LA ÚLTIMA GRAN GUERRA MÁGICA
EPISODIO I: UNA NUEVA ERA COMIENZA
Una gran tormenta y sismos aislados han azotado al mundo desde hace un mes. Lluvias, vientos, relámpagos y truenos han hecho imposible el tráfico aéreo muggle y la comunicación vía lechuza. Sin embargo hoy, en la madrugada del 30 de julio, la tormenta se ha detenido luego de un último relámpago y trueno. Éste último despertó a un muchacho de pelo azabache que dormía en su cama. Harry James Potter Evans es su nombre y desde hace 6 años su vida dio un giro en 360°, descubrió que era mago, que sus padres habían sido asesinados por un mago oscuro que se hacía llamar Lord Voldemort, que de acuerdo a una profecía era quien podría acabar con él, el mago que no sólo asesinó a sus padres, sino que a muchos magos más y por supuesto a muchos muggles.
Harry se levantó de la cama y se acercó a la ventana, observó a través de ella el exterior de su casa. ¿Su casa? No. En realidad esa nunca había sido su casa, era sólo el lugar donde había vivido durante los últimos 16 años. ¿16 años? Sí, mañana 31 de julio cumpliría 17 años de vida, sería adulto en su mundo y cumpliría 16 años en la casa de los Dursley, sus desagradables tíos.
Abrió la ventana y asomó su cara al exterior, respiró profundamente y se sintió tranquilo y en paz. Se sentó en el borde de la ventana, mientras una suave brisa le recorría el rostro. La Luna que desde el inicio de la tormenta, es decir desde hace un mes, no se había visto, pero esta vez apareció por entre las nubes durante unos minutos e iluminó su rostro. Dos esmeraldas brillaban gracias a la luz de la Luna y mostraban a un chico de ya 17 años sereno y pensativo.
-¿Qué estará ocurriendo en el mundo? Debido a esta tormenta he permanecido incomunicado del Mundo Mágico, aunque gracias a los noticiarios muggles me he enterado que Voldemort sigue actuando y nadie actúa. ¿Será él el responsable de esta tormenta en pleno verano? Mmmm... Quiero irme de esta casa y ver a mis amigos- dijo mientras cerraba los ojos. Harry volvió a abrir los ojos y se alejó de la ventana, no sin antes cerrarla. Se fue a su cama y se acostó de espalda mirando el techo.
Cerró nuevamente los ojos y comenzó a pensar en sus dos mejores amigos:
–Ron, qué ganas tengo de verte. Eres mi mejor amigo, pero debido a esta tormenta no he sabido nada de ti ni de tu familia- dijo mientras abría los ojos.
–Hermy- dijo, y en su mente el rostro de su amiga se dibujó inmediatamente, su bello rostro le sonrió y el chico respondió con otra sonrisa, al mismo tiempo que se ruborizaba y su corazón se aceleraba. Harry abrió los ojos y se sentó al borde de la cama y se preguntó a sí mismo -¿Por qué siento esto al pensar en Hermy¿Hermy¿Desde cuándo la llamo así¿Me estaré enamorando de ella? Eso no es posible, es mi mejor amiga-.
Una sonrisa se le dibujó, su corazón aceleró el bombeo de sangre y su rostro se ruborizó. Con esos pensamientos volvió a acostarse y esta vez durmió esperando que amaneciera, para que así sólo faltara un día para su cumpleaños número 17.
Amaneció, era un día espléndido, los rayos del sol daban de lleno en el rostro de Harry, mientras los pájaros cantaban, y fueron éstos últimos quienes despertaron al chico. Harry abrió los ojos y se levantó de la cama, vio la hora, 7:00 AM.
–Es temprano, no creo que algún Dursley esté en pie aún. Me iré a bañar para que no me molesten después- dijo mientras se dirigía al baño. Cerró la puerta de éste y abrió la llave de la bañera y mientras el agua se calentaba, él se desnudaba. Se metió bajo la ducha y cerró los ojos, volvió a pensar en ella, sonrió, se ruborizó, y una parte de su cuerpo reaccionó. Agradeció que eso ocurriera ahora que se encontraba solo y no en presencia de su amiga ¿Amiga? Sí, amiga. Hermione es sólo su amiga.
Se terminó de duchar y bajó a la cocina, se preparó un sándwich y una leche. Luego que terminó, salió a trotar por las calles para despejar su mente y relajarse. Al regresar a la casa, los Dursley ya estaban en pie con rostros de pocos amigos, Vernon Dursley se le acercó y le gritó:
–¡Se puede saber dónde estabas!¡Tenemos hambre!¡Ve y prepara el desayuno!-.
Dudley le sonrió de manera burlona y Harry lo fulminó con la mirada. Su gordo primo calló durante todo el desayuno. En realidad no podía hablar, ya que sólo abría la boca para comer de la misma manera que un cerdo, de hecho era un cerdo... bueno en realidad un humano con apariencia de cerdo..
–Por favor, tengan algo de dignidad y coman con la boca cerrada- pensó Harry, refiriéndose a su tío y primo.
-¡Harry, enciende el televisor¡Apúrate! – le dijo su tía. De mala gana Harry lo encendió y se sentó a leer una revista antigua, mientras sus tíos y primo veían los noticiarios matutinos.
Vernon Dursley se quejaba por todo, en especial por la tormenta que ha reinado en pleno verano. Como nunca escuchaba una noticia entera, parece que no sabía que la tormenta había azotado a todo el mundo.
-¡Oye Potter¡Tus extraños amigos, no tendrán algo que ver con esta maldita tormenta!-dijo su tío. Harry se levantó, lo miró y le respondió –No sé- y se fue a su habitación.
Llegó la noche, sólo comió un pan y bebió una taza de leche. Quería esperar despierto su cumpleaños, pero el sueño lo venció y cayó en los brazos de Morfeo. Tuvo sueños extraños, soñó con sus padres, con Sirius, con sus amigos, y luego con él, con Voldemort, pero no fue él quien lo asustó, sino una voz que escuchaba en una lengua extraña:
-¡Ik wene Renweg er Mort¡Destoren, Akelen, Dominen! Ot seine mein Temper-. No le hablaba a él, pero la escuchaba. No entendía lo que decía, pero sentía temor, hasta que cayó en un sueño profundo sin saber que esa voz significaba el comienzo de una nueva era, tanto para el mundo muggle como para el mundo mágico.
