Contención

Había ciertos momentos en los que Percy necesitaba como nunca poder sentir la presencia de Penny a su lado.

Era por naturaleza un hombre dependiente, pero solía fijar su dependencia a cosas estáticas. Era también un hombre con tendencia al sedentarismo psicológico y emocional, siempre que pudiera permitírselo, y por eso sus ideales los fijaba en cosas inanimadas, generalmente invariables. No se podía dar el lujo de someterse al tormento de depender a voluntad de la volubilidad de otro ser humano.

Pero Penny era una excepción. Penny siempre había sido una excepción, desde el momento mismo en el que la había conocido.

Percy ya no se avergonzaba al decir que mantenía una relación seria con ella. Incluso, en ciertos círculos allegados y bien privados, podía confesar que estaba enamorado. Pero no le gustaba que se supiera que la necesitaba. Eso lo hacía vulnerable, y Percy no podía permitírselo. Ella lo sabía, y eso era suficiente para los dos.

Porque Penny era su punto de apoyo, su cable a tierra.

Porque cuando a veces tenía pesadillas por la noche y se despertaba llamando a Fred con gritos ahogados, retorciéndose por las punzadas de dolor que todavía le provocaban las heridas de la culpabilidad, que nunca acababan de sanar, sabía que si se daba vuelta en la cama, Penélope siempre estaría mirándolo con una expresión de amor dolorido en sus ojos castaños.

Porque sabía que podía contarle mil y una veces la misma historia en susurros lastimeros, y ella nunca le reprocharía nada, nunca lo juzgaría.

Porque sabía que ella le secaría las lágrimas a besos, lo acomodaría entre sus espléndidos rizos y le diría con un tono suave y cálido: "No te preocupes, Percy. Está todo en tu mente. Solo yo soy real. Y yo no te dejaré."

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Nótese que desarrollé una extraña tendencia a escribir sobre las parejas de los Weasley mayores. Primer Percy/Penny. Nótese que los Weasley mayores tienen tendencia a escoger mujeres que son increíblemente fieles. Salvo Charlie. Pero tener que competir con Remus Lupin, es una competencia desleal para cualquiera. Sobre todo si uno está en Rumania amansando dragones. Mejor me callo y dejo de decir pavadas.

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Lean, escriban, sueñen, amen, sonrían

Estrella