Rin, ¿Te has acostumbrado a la vida en el pueblo?
¿Nadie ni nada te ha intimidado?
¿Usaste el kimono que te di el otro día?
Cuando estés en problemas, o ansiosa, o triste, o cualquier otro sentimiento, no dudes en llamarme.
Vendré a ti inmediatamente.
Incluso si estamos separados, si dices mi nombre, vendré absolutamente hasta ti.
Si tu no puedes hablar, puedes silbar. Silbar entre los dedos, si te gusta .
La distancia no es obstáculo. Nuestros corazones están unidos .
Con el poder de la confianza, no hay nada que temer.
Basta con tener este sentimiento, debe ser suficiente para llenar tu corazón.
Es por eso que está bien que las cosas queden como están por ahora.
Tenemos tiempo de sobra.
Tu puedes examinar tu corazón a su propio ritmo .
Hasta entonces, cuídate por ti misma.
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No podía ser cierto.
Es mas, no entendía a que se refería esa mujer.
- ¿Ves? esto te enseña todo sobre medicina y enfermedades, los síntomas de cada una y como puedes identificarlas. - le dijo al tiempo que le daba muchos papeles con escritos y dibujos de partes del cuerpo humanos.
El la miró, buscando con sus ojos la verdad sin tener que preguntarla. Pero aquellos ojos cafés no le demostraban nada, solamente la tristeza y el dolor de aquel momento.
- ¿Cuanto tiempo?
Su pregunta fue tan necesaria, tan llena de preocupación.
Sus vistas se volvieron a la pequeña presencia que estaba en el jardín, correteando detrás de una mariposa. Su cabellos canela brillaba a la luz del sol y sus sonrisas, tan frescas y vivas, alumbraban la sombra de cualquier tristeza. Parecía estar llena de vitalidad, parecía vivir eternamente. Su hermano jugaba con ella, subiéndola y dándola vueltas. Escuchó sus risas como el sonido de las campanillas.
Ella no quiso decirlo, pero aun así lo miró. El estaba investigándola con sus intensos ojos dorados, descubriendo cualquier secreto de ella con solo una mirada. Le dio miedo, pero a la vez ternura y lastima.
Entonces habló, con las gruesas lagrimas cayendo en sus mejillas.
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- ¡Sesshomaru-sama!
Se tiró a sus brazos, aquella niña de diez años con su linda sonrisa. El le abrió los brazos al tiempo que ella saltaba, con cuidado de no lastimarla con su armadura. Ella se aferró al cuello de su protector, riendo y escondiendo su rostro en las ropas del daiyokai.
- ¿Has sido buena niña? - le preguntó al tiempo de que ella se separaba de él, para tomarle la mano.
- Si, Sesshomaru-sama. - le contestó Rin alegremente, tirando de él para conducirlo camino a la aldea. - Lo estábamos esperando.
Sesshomaru enarcó una ceja, ¿Estaba"mos"?
Mientras caminaban, algunos aldeanos que paseaban por allí se quedaban mirándolos con los ojos abiertos como platos. Una niñita de diez años guiando a un poderoso Daiyokai hacia una cabaña podría shockear a cualquiera, hasta al mas insano. Pero si, era real, y Sesshomaru nunca se opuso. Caminaron y caminaron, hasta las cabañas mas alejadas de aquel vecindario.
Llegaron a una cabaña adornada con muchos colores, origamis de grullas y otros animalitos de todos colores colgaban de algunos arboles y de la cabaña. Tiras de papel muy arrugado adornaban las ventanas y la puerta de madera, y un gran dibujo estaba pegado en esta, mas dibujos había pegados a las paredes de afuera. Se trataban de los dibujos de Rin, donde ella se dibujaba a si misma con Sesshomaru en su forma real. En el cielo, en el suelo, riendo o Sonriendo. Aunque a Sesshomaru nunca se le vio reír fuera de los dibujos, algo "terrorífico" según Jaken-sama.
- Sesshomaru-sama, ¿Donde esta Jaken-sama? - le preguntó ella, mirándolo mientras caminaba.
- Atendiendo asuntos en el palacio, esta muy ocupado. - respondió él sin más.
En realidad, Jaken no estaba muy ocupado, tampoco estaba en el palacio. Le ordenó buscar algo que ya no se acordaba, pues era verdaderamente inútil y sería una misión muy larga para él y ah hun. Sesshomaru solo quería estar con Rin sin ninguna intervención del yokai rana, o quisiera decir gritos molestos.
Llegaron a la cabaña colorida, donde una manada de humanos saltaron como si todo el mundo pereciera en ese mismo instante. Salieron Inuyasha, Kagome, Sango, Miroku, las gemelas de ellos, Kohaku, Shippo, Kaede y una niña con una sonrisa. Todos gritando "¡Feliz cumpleaños, Rin!" mientras ella reía. Sesshomaru enarcó una ceja, ¿Cumpleaños? ¿Cuando cumplía ella años?
Todos los años, idiota.
Pero... ¿Por qué Rin no se lo dijo? En ese momento sintió que Rin le estuvo mintiendo, o tal vez fue por que el sin darse cuenta ni le habría preguntado.
Eso era aun peor que la mentira.
El tiempo pasó desde que Rin le pidió que se sentara en uno de los futones, comenzaron a comer los dulces que la miko del futuro había hecho.
Comió algo llamado chocolate que le produjo un horrible dolor de estomago igual a su hermano, pero como el gran ocultista que era hizo invisible el dolor; Rin jugó con Kohaku, Shippo, las gemelas, esa niña que era la amiga de Rin y la Neko de la taijiya; Rin se lastimó, y el fue como un rayo al ver como estaba; vendaron la raspadura de Rin y volvieron a festejar; Kagome trajo unas botellas extrañas que olían a alcohol, y probó de el "Tequila"; vio a su hermano borracho cantar junto al monje y nada le produjo mas risa al ver eso (pero claro, el nunca rió.) ; nuevamente la miko trajo una comida extraña, que era redonda y muy grande; Inuyasha encendió unas pequeñas velas arriba del "pastel" de cumpleaños de Rin, mientras todos le cantaban el "diez mil felicidades" ; Rin sopló las velitas, y vio como la única luz que estaba encendida en la noche desaparecía con el hermoso rostro de su protegida.
Alguien encendió las farolas, y rápidamente todos volvieron a estar en el resguardo de la luz. Rin aplaudió y junto con ella los demás lo hicieron. Sango y Kagome besaron en las mejillas a Rin y las felicitaron en voz baja, hablando de que era un año mas para ser una "señorita". Miroku le acarició el cabello, sonriendo y entregándole una pequeña cajita color azul.
Inuyasha apareció a su lado también, sonriendole y dándole un estuche de caracol. Era maquillaje. Sesshomaru hizo una mueca, Rin era muy pequeña para maquillaje. ¿Lo ven? su hermano era un idiota, eso se lo repetía varias veces en su mente.
Kohaku, las gemelas y Shippo le regalaron ramos de flores. Sesshomaru miraba vigilante todos y cada uno de los movimientos del exterminador, pues todavía no confiaba lo suficiente como para dejarla tan cerca de él. Rin rió y comenzó a hacer coronillas con las flores, típico que ella lo hiciera. Sesshomaru vio como se las ponía a todo el mundo, coronillas blancas, azules y rosas. Hasta Inuyasha aceptó ponerse una a regañadientes, por obra de su esposa y la mirada de la pequeña Rin.
En eso, Rin se le acerca a Sesshomaru con una coronilla azul y una sonrisa de oreja a oreja.
- Sesshomaru-sama, le hice una a usted también.
Era mas delicada y bonita que las demás, hechas con las campanillas azules que consiguió Shippo. Ahora todos miraban a Sesshomaru, que tenía su fija puesta en la coronilla. Inuyasha parecía querer partirse de la risa, pero no lo haría si no quería morir. ¿Cierto?
- ¿Por favor? - y la protegida se inclinó mas a él, extendiendo la coronilla hacia él.
Tsk.
Sesshomaru asintió.
Le importaba mucho Rin, la quería ver feliz y alegre. Si verla feliz y alegre significaba ponerse en ridículo frente a los inútiles humanos, ¿Cómo debería actuar? De todos modos era su cumpleaños, y estaba rodeado por conocidos. Pero, ¿Desde cuando celebraba su cumpleaños? ¿Por qué no le había dicho antes que quería festejarlo? Dejó de preguntarse todo eso cuando Rin se subió a su espalda y le puso la coronilla sobre su cabeza, dejando atrapados sus cabellos blancos y tapando su luna. Todos sonrieron y volvieron a la celebración, comiendo y bebiendo alegremente.
- Rin.
Ella se bajo de su espalda, volviendo a posarse enfrente del yokai.
Sesshomaru suspiró.
- ¿Qué le ocurre, Sesshomaru-sama? - preguntó en voz bajita, preocupada.
Él solo se inclinó y besó su frente, apretando sus fríos labios contra la cálida piel de la niña.
- Feliz cumpleaños, Rin.
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El comienzo de una nueva historia, el amor de Sesshomaru, la felicidad de Rin...
¿Estan listos para el siguiente capitulo?
Reviews.
:3
By: Shelikernr.
