Título: Uchiha Obito y el universo que lo odia (pero que sólo quiere divertirse con él)
Autora: eminahinata
Fandom: Naruto
Palabras: 4,000 aprox.
Pareja/Personajes: Hoshigaki Kisame/Uchiha Obito; Namikaze Minato/Uzumaki Kushina; Hatake Kakashi; Nohara Rin; Uzumaki Naruto; Uchiha Sasuke; Haruno Sakura; Shiranui Genma; Namiashi Raido; Akatsuki; etc.
Resumen: Cuando abrió el ojo de nuevo, un sentimiento desapasionado lo envolvió y se resignó a su destino: el mismo techo de la misma cueva con el mismo lunático. Oh, bueno. Tal vez podría hacer algo con estos extraños acontecimientos. AU. Omegaverse. Humor. Viaje en el tiempo.
Notas de autora: ¡Hola! Otra vez aquí, sin beta. Cuando empecé a escribir esta historia tenía toda la intención que fuera un KakaObi (porque los amo y no hay suficiente de ellos), pero apareció Kisame-kun y ya no tuve control —se encoge de hombros. No he encontrado ninguna historia de esta pareja en español (así que sí hay una por ahí, sean amables de guiarme hasta ella, gracias) y creo que seré la primera en incursionar en esta ship ¡Que emoción y que miedo!
Hace mucho quería escribir una historia de time-travel (he leído algunas en inglés y me dije, "¿por qué no?") y como la autora es una obsesionada con Doctor Who, hay algunos elementos de esa serie aunque no es un crossever como tal.
Espero que tengan un bonito día.
Uchiha Obito y el universo que lo odia (pero que sólo quiere divertirse con él)
Capítulo 1
Uchiha Obito tiene claro tres cosas en todo en el universo:
Primero: Las personas son pendejas (verdad universal);
Segunda: El universo lo odia (Bad Wolf, en algún lugar de los universos, reía maniáticamente mientras comía chocolate);
Y Tercero: El viaje en el tiempo estaba muy jodido (El Doctor, en un universo alterno, estornudo, frunciendo un poco el ceño. ¿Y ahora que había hecho?).
Obito vio sin mucha emoción a Madara (viejo, delirante, manipulado por una criatura extraterrestre) mientras parloteaba sobre su "infalible" plan y la paz mundial, decidiendo que no estaba preparado mentalmente para soportar esto de nuevo y buscando la inconciencia con desesperación.
¿Por qué mierdas no pudo ser Kakashi el que se encargara de esto? ¿Por qué él? ¿No ven que ya la jodió mucho la primera vez? Alguien allá arriba, quien sea, tomaba muy malas decisiones- con el peor sentido del humor (Bad Wolf coloco una mano en su pecho, resoplando ofendida, ¡ella hacia las mejores historias, gracias!).
Con un suspiro, cerró los ojos con la esperanza de no volverlos abrir.
Maaa, Obito…
¡Cállate, Kakashi, esto es tu culpa!
Cuando abrió el ojo de nuevo, un sentimiento desapasionado lo envolvió y se resignó a su destino: el mismo techo de la misma cueva con el mismo lunático. Oh, bueno. Tal vez podría hacer algo con estos extraños acontecimientos.
Desvió su vista hacia donde el viejo Madara dormía (pobre tipo, estaba jodido igual que él) y con un rápido movimiento capto las sombras de Zetsu y la imperturbable estatua del Juubi. Ahora la pregunta: ¿cómo proceder? Haciendo un rápido escaneo a su cuerpo se percató que los sellos aún se encontraban en los mismos lugares, lo que le impedía cierta libertad de pensamiento y movimiento.
Y el daño cerebral, por supuesto.
Hay una razón porque su personaje Tobi era tan excéntrico y no solamente pura actuación —aunque debe admitir que disfruto mucho esos momentos, especialmente cuando molestaba a Deidara-senpai. Ah, ese rubio, lo extrañaba.
Con esfuerzo se acomodó en una posición sentada y espero que el dialogo volviera a comenzar y que los sucesos se repitieran hasta que él estuviera completamente sanado.
Entrecerró los ojos y se preguntó si aún tendría su Sharingan.
(Sí, lo tenía. Porque a Bad Wolf le divierten las complicaciones de los humanos).
Al llegar al lugar donde Kakashi y Rin se encontraban peleando contra los ninja Kiri, con un movimiento rápido uso su Mokuton y los envolvió con ramas, evitando de esa forma que Kakashi atravesara el pecho de su compañera y dejándolos inconscientes para que él pudiera encargarse tranquilamente de los otros ninjas.
¿Dejarlos vivir o no?
Nah, sigamos con el canon.
Él era una persona terrible, después de todo.
Luego de presenciar la muerte de Madara y la "creación" de Zetsu-Negro, Obito sonrió (bastante maniaca, hay que aclarar) a las criaturas extraterrestres y se balanceo sobre sus pies, sintiendo como la diversión se filtraba en sus nervios.
Todos los Zetsus presentes lo vieron con desconfianza y antes de que pudieran siquiera parpadear, los envió a esa bella dimensión de ácido con la ayuda de su preciado Kamui. Durante los siguientes cinco minutos rio maniáticamente mientras terminaba de llenar a la estatua de explosivos (Bad Wolf resoplaba divertida mientras el Shinigami veía todo con incredulidad) y mientras presenciaba la completa destrucción del último recordatoria de la lunática diosa, recordó a cierto rubio con cariño.
¡El arte es una bella explosión!
Nunca estuvo más de acuerdo.
Asesinar a Hanzo fue bastante fácil y las miradas de incredulidad de los presentes no tenían precio. Y es que mira, un tipo enmascarado haciendo poses ridículas logro atravesar todas las barreras y sorprender al dictador atravesando el corazón del hombre desprevenido con una espada, seguramente no tenía precio.
(Obito juraría toda la vida que vio como el ojo derecho de Yahiko temblaba, aunque éste siempre lo negara en las cenas de los domingos).
—¡Tobi es un buen chico!
Y con un remolino desde su Sharingan se esfumo, tranquilo con el conocimiento que todos los agentes de ROOT yacían quemados en algún lugar del País de la Lluvia.
Ahora sólo le faltaba encontrar a Kisame e Hidan (seamos sinceros, Sasori y Kakuzo no tenían salvación), evitar que Orochimaru traicionara a la Aldea por las manipulaciones de Danzo y sellar al Kyuubi en el niño hecho de rayos del sol.
Fácil.
—Eres realmente… peculiar.
—Gracias, Kisame-senpai, usted tampoco está mal.
La pelea contra Minato fue casi igual a la primera vez, salvo que ahora tenía a una Rin muy enojada (y, wow, ese chakra daba miedo) y a un Kakashi menos traumatizado, pero aun así logro tomar al Kyuubi y al pequeño Naruto (awww, tan lindo con esas mejillas rosadas) y transportarse hasta unos kilómetros fuera de la aldea.
—¿Y qué gano yo con esto, humano? —gruñó el zorro y Obito no pudo evitar rodar los ojos mientras ambos se encontraban en aquel paisaje mental.
Tomando aire (que en realidad no necesitaba porque, hola, paisaje mental) se lanzó en una perorata haciendo que el zorro enorme abriera cada vez más y más los ojos con incredulidad.
—Oh, bueno, si lo pones así —resopló el zorro, viéndose consternado y avergonzado por su futuro yo. Conmovido por un niño, ¡ja!, sus hermanos nunca lo dejarían vivir en paz si llegaran a saberlo (ellos llegarían a saberlo, porque Obito era una criatura hecha de rencor y venganza).
—¡Gracias, Kurama-sama! —y con una técnica de sellado que estuvo perfeccionando (adquirida de las ruinas de Uzushio (en serio, ese lugar debería estar más vigilado, aunque fue divertido ver saltar a Kisame cuando un viento soplaba muy fuerte entre los escombros "¡Ese lugar esta maldito!" "Pero, Kisame-senpai…" "¡Maldito, dije!")), logro de nuevo unir al zorro y a su niño elegido.
¡Misión cumplida!
—¡¿Quién mierda era ese tipo?! —gruñó Rin mientras jalaba su cabello con frustración, viendo la escritura desordenada (hecha con sangre, ja) en el suelo donde se leía "Tobi es un buen chico", con carita sonriente incluida. Obito rio desde su escondite, ¡hace mucho que no veía a su mejor amiga tan enojada!
Minato tomo a su hijo, apretándolo contra su pecho, y observando consternado el sello en el estómago del recién nacido (quien dormía tranquilamente gracias a la canción susurrada que Obito utilizo en todo el rito. Obito era una gran niñera, muchas gracias), el pobre Hokage sólo podía imaginar lo que su bella esposa le haría: Era hombre muerto, dalo por hecho.
Utilizando su Kamui, se teletransporto hasta una aldea del País del Té, dejándose caer sin ceremonia sobre la espalda de un durmiente Kisame, que se quejó moviéndose hasta que lo dejó caer en el espacio que sobraba de la cama.
—Vas a despertar a Hidan —susurró molesto sin abrir los ojos.
Obito rio suavemente mientras se cambiaba de ropa, acomodándose en la cama y suspirando feliz cuando el otro ninja lo abrazo hasta dejarlo recostado en el pecho de este.
—¿Y qué te dijeron? —susurró Obito, cerrando los ojos.
—Kakuzu ha aceptado unirse y Sasori dijo que lo pensaría —resopló Kisame—. Ahora calla y vete a dormir.
—Sí, Kisame-senpai.
Y la vida siguió.
(En la habitación del lado, Hidan de seis años resoplo mientras abrazaba el peluche de tiburón y murmuraba malhumorado en la almohada lo molestos que eran los más viejos).
