28 de Junio, el sol brillaba en su mayor esplendor. Perfecto para todos los ciclistas que se reunían con gran emoción.
La primera competencia de la temporada de verano había dado inicio. Con un maillot negro con líneas gruesas horizontales en azul y morado, su bicicleta RIDLEY en las mejores condiciones y su característica diadema, Jimpachi Toudou no podía estar en mejor forma.
Al igual que muchos otros corredores se preparaba para la carrera, pero algo en él resaltaba. Y no, no era su llamativo estilo o su "encanto", como él lo llamaba; lo que llamaba la atención era un pequeño niño parado a su lado. Su nombre era Manami Sangaku, tenía tan sólo 5 años y era hijo de Toudou.
Sus cabellos eran de un hermoso color azul, idénticos al cielo en sus ojos; llevaba una bonita playera blanca con el dibujo de un delfín, un pantalón kaki y una pequeña mochila azul con el bordado de dos alas en la parte trasera. A ojos de todos era un angelito, sobre todo por su hermosa sonrisa, la cual prevalecía a pesar de en ese momento estar un poco cansado de los cuentos de su padre.
Sangaku daba pequeños saltitos en su lugar, mientras Toudou le decía por décima vez que él ganaría sin duda la montaña, porque dios lo había bendecido no sólo con belleza y una gran personalidad, sino también con una habilidad innata para escalar.
Cualquiera pensaría que Sangaku desde hace mucho había dejado de escuchar y de hecho así era. Sus ojos vagaban por todo el lugar, haciendo uso de su habilidad casi innata para mantener su cabeza dispersa, o por lo menos lo fue así hasta que noto algo que llamó su atención. Sus ojos se abrieron atentos por primera vez desde que Toudou había comenzado a hablar y se levantó incluso un poco de puntitas para lograr ver más lejos -Sakamichi...- murmuró suavemente, llamando la atención de su padre, que detuvo su discurso para mirar a su hijo.
- Sí, así es, papá ganara la montaña- dijo con gran alegría y orgullo Toudou, pero rápidamente Manami negó.
-Sakamichi-kun- señaló a un punto fijo y Toudou tuvo que darse la vuelta para ver a qué se refería su pequeño.
Ahí, en medio de la multitud había un pequeño llorando. No parecía tener más de 5 años al igual que Sangaku y lo que más resaltaba en él eran unas enormes gafas redondas.
-¿Lo conoces Sangaku?- no pudo evitar preguntar Toudou sorprendido, notando el evidente hecho de que su hijo conocía el nombre del pequeño.
Sangaku asintió suavemente -Somos compañeros en el jardín de niños-
Toudou miró al pequeño un par de segundos más, sólo para percatarse de que no había ningún adulto cerca del pequeño. Tal vez había pasado algo, así que decidió acercarse con intención de ayudarlo.
-¿Te encuentras bien pequeño?- le preguntó haciendo uso de la mejor sonrisa que pudo poner, pero en cuanto hablo el niño comenzó a llorar más fuerte, estirando su camiseta amarilla para limpiar sus lágrimas. La sonrisa de Toudou flanqueo un segundo, nervioso, pues después de todo, las personas atractivas no hacían llorar a los niños, pero ese en especial no dejaba de llorar desde que se había acercado.
-Creo que él dice que está perdido - habló al fin Sangaku, tirando un poco del maillot de su padre para que le prestará atención.
-¡Oh!, ¡Grandioso, tú puedes entenderlo! - dijo Toudou aliviado, sobre todo porque el pequeño parecía haber reaccionado al ver al otro infante, reduciendo un poco su llanto.
-Ma-Manami-Kun...- dijo el pequeño aún entre pucheros, intentando limpiar sus lágrimas.
-¿Sakamichi verdad?, ¿Estás perdido?- volvió a intentar Toudou cuando noto al pequeño un poco más tranquilo, agachándose un poco para hablar con el pequeño y que no se asustara- Yo soy el padre de Sangaku, no te preocupes, no te haré daño, voy a ayudarte- Le aclaró al pequeño, que suavemente asintió como respuesta- ¿Venías con tus padres?, ¿Dónde fue la última vez que los viste?- Jinpachi intentó volver a hacer uso de su técnica "sonrisa deslumbrante", pero aunque esta vez el pequeño no rompió en llanto, si retrocedió intimidado, hipando un poco.
-Mh..Pa-papá...- fue lo único que consiguió sacarle al niño, que tan sólo con decir aquel nombre comenzó a llorar de nuevo.
-¿Papá?, ¿Viniste con tu papá?, ¿Cuál es su nombre?, ¿Cómo luce?- Toudou no perdía las esperanzas de sacarle algo más de información al pequeño. Pero no tenía caso, el niño no dejaba de llorar, cada vez con más y más fuerza. Era un callejón sin salida, parecía que cada que pensaba en su padre sus lágrimas salían con más fuerza.
Sangaku también lucía preocupado, hasta que una idea pasó por su cabeza -¡Ya sé!- dijo animado, llamando la atención de tanto su padre como la del otro menor. Rápidamente quitó su mochila de sus hombros y sacó un par de cosas de ella. Se trataba de una libreta y un paquete de crayolas - Sakamichi-kun, ¿Podrías dibujarnos un retrato de tu padre?, si tenemos uno podríamos encontrarlo más fácilmente -
El llanto del pequeño no se detuvo del todo, pero pareció animarse con la idea de encontrar a su padre pronto, por lo que simplemente asintió, tomando el paquete de crayolas y agachándose al suelo para dibujar.
Lo primero que le llamó la atención a Toudou fue que el primer color que el pequeño eligió fue el verde; creyó que sería para la ropa o incluso para sus ojos, pero grande fue su sorpresa cuando el pequeño comenzó a dibujar una especie de algas verdes. Sakamichi tomó un par de crayolas más y el resultado final fue un ser de cuerpo largo, cabello verde como las algas y cara larga. El pequeño levantó el dibujo y se lo mostró a Toudou quien sin más lo tomó.
-¿Él es tu papá?- preguntó con esperanzas de que el pequeño le dijera que era una broma y que en realidad la persona en los dibujos era algún personaje de caricaturas, pero el pequeño Sakamichi sólo asintió, sonriendo por primera vez.
Toudou suspiro y volvió a ver el dibujo, al menos sería fácil identificar al padre, alguien tan... "excéntrico", no pasaría desapercibido.
-Muy bien, entonces vamos a buscarlo- le dijo al pequeño, que pareció animarse un poco más.
Manami tomó a su padre de la mano y Sakamichi dudando un poco tomo la mano de Manami, dándole a entender a Toudou con su pequeña sonrisa que se sentía mucho más tranquilo de esa forma-Primero vamos a buscar entre el público - dijo con media sonrisa el mayor, llevándose consigo a los pequeños.
Comenzaron la búsqueda entre la multitud de gente que había venido a ver la carrera. Toudou se acercaba a las personas y preguntaba con la mejor sonrisa que podía "¿A visto a este sujeto?", mientras por su parte Sakamichi levantaba el dibujo lo más alto que podía para que la gente lo viera bien; pero en realidad no era un método tan efectivo, pues hasta ahora todos habían negado apenas veían el dibujo.
Unos cuantos minutos pasaron y Toudou comenzó a preocuparse, sobre todo al escuchar por los parlantes que la primera de las competencias en el circuito terminaba, esa misma donde Fuku y Arakita habían participado. Estaba apurado, la carrera de velocidad donde participaba Shinkai estaba por comenzar y después de esa era el turno de su carrera, ¿Qué se supone que haría si aún no había encontrado al padre del niño?
En medio de toda su crisis se le ocurrió una idea y luego de haber terminado de revisar al público en la meta, decidió ir a buscar refuerzos.
Tomó a ambos chicos de las manos y se fue en dirección a las carpas, si Fuku y Arakita lo ayudaban sin duda encontraría a los padres.
A paso apurado llegó y luego de buscar un poco a sus amigos entre la multitud los encontró, ambos desplomados en un par de sillas, aún sudados y reponiendo líquidos.
-Chicos- saludó rápidamente yendo hacia ellos; ambos no se extrañaron, creyendo que venía a dejarles a Manami como de costumbre, pero se dieron cuenta que no era así cuando prácticamente se abalanzó contra ellos mostrando el dibujo -¡¿Han visto este sujeto?!- hizo la misma pregunta que llevaba haciendo todo el día.
Arakita, que era relativamente propenso a molestarse con tan sólo escuchar la voz de Toudou, enfureció al verlo tan cerca y alborotado-Maldita sea Toudou, ¡¿De qué hablas?!, ¡¿Qué clase de insecto extraño es ese?!- gritó a penas vio la imagen, para segundos escuchar un fuerte llanto a espaldas de Toudou.
Arakita se sobresaltó, buscando a Manami con la mirada, sólo para encontrarlo tranquilo a un lado de su padre. Volvió a buscar y finalmente Toudou se hizo a un lado, negando un poco con la cabeza con desapruebo - Este chico es Sakamichi, es compañero de Sangaku y está perdido- dijo una vez estuvo seguro que Arakita había visto al niño - Ese "insecto", es un dibujo que hizo de su padre para que lo ayudaremos a encontrarlo-
Arakita frunció el ceño al darse cuenta de que la había cagado, pero aun así Toudou no dijo nada, porque a pesar de que no lo pareciera sabía que su amigo se estaba sintiendo seguramente muy mal.
Arakita puso mala cara y un segundo después de lo que pareció un conflicto interno, intentó forzar una sonrisa, misma que aterraba más de lo que tranquilizaba - Lo lamentó... - dijo intentado acercarse a Sakamichi- ¿Cuál es el nombre de tu papá?, ¿Te ayudaré a buscarlo?- nadie dudaba que Arakita seguramente estaba haciendo su mejor esfuerzo, pero en lugar de tranquilizar al pequeño sólo lo hizo llorar más fuerte, mucho más fuerte de lo que había llorado en las últimas horas, tanto que varios ojos curiosos se giraron a verlos.
Toudou sonrió sintiéndose mucho mejor, al menos Arakita lo había hecho llorar mucho más de lo que él lo había hecho y eso de alguna manera era satisfactorio-Aparta Arakita, lo asustas- dijo empujando sin reparo alguno a su amigo y colocándose frente al pequeño - Deja que yo me encargué- Sonrió un poco y acarició suavemente la cabeza de Sakamichi- Tranquilo pequeño, ¿Ese horrible sujeto sin tacto te asustó?, no te preocupes, como castigo lo obligaremos a buscar a tu padre- Arakita frunció el ceño, no tanto por la parte de ayudar, porque él ya pensaba hacerlo desde un principio; si no por la forma en que hablaba Toudou de él.
Por su parte Sakamichi no parecía muy seguro, ese tipo lucía tan aterrador, que seguramente si lo obligaba a hacer algo se lo comería. Busco a Manami con la mirada en completo pánico y cuando lo encontró el de pelo azul sólo le sonrió.
-No te preocupes, el tío Arakita-san tal vez luce aterrador, pero no es malo - dijo Manami con una suave sonrisa, tomando la mano de Sakamichi.
Eso a Sakamichi lo animo. Si Manami decía que era un buen sujeto, entonces lo era. Por lo que con un poco más de valor asintió suavemente, volviendo a limpiarse las lágrimas.
-¿Como se llama tu padre?- preguntó Fuku que hasta ese momento se había mantenido fuera de la conversación.
Sakamichi dio un pequeño salto, porque ese tipo también daba miedo; aunque nada comparado al sujeto que llamaban Arakita -Ma-makishima Yuusuke- respondió el pequeño por primera vez, tirando un poco de sus propias mangas en un gesto nervioso.
-Makishima...Yuusuke-repitió el nombre Toudou, porque hasta ahora Sakamichi jamás lo había mencionado; había intentando que se lo dijera, pero el pequeño no hacía más que romper en llanto siempre que le preguntaba por su papá.
-Entonces busquemos a este tal Makishima -Hablo esta vez Arakita, tomando el dibujo para verlo más a detalle. Se le ocurrían un montón de comentarios que podía hacer sobre ese sujeto, pero se los guardo para evitar volver a hacer llorar al pequeño.
-Entonces en marcha, deberíamos preguntar a los organizadores, tal vez ellos sepan si han reportado a un niño como perdido- Propuso Arakita, Fuku también se incorporó.
-¿Qué pasa con tu carrera Toudou?, ¿No deberías estar preparándote?- preguntó Fuku y Toudou sólo pudo hacer una mueca.
-Lo sé...-Respondió contrariado - Pero simplemente no puedo dejar al niño solo- Arakita y Fuku se miraron uno al otro antes de regresarle la mirada a Toudou.
-Tú ve a prepararte, nosotros nos encargamos- dijo Fukutomi dándole seguridad.
-Aunque estuvieras aquí, sólo estorbarías, así que vete y gana la maldita montaña para variar- Aunque el tono que Arakita utilizó lo molestaba, Toudou sabía que esa era su forma de dejarle en claro que todo estaría bien, que ellos podían encargarse.
Toudou lo dudo un momento y entonces sintió un pequeño tirón en su ropa, era Manami, que aún sostenía a Sakamichi de la mano -Yo cuidaré a Sakamichi-kun, tú gana la carrera papá- dijo el pequeño y eso si que le dio seguridad a Toudou, que dejó escapar una de sus características risas.
-Bien, entonces yo me encargaré de reclamar la cima de la montaña-hizo una pose victoriosa completamente inspirado -Fuku-chan, Arakita, cuiden de Sangaku y Sakamichi- y sin perder tiempo se fue corriendo con seguridad.
Arakita y Fukutomi se quedaron a solas con los 2 pequeños e inmediatamente después de que Toudou se fue Arakita soltó un suspiro, mirando de nueva cuenta el dibujo.
-¿Entonces Fuku-chan?, ¿Cómo haremos para encontrar a este escarabajo verde?- le preguntó a su compañero, notando enseguida la temblorosa voz de el pequeño y siendo concierne de que de nueva cuenta la había cagado.
-Pa-papá no... No es un escarabajo - Dijo el pequeño levantando la voz, aterrado de muerte y con los ojos en blanco, pero levantándola al fin de cuentas.
Arakita se maldijo a sí mismo y a esa maldita manía que tenía de decir todo sin filtro. Se dispuso a disculparse, pero el pequeño habló primero.
-No-no es un escarabajo... es una araña- corrigió para sorpresa de todos los ahí presentes.
