Disclaimer: Personajes y lugares de Jotaká.
Basado en: Lavender compra un collar y/ se enamora de Harry
Ocurrió en un segundo, fue tan rápido, tan especial… tan mágico.
Las vacaciones culminaban, ella y Marietta habían decidido ir al callejón Diagon para comprar lo necesario para el nuevo año escolar, hasta aquel momento todo era simplemente magnifico.
Sin embargo fue en el justo momento en que Marietta decidió adentrarse al local de los gemelos Weasley que su vida cambió, o bueno no, no fue en ese momento, sino en ese lugar que ocurría aquella maravillosa cosa, que ya sabía cómo describir: amor.
— ¡Vamos Lavender! De seguro encontraremos algo divertido…—dijo con entusiasmo Marietta, sí, definitivamente la tienda se veía fascinante, sin embargo ella le tenía cierto recelo.
Pero cedió, la mirada de su amiga podía ser muy, demasiado persuasiva.
— Bien. —contestó simplemente.
Su amiga prácticamente la había arrastrado hacía el local, verdaderamente que no tenía idea de la fuerza de Marietta hasta aquel momento, y decidió que lo mejor era guardar una nota mental, sí, eso haría: Nunca, nunca, jamás haría algo que hiciese enojar demasiado a Marietta o de lo contrario… tendría que hacerse una cirugía plástica—De esas que había leído en una muy guardada revista muggle—, y en realidad no tenía el dinero suficiente.
Fue cuando su rostro hizo contacto con ese aire de diversión que lo vio, era magnifico, estupendo, especial, maravillo, era… perfecto. Y ella era perfecta para él, sí, por supuesto que sí.
Miró a ambos lados, y no, nadie había visto la magnificencia de aquel hermosísimo collar, se acercó a él como si hubiese sido atraída con un imán, y se quedó allí, sólo contemplándolo.
— Es bellísimo…—susurró una voz a sus espaldas. Era Marietta lo sabía.
Lavender sonrió notablemente.
— Y es mío…—acotó con simpleza.
Todo estaba listo, lo tomaría, sería suyo y ella sería feliz, pero al ver la hermosura de tal pieza no observó lo que contenía cada una de sus piedras, o al menos la advertencia que dictaba: Cuidado, éste collar posee una gran dosis de amortentia, un solo toque y te enamorarás del primero (a) que veas.
Lavender tomó el collar y sonrió notablemente, lo tenía era suyo y ella sería feliz. No podía creerlo así que por eso cerró los ojos, mientras sonreía, parecía una maniática pero no le importaba, aquel collar era perfecto y ella era su dueña.
Marietta leyó las pequeñas palabras y se sorprendió.
— ¡Lavender! —exclamó.
Entonces la chica abrió los ojos.
Y lo vio, fue un solo segundo, un instante, su vida cambió para siempre.
El collar aun reposaba en su mano, pero había pasado a un segundo plano, aquello era más perfecto, más hermoso y… lo amaba. Lo conocía, por supuesto que sí… ¿Quién no habría de conocerlo?
¿Quién no conocería sus ojos verdes? ¿Su cabello azabache? ¿Su sonrisa? ¿Su historia? Sí, realmente aquel muchacho era perfecto, maravilloso… único y ella lo amaba. Lo sabía, estaba segura de ello.
Estaba enamorada de Harry James Potter Evans.
