N/A: Hola, Escribi esa fanfiction hace un tiempo ya y Fabiola decidio traducirla al español, lo que me dejo muy contenta. La historia es mía, pero la traduccion es de Fabiola. Desafortunadamente no hablo español (solo portugues y inglés), pero haré un esfuerzo al maximo para contestarles sus reviews. Gracias.

Prólogo – El comienzo.

Nuestra historia comenzó a cerca de 18 años atrás, en una clase de Lamaze, en una pequeña ciudad llamada Forks.

Seis casales enamorados estaban viviendo el mejor momento de sus vidas.

Una nueva vida estaba por llegar, e ellos estaban completamente excitados con esa nueva jornada.

Ellos mal podían esperar para compartir sus vidas

con aquellas que estaban por venir.

Y ellos llegaron.

Cada una en un mes.

Comenzó por los McCarthys, en el mes de abril.

Después fue la vez de los Brandons, en mayo.

Seguido por los Cullens, en junio.

Después por los Withlocks, en julio.

Y luego enseguida por los Hales, en agosto.

Los Swans fueron los últimos, en septiembre.

Desde el día de nuestro nacimiento, nos tornamos inseparables.

La vida cambiaba, pero nosotros seis permanecíamos los mismos.

Nosotros mismos hemos mudado, pero permanecíamos juntos.

Hasta en la hora que fuimos mandados a un colegio interno, permanecimos juntos.

Cuando completamos catorce años de edad, nuestros padres dijeron que habían conseguido bolsas de estudios para todos nosotros, en una de las academias más renombradas de Seattle. La Volterra Academy.

El miedo de la mudanza, fue el primer sentimiento que tuvimos. Estábamos en el inicio de la adolescencia, un periodo que por sí solo, sería el más turbulento de nuestras vidas. E iríamos a un lugar completamente extraño, lejos de casa, donde tendríamos que convivir con centenas de extraños que no nos conocían.

Pero luego el miedo dio lugar a la excitación. Estar lejos de casa, sin la constante supervisión de nuestros padres, podría tener su lado positivo.

Y con certeza tuvo.

Vivimos cosas que nunca viviríamos si nos quedábamos en aquella estúpida ciudad de Forks.

Y ahora estábamos en nuestro último año colegial, y no podíamos ser más diferentes.

Emmett McCarthy, era el capitán del equipo de futbol americano. Era el chico musculoso por el cual todas las chicas vivían suspirando cuando lo veían pasar.

Para nosotros, él era el chico juguetón que siempre decía las cosas más inapropiadas en la peor hora posible.

Alice Brandom, era sinónimo de estilo y popularidad. Si Alice usaba una cosa nueva en un día, al día siguiente todas las demás chicas la copiaban.

Para nosotros, ella era la pixel electrizante, con un corazón enorme, capaz de las ideas más fantasiosas.

Edward Cullen, era el geek del colegio. El alumno nota A, queridito de los profesores y odiado por algunos alumnos.

Para nosotros, era el chico tímido. Que siempre pensaba antes de reaccionar, pero que se vuelve totalmente irracional cuando sus emociones estaban envueltas.

Jasper Withlock, era el intelectual. El introspectivo, que muchos lo encontraban como una mezcla de indie, emo y nerd en una única persona.

Para nosotros, el era la persona más sensata entre los seis. Era el amigo para el cual todos corrían cuando necesitaban de algún consejo.

Rosalie Hale, era, en lo mínimo, la chica más linda del colegio. Era envidiada por las chicas, y deseada por los chicos.

Para nosotros, era la persona más centrada entre los seis, capaz hasta de darnos una bronca cuando necesitábamos.

Y, yo, Isabella Swan, la nerd sarcástica y torpe, que generalmente era notada solo cuando caía o se tropezaba con algo.

Para ellos… Bueno, para saber lo que ellos piensan de mí, tendrían que preguntárselos.

Igual siendo diferentes, teniendo vida y amigos diferentes, nosotros permanecíamos unidos.

Creo que yo era la única persona que pensaba en la vida, mientras esperaba la ropa que estaba siendo lavada.

En realidad, aquel movimiento rotativo de la máquina de lavar no era exactamente un estimulante cerebral.

Parecía más algo hecho para dar nauseas.

Será que un pececito sobreviviría, tirándose allí adentro?

-Una moneda por tus pensamientos –La voz de Edward me alcanzó, dándome un pequeño susto, causándome el drástico aceleramiento de mi corazón.

Mire en dirección a su voz y vi que él estaba a mi lado.

Estaba perfecto como siempre. Igual con sus ojos verdes-esmeraldas, escondido por atrás de sus lentes.

-Llevando en cuenta la inflación, deberías ofrecerme algo más –Dije. El sonrió con una sonrisa torcida, que siempre hacia mi respiración fallar.

-Estamos en época de crisis –El intentó argumentar

-Exactamente, mis pensamientos son muy valiosos para que sean desperdiciados por una simple moneda – Dije, fingiendo un tono prepotente que él sabía que yo no tenía.

El permaneció serio, mirándome intensamente, esperando a que le dé la respuesta que él quería escuchar.

Conscientemente o no, Edward sabia el efecto que tenía sobre mí, y el siempre lo usaba para conseguir lo que quería.

Lo peor es que el siempre conseguía.

-Estaba pensando si un pececito sobreviviría en una máquina de lavar –Respondí. La risa música de Edward inundó toda la lavandería que estaba vacía.

-Un día voy a llegar a entender cómo funciona tu cerebro –Dijo él, entre sus risas.

-Es mejor que no pierdas tu tiempo –Avisándolo, encarando la perfección que era su rostro.

Creo que no era necesario decir, que yo era completamente enamorada por él.

Pero felizmente, ese era una realidad que conseguía mantener a escondidas de todos mis amigos. Principalmente de él.

Yo simplemente, no tenía coraje para declararme. Yo sabía de que él no sentía lo mismo por mí, entonces solo estaba ahorrándome de la humillación del rechazo.

-Bella, yo necesito de un favor tuyo… -El me miro vacilante, y le hice un gesto para que continúe –Yo creo q-que me… está gustando una chica.

Sentí mi cuerpo congelarse. A él le gustaba una chica? Yo sabía que este día iba a llegar, pero esperaba que sea el próximo año, cuando probablemente, estaríamos en Universidades diferentes.

-Y-y-y –Limpié mi garganta, esperando a que él no se dé cuenta de mi nerviosismo –Y que es lo que quieres que haga?

-Quiero que me ayudes a conquistarla –El respondió tímidamente.

El solo podía estar jugándome una broma. No contento de haber roto mi corazón, diciendo que estaba enamorado por otra, el todavía pide mi ayuda.

Luego mi ayuda? Luego la ayuda de la chica cuya vida amorosa es tan vacía como el cerebro de Lauren Malloy?

-Yo no sé cómo hacer esto –Respondí, mirando fijamente mis pies. Se miraba sus ojos verdes, no conseguiría esconder mis lágrimas.

-Tú eres una chica –Señalo lo obvio –Solo quiero que me enseñes en como conquistar a una chica.

Tuve unas ganas de decirle de que el no necesitaba hacer nada, ya que él me había conquistado. Pero preferí mantener mi silencio.

-La conozco? –Pregunte, deseando internamente que la respuesta sea Jessica Stanley o Lauren Malloy, o hasta Tania Denalli. Odiarlas no sería ni un poco complicado.

-Es Rose –El respondió casi en un susurro, que por poco no desmayé.

El estaba enamorado de Rose? Rosalie Hale? Nuestra amiga?

-Wow –Fue la única cosa que conseguí decir.

-Me vas a ayudar? –El pregunto, casi desesperado.

-Edward –Intente decir cualquier cosa, pero él me impidió.

-Por favor. Eres la única en quien confío para esto –Como decir no a esos ojos verdes?

-Claro –Inmediatamente, me arrepentí de decir esas palabras.

….

Mi habitación, que dividía con Alice, estaba vacía.

Por la hora, ella debería estar en el entrenamiento de las líderes de torcida.

Largué el canasto de ropas limpias encima del pequeño sofá que teníamos, maldiciéndome, por no haber negado por lo menos alguna cosa, por lo menos una vez en mi vida.

Rosalie tenía razón, a veces yo era servicial demás.

Yo no sabía decirle no a las personas.

Golpes insistentes me despertaron, y abrí la puerta. Era Jasper.

-Estaba hablando con Edward… -El comenzó así que entro en la habitación

La conversación, como ha de imaginarse, siguió el mismo rumbo.

Jasper estaba gustando de una chica, y quería mi ayuda para conquistarla.

Yo no sé lo que estos chicos tenían en la cabeza para creer que yo sabía algo sobre conquista.

-Entonces, quien es ella? –Jasper me miró por un segundo, como si estuviera con miedo de confesar aquel secreto.

-Rosalie –Dijo en un tono, casi audible.

No fue ninguna sorpresa que Emmett me pare al camino de la cafetería.

Así como no fue ninguna sorpresa que el comience con la misma historia de que estaba gustando de una chica.

En serio, será que Cupido no tenía otro lugar donde tirar su flechas no?

De preferencia, en una lugar donde yo no estuviera.

-Me vas a ayudar, verdad? –El preguntó, sonriendo con confianza. Yo ya le había dicho sí a los otros dos, no podía decirle no a Emmett.

-Creo que no tengo otra alternativa –Rodando mis ojos, el sonrió encontrando gracioso –Quien es la afortunada?

-Es Rose

Que Mierda!

Esto no podía estar pasando. Mis tres amigos enamorados por la misma chica?

Cupido debe tener un sentido del humor bien extraño.

Y yo creyendo que no había como empeorar.

Murphy tenía razón: Si algo puede dar errado, da errado de la peor manera posible, en el peor momento posible.

Maldito Cupido, y maldito Murphy!

Mientras caminaba de vuelta a mi habitación, intentaba imaginarme que haría.

Yo no podía ayudar a los tres a conquistarla. Dos de ellos saldrán machucados en esta historia.

Yo no podía ver una amistad tan bella como la nuestra ser destruida.

Abrí la puerta de la habitación, vi a Alice y a Rose acostadas en mi cama. Ellas estaban hablando sobre alguna cosa.

No me interesé mucho en la conversación, hasta escuchar la palabra "baile" siendo pronunciada.

-Baile, De nuevo? –Arqueé mi ceja para mis dos amigas. Ellas solo podrían estar jugando.

-Claro que sí y nada de reclamar, necesitas mejorar tu vida social –Alice me regaño, en cuanto yo giraba mis ojos.

-Es nuestro último año, necesitamos aprovecharlo al máximo -Rosalie dijo entusiasta.

-Ya saben con quien van? –Pregunte, curiosa. Ellas siempre planeaban las cosas con semanas de antecedencia, principalmente Alice.

-Yo estaba pensando en ir con uno de los chicos –Alice respondió pensativa.

-En serio? –Rosalie parecía no muy confortable con la idea. Alice asintió con la cabeza, confirmando. –Entonces, yo voy con Edward –Rosalie se apuró a decir.

Yo planeaba descubrir quien más combinaba con ella, durante el curso, pero creo que ella ya decía todo la respuesta.

Yo sabía que iba a arrepentirme amargamente de lo que estaba pensando en hacer, pero no tuve otra opción.

Por más que me duela, yo le ayudaría a Edward para que él le conquiste a Rosalie.

Y tendría que ayudar a Jasper y Emmett para que nos conquisten a Alice y a mi respectivamente.

Solo espero que Cupido me ayude en esta.