CAPITULO UNO: ENCUENTROS.

Lisa Cuddy se levanto temprano, se dio una ducha y se vistió, dio de desayunar a Raquel y desayuno ella también. Estaba impaciente, pasaban 10 minutos de la hora de llegada de la niñera, para Lisa Cuddy era un mundo, era la decana y debía dar buena imagen, que imagen iba a dar si llegaba tarde?. Decidió llamar a la niñera para ver qué pasaba, marco el número, conto tres pitidos y lo cogieron.

-¿Si?-dijo una voz al otro lado del teléfono.

-Hola Helen, ¿por qué no estás aquí?- no quería sonar ruda, pero llegaba tarde.

-Lo siento de verdad Sra. Cuddy, pero mi madre se cayó por las escaleras y tuve que ir corriendo al hospital, no me he acordado de llamarla, lo siento- ella sabía que debía de haber una razón para el comportamiento de la chica.

-No importa Helen- colgó el teléfono frustrada. Y ahora, ¿Que hacia?.

Tenía dos opciones, los vecinos o el hospital, descarto la primera, apenas conocía a ninguno y no pensaba dejar a su niña en manos desconocidas. Aparte, a las enfermeras les encantaba tener a Raquel por allí, se pasaban el día consintiéndola y haciéndole mimitos.

Preparo a la niña para salir, una muda cómoda y simple, estaba aprendiendo a andar y se pasaba todo el día moviéndose. Se metió en el coche después de meter a Raquel en su sillita, arranco y puso rumbo al hospital.

No llego muy tarde, media hora para ser exactos, nada más entrar en el recibidor una avalancha de enfermeras fue a recibir a la pequeña , aunque la niña era reacia a separarse de su madre, solo consentía que la cogiesen Wilson, y Cameron y no sin tener guerra. Fue a su despacho para ponerse a trabajar, Raquel estaba en una pequeña manta sobre el suelo jugando con unos peluches.

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House se levanto a eso de las 10, no tenía intención de salir corriendo hacia el hospital, se dio una ducha larga y se preparo, desayuno un trozo de pizza de anoche y un poco de cerveza, cogió las llaves de la moto y fue hacia el Princeton.

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Nada más entrar escucho el cuchicheo de las enfermeras por todo el recibidor, paso de largo, pero al entrar en el ascensor escucho a un grupo de enfermeras cotillear.

-Vaya la pequeña de Cuddy es muy revoltosa, no creéis?-la pequeña de Cuddy? Allí?

-Si, no para quieta, es un torbellino-el timbre sonó y el Doctor House se dirigió a su despacho.

Todavía no tenían caso asignado así que estaba aburrido en su despacho, jugó con su pelotita un rato pero su cabeza seguía otro rumbo, que hacia Cuddy con la niña en el hospital?? Ya iría ha hacerle una visita.

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Cuddy llevaba un par de horas firmando papeles sin parar y estaba exhausta, decidió dar una vuelta con la niña y de paso visitar a Wilson. Cogió a Raquel en brazos y salió rumbo al despacho de Wilson. Al llegar al piso correspondiente del despacho del oncólogo sufrió un pequeño encuentro, a unos metros estaba su mejor medico, Greg House. El la miro extrañado y ell dudosa, lo que más la sorprendió es que el verlo acercase su pequeña empezó a revolverse.

-¿Qué te pasa Raquel?

Cuando House estuvo lo suficientemente cerca como para oírlas Raquel extendió sus menudos bracito hacia el. House estaba muy confuso, era la pequeña Cuddy la que le extendía los brazos?

-¿Que le pasa?-pregunto extrañado el nefrólogo

-Parece que quiere que la cojas-Cuddy estaba tan confusa como el.-si quieres- Le extendió a la niña que se revolvía en los brazos de su madre.

House dudo un poco pero al fin cogió al infante en sus brazo, no sabía muy bien cómo hacerlo pero al final consiguió cogerla de manera cómoda para él y para su pierna. Mientras tanto Raquel se entretenía tocando la áspera barba de House y haciendo muecas ante el tacto. De vez en cuando le enviaba miradas curiosas al oji-azul, este se las devolvía divertido.

Lisa Cuddy era la espectadora de lo que ella pensaba un momento muy tierno. Su pequeña acariciaba el rostro del que, en secreto, amaba. Apenas podía contener la sonrisa tonta y los ojos húmedos a cauda de la emoción. Cuddy se acordó de su propósito alii, visitar a Wilson.

-Bueno Raquel hora de visitar a Wilson-expreso extendiendo los brazos a su retoña. Pero la pequeña tenía otros planes para el día. Al ver los brazos extendidos de su madre aparto la cara y se abrazo al cuello de House.

-Vaya la peque se va de juerga- repuso divertido House. La pobre Cuddy no sabía qué hacer, Raquel siempre quería estar en brazos de su madre y ahora la apartaba.

-Déjala, la pobre no se quiere separar de mi, lo entiendo-el ego del doctor subía

-Bueno…. Voy a ver a Wilson, ¿puedo confiar en ti?-estaba dudosa, ¿House cuidando de Raquel?, pero cuando le miro a los ojos supo que no pasaría nada.

-Claro jefa.

Cuddy seguía confusa pero pareció confiar en House y dejarle a cargo a su más preciado bien. Fue al despacho de Wilson todavía en shock.