Esta es una historia de prueba. La verdad estos son los personajes secundarios de otra historia que escribo, pero de pronto me entro la idea de ¿Cómo sería escribir un lemon? Mis historias aunque me han dicho que son picaras no han tenido lemon y quise experimentar ese género con esta pareja. Crucen los dedos por mi suerte, ojala no haya arruinado la historia.
Disclaimer: los personajes de Harry Potter no me pertenecen solo los tome prestado de J. .
POV Pansy
–Eres un idiota Potter –grito con enojo. ¿Por qué? Porque el maldito cara rajada acaba de arruinar una misión de encubierto de más de dos meses. Todavía no entiendo cómo llego a ser parte de esta división, y mucho menos puedo comprender cómo lo dejaron a cargo, podrá ser muy valiente, noble y toda esa cosa gryfindoriana del colegio pero cómo agente encubierto es un asco
–No es el momento de buscar culpables Parkinson –me dice el desgraciado y todavía tiene osadía de gritarme a mí, una Parkinson
–Nadie está buscando culpables Potter, si ya se sabe que fuiste tú –una explosión ocurre a poca distancia de mi cabeza y me tengo que agachar para protegerme de los escombros. Ah! Se me había olvidado decirles ¡El maldito delato nuestra posición y ahora nos persiguen un grupo de mercenarios armados hasta los dientes por un castillo abandonado en medio de a nada!
–Si dejaras de quejarte y tratas de correr más rápido ya podríamos habernos desaparecido –el muy idiota jadea cansado lanzando hechizos a diestra y siniestra, y dieran resultado si hubiera habido más tiempo para averiguar que los desgraciados estaban en el mercado negro de artículos mágicos. Corro todo lo de prisa que pueden mis piernas. El aire escapa de mi cuerpo antes de extraer el oxigeno necesario, jadeo. Mi cuerpo se siente agotado por tanto correr sin una salida, mis piernas ya no pueden más y tropiezo con una saliente de la pared destrozada
–Parkinson –grita Potter al verme caer y por un momento se detiene y cubriéndome las espaldas regresa por mí. Es lo único a lo que doy gracias en este puto mundo, el sentido del compañerismo y complejo de héroe que tiene Potter a veces son útiles. Llega a duras penas y derrapa en el suelo hasta llegar hasta a mí.
Está lleno de cortes en las manos y polvo hasta en el pelo, y yo no debo estar mejor. Me tiende la mano izquierda mientras con la derecha blande su varita y me defiende de los seis hombres que nos disparan armas de fuego modificadas mágicamente haciendo que nunca se les acaben las balas con un característico flashazo purpura –deprisa Parkinson –tomo su mano y me impulso a seguir corriendo.
No seré un desdichado de virtudes pero tengo un buen sentido de la supervivencia y sigilo, Y puedo jurar que por nada dejare que esos dementes me atrapen. Corro tomada de la mano de Potter hasta que llegamos a un pasillo sin salida
– ¿y ahora que genio? –le suelto la mano y me sujeto la cabeza preocupada, hace una hora perdí mi varita en combate, estoy indefensa, me siento inútil y muggle.
–Bombarda –grita Potter y la pared desaparece con una explosión, pero estamos a tres pisos de altura y el exterior muestra una gélida nevada. Nuestras vestimentas no son muy abrigadoras y tuvimos que dejar atrás el equipo de supervivencia para huir a tiempo
–Ni loca pienso saltar Potter –me separo de el abrazándome para entrar en calor
–No reniegues Parkinson y confía en mí – ¿confiar en él? levanto la mirada y veo sus ojos verdes con determinación. Confiar. Esas son palabras que no están en el vocabulario de una espía exmortifaga, ni siquiera para tus aliados –no tenemos todo el día –me apura con la mano extendida hacia mí. Oigo cómo los pocos minutos que tenemos de ventaja desaparecen a cada segundo, entonces hago lo que nunca creí hacer, confió en Potter y le doy mi mano. Al segundo de hacerlo me hala con él y salta al vacio
–AHHH –me grito se pierde en algún lugar de mi estomago, donde siento el característico tirón de ombligo de la aparición.
POV Potter
Siempre una malcriada caprichosa. Pansy Parkinson no era más que un relleno en esta misión porque Weston no estaba en condición de viajara a un clima helado. Estábamos en una misión secreta para recolectar información de un mago traficante en el mundo muggle, según Ginny estaba en una misión de aurores en Rumania.
Todo iba bien, nada de cordialidad cómo era de esperarse de este inusual dueto, pero no había habido insultos ni menosprecio al trabajo del otro y hasta Parkinson estaba demostrando ser una buena compañera de espionaje muy capacitada hasta que por un simple accidente con mis gafas delato nuestra posición y volvió a ser la misma bruja que recordaba, pero es mi compañera de trabajo y no habrá bajas bajo mi mando así que al vernos acorralados tomo ventaja de los minutos que tenemos y nos aparecemos en una laguna no muy lejos de ahí. Lo cual es extraño ya que debí aparecernos en la cueva cerca de ahí, algo pasó de repente para que el hechizo no saliera bien.
–Ahhh –escucho el grito de Parkinson al notar que estamos cayendo. Nos aparecemos en la laguna congelada y a algunos cuantos metros sobre el hielo –eres un idiota –me grita a todo pulmón cuándo se pone de pie ignorando la mano que le tendí tratando de mantener el equilibrio sola. Se me olvida que con una serpiente no se puede ser un caballero –¿Por qué no nos apareciste en la cueva de una buena vez?
–Cállate Parkinson o terminaras dándoles nuestra posición – ¿tratar de hacer entender a esta mujer? He, sería más fácil mover una mula
– ¿al menos sabes dónde estamos? –me mira con superioridad, nunca deja esa altivez ni siquiera cuando se está congelando con su entallado traje de cuero de una pieza, muy inapropiado para el clima. Para callarla de una vez y dejarle ver que al menos uno de nosotros si conserva su varita, la saco y la coloco en la palma de mi mano conjurando una aparición y no pasa nada, trato con el hechizo brújula, pero no funciona
– ¿Qué pasa? ¿No lo sabes hacer? –se burla con media sonrisa. Que me fastidia que se burle de mi
–no es eso, hay una especie de campo de fuerza en esta zona, miro en todas las direcciones buscando la posible fuente que nos este bloqueando la magia –La nieve cae y la temperatura también. Pronto será de noche y necesitamos llegar a la cueva cerca de la laguna donde dejamos algunas provisiones de emergencia y no morir congelados –campo de bloqueo –musito reconociendo el hechizo usado para incapacitar el uso de magia de la zona
–los mercenarios debieron colocarlo para impedir que algún mago fuera a espiar en su guarida de perros, alguien debió avisarles –intuye Parkinson, y estoy de acuerdo
–Debemos caminar hasta llegar a la cueva, descansar un momento y luego seguir caminar hasta hallar un lugar donde sea seguro aparecernos –ordeno mientras me abrocho mejor mi suéter.
– ¿y cómo lo haremos Potter? –Grita Parkinson detrás de mí, la oigo esforzarse por caminar en el hielo – ¿en trineo, en escoba, en un auto? Porque si pretendes que caminemos a ciegas en este clima estas dem…
– ¡No pretendo nada Parkinson! –le grito porque sus alaridos me han sacado de mis cabales y no pienso soportarla más –esta es MI misión, soy el jefe aunque no te guste, y vas a seguir mis órdenes por el simple hecho de que soy yo el que está a cargo y soy yo el único capacitado para darlas –cada vez subo más el tono de mi vos y la veo cerrar la boca por primera vez y emocionado por los resultados sigo sin medir mis palabras –si hubieran querido más bajas que resultados te hubieran nombrado a ti Parkinson –y ahí está, por su mirada sé que me he pasado de la línea.
Hace unos años, cuándo ella estaba empezando en esta división hubo una misión en la que por una falla en el cálculo de tiempo, una bomba estallo antes de lo previsto costándole la vida a tres agentes, una era prima de Parkinson. Al final, lo archivaron cómo fallo técnico y le incorporaron al trabajo de campo después de un tiempo, y ha demostrado ser una muy calificada espía desde entonces. Nadie menciona lo sucedido, es un tema muy delicado. Y yo me he propasado con eso.
–Oye, no quería… –empiezo lo que sería una muy elaborada disculpa, pero ella se me acerca, solo me ve en silencio con la mirada triste y antes de que me da cuenta me dobla la cara con una bofetada. No me dice nada y yo tampoco, impactado la veo alejarse furiosa. La nieve se posa sobre ella y su traje no la protege del frio pero eso no parece importarle, solo se abraza a sí misma con fuerza – ¡Parkinson! –grito tratando de alcanzarla
–Púdrete Potter –me grita con desprecio y apenas puedo oírlo con el sonido del viento en mis oídos, pero no lo necesito para saber que está furiosa
–Solo quiero disculparme –la trato de alcanzar pero cada vez camina más rápido
– ¡Aléjate! –me grita y ahí es cuándo noto algo en el hielo
– ¡Parkinson! ¡No te muevas! –Pero cómo es lógico no me hace caso –te he dicho que no te muevas –le grito más fuerte, pero esta vez si se detiene, pero solo para darse la media vuelta y gritar –Potter, metete tus ordenes por el Cu… –y esas son las últimas palabras que le escucho decir antes de verla desaparecer bajo el hielo.
POV Pansy
– ¿Cómo se atreve? –Me digo a mi misma al recordar lo que ese idiota me dijo –es un imbécil, es el más imbécil de los imbéciles –murmuro con dolor en mi pecho, pero no por Potter (que sigue gritando cómo idiota) si no por mi pasado, esa misión y mi prima. Me abrazo a mi misma pero no por el frio del ambiente, si no por el frio en mi interior, al recordar que fue mi culpa, fue mi error y viviré con ello el resto de mi vida. Pero que Potter, el san Potter que nunca ha cometido errores venga a echármelo en cara, eso no lo permitiré – ¿Cómo se atreve? –sigo murmurando pateando el suelo por donde voy caminando. Lo oigo gritarme pero le pido que se aleje y cómo siempre le gusta llevar la contraria me sigue. Jódete Potter. Y todavía se atreve a darme órdenes el muy descarado. Así que quiere hablar, pues le diré al ''jefe'' unas cuantas cosas. Me doy la media vuelta y le doy la mirada de desprecio que tanto tiempo me costó perfeccionar en el colegio y le grito a todo pulmón
– ¡Potter! Metete tus ordenes por el Cu…. –no puedo terminar la frase. El suelo ruge bajo mis pies y soy devorada en un segundo por la laguna. Mis pulmones se llenan de agua helada, pero peor que eso, peor que quedarme sin aire, es el dolor. Son cómo cuchillas, miles de cuchillas y agujas se insertan en mi cuerpo al mismo tiempo, aunque el agua este congelada me quemo, mi piel se quema y mis miembros se entumecen, apenas puedo moverme.
Es lo más parecido a un Cruciatus sin varita que he podido experimentar. Siento dolor y angustia, me desespero. Por mi incapacidad para nadar y porque sé que si Potter está viendo esto, no vendrá por mí. Es demasiado peligroso para el también y entonces me doy cuenta de que voy a morir, estoy muerta, es mejor que deje de luchar y me deje llevar por el frio, me lo merezco después de todo. Y cuándo me estoy resignando a mi muerte siento un tirón por mi espalda pero se zafa por que mi traje es ceñido al cuerpo y luego lo siento de nuevo pero en mi cuero cabelludo, alguien tira de mí de mi cabello.
Siento el viento helado en mi piel, y me estremezco sin control, tengo espasmos involuntarios y no siento nada, solo frío, trato de enfocar la vista y solo veo luz, una tenue y borrosa luz que parece ser el sol y luego unos lentes, una boca que se mueve pero no hay sonido, trato de enfocar más y veo unos ojos verde intenso que me observan con preocupación ¿Quién tiene ojos verdes que yo conozca? No recuerdo, pero hay algo más, unos lentes, unos ridículos y horribles lentes circulares que cubren ese rostro.
–PPPoootttterrrrrrr –vocalizo lo más que puedo para mantenerme consciente –ayuuuuudddda –el frío no me deja hablar pero lo sigo intentando
–sigue hablando Parkinson –me sostiene en brazos y lo veo temblar de frio a él también pero no se detiene y sigue caminando en dirección a la cueva que esta a algunos metros
Harry POV
Mis manos y mis pies se congelan y el clima no parece mejorar, cuándo la nieve se asiente hará más frio y ahí será peligroso caminar por el bosque, pero el verdadero reto será mantener a Parkinson con vida al menos hasta el amanecer.
Llegamos a la cueva y Parkinson no ha parado de temblar. Balbucea cosas sin sentido y no la he oído quejarse por que la lleve en brazos, esa parte me dice cuan débil esta. Cubro la entrada con una tela que imita el camuflaje y nos aleja un poco del frio, dentro de la cueva guardamos equipo de respaldo y unas que otras provisiones, lo más importante se quedo atrás, cuándo huimos. Quito varias cajas y encuentro lo que buscaba, un saco de dormir, el material aislante ayudara, pero primero debo secar a Parkinson. Las clases de supervivencia te preparan para esto, pero rara vez crees que lo usaras. Pero hago memoria y articulando una disculpa empiezo a bajar e cierre del traje de Parkinson, empieza desde su cuello y termina debajo de su ombligo.
–peeeeeero qqqqque demmmmoniossss? –la oigo balbucear, va mejorando si tiene fuerzas para insultarme ¿o será la costumbre?
–Necesito secarte Parkinson y tú ropa no ayuda –Estoy agradecido por la poca luz en esta cueva, si no, hasta Parkinson hubiera visto mi sonrojo al darme cuenta que debajo del traje no llevaba nada. ¿Por qué no lleva nada? No es que nunca hubiera visto a una mujer desnuda, sería una mentira colosal decir que es fea, pero nunca había visto a Parkinson desnuda.
Por Merlín, soy un hombre no una roca y con la poca luz que entraba en la cueva pude admirar sus curvas y vaya que cuerpo, mis amigos del trabajo lo habían llamado el cuerpo del pecado, y ahora sabia por que, antes no les prestaba mucha atención, pero ahora, viendo sus pechos al aire, por un instante me imagine su piel bronceada al sol–¿Pero que estoy pensando? Concéntrate Potter no eres un crio de dieciséis años –me reprendo mentalmente –ella está muriendo, ¡ayúdala! y deja de fantasear con su cuerpo –corro hacia la bolsa de dormir, tomo unas telas gruesas que cubrían unas cajas y las uso cómo frazadas. Coloco el cuerpo congelado de Pansy sobre una mientras la froto con otra, pero, aun así ella no deja de temblar
–tenngoo frrriooooo –gime encogiéndose sobre ella misma, espera un momento, termino de frotar sus brazos y trato de evitar sus pechos, por respeto, y sigo para frotar sus piernas, pero que error cometí si pensé que sería más fácil, sus piernas largas y delicadas y al frotarlas sentí lo firmes que eran, trate de apresurarme para no divagar más y la metí en el saco de dormir descartando las telas húmedas.
–ya esta Parkinson, te sentirás mejor –le dije al introducir su desnudo cuerpo en el saco y cerré el zipper, pero sin importar lo que hiciera, ella seguía igual de helada y cuándo quise darle su espacio, ella tomo mi brazo, me pareció extraño que quisiera que la acompañara, pero me dio cuenta que lo que quería era el calor, porque su tacto era tan frio. Y según las clases de supervivencia recordé lo que debía hacer.
–Espero que no me congeles a mi también Parkinson –le dije en broma y ella me vio frunciendo el ceño –es broma –explique y comencé a sacarme la ropa –hazme espacio –le dije abriendo un poco el saco de dormir
– ¿queeee hacessss? –tartamudeo Parkinson aun titiritando.
–clases de supervivencia, es para evitar que mueras de hipotermia, el calor corporal te ayudara a recuperarte, solo espero que no estés mas fría que de costumbre –como pudo ella me golpeo el pecho
–idiooottt… –trato de insultarme pero una sonrisa se formo en su rostro al sentirme cerca, al sentir mi calor. Debe estar muy mal para sonreír por tenerme cerca. Cerré el saco con nosotros dentro y la abrace, la pegue a mi cuerpo lo más que pude y además de sentir lo gélida que estaba, sentí una especie de estática, una electricidad recorriéndome cuando toque su cuerpo, pero también sentí sus suspiros de alivio al sentirse calentada por mi cuerpo.
–estas helada Parkinson –gemí cuándo acomodo sus pies contra mí para calentarlos.
Mientras tenía el cuerpo desnudo de Parkinson pegado al mío pensé en Ginny, pero, ella tendría que entender que si lo hice fue por salvarle la vida a Parkinson, si lo haría, Ginny entendería, y me quede dormido con ese pensamiento mientras abrazaba a mi compañera por la espalda.
En medio de la noche, no sé bien a qué horas la sentí moverse, estaba algo inquieta, hasta que se dio la vuelta, todavía estaba dormida, lo pude ver en su cara, pero eso no minoro mi impresión al sentir sus pechos presionándose contra mi pecho, me tense de inmediato y trate de pensar que ella lo hacía inconscientemente, pero luego me abrazo, con fuerza y coloco una de sus piernas sobre las mías acomodándose a mi cuerpo, amoldándose a él y en ese momento solo pude abrazarla de vuelta y dormir, no quería incomodarla y además sentía bien así.
POV Pansy
Paz. Eso es lo que siento, tibia y relajante paz. No recuerdo cuándo fue la última vez que dormí así de tranquila, relajada, con un abrazo reconfortante, con… ¡espera! ¿Un abrazo? Empiezo a tomar conciencia y siento mi cuerpo adolorido, ¿Qué paso? Recuerdo que estaba enojada con Potter y luego… me caí. Sí, me caí en la laguna y sentí que agua quemaba mi piel. Trato de aclarar mi cabeza y mi ya no tan entumecido cuerpo reacciona cuándo se lo ordeno, recuerdo lo de anoche. Abrí lentamente mis ojos y me encuentro abrazada a Potter, desnuda. Mi primera reacción es gritarle, cruciarlo y después hablar, pero luego recuerdo lo que él hizo.
Me salvo, el me saco del agua y luego me cuido. Me siento incomoda y algo cohibida, nunca había visto a Potter tan de cerca, y alejándome un poco más de él para alejar mi cuerpo pero dejando un espacio para verlo bien, me quedo examinándolo cómo una boba. Tiene los lentes algo torcidos, se quedo con ellos puestos, duerme con la boca medio abierta, al menos no ronca… que yo recuerde, su cabello sigue rebelde, pero eso a su edad no se ve tan mal, me dan unas ganas de tocarlo pero me detengo, eso lo despertaría. Tiene una peca bajo la barbilla, se sonríe dormido y extrañamente lo último en que me fijo es en la cicatriz que la cubre su cabello que cae sobre frente y en esos ojos azules que miran con detenimiento…espera… ¿me miran?
–Buenos días –dice el de lo más tranquilo medio adormilado
– ¿buenos días? –Me hago la enfadada –mira como estoy Potter, No son unos buenos días –subo el tono de mi voz cubriendo mis pechos con los brazos – ¡eres un pervertido!
–Pues no te mostrabas tan enojada mientras me mirabas dormir –él se separa y al momento en que lo hace extraño su contacto, su calidez, me siento más desnuda que antes. El se deja medio caer de espaldas, lo que le permite la bolsa de dormir y se pasa las manos por su cara, visiblemente cansado –mira, no espero ningún agradecimiento pero si al menos que no te pongas histérica tan temprano –él se ve más despierto y enfadado, frunce el ceño viéndome acusatoriamente
– ¡Yo no soy una histérica! –le grito separándome un poco en la bolsa de dormir y cuándo muevo mi rodilla me doy cuenta de algo. Uno: Potter durmió solo en bóxer y dos: su amigo está despierto – ¿cómo te atreves? Eres un depravado, sal de mi bolsa de dormir –le grito y el al verse descubierto se enfada, no por estar así, si no por mi reacción, me puse de espaldas y mi trasero se presiono contra su entrepierna por accidente sintiendo lo duro que estaba ¿en serio todo eso es de Potter? vaya, el-niño-que-vivió se volvió hombre
– ¿pero qué haces? –me dice el tratando de separar su erección de mi moviéndose dentro de la bolsa de dormir sin éxito y sintiendo cómo mi trasero siguió pegado a el
– ¿qué haces tú? Vete ya idiota –y sucede, cuándo lo insulto me da la vuelta, se posiciona sobre mí y me toma de mis muñecas, las aprisiona a la altura de mi cabeza viéndome de frente.
Harry POV
Me insulta. La muy desagradecida tiene el valor de insultarme y decirme depravado por una erección matinal después de haberle salvado la vida. Pero estoy harto. Esto no se va quedar así. Así que cuándo está más vulnerable la tomo con firmeza de las muñecas pero sin lastimarla, las coloco a la altura de su cabeza y me posiciono por encima de ella viéndola a los ojos asustados.
–Ahora si me vas a oír –le espeto enojado –llevo años escuchando tus chillidos y constantes quejas Parkinson, no solo de ti si no de tus compañeros de trabajo hacia ti –quiere objetar pero la callo de inmediato – ¡no vas a hablar! Solo escucharas –tomo aliento –eres insoportable Parkinson –ahí está, sin anestesia y lo veo en sus ojos que eso no es ningún secreto pero le molesta –no solo desprecias a los demás si no a todo lo que hacen, trabajar contigo es imposible y relacionarse es mucho peor, alejas a todos con tú forma de ser, no te interesa nada ni nadie, eres una egoísta, pero te diré algo que te asombrara… no eres el centro del universo y no estás solo tú en el mundo. Hay personas que habitan en él y no estaría mal que empezaras a quebrara esa armadura que tienes contra todos, porque si lo he notado. Cuando hacemos reuniones de trabajo o a la hora de formar grupos de investigación de campo, te sientes alejada, excluida, pero todo solo lo atraes tú por tú actitud.
La antigua guerra ya paso, no hay razón para seguir siendo tan hostil con todo ser vivo, no te pido que vayas haciendo amigos por todo el mundo pero si al menos con las personas que más te rodean, se más amable con tus compañeros de trabajo, porque tendrás que lidiar con ellos mientras decidas trabajar ahí, todos te han aceptado cómo agente y…
– ¿en serio Potter? No seas ridículo –puedo oír el tono irónico de su voz –yo no sé donde hayas ido tú a trabajar todo este tiempo, pero creo que no fue al mismo lugar que yo.
Y por primera vez veo a Pansy Parkinson tratando de comunicarse, veo en su ojos vulnerabilidad por un momento, la realidad de sí misma, y la dejo desahogarse
– ¿que ves tú al ir cuándo llegas al trabajo he? –me dice con dolor, no en sus palabras pero si en sus ojos –ves amigos, gente que te admira e idolatra cómo a un santo, pero cuándo me miran a mi… no ven nada que valga la pena, algunos solo ven a una exmortifaga que necesitan para investigación y espionaje y que ni siquiera para eso sirve y otros solo ven un cuerpo para pasar la noche y no tomar en serio, nadie nos saluda, nadie quiere comenzar una conversación con los exmortífagos por miedo a ser marginados, todos son unos idiotas hipócritas que hablan de dejar el pasado atrás pero menosprecian a los que participamos en la guerra, prefiero ser cínica en vez de hipócrita
–Eso no es cierto Parkinson –trato de convencerla aunque sé que es mentira.
–Sí lo es, y lo sabes –se removía enojada
–es por tú actitud –le contesto subiendo el tono de voz cada vez más y juntando nuestros rostros amenazantes – tan evasiva y siempre a la defensiva que aleja a las personas, talvez si no fueras tan histérica alguna persona vería quién eres en realidad y alguien seria tu amigo –mi voz cada vez sube más igual que la de ella
–¿y quién es esa persona Potter? ¿Tú?
–talvez lo sea –le sigo gritando sin darme cuenta de lo que estamos diciendo y luego paro para ver lo cerca que estamos, lo cercano de nuestros rostros, lo suave de su piel bajo mi mano, sentir cómo su respiración se ha hecho errática, la veo a los ojos, esos ojos azules que ahora son cómo compuertas abiertas, un azul cómo el cielo despejado, sus ojos me absorben y me inundan por completo. Ha abierto su alma a mí, a su propio modo, pero la he visto… y es hermosa, triste y algo resentida con el mundo, pero también frágil y luchadora. Lo siguiente que recuerdo es estar sediento de sus labios, de su cuerpo, de su alma.
POV Pansy
Hipnotizada. Así me sentía, mi cuerpo ten i vida propia. No supe el momento en que pasamos de las palabras a los gritos y de los gritos a los besos, solo sé que cuándo nuestros labios se tocaron sentí una chispa, me sentí electrificada desde el cabello más pequeño en mi cabeza hasta extenderse a la punta de los pies. No quise abrir los ojos, porque entonces todo se desvanecería, sería una ilusión. Así que seguí besando esos labios tan firmes y cálidos.
Quién diría que el santurrón de Potter besara de esa forma. El me comía la boca a besos y yo no me quedaría atrás. Sentía escalofríos cada vez que nuestros cuerpos se rozaban y quise más. Lamí sus labios cómo si fueran la manzana más dulce y en un arrebato de pasión mordí su labio inferior hasta saborear la sangre, que en vez de enojarlo pareció encender una mecha en el. Era una lucha de poderes y llegue a un punto donde creí que perdería, pero es que Potter en serio ponía empeño en ese beso. Besaba y lamia cada parte de mi cuello, lo torcí un poco para darle mejor acceso. Los escalofríos que sus labios y lengua me provocaban iban más allá del placer. Y la forma en que el mordió con ternura ese punto donde mi cuello se une con mi hombro, lo supe, era suya.
Harry POV
No podía parar. Esta mujer me está volviendo loco. Solo podía besarla con furia, quería callarla con mis besos hasta que se diera cuenta quién mandaba. La besaba cómo si no hubiera un mañana, y talvez no lo hubiera, pero ahora, en este instante, solo existía el ahora.
Deslizo mis manos hasta sus caderas, deleitándome en la suavidad de su piel, dibujo círculos con mis pulgares disfrutando de las contracciones de placer en sus músculos bajo mis dedos. Pansy se mueve debajo de mí revelándose a mi dominio, pero no lo hará, es hora para demostrarte de una vez por todas Pansy Parkinson… yo mando.
Me envuelve las caderas con sus piernas, tratando de doblegar mi control y por la forma en que frunzo el ceño casi lo logra y ella lo sabe y eso me enfurece. Me separo de su cuello por un instante para ver su rostro cargado de placer. Ella abre sus ojos celestes con confusión y antes de que diga nada tomo uno de sus pechos, lo llevo a mi boca y succiono su pezón con fuerza.
Esta mujer está hecha de ambrosía. El sabor de su piel es embriagante, sus pechos saben a miel, no, mejor que la miel. Siento el frenesí en mis venas cuándo el olor de sus jugos llega a mí, y cómo un niño que teme ser destetado succiono con desesperación, todo ha desparecido, ya no hay más frio, ya no existe más cueva, solo el placer de sentir su piel, su sabor, succiono cada vez más fuerte, estoy totalmente excitado solo por los pechos de esta mujer. Su sabor es una droga. No puedo esperar más, no lo soportare.
Deslizo una de mis manos entre sus piernas, acaricio su piel hasta encontrar sus pliegues desnudos rebosantes de humedad. Ahora sí que estaba duro más duro que antes, sentía que iba a explotar, estaba toda depilada, caliente y húmeda, por mí, solo por mí. Acaricio sus pliegues hinchados por excitación y busco la entrada a su cuerpo, deslizo un dedo dentro de ella haciendo que retuerza de placer bajo mi mano, la siento ceñirse alrededor de mi dedo, - Ahhh –evito gemir con dificultad –se siente tan suave y apretada que apenas puedo esperar a hundirme en ella. Presiono más mi dedo aumentando el ritmo y lo retiro solo para masajear sugerentemente su clítoris hinchado de placer. La siento tensarse ligeramente alrededor de mi dedo mientras no he dejado de succionar sus pezones hasta dejarlos rojo sangre con ligeras marcas de mis dientes.
Cuándo retiro mi dedo gruñe un poco frustrada, yo me acomodo mejor entre sus piernas, ni siquiera note cuándo mi ropa interior desapareció, lo único en que puedo pensar es en lo caliente y húmedo que esta su sexo. Froto mi endurecido glande contra su pequeña entrada, trato de contenerme y hacerlo despacio pero no puedo, solo puedo mirarla a los ojos segundos antes penetrarla de una sola estocada. Su cuerpo se tenso y se arqueo al sentirme dentro de ella, yo deje escapar un gruñido bajo –oh Merlín, nunca había sentido algo así, se siente tan condenadamente apretada que me es imposible no comenzar a embestirla cómo un demente. Su sexo me aprisiona de una forma tan deliciosa y aditiva. Con cada embestida ha su centro veo cómo sus tetas rebotan, es una visión celestial e incitadora al pecado. Sus gemidos de placer retumban en las paredes de esa cueva, pero no me es suficiente, por alguna posesiva y extraña razón quiero oírla gritar mi nombre, quiero que quede gravado en su memoria, en su cuerpo, que me sienta en cada embestida. Me apoyo en mis antebrazos para darme un mejor apoyo, pero Pansy no parece dejar que me separe mucho de ella. Yo lo entiendo, es casi un instinto salvaje, una necesidad primitiva de estar en contacto todo el tiempo, De tocarnos cada segundo, mis manos no pueden estar quietas con esta mujer. Apoyo mis rodillas bien al suelo de la cueva y ahí comienzo a embestirla con frenesí.
POV Pansy
Placer. Eso era todo lo que podía sentir. Un salvaje y prohibido placer.
El sonido de un gruñido bajo retumbo en la cueva, uniéndose a mis gemidos, nunca había sido una mujer muy ruidosa en el sexo, pero esta vez no pude contenerme. Lo podía sentir grande y duro dentro de mí, golpeando en todas las terminaciones nerviosas haciéndome temblar. Se sonrió, el muy bastardo se sonrió al ver cómo me tiene, así que entierro mis uñas en su espalda y al parecer le gusta, y probando algo más entierro más mis uñas fuertemente en su espalda, dañándolo, y veo su cara de placer, excitado por el dolor. Vaya ¿Quién lo hubiera dicho? Potter es un jodido masoquista, y ahora yo me sonrío. Ohh cielos, puedo sentir cómo los músculos de su espalda se contraen bajo mis uñas. Y reacciono, le he dejado el mando por demasiado tiempo, así que empiezo a embestirlo de vuelta, me impulso con mis caderas a su encuentro, el sonido de la carne chocando es tan decadente, y enciende una parte tan primitiva en mi cerebro, abro más mis piernas, a todo lo que la pequeña bolsa en la seguimos me lo permite y apoyo mis pies y comienzo a empalarme yo misma.
Él lo siente, lo nota, la balanza de poder se ha inclinado y al parecer no piensa permitirlo. Así que de un movimiento de su mano abre el zipper de la bolsa y deja que el frio aire del ambiente se cuele entre nuestros cuerpo, pero en vez de enfriar la situación, ha avivado el fuego, lo quiero más dentro de mí, más duro, más caliente, para que nuestros cuerpos rivalicen con el clima dado por la madre naturaleza.
El se levanta un poco sobre sus rodillas y tomando mis caderas saca despacio su gran miembro de mí, lo hace tan despacio y agonizante que casi no lo puedo soportar, pero no puedo moverme me tiene bien sujeta, y cuándo solo ha quedado la punta de su glande dentro de mí, se adentra en mi cuerpo de un solo embiste, hasta el fondo, duro y sin contemplaciones, haciendo que arquee la columna ante el dolor punzante y el placer mesclados. El suelo de la cueva ha desaparecido siento que caigo al vacio y solo existen las manos de Potter en mis caderas, me sostienen de no caer, pero me condenan al mismo tiempo y justo cuando creo que no puedo experimentar más placer, el se inclina más sobre mi cuerpo, recargando su peso entre mis piernas y desliza sus manos de mis caderas a mis muslos, abriendo todo lo posible mis piernas para hacer la penetración más profunda.
Sus manos son cómo brazas ardientes sobre mi cuerpo y cómo si fuera un animal me empieza a embestir más rápido y duro que antes. Ya no gimo, grito, los gritos salen desde el fondo de mi pecho sin control, no tengo conciencia de lo que digo solo sé que posiblemente sean incoherencias o ruegos por más, pero no me importa, porque es verdad, quiero más y después de un tiempo en esa posición siento cómo el nudo que se ha estado formando en mi vientre se aprieta cada vez más y más, el también puede sentirlo, mi sexo se ha empezado a apretar cada vez más, sus duros envites van subiendo de ritmo, mis pechos rebotan frenéticos y mis caderas están siendo destrozadas salvajemente, sin contemplación, mis gritos son acallados por su boca, y no es un beso tierno o suave, es un beso voraz, que toma todo lo que hay en mí, su lengua recorre toda mi boca demandante y el nudo en mi vientre se rompe. Siento como mi cuerpo comienza a convulsionar por una energía que me recorre toda la columna espinal hasta llegar a mi cabeza, una explosión de estrellas bajo mis parpados me ciega a todo lo demás, y lo única palabra que puede procesar mi cerebro en ese estado de estupor es
– ¡James! Ahhh ¡James! SIIIII –al sentir cómo un rio de lava era depositado en mi interior aumentando el placer. El seguía en medio de mis piernas, sosteniendo mis caderas aun fusionadas con las de él, las sostenía de con firmeza, para que nada de su semilla se desperdiciara. Mi cuerpo ya no me respondía bien en ese momento, estaba obnubilado por todo lo acontecido, mi respiración era errática, pero el aroma a sexo en el aire solo servía para confirmar lo que ya sabía.
Siento un peso en mis pechos, Potter ha apoyado su frente entre ellos y jadea cómo su hubiera corrido una maratón, y lo entiendo, creo que quedare disfonica por tanto grito. Nuestros cuerpos estaban perlados de sudor y no sentíamos el frio del exterior. Siento cómo se mueve entre mis pechos y levanta levemente la vista. Al ver sus ojos azul intenso y cómo se asoma la cicatriz entre su pelo, caigo en cuenta de una irrefutable realidad. Tuve sexo con Harry Potter.
Y contrario a lo que pensaba, mientras todavía decidía cómo actuar, el bajo la mirada cansado y se acostó a mi lado, todavía tratando de normalizar su respiración.
Nos vemos a los ojos, con tantas dudas y preguntas pero ninguno dice nada. El ambiente se ha vuelto tenso y cargado, quiero levantarme pero noto que mis piernas todavía siguen adoloridas y decido que él sea quién se levanta primero. Y cómo si pudiera leerme la mente, el se levanta y busca por su ropa en la cueva. Yo solo puedo sentarme y verlo cambiarse hasta que siento que estoy mejor y busco mi traje ya seco en el suelo de la cueva.
Es cómo un pacto no hablado. Ninguno menciona lo sucedido, y aunque no estoy seguro creo haber visto a Potter mirar en mi dirección con una mirada extraña. Guardamos lo más importante en mochilas de viaje, y tomamos las frazadas para cubrirnos del frio. Salimos de la cueva en silencio, arrastrando los pies en la nieve, sin ver atrás.
Es tan extraño el modo en que actúa el destino, voy cavilando en el ¿porque me deje llevar? ¿Cómo esto afectara mi trabajo? cuando mi pie se desliza al parame en una roca resbaladiza oculta en la nieve, cierro los ojos del susto, pero una mano me sostiene con firmeza y me ayuda levantarme, Potter no me ve, ni yo a él, ambos vemos donde me tiene sujeta. Puedo sentir su calor en mi piel atreves del traje. Un escalofrío me recorre la espalda al sentir su toque. Y por la expresión contrariada en su rostro el debió sentirlo también. Esto es nuevo y me asusta.
–Oigan, los encontramos –se oyen unos gritos a lo lejos distrayéndonos de nuestro momento de epifanía. A lo lejos se ve que un grupo de agentes vestidos de blanco muy abrigados llegan hasta nosotros y nos soltamos de las manos separándonos un poco
–Agente Potter –dice uno de ellos con una sonrisa –cuándo su rastro mágico se perdió no dudamos que algo debió salir mal y enviaron un equipo de búsqueda – ¡claro! Por Potter, si no hubiera venido con él me hubieran dejado congelada en esta tundra.
–hay un campo de magia que no permite las apariciones y tuvimos que ocultarnos, pero la misión salió bien gracias a la agente Parkinson –el otro agente me vio y solo asintió con recelo y prosiguió a llevarnos donde el menciono la zona segura de aparición. Llegamos hasta un claro en medio del bosque y ahí Potter me tomo de la mano de nuevo, esta vez con más delicadeza y lo siguiente fue encontrarnos juntos en el Centro de Inteligencia y Operaciones Mágica-Muggle o cómo lo llamábamos CIOM, nos aparecimos en un área de carga donde nos esperaban con sanadores, pociones y aparatos muggles para verificar la información recolectada durante la misión.
Nuestras manos se soltaron despacio, cómo alargando el momento, mis ojos lo buscaron cuándo los sanadores nos hostigaban con preguntas y chequeos innecesarios. Luego de un tiempo para no levantar sospechas nos trasladan a un consultorio en San Mungo con la coartada de haber tenido un accidente en la oficina y el, al llegar me pareció que él buscaba mi mirada entre los sanadores cuándo una voz me devuelve a la realidad
– ¡Harry! –una mujer pelirroja grita desde lejos y corre al verlo. Esa mujer pelirroja. Ginny Potter, su esposa. Ahí es donde bajo la mirada y me doy cuenta de lo rastrera que soy. No soy una santa y nunca he fingido serlo, he hecho muchas estupideces en mi vida, pero nunca me había metido con un hombre casado. Y felizmente casado al parecer, porque cuándo ella llega el abre sus brazos feliz y la sostienen, le soba el cabello y le susurra palabras al oído, ella ríe y se sienta junto a él en la cama apoyando su cabeza en el hombro del azabache, sosteniendo su mano, se ha vuelto a poner esa argolla de oro en su mano izquierda, esa mano que antes me sostuvo de caer. No puedo sopórtalo más ¿no sé que me sucede? pero es mejor largarme de aquí! Mi dosis anual de estupidez ya está completa y ahora solo necesito ir a casa y descansar. Mañana estaré mejor. Tengo que estar mejor.
Harry POV
La veo irse del hospital en sigilo, con la mirada en alto, voltea hacia atrás un instante pero rápidamente desvía la mirada y sigue su camino. Tengo a Ginny entre mis brazos. Mi amorosa esposa fue al hospital preocupada. ¿Qué he hecho? Ella no se merece esto. Soy un monstruo. Nadie más tiene la culpa, ni siquiera Pansy, aunque al parecer el que supiera que yo estaba casado no fue un impedimento para ella, y lo peor, no lo fue para mí.
–te amo Harry, no vuelvas a preocuparme así –Ginny lloriquea a mi lado, medio feliz por mi regreso y medio enojada por haberla preocupado tanto
–Yo también te amo Ginny –siempre le respondía de la misma manera, solo que esta vez se sintió menos real, menos sustancial. ¿Algo había cambiado o yo había cambiado? Esto no puede estar pasando, esto no debería estar pasando. Yo no amo a Parkinson, ni siquiera la quiero y no puedo dejar que este desliz arruine mi convivencia matrimonial.
Ginny toma mi mano y en un gentil gesto se la lleva a los labios, les da un beso. Su tacto es cálido, pero no ardiente en mi piel. Sus labios son tiernos pero no voraces ni necesitados de mi. Sus ojos me ven con adoración no con pasión y deseo, no retan ni me desafían.
Todo es tan fácil con Ginny, llevamos una vida matrimonial en paz y tranquila, ella ha sido una buena esposa, no se lo merece. No puedo dejar que sepa nunca lo que paso en esa cueva en el bosque. Por su felicidad. No puedo dejar que se entere, aunque yo nunca lo olvide.
…
Taran taran…. ¿Qué tal fue mi experimento de lemon? Iba a hacer algo corto pero… upssss! De pronto no pude dejar de escribir y se supone que solo seria un capitulo piloto para saber cómo seria escribir un lemon. Esta es la pareja de una historia que estoy escribiendo, no son la principal, se supone que es un dramione pero la historia como la llevo desarrollada en mi mente también tiene un Harry-Pansy pero no se habla mucho de el, así que decidí hacerle unos cuantos capítulos. Ustedes deciden si lo quito o publico los otros capitulos que ya tengo hechos.
y acerca de la historia que estoy escribiendo (encantada de ti) no la he abandonado, sigo con ella, he escrito varios finales pero ninguno me llena, asi que seguire en ello.
Besos y libros
Blue Nayade
