Tenía este escrito guardado en mis archivos del mal, como mi primer os X&S. Recién ahora me atrevo a colgarlo.

Aclaraciones:

-Relación chico si no te gusta no lo leas.

-KHR! es propiedad de Amano Kira y productores del anime. No gano nada por publicar esto. Quizá si, mejorar mis escritos gaes (hahaha...)

-Ligero Occ.

Porque Xanxus emplea cualquier medio para obtener lo que desea. Cualquier medio.

Una razón


-Lo que sientes por él, es amor.

Squalo se atraganta con el frappe cappuccino. Que se deslizaba en ese momento por su garganta.

Tose un poco.

-¿¡Estás loca! ¡¿Cómo podría? ¡Con eso! Vroii…

La joven bota aire tranquilamente, acordándose que no le pagarían a menos que convenza al joven frente suyo de lo contrario.

Que está enamorado.

Por eso debió ser abogada en vez de psicóloga. Empieza a odiar su vida; pero más al hijo de su jefe. Mucho más de él.

-No podemos conocer algo, y, en caso de conocerlo, no es posible explicarlo ¿Te suena familiar?

Squalo se ve acorralado, rechina los dientes aún sin creerlo ¡El enamorado! ¡Si es que…! Las cosas que se oyen estos días…

-¡Eso no significa nada!

Recuerda, debe relajarse. Masajea el inicio de su nariz, en un intento de obtener un poco de paciencia que no tiene en esos momentos.

-¿Tú crees? Te lo digo por experiencia profesional: es así. Y si no lo admites ahora, lo comprenderás tarde. Muy tarde.

Squalo la mira ceñudo, como si con solo esa mirada pudiera golpearla por decir algo tan estúpido, se levanta del gran sillón negro frente a ella y antes de salir de aquel despacho maldito, bota cerca de la puerta ploma el envase donde, segundos antes, estaba su frappe.

-Para que sepa y no estoy admitiendo nada ni insinuándolo. Ese idiota jamás me atraerá. No lo haría.

Ella sonríe.

-Hasta la próxima sesión, Squalo.

Dice a modo de despido mientras lo oye gritar si típica muletilla al cerrar la puerta de su despacho.

Al instante y sin perder ni un segundo, la voz de su secretaria no se hace de esperar por el canal abierto del teléfono:

-Señorita, el joven Varia desea verla.

Su sonrisa se tuerce en una mueca en lo que aprieta el botón para darle la indicación respectiva a la joven.

Espera tensa y en la misma posición a que el joven de cabellos negros entre con su arrogante altanería que le pone los pelos de punta, pero que sin duda, le atrae también.

Y cuando lo ve en el umbral de la puerta no sabe si tenerle miedo o aumentar –si es que es posible- la indiscutible atracción que siente por él. Lo ve sentarse a sus anchas en el sillón de cuero.

-Al grano, señorita.

Y el énfasis en la última palabra, el deletrearla con esa tosca y ronca voz hace que un momento, pierda la habilidad del habla. Pero se recupera rápidamente, el profesionalismo ante todo. Carraspea un poco para concentrarse.

-El paciente N° 2038 ha presentado signos de una positiva mejora. Llegando incluso a presentar síntomas favorables. Con una semana más de tratamiento estará más que listo.

Ve como el hombre frente a ella se tensa rápidamente, casi imperceptiblemente. Sonríe para sus adentros.

-No permitiré fallos.

Advierte amenazadoramente, con la voz más gélida y cortante que hubiera escuchado en toda su vida. Ni siquiera cuando su madre, beata puritana, le dijo que al matrimonio debía llegar pura…

Sonríe falsamente antes de preguntar

-Con todo respeto, joven. Mi trabajo consiste en detectar anomalías mentales, y revocarlo de inmediato si es necesario. Pero con este paciente, lo que me pide es algo inaudito. Y tengo derecho a saber por qué ¿Qué necesidad hay, de inducir al joven un amor que, indudablemente no siente por usted, señor?

-No tienes el derecho de siquiera saberlo, pequeña escoria.

Ah, hombres…


Lo sé, no es la gran cosa ¿Reviews?

Asi pueden criticarme mejor 8D(L)