FOREVER
Sheccid Ishida
Una noche de mayo, en uno de los departamentos más exclusivos de la ciudad de Odaiba, se encontraba una pelimorada preparando un té para su amiga, que desde hacía dos días había presentado lo que parecían dolores menstruales fuertes, y a pesar de haber ingerido algunos medicamentos para controlarlos, éstos parecían no querer irse.
Cuando hubo terminado, se dirigió con una taza humeante a la habitación donde Mimi Tachikawa la esperaba con una expresión demacrada después de haber pasado dos noches sin dormir prácticamente nada.
-Insisto amiga, debemos ir a que veas a un médico- sugirió por enésima vez Miyako Inoue.
-Es tarde ya Miya, podemos ir mañana- de verdad se sentía cansada de ese dolor- total, no creo que me pase nada con otra noche durmiendo mal- sonrió fingidamente.
-Está bien, toma tu té, tal vez pueda ayudarte en algo- dijo pasándole la taza para que bebiera.
Sin lugar a dudas, el mudarse a vivir con sus mejores amigas había sido una de las mejores decisiones que pudo haber tomado, a pesar de ser cada una tan diferentes, tenían también tantas cosas en común que hacía que se llevaran a la perfección. Eran ordenadas, responsables, les gustaba divertirse y lo más importante, tenían una confianza genuina, claro sin incluir el amor por la moda y las compras, las inigualables tardes en el centro comercial una vez a la semana.
-¿Cómo crees que les esté yendo a las chicas con los muchachos?- preguntó Mimi sentándose con dificultad sobre la cama, colocando una mueca de dolor a la vez que apretaba su adolorido vientre.
-Me imagino que de maravilla, deben estar divirtiéndose mucho- con un poco de nostalgia- por milésima vez te repito que debiste haber ido en vez de quedarte aquí aburrida conmigo y mis estúpidos cólicos.
-De ninguna manera amiga, tú sabes que ni siquiera Sora y Hikari querían ir, y me alegra haberme quedado contigo, así ellas están más tranquilas y yo puedo ayudarte. A parte, Ken estuvo completamente de acuerdo cuando le dije que nos quedáramos porque tú estabas indispuesta.
-Es tan lindo Miyako- dijo soñadora- no sabes lo que daría yo porque alguien fuera así conmigo, que me cuidara como él lo hace y que me quisiera como él te quiere a ti. La verdad te has sacado la lotería.
-Lo sé amiga, Ken es todo un amor conmigo, todo el mundo me lo dice- dijo sonriendo y casi podían observarse corazones salir brincando de su cabeza- pero tú estás así porque quieres ¿Qué no ves que tienes a Yamato como un loco por ti?- dijo reprimiéndola- y yo se que tu también estás así por él Mimi, no sé por qué te aferras en negarlo cuando se te nota a simple vista como te pones cuando lo ves.
La expresión de la castaña pasó de una de dolor a preocupación.
-Aún no lo sé Miya- susurró con un dejo de tristeza en su voz- sabes muy bien que siempre lo he querido, desde que fuimos al digimundo me ha encantado absolutamente todo de él, su cara, su cabello, su cuerpo, su rebeldía, seriedad; su manera de preocuparse por todos. Pero ahora no se qué hacer, estoy demasiado confundida como para aceptarlo- agachando su cabeza.
-Mimi piénsalo- cumplía por completo con su papel de amiga, apoyándola y aconsejándola para que hiciera lo que ella consideraba correcto, y claro que si ella no viera que Yamato en realidad la ama nunca le pediría que lo aceptara; desde el momento en que conoció a Mimi, se habían vuelto inseparables, su amistad era casi como la de la castaña y Sora, solo que ésta era diferente, Sora las hacía poner los pies sobre la tierra a las dos, era madura y protectora, un amor, estaba siempre para ellas cuando la necesitaban, al igual que Hikari, las cuatro eran inseparables; pero con Mimi era diferente, eran tan parecidas que sus personalidades parecían hechas con el mismo molde; les encantaba hacer travesuras, gastar miles y miles en las prendas de moda, salir, divertirse.
-No lo sé Miyako- dijo triste- aún no me puedo quitar de la cabeza que lo que pasó aquella noche fue solo por despecho, porque Yamato estaba dolido por lo de Sora y Taichi.
FLASHBACK
Todo marchaba a la perfección, para los digielegidos ésta era la celebración ideal, luces música, bebidas, snacks, pero sobre todo unión. ¡Y no era para menos! Era 1 de agosto, un día muy especial pues cumplían 10 años de haberse conocido, de ser los mejores amigos sobre la tierra, de apoyarse, quererse. Simplemente nada ni nadie podría separarlos nunca.
-Y otro shot- gritaba una muy ebria Mimi Tachikawa- ¡porque la vida me ha dado a los mejores amigos que existen!
-¡SALUD!- gritaron los ocho jóvenes muy entusiasmados y completamente de acuerdo con su amiga castaña.
-Shot porque Tai por fin me ha pedido que sea su novia- Sora no estaba mucho mejor que nadie.
-¡SHOT!
-¡Otro porque Sora aceptó!- gritó en las mismas condiciones Tai mientras plantaba tremendo beso en los labios de su ahora novia.
-¡SHOOOOOOOOOOOOOOOOOT!- todos estaban tan emocionados de que después de 10 largos años ese par de tórtolos por fin se animaran a confesarse sus sentimientos, de los cuales por cierto, estaban todos enterados a excepción de ellos, pero ¡es que ambos eran tan testarudos!. Cada vez que Tai veía a Sora hablar con algún chico, él por despecho buscaba a alguna chica con la cual salir para inconscientemente vengarse de Sora, ¡Y vaya que lo hacía! De más está mencionar las innumerables veces que las chicas tuvieron que acudir a casa de la pelirroja a consolarla por algún nuevo romance del moreno, que claro, no podía durar más de un mes, pero ahora después de tanto tiempo y tanto sufrimiento de Sora y de las casi 10 novias que había tenido Taichi en ese tiempo, por fin los dos estaban conscientes de los sentimientos del otro y completamente decididos a vencer cualquier obstáculo que se interpusiese en su camino.
Todos estaban que brincaban de la emoción después de que la pareja diera la noticia, a excepción de cierto rubio con ojos azules que miraba fijamente la mesa en donde los ocho estaban sentados brindando, cosa que pasó desapercibida por todos a causa de la emoción, a excepción de una castaña que mantenía su mirada al rubio con un dejo de tristeza.
Mimi se levantó con dificultad de su silla, recordaría no volver a beber de esa manera, nunca lo había hecho y por fin hoy, cuando había decidido confesar sus sentimientos a Yamato, aun sabiendo que tenía una probabilidad en un millón de que éste le correspondiera, optó por tomar uno o dos tragos para poder a armarse de valor, ¡PERO NO DE ESTA MANERA! De uno o dos tragos que había planeado beber ahora estaba por terminarse junto con Miyako y Hikari toda una botella de tequila, comprada por sus padres en su última visita a México.
Cuando por fin logró llegar hasta el lugar de Yamato, tomó su mano temblorosa y lo condujo directamente hacia su habitación que estaba al subir las escaleras. Hacía aproximadamente un mes desde que se había mudado con las chicas y las cuatro se estaban llevando a la perfección.
Al llegar a la habitación, ambos llegaron hasta su cama y se sentaron. Mimi se quedó observando fijamente esos ojos azules que la derretían cada vez que se llegaban a fijar en ella. Estuvieron así durante lo que a la castaña le parecieron horas.
-¡Vaya!- exclamó Yamato (arrastrando notoriamente las palabras a causa de los numerosos vasos de whisky que había bebido), con intención de romper aquel silencio, que si bien no le parecía para nada incómodo por alguna extraña razón, le resultaba extraño- no sabía que tu habitación fuera así- pasando su mirada azul por cada detalle de la habitación de su amiga, los colores verde y morado predominaban por encima del negro ¿negro? Jamás imaginó que a Mimi le gustara tan color, de hecho creyó que lo odiaba por el simple hecho de ser oscuro y no mostrar ninguna alegría- imaginaba que era toda rosa y lleno de flores y mariposas.
-Jajaja- rió Mimi con ganas- creo que esa época ya está pasando; un día, hace como uno o dos meses me senté en mi cama (en ese entonces rosa) en casa de mis papás y pasé mi vista por todas y cada una de las cosas que había en mi habitación y me di cuenta de que todo era ROSA, la cama, las paredes, mi laptop, casi toda mi ropa, todo ROSA. Incluso, ¿recuerdas cuando mi cabello era rosa? Creo que el rosa y yo necesitamos darnos un tiempo, somos demasiado codependientes- dijo adoptando un falso tono de seriedad que hizo reír al rubio.
-Vaya que lo recuerdo- dijo el rubio mientras reía por la extraña manera de hablar de Mimi, nunca había tenido una conversación con ella que durara más de un minuto, ni siquiera había reído alguna vez por sus comentarios, siempre le parecieron tontos. Reconocía que era la chica más bonita que jamás hubiera visto, desde la primera vez que la vio, su piel blanca, sus enormes ojos castaños al igual que su largo cabello, su delgada figura, su cintura, sus largas piernas, siempre le pareció perfecta a excepción de su carácter, pues siempre le había parecido que era una niña consentida que necesitaba urgentemente de unas nalgadas. A pesar de esto nunca le cayó mal ni mucho menos, era solo que sus personalidades eran demasiado chocantes como para llevarse bien. ¡Mucho menos estar sentado en su cama! Y ahora que lo recuerda, ¿para que lo llevó ahí?
-Yamato- dijo tomando una postura seria que lo confundió por completo- vi tu cara al enterarte de la relación de Sora y Taichi. ¿Por qué te pusiste así? ¿Es que todavía la quieres?
-No- dijo pensándoselo un poco- ya no, es solo que me siento confundido al saber que mi mejor amigo es novio de mi ex novia- sonriendo- es complicado, digo, los dos son mis mejores amigos, les deseo lo mejor es solo…
-Te entiendo- dijo tomando su mano y mirándolo de una manera extraña- mi mejor amiga fue novia del chico que me ha gustado toda mi vida- confesó arrastrando las palabras.
-Te… te refieres a Miyako?- dijo algo nervioso, sin entender por qué, o mejor dicho, haciendo como que no sabía por qué.
-No- dijo mirándolo fijamente- me refiero a Sora.
¿Qué demonios?
Si según lo que él sabía, Sora solo había tenido un novio y precisamente era ¡Él! No podía ser que el chico del que Mimi hablara fuese él.
-Mimi- dijo confundido, mirándola a fijamente a los ojos.
-Si Yama, siempre he estado enamorada de ti- dijo agachando la cabeza- y entiendo si tu no lo estás. La verdad es muy estúpido que es estoy diciendo; es decir, tu y yo nunca hemos sido amigos ni mucho menos, es solo que…- diciendo esto, pequeñas lágrimas empezaron a caer por sus mejillas.
Y ahí fue hombre muerto.
Si bien era cierto que ellos nunca habían sido los mejores amigos, tampoco la odiaba ni mucho menos, es solo que nunca se tomó el tiempo para tratarla. Mucho menos se imaginó que ella estuviese enamorada él. Era inconcebible.
-Mimi, no sé qué decirte.
-No es necesario que digas nada- susurró mientras limpiaba sus lágrimas a la vez que otras salían de sus enormes ojos- ¿sabes?- preguntó- en todo este tiempo que he sentido esto, siempre me pregunté por qué. Y aun no puedo encontrar una explicación; simplemente me pasó y por más que quiera no lo he podido evitar. Incluso estando en USA pensaba en ti y trataba de buscarte en cualquier otro chico, ¿sabes? ¡Incluso intenté hacer una lista de las cosas que no me gustan de ti y no conseguí ninguna!- seguramente sobria jamás habría dicho nada de eso- pero me pasó Yamato, y no puedo concebir mi vida sin ti cerca, aunque sea como amigos.
Por puro impulso, Yamato limpió con su mano las mejillas de su amiga, si bien nunca imaginó que esa pequeña engreída sintiera algo así por él, tampoco lo desagradara, y a decir verdad, le gustaba pensar que una chica tan linda como ella lo amara. Y sin saber por qué, pasó.
Se acercó lentamente a su rostro hasta quedar a escasos 5 centímetros de sus labios.
-Eres hermosa Mimi Tachikawa- susurró experimentando todo un universo de sensaciones hacia la persona que tenía frente a él- y te agradezco mucho tu cariño.
Terminó con la poca distancia que quedaba entre ellos tomando posesión de los labios rosas de la chica, la cual lo recibió desconcertada, si bien no le desagradaba si le extrañaba mucho, si era perfectamente consciente de que el rubio no sentía lo mismo que ella, pero ¿Qué más daba? Eso era lo que ella había deseado todo el tiempo, que él la besara, así que sin más ni más correspondió aquel beso.
Duraron un rato besándose tiernamente, pero cuando se separaron para tomar aire, sintieron la necesidad de retomar lo que habían estado haciendo y fue así como volvieron a unir sus labios en un nuevo beso, pero esta vez más pasional, tanto que Mimi con ayuda de Yamato se elevó sentándose sobre las piernas de él, importándole poco que su corto vestido negro se subiera hasta arriba de sus caderas.
Sintiéndose extasiado al tener a tan bella joven sobre él, besándole de esa manera, Yamato no pudo resistir acariciar esas piernas que estaban volviéndolo loco, fue recorriéndolas centímetro a centímetro hasta grabar en sus manos cada parte de su piel, poco a poco fue subiendo hacia su cintura, para después bajar lentamente el zipper de aquel vestido que impedía el contacto de sus manos con el resto del cuerpo de la chica. Cuando hubo bajado el cierre, Mimi levantó sus brazos, permitiendo así a Yamato retirar la ahora molesta prenda y así, poder observar detenidamente el cuerpo semidesnudo de ella, extasiándose con el fino conjunto negro de Victoria's Secret, que a decir verdad, le quedaba perfecto.
Retiró lentamente su camisa azul dejando al descubierto sus bien torneados pectorales y su trabajado abdomen, observando maravillado la expresión y el sonrojo de la castaña, poco a poco fue besando su cuello y bajando hasta sus senos, al mismo tiempo que acariciaba su sedoso cabello.
La chica estaba completamente encantada, al sentir la humedad de los labios del chico sobre su piel, era realmente excitante, tanto que dejó escapar un leve gemido que por supuesto, no pasó desapercibido por el chico que inmediatamente después de recostarla sobre la cama, retiró su pantalón, al mismo tiempo que ella se deshacía de la última prenda que cubría su cuerpo, dejándole así el acceso completo a la vista del rubio de su bien formado y delgado cuerpo, sintiéndose dichosa al ver la expresión de él al verla así; desnuda solo para él.
Yamato, al estar completamente desnudo, se posó encima de ella, besándo sus labios y después su oreja.
-Mimi- susurró de una manera que le pareció irresistible a la castaña- ¿estás segura de esto?
-Si Yama- dijo segura de sí misma- quiero entregarte todo de mí.
Haciendo caso a sus palabras, lentamente se colocó en la entrada del cuerpo de la joven, imaginando con certeza que sería la primera vez de ella, y con un deseo inexplicable de hacerlo sumamente especial, pues si bien no correspondía completamente a sus sentimientos, por supuesto que la quería y mucho, tanto que no soportaría causarle dolor.
Y así fue entrando lentamente en el cuerpo de la joven, sintiendo su cuerpo temblar de dolor debajo de él y deteniéndose por completo al haber entrado en ella, esperando que su cuerpo se acostumbrar al dolor. Así comenzó a besarla, esta vez con más pasión haciendo que el dolor que una vez sintió se convirtiera ahora en una necesitad por sentir a Yamato más cerca y dentro de ella; empezando a mover sus caderas en señal de que ya estaba lista.
Yamato lo entendió perfectamente y se movió lentamente, haciendo que la chica quedara sobre él y ella inmediatamente comenzara a moverse.
Arriba y abajo.
Dentro y fuera.
La vista era perfecta, ver su cara de total satisfacción, sus pechos moverse al compás de sus caderas era lo más excitante que había visto en la vida.
Mimi se agachó un poco para así poder besar los labios de Yamato y el empezó a moverse debajo de ella de una manera más rítmica, constante y rápida. Ambos lo sentían, estaba por llegar cuando un cosquilleo invadió el cuerpo de ambos sintiendo el climax y recibiéndolo con gusto.
Fue así que Yamato dejó su esencia en el interior de ella, y ella se desplomó sobre el cuerpo del chico, abrazándolo; sintiéndose plena.
-Te quiero Mimi- susurró el rubio acariciando los cabellos de su amiga.
-Yo te amo- respondió ella segundos antes de caer profundamente dormida.
Así, Yamato quedó un largo tiempo observándola, sin imaginar el amor tan fuerte que estaba naciendo en su interior.
Notas de la Autora:
Hola a todos! Antes que nada quiero agradecerles por leer este nuevo proyecto que tengo entre manos y espero de todo corazón que les guste. Este fic constará de dos o tres capítulos, no estoy muy segura aún.
Prometo actualizar en dos días máximo.
Y con respecto a "A tu Lado", ya estoy trabajando en el tercer capítulo que espero poder publicar esta semana.
Sin más preámbulos me despido esperando leernos muy pronto
BESOS:*
