Los personajes y sus respectivos nombres le pertenecen a Masashi Kishimoto

Cualquier parecido a la realidad es pura considencia.


Mis manos sudaban y mi cuerpo ardía. ¿Quien acaso es esta mujer? La única que puede hacer a mi cuerpo vibrar de placer y al mismo tiempo estremecerlo con odio. Acaso estaré loco. Acaso perdí mi dignidad y la cordura de la que tanto me enorgullecía. Si acaso es así, todo fue por ella. Por esa maldita y a la vez bendita mujer.

-¡Naruto!-

Naruto cerro el libro dando un suspiro.

-Mujeres-pensó, y sin más remedio fue a ver lo que su nueva conquista quería.

-¡Naruto rápido!- no dejaba de gritar la mujer de cabellos rojizos. Al entrar Naruto pudo ver una pequeña cucaracha caminando desprevenida en el baño. Sin esfuerzo Naruto la mato de un pisotón, mientras veía a la chica con cara de pocos amigos.

-Hay Naruto que bueno que estas aquí ya no...-

-Sal de aquí- la interrumpió Naruto, que ya caminaba de regreso a su habitación.

-Pero, Naruto todavía no hemos..-

-Se me quitaron las ganas, ahora hazme el favor de irte- la volvió a interrumpir Naruto. La chica estaba a punto de seguir insistiendo cuando Naruto la volteo a ver con una cara que claramente decía " vete o te mato". La chica salió del departamento corriendo y Naruto no pudo hacer más que sonreír.

-Siempre funciona- pensó y sin ningún remordimiento se acostó en la cama y volvió a abrir el libro.

Todas ellas son iguales y aún así, ella sobresale. ¿Será mi odio contra ella o contra todas? La verdad es que no tengo idea. Ella con su cara de ángel y labios de tentación.. Ella que persigue mis noches y aparece en mis días. Ella a la que no puedo dejar y con la que no puedo estar.


El sol ya empezaba a brillar y las aves a cantaban mientras Naruto seguía soñando en el tercer cielo. Lentamente abrió un ojo al sentir el calor del sol en su cara. Dando un suspiro se levantó y fue al baño. De seguro una buena ducha lo despertaría.


-Buenos días señor Naruto- una simple chica de lentes y cabellos rubios sentada tras un escritorio lo saludo.

-mm..- fue toda la respuesta que recibió de Naruto, quien no perdió tiempo en entrar a su oficina.

Ya dentro se sentó en su gran silla de piel negra y se dispuso a empezar a trabajar. Naruto trabajaba para una editorial muy prestigiosa y de gran fama internacional. El era el presidente y su puesto se lo había ganado sudando sangre. Aunque poseía sólo una pequeña parte de las acciones de la editorial, su palabra y decisiones eran tomadas en cuenta y lo respetaban de gran manera.

-Señor Naruto, el señor Hiashi lo espera en la sala de juntas- Su secretaria, Shion, le informo.

-Avisa que voy para ya- le respondió Naruto con su típico frío carácter . Esta junta era muy importante ya que, según el señor Hiashi, cambiaría el futuro de la editorial.

Al entrar Naruto pudo ver los rostros de los demás empresarios y el del dueño de la editorial, el señor Hiashi. El tomo su habitual lugar a la derecha de el dueño, quien al notar su presencia lo saludo cortésmente.

-Bueno ya que todos estamos aquí, empezare con la junta- empezó el señor Hiashi con la voz autoritaria que sólo el poseía. -Todos aquí sabemos cuan importante es el futuro de la editorial Hyuga e igualmente sabemos lo importante que ha sido el trabajo del presidente de esta editorial, Naruto, quien es como un hijo para mi-

Naruto sabía por la boca del mismo Hiashi, que el no tenía hijos. Siempre se preguntó quien sería su heredero y quien ocuparía su lugar en la editorial. En lo profundo de su ser deseaba ser el quien fuera su sucesor y sabía que lo seria, debido al modo que Hiashi se refería a el.

-Por esta y más razones he decidido poner toda mi confianza en el señor Naruto y otorgarle un cargo muy especial- Hiashi continuo. Naruto estaba ansioso de oír las palabras que tanto había deseado escuchar desde hace mucho tiempo.

-Cómo ya muchos sabrán mi hija mayor regresa hoy de Inglaterra-

-¿Hija?- pensaba Naruto -¿de que hija esta hablando y que puesto es el que me otorgara?- miles de dudas empezaron a hacerse presentes en su mente y con ansiedad continuo escuchando al señor Hiashi.

-Ella necesitará el apoyo y la dirección de todos ustedes en especial la del señor Naruto, por eso he decidido que el señor Naruto sea quien se encargué personalmente de mi hija-

-¡¿Que?!- no dejaba de pensar Naruto.

-El seguirá en su puesto de presidente juntamente con mi hija y recibirá un mayor sueldo que el actual por su cooperación para preparar a la futura heredera de la editorial Hyuga-

Naruto no podía salir del shock. El tendría que compartir su puesto con una mocosa que seguramente había vivido toda su vida en una mansión de Inglaterra. Claro, le subirán el sueldo, pero eso no compensaba el hecho de que compartiría sus días con la persona que le había arrebatado todos sus sueños.

-En conclusión, mi hija estará aquí mañana para tomar su puesto y espero que la reciban como se debe recibir a una Hyuga- finalizo Hiashi quien al despedirse de Naruto y los demás empresarios salió apresuradamente.


Ya en su casa Naruto no podía terminar de creerlo. Fue un tonto al creer que el seria el heredero de los Hyuga. Claro, todo se queda en familia. De seguro esa chiquilla se la pasaría burlándose de el y de cómo un día trabajaría para ella. Este no había sido su día.


Su piel tan suave como la seda y esos ojos infinitos que posee. No puedo entender como un ser tan bello pueda ser tan malo para el cuerpo y tan repugnante para el alma. Aunque cabe la posibilidad que no lo sea. Acaso yo estoy equivocado y ella es verdaderamente un ángel que vino a protegerme de los demás demonios. No, ella es la más endemoniada, la que juega con mis pensamientos y desecha toda lógica en mi cabeza como sí de basura se tratará. Eso, no lo haría un ángel.

Naruto quito la vista del libro y miro el escritorio al otro lado de la oficina. No podía dejar de pensar en esa hija de papi que vendría a ocupar el puesto que el con tanto esfuerzo se ganó. Nunca le daría gusto de hacerse menos ante ella. Al contrario mientras ella no fuera la dueña la trataría como a una secretaria. Ella no se podría quejar ya que ella estaba bajo su cuidado y se suponía que el la guiaría.

-Bueno al menos me divertiré haciendo sufrir ha esa babosa- murmuro Naruto.

-Conque aquí estas dobe- entro sin tocar su mejor amigo y vicepresidente de la editorial, Sasuke.

-¿Que querías?¿Que saliera saltando y aventando flores para esa mocosa?Uff ni loco-

-Pues deberías de hacerlo, con ese carácter, no dudo en que seas el primero al que despida cuando sea la dueña- respondió de mal humor Sasuke.

-Cómo sí tu tuvieras un carácter muy bonito, además si quiere que me despida. No tengo necesidad de andar de lame botas- respondió muy decidido Naruto.

-No me digas que te volverás millonario casándote con una rica- bromeo Sasuke. Esta broma hizo que a Naruto se le hicieran los ojos como platos.¿Por qué no lo pensó antes?

Era el plan perfecto. Seducciria a es a mocosa y la convencería de casarse con el. Se haría millonario y el heredero de los Huyga.

-Ahora que lo dices, si, me casare con una rica y me volveré dueño de la editorial. Me casare con la heredera de los Hyuga- exclamo muy emocionado Naruto.

-¿Te atreverías a jugar así con ella?- pregunto algo desconcertado Sasuke.

-Si, y no sólo jugare con ella sino que en cuanto me apodere de la empresa la dejare como a un trapo viejo- Naruto no sabía cuanto le costarían estas palabras.


-Buenos días señorita-

-Buenos días, tiene cita- pregunto Shion sin dejar de mirar los documentos sobre su escritorio.

-um...no estoy segura- respondió ella. Después de escapar de el montón de gente esperándola con regalos, flores, y demás cosas, no se preocupó sobre sí necesitaba una cita o no.

-Dígame su nombre y veré si el presidente la quiere recibir- le dijo Shion mientras empezaba a escribir en los documentos aún sin levantar la vista de ellos.

-Hinata, Hinata Hyuga- respondió Hinata sin preocupación.

Shion la miro por primera vez . Pudo ver con asombro esos ojos como de nieve, característicos de los Hyuga. Se levantó rápidamente e hizo una reverencia.

-Disculpe señorita Hyuga, este error no volverá a suceder- le dijo Shion con mucha preocupación.

-No se preocupe- le respondió con una sonrisa la Hyuga aunque un poco confundida.

-Por favor, pase-


-Señor Naruto-

-¿Si?- respondió Naruto algo molesto, no le gustaba que lo molestaran en medio del trabajo.

-Pase señorita-

Naruto esperaba que una mocosa entrara por la puerta. Grande fue su sorpresa al ver a una belleza de mujer entrar. Su piel era como de porcelana y sus ojos blancos como la nieve con un toque lila adornándolos aún más. Vestía como toda una mujer de negocios y en su rostro posaba una hermosa sonrisa.

-Buenos días-

-Que hermosa voz- pensó Naruto -como de ángel-

Esta sería una conquista que disfrutaría.


Entre más estamos juntos más la deseo. No debo y lo se, pero no puedo dejarla, es como una droga a la que soy adicto. Su cuerpo y sus labios no dejan mi mente. Cuanto quisiera arrancarle esa sonrisa y hacerla sentir el infierno por el que me esta haciendo pasar. Maldita sea ella y maldito su cuerpo.

Naruto suspiro y cerro el libro. Durante estos días había querido coquetear con ella y envolverla, pero sus esfuerzos fueron en vano. Ella muy apenas lo miraba y cuando le hablaba sólo era de trabajo. Pero el ya había tomado una decisión. Sería más brusco y la tocaría.

-Señor- una angelical voz lo saco de sus pensamientos.

-Ya le dije que me llame Naruto-

-Esta bien, Naruto, puede venir necesito ayuda con estos papeles-

Naruto se levantó y camino al otro lado de la oficina donde se encontraba el escritorio de Hinata. Al llegar se inclinó por detrás para poder ver mejor los documentos mientras Hinata seguía sentada. Ella noto que el torso de el estaba muy cerca de su espalda. Naruto también lo noto y no tardo en aprovechar la situación.

Su mano se posó sobre el hombro de Hinata quien se tensó al sentir el contacto. Naruto empezó a mover su mano abajo lentamente por la espalda. Hinata solo mantenía una mirada sería mientras seguía viendo los documentos. El empezó ha mover su mano adelante para poder tocar sus senos. Estaba apunto de tocarlos y su mano empezó a temblar y el a sudar.

-Señor, no creo que deba hacer eso- le dijo Hinata con un tono de enfado. Seguidamente retiró su mano sacándolo de su trance.

-Hinata, yo...-

-Señor, yo puedo ser amable y muchos me toman como fácil por eso-

-Créame que no es así- trato de defenderse Naruto aunque el sabía cuales eran sus verdaderas intenciones.

-Déjeme terminar- lo interrumpió muy molesta Hinata - Así como soy amable puedo volverme muy irritante. Le pido que guarde su distancia ya que nuestra única relación es y será laboral-

Dicho esto, salió de la oficina con los documentos para pedirle ayuda a otra persona.

Naruto solo suspiro. Ahora podría tirar su plan de casarse y hacerse millonario a la basura.

-Supongo que tendré que aguantarla hasta se valla de aquí- se dijo así mismo mientras volvía a su trabajo.


Hinata entro muy tranquila al baño. Ya dentro, cerro la puerta con llave para que nadie entrase. Se lavó la cara, que sorpresivamente estaba muy roja.

-¿Porqué?- se preguntó así misma. Toco su hombro y pudo volver a sentir esa mano y sus caricias . -¿Porqué me pasa esto?

Se estremeció al recordar lo bien que se había sentido la mano de el acariciando su hombro, su espalda, y por poco, sus senos. Le había gustado y no podía negar los latidos fuera de lo normal que daba su corazón cada vez que lo veía. Cada vez que el le coqueteaba o le regalaba una de sus seductivas sonrisas, su corazón se volvía loco y tenía que hacer su mayor esfuerzo para no sonrojarse.

-Esto está mal, yo vine a trabajar no a conseguir novio- se decía a ella misma tratando de convencerse.

Por más que lo negara, ella lo deseaba desde la primera vez que lo vio. Pero ella sabía que no sólo era atracción y eso era a lo que le temía. No quería llegar a sentir eso por el. Algo le decía que no debía enamorarse de el. El no era bueno para ella como ella no sería buena para el.

Continuara...