el máximo puntaje, y el pelinaranja respondió que sí, que el saco el máximo puntaje junto con Uryu Ishida, Kyoraku los felicito y luego llamo a Uryu, el salió al frente y se presentó también, los demás los aplaudieron ya que se alegraban de ver que Abarai no había sacado el máximo puntaje; despues le toco a un sujeto, al parecer Latino, que se llamaba Sado, a Ichigo le pareció agradable a pesar de que era algo callado, de ahí se presentó una chica menuda que se llamaba Momo, de ahí le siguieron otros estudiantes que no llamaron la atención a Ichigo a excepción de un par, Ikaku Madarame y Yumishika Agasegawa, que más bien parecían formados para ser pilotos militares.
El primer día acabo rápido, e Ichigo salió de la academia junto con su nuevo "colega" Uryu Ishida.
El sol ya anunciaba que dentro de poco se ocultaría y daría paso a la helada noche, de la cual ya se empezaba a sentir el frio viento; a Ishida lo vino a recoger su papa en auto, era un hombre de semblante igual de serio que su hijo, se ofreció para llevar a Ichigo y este acepto.
-Eh Kurosaki, ¿porque traes esas maletas?- preguntó Uryu.
-Es que recién llegue hoy, y no me dio tiempo de dejarlas en el departamento que estoy rentando.- mintió Ichigo.
-¿Eh, que tal les fue en su primer día?- preguntó el hombre al parecer más por compromiso que por querer enterarse.
-Nos fue bien, el director nos habló, y los instructores que nos tocó dicen que son los mejores.- respondió Ichigo.
-Umm, es interesante, eh muchacho, ¿tu padre es Isshin Kurosaki?- pegunto Ryuken sorprendiendo a Ichigo.
-Sí, así es, ¿Cómo lo sabe?- respondió el pelinaranja.
- Se me hacía conocido tu rostro y cuando escuche tu apellido lo confirme, mándale saludos al viejo Isshin de parte de su colega Ryuken.- respondió el hombre de cabellos celestes plateados.
-Claro, no hay problema, yo le doy sus saludos cuando llame.- respondió Ichigo.
El viaje continuo tranquilo Ichigo y Uryu opinaban sobre sus compañeros y de Abarai, hasta que Ichigo se acordó del bolso. Rebusco en su equipaje y lo encontró, metió la mano y rebusco alguna cartera o billetera y encontró una donde había un conejo.
-Eh, Kurosaki, no sabía que eras de "esos gustos", si lo sé, no me acerco a ti.- dijo Ishida al ver el bolso y la billetera que sostenía Ichigo.
-Eh no seas idiota, este bolso lo encontré en el taxi en el que vine, lo voy a devolver por eso me fijo en alguna identificación para ver al dirección de la chica a quien se le perdió.- contesto Ichigo secamente.
-Bueno, que alivio, a ver, déjame ver de quien es el bolso.- dijo Uryu cuando vio que Kurosaki leía una identificación.
Ichigo le paso al identificación, en ella salía una hermosa chica de cabellos negros y ojos azules, que a pesar de su rostro sonriente, expresaban una profunda tristeza; parecía de 17 pero en su identificación decía que tenia 20 añ se la pido y se puso a ver la dirección.
-¡Ya lo tengo!- exclamo Ichigo al encontrar la dirección.
-Señor, sé que estoy abusando, pero, me puede dejar cerca de aquí.- dijo Ichigo mostrándole la identificación a Ryuken Ishida, el padre de Uryu.
-Sí, no hay problema, pasaremos por esa zona de todas formas.- respondió Ryuken serio como siempre.
-Gracias.- respondió el pelinaranja.
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Rukia regreso a su departamento, estaba destrozada moralmente, iba a morir en 2 años, no tenía empleo, no iba a poder pagar al universidad ella sola el ciclo que viene, debía ya 2 meses de renta y había perdido lo más preciado para ella, el bolso de Hisana, su madre.
La azabache ingreso a su departamento, cuando tocaron el timbre, Rukia salió y vio quien era por la mirilla de la puerta, era la esposa del administrador, ¡rayos!, ahora si estaba en problemas.
Rukia se apresuró en abrir la puerta refunfuñando cuando se golpeó el pie con una mesita que tenía cerca a la puerta.
-Si señora, ¿en que al puedo ayudar?- respondió la chica amablemente.
-En que me pague los 3 meses de renta que me debe ya.- respondió ásperamente la señora.
-Pero, señora, aun no consigo un empleo estable y además…- decía Rukia, pero fue interrumpida.
-No me interesa niña, tu tienes que pagar, las cuentas nos se pagan solas, o si no, tendrás que marcharte del departamento hoy mismo.- respondió la señora despectivamente.
-Está bien, déjeme alistar mis cosas, me iré hoy mismo.- respondió orgullosa Rukia, ella era una Kuchiki no se rebajaría ante nadie.
La señora se marcho con el semblante furioso, Rukia solo atinó a dar un portazo y se volvió, debía alistar la pocas cosas que tenía, no quería molestar a Rangiku, pero parecía que la iba a necesitar otra vez.
Fue hasta la lavandería y cogió unas cajas, allí metió algunos cuadros y adornos que tenía en la sala, metió su colección de películas, en otra caja metió unos libros y unos discos, en una mochila metió su portátil y otras cosas delicadas, lo puso junto a al puerta y se dirigió a su habitación a alistar su ropa, en una maleta logro meter la poca ropa que tenía y al saco hasta la entrada, era hora de llamar a Rangiku, fue a buscar su teléfono, hasta que el timbre sonó de nuevo.
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El padre de Uryu lo dejo cerca a su destino, se podría decir que muy cerca, Ichigo observo al calle, le recordaba un poco a Karakura, era tranquila limpia, y acogedora, no era de las mejores zonas, pero era agradable, se fijó en el número de la calle, y llego hasta un edificio, era un edifico de unos 12 pisos, era algo antiguo tendría mas de una década, pero era agradable, acogedor y hogareño, entro al lobby con su equipaje y para su suerte el portero lo había dejado entrar ya que dijo que venía a entregar unas cosas a Rukia Kuchiki, quien vivía allí; espero el ascensor y subió con su equipaje: sus dos maletas y su guitarra en la espalda.
El ascensor se detuvo en el séptimo piso donde vivía la chica, Ichigo salió del ascensor arrastrando sus pesadas maletas y llego hasta el departamento 704, donde vivía la joven del bolso, ya estaba ahí no podia desistir, así que se decidió y toco el timbre, escucho ruido de pasos adentro y como le quitaban el seguro a la puerta…
¿Qué tal?, ¿verdad que estuvo bueno?, háganmelo saber por favor, abajo tienen un bonito espacio en blanco donde pueden escribir sus opiniones, en verdad sí que son importantes, bueno ya dejando de lado la súplica para que dejen reviews xd, espero que les haya gustado, actualizare cada 5 dias, es decir el miércoles que viene, nos leemos luego.
"Creo que los seres humanos como especie definen su realidad a través de la desdicha y el sufrimiento. Así que el mundo perfecto era un sueño del que su cerebro primitivo se trataba de despertar constantemente."
Agente mith, Matrix.
