Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen, así que los créditos de ellos dénselos a Jotaká.
Basado en: Luna ve un nargle y/ se lo regala a Ronald
Era una chica rubia, de ojos saltones, cuyo su principal color era el plateado. Ella daba saltitos, por uno de los tantos pasillos de Hogwarts y su mirada era completamente soñadora.
Aquella chica era Luna Lovegood, quién buscaba por aquellos pasillos, uno de esas criaturas que sólo ella podía ver.
- ¡Al fin!-suspiró la muchacha al observar hacía al frente y encontrar lo que buscaba.-¡Un nargle!-exclamó con alegría.
La rubia dio varios saltos con las manos extendidas hacía arriba, tal y como si tratase de atrapar "algo" y cuando unió sus manos en una palmada sonrió notablemente.
- ¡Te tengo!-exclamó mientras acercaba sus manos hacía sí.- Y ahora… ¡Vamos con Ronald!-dijo la chica mientras comenzaba a recorrer los pasillos de Hogwarts buscando ésta vez una cabellera roja.
En la sala de Gryffindor, todos celebraban con cervezas de mantequilla, y alguno que otro tomaba Whisky de fuego… ¿La razón? Era muy sencilla, nuevamente habían logrado ganar un partido contra Slytherin y todo gracias a las magnificas paradas que había hecho Ronald Weasley.
Había sido un partido muy difícil, los Slytherin habían (como siempre) hecho demasiada trampa, para el gusto de los Gryffindor, sin embargo gracias a Ronald, las serpientes no habían logrado su cometido y por eso estaban celebrando, claro no sin antes pedir el debido permiso a McGonagall.
- ¡Ronald! ¡Ronald!- exclamaron varios Gryffindors con euforia.
La rubia ya se encontraba frente a la sala común de Gryffindor, por alguna razón quería regalarle aquél bello nargle a uno de sus mejores amigos.
Se posó frente a la Señora Gorda.
- ¿Contraseña?-cuestionó la mujer del retrato.
- Lealtad con tus amigos.-susurró la rubia.- ¿Ahora puedo pasar señora?-preguntó con cortesía.
La mujer del retrato sonrió.
- Por supuesto, mi niña.-dijo ésta y alzando su brazo logró que el retrato se moviera y poder darle paso a la rubia.- Qué disfrutes de la fiesta.-acotó.
- Gracias.- agregó la rubia antes de que la señora le perdiera de vista.
Luna entro a la Sala Común y en medio de un gran grupo de chicos y chicas se encontró con su pelirrojo amigo.
- ¡Hola Ron!-saludó con una sonrisa.
- Hola Luna… ¿Cómo has estado?-le cuestionó el pelirrojo con una sonrisa.
- Muy bien.-contesto la chica con simpleza. Y cómo no quería perder minuto alguno.- Toma Ron, éste es un regalo de felicitación.-dijo la chica sonriente posando sus manos sobre las del pelirrojo, él la miró extrañado… ¿Qué iba a darle Luna?- Es un nargle… ¿No es hermoso?-cuestionó, mientras separaba sus manos de las del chico.- Ten cuidado, agarro muy fuerte o…-pero su rostro se deformo un poco y posó su mirada al techo.- ¡Ronald acabas de perderlo!-exclamó la chica en un suspiro.
El pelirrojo observaba hacía todos lados; pero simplemente no veía nada, excepto personas.
-Ahora tendré que atrapar otro.-dijo la Ravenclaw de manera pensativa.-Bueno siempre me ha gustado atrapar nargles.-acotó alzándose de hombres.
El chico negó, al parecer nunca entendería a su amiga Luna.
