BASTA CON TAN POCO
Pareja: Viktor Nikiforov x Jean-Jacques Leroy
Advertencia: Este fanfic fue hecho bajo la influencia de algunos medicamentos para la gripe después de una semana agitada de trabajo, no esperen nada coherente. Seguramente contiene más OOC de los que imaginan.
Disclaimer: La obra de Yuri! On Ice, los parecidos con los capítulos y sus personajes pertenecen a Mitsurô Kubo, yo no pretendo hacerme rica con esto (pero si hubiera manera envíenme inbox).
Notas de la autora. Literalmente hace AÑOS que no publico nada que tenga que ver con… que no publico nada. Este pequeño fanfic lo hice por un reto en un grupo de Facebook que pretende regresar al viejo fandom a la vida, me resultó bastante interesante tener que meterme nuevamente en un personaje que pertenece a alguien más, si he de ser sincera, fue divertido. Espero que lo disfruten tanto como yo lo hice escribiéndolo.
¿Es posible que llegue el momento en que una estrella opaque a otra estrella? El titular de la revista, demasiado rebuscado como para prestarle más atención de la debida, no era muy difícil imaginar de qué trataba: Las fotos de él y de Jacques Leroy en la pasada competencia de patinaje, junto con un escandaloso pie que insinuaba que a él, Viktor, se le estaba perdiendo un poco de carisma con respecto a sus años anteriores.
Contrario a lo que se piensa, el hecho de estar en la cima no supone una tarea fácil, fuera de estar siempre en el blanco de las críticas por las decisiones tomadas, llegan de pronto otras personas, a veces en forma de pupilos con ganas de aprender y superar al maestro. Casi la misma cantidad de veces que llegaban otras personas a auto-proclamarse "rey".
Y es que desde la cima, puede verse todo lo que surge alrededor, aunque por conveniencia uno finja que no se da cuenta: Jean-Jacques Leroy, tenía algo más que un ego inflado por una etimología del apellido, tenía talento y determinación, una muy grande que hacía que cada vez la distancia de ambos se cerrara con cada competencia, en la que parecía poner empeño solamente en coronarse. Pero es el verdadero rey del patinaje quien tiene que elegir a la persona que le sucederá, como en toda buena monarquía; y eso era algo que Leroy debería de tener claro sin importar el tiempo que le costara.
Bastaba con ignorarlo, con no alabar sus batallas bien dadas, con no mirarlo en la pista, con sonreír amablemente ante sus bromas y retirarse, bastaba con hacerle sentir que, fuera de su club de fans, en el mundo él no era nada más que otro patinador compitiendo por un título que él había ganado.
Bastaba con hacer que se obsesionara, que dedicara más tiempo al patinaje, que dejara de lado su grupo de rock, sus miles de iniciativas, a sus fans, bastaba con dejarle pensar que podía ganarle para que lentamente se quebrara, para que buscara un alivio a su falta de atención con sus pupilos menos experimentados, para que le dedicara a él una rutina de patinaje, para que lo enfrentara cara a cara, para que le pidiera regresar.
Bastaba sólo un poco más de presión para que sólo se quebrara en un intento por ser el mejor...
Aquello era una simple lección: ni la casta ni el apellido le daban el derecho de arrebatar con una sonrisa las defensas que con tanto trabajo había erigido el verdadero rey.
