Antes que nada, decir que el mágico universo de Harry Potter no me pertenece y solo me encargo de saciar mis ansias de relacionar mis parejas favoritas.

Rated T por el lenguaje y por posible desarrollo :)

¡Enjoy!


Contrainteligencia

ByUnplugged


Desde su escritorio, Albus Dumbledore levantó la mirada hacia la persona que irrumpió en su despacho.

–Severus, pasa. Es un gusto volver a tenerte en Hogwarts. Veo que has llegado a la hora acordada. ¿Puedo preguntar como te ha ido en la misión? –habló tranquilo Albus, mirándolo sugestivamente por sobre sus gafas de media luna.

–Bien... se podría decir, profesor. Le pasaré algunos detalles por escrito lo antes que pueda. Pero por ahora puedo adelantarle que confían en mí. Están a la espera de que me una a La Orden del Fénix como espía. Por lo que pude deducir no tienen duda alguna de que deseo servir al Señor Tenebroso –explicó sereno.

Albus solo atinó a mirarlo, preocupado por el deterioro físico del chico. Claramente no le había ido "bien" a pesar de que el objetivo estaba cumplido. Tanto Dumbledore como Severus sabían los métodos del Señor Tenebroso y resultaba casi obvio para el primero que su alumno había sido víctima de más de uno.

Sus miradas se intensificaron y en una especie de pacto silencioso, decidió no indagar en el tema. Conocía a Severus Snape lo suficiente como para saber que no estaba dispuesto a compartir ni a demostrar su dolor, y pese a que no le gustaba esa costumbre suya de guardarse todo para él mismo, respetaba sus decisiones.

Severus, tras su pose erguida y mirada indiferente, no podía mantenerse en pie sin que cada centímetro de su cuerpo le gritase por descanso. Los últimos tres meses estando en contacto directo con Voldemort y su grupo de mortífagos más selecto habían dejado claras huellas en él. Todavía estaba debilitado por la falta de comida decente y el poco descanso. Las maldiciones recibidas para el mero deleite de los que ahora eran "sus compañeros" se leían en su pálida piel, marcada en más de un lugar. A demás de ello, el hecho de haber tenido que mantener sus barreras mentales casi permanentemente solo había conseguido agotarlo más.

Severus cerró sus ojos, enmarcados en unas profundas ojeras que complementaban su aspecto mortecino, pensando en la peor de las marcas que ahora poseía. No quería que Albus notase su inquietud emocional... él había estado al tanto de los peligros que corría como parte de la contrainteligencia cuando aceptó la misión. Pero aún así, no podía evitar sentirse embroncado: la serpiente que ahora se abrazaba a su brazo izquierdo lo condenaba como parte de aquél grupo del cual tanto la había costado huir. Aquella ideología que en su momento se había visto tan tentadora, al punto de nublar sus sentidos era la misma que ahora portaba en su brazo. A pesar de no creer en ella, a pesar de haberla rechazado, a pesar de haber tratado de encontrar su propia luz al lado de la orden, la Marca Tenebrosa nunca abandonaría su piel.

Cuando se dio cuenta de que las palmas de sus manos sangraban con sus propias uñas enterradas en ella, volvió a la realidad encontrando la mirada conciliadora del director fija en sus ojos.

–Profesor, me retiro. Con su permiso.

–Severus –llamó. El aludido se detuvo sobre su marcha y volteó para encarar al anciano hombre– Creo que encontrará La Sala Multipropósito más confortable para descansar esta semana sin que sus compañeros de casa lo hostiguen acerca de su ausencia. Tampoco veo necesario que asista a clases por ahora.

Snape bufó con claro sarcasmo, de todos sus compañeros de casa quizá solo Regulus se interesase al punto de preguntarle donde había estado.

–Lo tendré en cuenta, señor. Ahora sí, me retiro –dicho esto se encaminó hacia la salida otra vez, pero antes de desaparecer por la puerta le dedicó a Albus un pequeño avispo de sonrisa– Buenas noches.

–Buenas noches Severus.

Una vez fuera del despacho del director Severus se reclinó sobre la gárgola, sin importarle las poco sutiles miradas de ésta. Miró sus manos ensangrentadas recriminándose por casi haber desatado sus sentimientos frente a la inquisidora mirada del director. Por Merlín, ¿qué clase de masoquista sin conciencia era? Sus músculos lloraban con cada esfuerzo y él no tenía mejor idea que tensarse y lastimarse las manos. Como si las cicatrices que ya tenía no fueran suficientes.

Demonios, no podía parar de pensar en él mismo. Quizá Dumbledore había tenido razón y no estaba a la altura de la misión. "Basta, Severus" pensó. Había insistido mucho para poder ser de más utilidad y participar verdaderamente en lo que esperaba, fuera la caída de los mortífagos. Había sido difícil hacerle entender a Dumbledore que estaba harto de elaborar estúpidas pociones, como si esa fuera su única habilidad. Y cuando finalmente se planteó la necesidad de un infiltrado en las filas de Voldemort, ni siquiera se le cruzó por la mente hacerlo. Además, era casi imposible que se le concediera la misión, siendo que hasta su misma pertenencia a la Orden con solo diecisiete años rompía las reglas de la misma.

James...

Pensar que fue él y toda su estupidez la que hizo que le rogara al director el puesto de infiltrado y así poder salir de la maldita escuela y, de ser posible, nunca volver. Maldito hijo de puta.

Sí, había actuado irracionalmente, pero no se arrepentía. Ahora era pieza importante de La Orden del Fénix. Filtraría información, haría su mejor esfuerzo por ayudar, no permitiría que se inmiscuyan en su mente, asistiría a cada llamado ardiente de su brazo izquierdo. Demonios, si tenía que ser un maldito hijo de puta frente a todos, lo sería. Demostraría que las personas pueden cambiar, y que él era una de ellas.

Seguía recostado contra la figura de piedra, totalmente perdido en sus pensamientos, que no notó el momento en el cual las lágrimas empezaron a correr libremente por sus mejillas.

"La putísima madre Potter... tenías que cagarla"

Y como si de magia se tratase (lo que en realidad no es nada muy ilógico), James Potter apareció corriendo por el pasillo con un aspecto totalmente desalineado, como si recién se hubiese levantado de la cama. En una mano portaba el Mapa del Merodeador y en la otra la capa de invisibilidad.

Severus, percatándose de la presencia de alguien más, se limpió los ojos y maldijo por lo bajo. Maldijo un poco más alto cuándo reconoció al recién llegado, quién lo miraba anhelante y sorprendido, no creyéndose la situación.

–Severus... estás acá –habló entrecortadamente, apoyándose en sí mismo con las manos sobre las rodillas, para tomar algo de aire. Se veía claramente afectado por la carrera –Estaba mirando el Mapa del Merodeador cuando... vi tu nombre, y yo solo, yo... salí corriendo– Al ver que Snape no contestaba, se acercó y lo abrazó– Snivellus, por Merlín. Pensé que te había pasado algo.

Snape se vio tentado a devolverle el abrazo, pero antes de siquiera mover un músculo a favor de la acción, reaccionó. Alejó a James bruscamente con claro enfado surcando su rostro para luego incorporarse.

–No se te ocurra volver a hacer eso –amenazó, relajando las facciones hasta mantener solo una mueca de fastidio. No quería verse tan afectado.

James se quedó estático. ¿Qué carajo estaba pasando?

–¿Qué significa esto, Severus? –gritó, enervado –Desaparecés tres meses sin decirme una puta palabra, sin mandarme una puta carta, como si no fuéramos nada. Ahora aparecés sin avisar. ¡Por Merlín, estuve revisando el mapa a cada hora de estos tres meses! ¿Y ahora resulta que no me dirigís la palabra y me rechazás un abrazo? ¿Dónde mierda estuviste? –Al no recibir respuesta golpeó la pared, descargando su frustración –¡Contastáme, la puta carajo! –demandó fuera de sí.

Severus lo encaró, estableciendo contacto visual por primera vez en la noche. James ahogó un sonido de sorpresa cuando en la mirada de su acompañante solo encontró indiferencia.

–Lo que estuve haciendo estos tres meses no asunto tuyo, Potter –aclaró, escupiendo el apellido con odio– Y en lo que a mí respecta– comenzó vagamente, mientras se giraba para encaminarse hacia el lado opuesto del pasillo– no somos nada. Absolutamente... nada –terminó la oración, haciendo tanto énfasis en la última palabra, que James se quedó estático mientras observaba como Severus desaparecía en la oscuridad.

James Potter nunca había llorado por Lily Evans ni por ninguna otra persona. Pero una solitaria lágrima se escapó, mientras se deslizaba lentamente hacia el piso, espalda contra la pared. No entendía ni un ápice de la situación y no podía despegar sus ojos del Mapa, observando como el nombre del que hasta hace unos momentos creía su novio se alejaba.


Bueno, ahora sí, se vienen las mil y un aclaraciones/comentarios. Siéntanse libres de saltearlas, no hay problema alguno :)

En primer lugar, no fue mi intención salirme de las personalidades de los personajes (esto me suena redundante), pero se debe entender que si James actúa así, es claramente porque había una preexistente relación con Sev. Lo mismo la relación de Severus con Dumbledore: no sé si se entiende que ya tienen cierto trato por el hecho de que está en la orden.

Y, hablando de eso, me era muuuuy necesario hacer una historia así, la tenía súper atragantada. Snape es un personaje tan complejo y no creo que el libro le haya hecho justicia. Como dijo Jotaká, el problema de este personaje fue que no pudo cambiar a tiempo. De ahí la historia: Un Severus Snape cambiando a tiempo para evitar sus desgracias (y bueno, James de por medio, porque me encantan, eso ya es delirio mío, no de Jotaká xD).

Ah, sí. Otra cosa, se me está complicando el uso de la raya de diálogo. Es decir, si el punto va antes o después de la raya o si la raya va pegada a la primera letra o la última. Por eso pido disculpas por adelantado si ofendo a alguien con mi patético uso de este recurso.

Y creo que una de las últimas cosas que me quedaba por decir (aunque se que estoy olvidándome de un par) es que no estoy escribiendo la historia en español neutro. Para este que es mi primer longfic me gustó más la idea de poder escribir en mi propia lengua. Igualmente, no por esto voy a introducir términos inentendibles para un no-argentino xD. Obviamente no va a ser lo mismo cuando hable Dumbledore, por ejemplo.

Me despido y les dejo abrazos para quien los quiera. Espero poder actualizar pronto, aunque rindo tres materias dentro de poco y todavía no abrí ni un solo libro. Todo comentario será bienvenido, siempre que sea en buen plan :)

¡See ya!