LA NIÑERA:

-Toc, toc.

-...

-¡Toc, toc!

-Umm...

-¡¡¡TOC TOC TOC!!!

-¡¿QUIÉN DEMONIOS LLAMA A LA PUERTA A LAS 6 DE LA MAÑANA?!-, grita una chica muy enfadada levantándose de la cama con unas tremendas ganas de asesinar a alguien. -¡¿QUIÉN ES?!

Silencio como respuesta.

-Vale, bien, no contestes. ¡Ahí te quedas!-, contesta la chica volviendo a su cama.

-Toc toc.

-¡¿QUÉ COÑO QUIERES...Malfoy? ¿Qué haces tu en MI casa a las SEIS de la mañana?-, pregunta asombrada tras abrir la puerta.

-Parece que no tiene usted muy buen aspecto.

-Ah... si... buen aspecto claro... Será porque hace una hora que llegue de una fiesta en la que estuve toda la maldita noche sonriendo como una imbécil, soportando el asqueroso humo de los cigarrillos, la mierda de comida del catering y las veinte copas de vino que me hicieron beber. ¿Suficiente?

-Será mejor que vuelva en otro momento, no está usted en condiciones de...

-¡Y una mierda! Me has despertado lo que implica que no podré dormir en las próximas doce horas, así que si no quieres que te denuncie antes el Consejo de Regulación de Sueño... ¡Dime a que has venido!

-A ofrecerle un trabajo.

-¡¿UN QUÉ?!

-¿Tenemos que discutirlo aquí fuera o puedo...

-No, no puedes pasar. ¿Qué acabas de decir? ¿Cómo que un trabajo? Yo ya tengo un trabajo. Un buen trabajo. El mejor de los trabajos. Por si no lo sabías, soy la Directora del Centro para Niños Menores de Once Años Conocedores de la Magia que Poseen. Un centro para niños menores de once años que saben que van a ser magos pero no tienen un colegio mágico donde ir mientras tanto. ¿Algo más?

-Una guardería-, contesta el hombre con indiferencia entrando en la casa.

-Sal de mi casa Malfoy. Ahora.

-Vaya, que poca hospitalidad. ¿Llamas a esto casa? Pensé que una Directora como tu podría permitirse algo más... ¿cómodo? Veo que tu sueldo no da para tanto.

-Si, estás en lo cierto, no gano un asqueroso galeón puesto que tengo que pagar demasiados gastos de ese centro el cual el maldito Ministerio no subvenciona por considerarlo "innecesario". ¿Pero a ti qué te importa mi dinero? Soy feliz viviendo así, en mi asquerosa casa, con mi asqueroso sueldo, cuidando a mis niños.

-Enternecedor-, dice su interlocutor con indiferencia. -Le ofrezco 100 galeones.

-¿Cien galeones al año? ¡Pero hombre! Si hasta ahora gano más.

-Al mes.

-¿Cien... al... mes?

-Bien... 200 galeones al mes.

-...

-Está bien, 400 es mi última oferta. Y por supuesto tendrá un mes de vacaciones. Se establecerá en la Mansión Malfoy y su régimen de comida estará incluido.

-¿Se puede saber que demonios tengo qué hacer?-, exclama la joven sorprendida ante tal oferta.

-Cuidar a mi hijo.

-¿Tu hijo? ¿Tu tienes un hijo? Vaya... no sabía nada. ¿Y solo por cuidar al niño ese sueldo?

-Soy millonario. Por si no lo sabía... Director del Departamento de Búsqueda y Captura de Mortífagos Fugitivos. La cifra de 400 galeones no supone nada para mi bolsillo.

-Oh, bien, tendré que apuntarlo... ¿y a qué se dedica ese departamento?

-Eso es información confidencial. Y bien, ¿acepta el trabajo?

-¿Qué te hace pensar que dejaré mi "gran" casa y mi "gran" trabajo solo para ir a cuidar a tu hijo a casa de los Mafloy?

-Esto no es una casa y su sueldo... no es un sueldo.

-Los niños son mi vida, no puedo dejarlos.

-Su socia, la señora Hermione Weasley, estará encantada de atender el negocio, ¿cierto?

-Hermione... si, seguramente. Pero aún así, yo sui la fundadora del centro, no puedo abandonarlo.

-No tiene porqué. En sus ratos libres, cuando mi hijo se dedique a sus actividades extraescolares, podrá visitar ese centro.

-¿Y por qué no llevas al niño al centro y allí lo cuidamos como a cualquier otro pequeño? Y deja de tratarme de usted Malfoy, hace demasiado que nos conocemos.

-Porque mi hijo no es como cualquier otro.

-¿Qué edad tiene?

-Tres años.

-Bien...

-¿Aceptas?

-Espera espera, para el carro. ¿Por qué yo? Hay cientos de niñeras en este mundo y se supone que no me soportas desde hace... ¿quince años?

-Dejémonos de rodeos. Tengo entendido que eres la mejor en el campo de educación infantil y aunque no te dediques a cuidar niños puedes hacerlo perfectamente.

-Vaya... así que admites que soy la mejor...

-Aunque me pese, tus numerosos premios lo demuestran y yo quiero lo mejor para mi hijo-, contesta el hombre con frialdad.

-De todas formas tengo que consultarlo con... ¿Qué es esto?-, pregunta la mujer cogiendo la carta que Malfoy le entrega.

-Una carta en la que la tal señora Hermione Weasley acepta ocuparse del centro en tu ausencia.

-Vaya, vas demasiado rápido para mi gusto.

-Necesito que trabajes para mi ya. Mañana mismo. Hoy si es posible.

-Tengo que pensarlo. No puedo abandonar por todo lo que he luchado, no puedo dejar a mis pequeños.

-Con mi hijo tendrás suficiente. No tengo todo el día, yo también trabajo por si no lo habías notado.

-Está bien. Trabajaré para ti.

-Bien. Por cierto, acostúmbrese a llamarme señor Malfoy mientras trabaje... señorita Weasley.

-Muy bien señor Malfoy, y ahora si me lo permite, salga de mi casa ya que necesito descansar.

-Mañana vendrá el chofer a buscarla y le ayudará a trasladar sus cosas. Hasta mañana señorita Weasley.

-Adios... Malfoy-, contesta Virginia Weasley cerrando la puerta de su casa y pensando en que acaba de cometer la mayor estupidez de su vida.
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-Y eso es todo. Acepté el trabajo y ya está-, dijo Ginny tras terminar de contar la historia a Harry, Ron y Hermione.

-Que tu has... ¡¿QUÉ?!-, gritó Ron.

-Ya cállate Ron. Son 400 galeones, una casa y comida, ¿qué más quieres? Es un buen trabajo.

-¡Pero es Mafloy! ¿Recuerdas? Draco Malfoy, tu peor pesadilla, nuestra peor pesadilla.

-Bueno Ron, hace años que no lo vemos, quizás haya cambiado. Mira el trabajo que tiene, encarcela a mortífagos-, intervino Hermione.

-Así me gusta Hermione, mi esposa se pone de parte de su cuñadita en momentos críticos. ¡Bien!-, contestó Ron levantándose de la mesa.

-Ron, ¿no crees que estás sacando las cosas de quicio?

-¿Tú también Harry? ¡Me encanta! Claro, es comprensible, defiende a tu novia vamos.

-No es mi novio Ron, cierra la boca-, contestó Ginny enfadada.

-¡Pues lo parece! ¡Llevabais meses saliendo y de repente lo dejáis y no paráis de pelear! ¿Nos ocultáis algo? ¿Acaso pensáis que yo no lo entendería?

-Ron deja de gritar-, intervino Hermione.

-¡Es mi casa así que grito lo que me da la gana!

-Escúchame bien Ronald Weasley-, dijo Ginny levantándose y poniéndose a su altura. -Si Harry decidió dejarme sin dar una maldita explicación yo NO tengo la culpa, si Draco Malfoy me ha ofrecido un trabajo en el que gano el doble de mi sueldo actual yo NO tengo la culpa, si mi vida es una mierda yo NO tengo la culpa. Así que hermanito, métete en tus asuntos.

-Vamos arriba Gin, no entienden nada-, dijo Hermione llevándosela a su habitación.

-Hombres... -,susurró Ginny antes de abandonar la habitación llena de rabia.

-¿La dejaste tu?-, preguntó Ron volviéndose hacia Harry.

-Bueno yo... si... yo pensaba que tu... sabías que yo...-, balbuceó Harry sintiéndose incómodo.

-No, no sabía que la habías dejado sin darle ninguna explicación. ¿Por qué, Harry?

-Vamos Ron, tu tienes una vida perfecta. Con 25 años ya estás casado con una mujer estupenda como es Hermione, tienes una casa preciosa, un buen trabajo en el Ministerio de Magia y un bebe en camino. No tengo tanta suerte como tu, a pesar de ser el niño que vivió mi vida no es un cuento de hadas.

-¿Y qué tiene eso que ver para que dejes a Ginny? Está bien, no tengo derecho a meterme en vuestras vidas, solo que no me gusta que le hagan daño.

-Bueno, quizás tengas derecho a saber que no estoy enamorado de Ginny. Mira es una chica estupenda, guapa, lista... pero tu sabes lo que siempre he sentido y no puedo cambiar las cosas.

-Podrías haber pensado todo eso antes de salir con ella.

-Intenté olvidar a Parvati pero no puedo Ron, la quiero demasiado.

-Díselo.

-Ya sabes que ahora vive en París... seguro que ya está con otro chico, ella nunca supo nada y será mejor que no lo sepa nunca.

-Pues entonces, debería de decirle la verdad a mi hermana.

-Si, supongo que si... No tengo futuro, solo soy un jugador de Quidditch que estará demasiado agotado en apenas unos años y ni siquiera tengo una carrera ni otro trabajo al que poderme dedicar. No valgo para nada.

-Si Harry, si que vales, solo que decidiste tomar este camino... y quizás haya sido el equivocado. Aún puedes arreglarlo y conseguirte otro trabajo, eres joven Harry. Puedo conseguirte algo en el Ministerio si quieres. Claro que tendrías que dejar el...

-¿Podrías hacer eso? Yo... haría cualquier cosa por poder tener una vida normal. Sin fans por todos sitios, sin más partidos peligrosos, sin más fama... Tan solo, una vida normal.

-Aún puedes tenerla y de eso me encargaré yo. Ah, por cierto, si quieres dormir tranquilo... debería de ir a buscar a Parvati, vive dos calles más abajo, ya volvió de París.

-Gracias Ron, no se que haría sin ti, sin vosotros. Un día... tendré que hablar con ella. Pero por ahora, empezaré dejando el Quidditch y buscando un trabajo de verdad.

-Claro amigo, como quieras, nosotros te apoyaremos. Aunque Ginny... quizás no tanto.
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N/A: Buenorrrr ^^ El primer capi de mi segundo fic :P Espero que os guste y dejadme review por fi... ^^UUU Dentro de poquito, el segundo capi :P

Saludos

Daya, From de Dark ^^