Mi nombre es Hisana vivo en el distrito numero de el rukon gai "Inuzuri" desde que aparecí en este lugar con mi pequeña hermana Rukia mi vida han sido muchos problemas este lugar esta lleno de maleantes y borrachos a veces simplemente no sé que hacer para poder alimentarla ella se enfermaba muy seguido, un día estaba tan desesperada que decidí dejarla fuera de una casa pensé que estaría mejor con otra familia que conmigo esta acción marco mi alma para siempre pues no podía sacar el remordimiento de mi cabeza por mas que trataba de encontrar. Los pros de la situación ella era la única familia que tenia y la abandoné…

Pasado un año no la había vuelto a verla, yo había estado viviendo en diferentes distritos trabajando de sirvienta cocinera y muchas cosas, tratando de juntar algo de dinero para poder algún día ir por mi hermanita y traérmela ¡aun en contra de sus nuevos padres!. No pasaba un día ni una noche sin pensar en ella en como estaba si comía bien si estaba sana y bien cuidada.

Recuerdo una vez que tuve un sueño en el que ella fallecía por que nadie nunca la recogió de donde la deje me desperté llorando a todo pulmón gritando "en donde esta mi pequeña Rukia" perdí 5° empleo por eso.

Una soleada mañana de domingo recibí la noticia de unas compañeras que unos adinerados nobles estaban buscando sirvientas en la plaza del distrito así que Salí corriendo hacia allá, éramos barias muchachas formando una línea como si fuéramos objetos de un aparador de tienda mientras que las personas de esa familia nos examinaban leían nuestra carta de recomendaciones. Se trataba nada mas y nada menos que de la familia kuchiki una de las casas nobles mas importantes de la sociedad de almas. En ese momento un joven alto, guapo, con el cabello oscuro y una mirada muy seria se acercó a mi levanto mi mirada y me pregunto.

-¿por qué has tenido tantos empleos?-

-pues veras…- no sabia como responder- es que siempre trato de buscar donde me paguen mejor-

-eres muy exigente entonces?-

-no no no es solo que para las cosas que me ponían a hacer siento que era muy poco-

-¿y por qué te despidieron de tu último empleo?-

-es que… bueno… pues…- su mirada era tan amenazante que me hacia titubear.

-no importa. Oto-sama creo que se quien nos será útil-me miro fijamente-recoge tus cosas vendrás con nosotros-

-pero si Hisana-chan no sabe hacer nada bien- las envidiosas me trataban de echar tierra*. (Expresión que se usa en mi ciudad para decir que están hablando mal de ti por que te esta yendo mejor)

-pero aprenderá- me sonrío, sentí como si esa capa de hielo sobre él se hubiese derretido con esa cálida sonrisa.

-s-si-

Después de ese día me mude a la mansión kuchiki en el sereitei el hogar de los shinigamis.

Continuara…