Mi primer intento en escribir una fic en español (perdón por los errores). Ojalá se vea bueno. Regalo de cumpleaños para Alexeiss, de proyecto 1-8.

Conocimiento

A Sora le gustaba observar a Yamato. Siempre tan serio era el chico que, algunas veces, asustaba a quien no lo conocía. Su ceño fruncido podría ser fácilmente confundido con rabia, pero ella sabía que se trataba de una impresión equivocada. Yamato era extremamente sensitivo. Pero su timidez dificultaba que los demás viesen quien él era de verdad.

Sora empezó a verlo durante su jornada en el mundo digital. Por detrás de la portada dura, había sincera dedicación y preocupación por su hermanito. Por detrás de sus peleas con Taichi, había el sutil brillo entristecido en su mirada. La agresividad del joven Yamato nada más era que una máscara que él usaba para protegerse. Él quería ser fuerte, admirable para su hermanito, responsable… en su ansia para satisfacer al que juzgaba ser la mejor versión posible de sí mismo, él relegaba a último plano sus reales sentimientos. Eso lo sofocaba, lo confundía, lo hacía ver enemigos en quien sólo quería su bien.

Sora comprendía sus sentimientos. Había vivido por algo similar.

Su ideal era cuidar de los demás, pero por veces era más fría de lo que deseaba. Por mucho tiempo consideró a su madre como una adversaria y malinterpretó su amor. Sora construyó su identidad en contraposición a lo que su madre representaba. Su modo de agresión era la rebeldía e intentar ser la persona más paciente y gentil posible.

El problema era que, cuando intentas arduamente ser algo mejor, cuando te ocultas por detrás de una máscara por mucho tiempo, es difícil que los otros te vean. Es improbable que te conozcan. Y, mismo alrededor de muchas personas, es imposible no sentir soledad. Y lo peor era sentirse así y continuar a comportarse como si todo estuviera bien.

Para la felicidad de ambos, ellos fueron capaces de ver un al otro.

Ellos supieron que el otro no estaba bien.

Yamato supo cuando Sora necesitaba llorar.

Sora supo cuando Yamato necesitaba de tiempo solo.

Lo que ellos no necesitaban eran las palabras superfluas, ni los gestos grandiosos y vacíos.

Estaban felices en quedarse juntos, a estudiar un al otro. Podrían sólo mirarse por varios minutos y sentirse llenos.

Ellos habían descubierto, había muchos años, que máscaras y mentiras eran inútiles para los dos. Ellos se conocían íntimamente y eran gratos por eso.

Nunca más en sus vidas sentirían soledad.