Título: Canciones.
Disclaimer: Todo lo que reconozcas como el mundo de Harry Potter es propiedad de J.K. Rowling. Propiedad mía es la trama y algunos cuentos perdidos en algún blog por ahí. La canción pertenece a 4 non blondes.
Este fic (y las siguientes viñetas) participan de la primer, e inigualable, y fantástica y FANTABULOSA (amo esa palabra) DRAMIONE WEEK del foro "El Mapa del Mortífago". Empecé por la prompt "Clases de vuelo *tsk, obvio*
Advertencia: a pedido de las lectoras, pondré al final de cada capítulo la canción que dio origen al drabble.
Sin más los dejo con la lectura, ¡disfruten!
…
"Mi vida sigue,
tratando de levantar esta gran colina de esperanza,
para encontrar un destino"
…
—Es una maldita escoba, súbete.
Hermione Granger tenía una costumbre que muy pocas personas sabían de ella. Cuando los nervios y la impotencia de no saber hacer algo la atacaban, ella hablaba sola. Y no eran una o dos palabras, eran verdaderos monólogos con palabrotas. Palabrotas que no eran apropiadas para una señorita.
—¡Y qué mierda! ¿Desde cuándo soy una maldita señorita? — despotricó contra la inocente escoba que seguía en el suelo
Aunque ya hacía tres semanas que habían comenzado las clases, el verano insistía en quedarse por esos lugares. Así que los alumnos no hacían otra cosa que quejarse por el pegajoso calor y llorar para que el invierno llegara.
Pero ese año no era un año cualquiera. Era el año siguiente a la culminación de la batalla en Howgarts. Muchos alumnos no volvieron a pasar las puertas, otros decidieron no volver allí y muchos otros como ella, quisieron terminar sus estudios.
Pero Harry y Ron no escogieron como ella. Ron dijo que él no volvería al castillo y Hermione podía entenderlo. En algún pasillo remodelado, George había muerto. Harry aceptó la oferta del Ministerio en adelantar sus estudios como Auror.
Pero ella… ella tenía otros planes. Quería terminar sus estudios, quería cerrar una etapa. Quería volver al castillo y saber que podía seguir adelante luego del dolor, la sangre, la muerte. De las cicatrices y de la sangre podrida. Quería saber que podía seguir en ese mundo que la había escogido.
Pero allí…sola… a veces sentía que le faltaba algo y comenzaba a sospechar que podían ser Harry y Ron. Así que contra todo pronóstico, ese fin de semana cuando todos estaban ocultos tras las frías paredes del castillo, ella estaba en una lomada algo alejada del castillo, con su cabello recogido en una pesada y desprolija coleta y una escoba en sus pies, intentando volar.
Porque para sus dos mejores amigos volar era casi tan importante como respirar. Ellos eran felices allá arriba y luego de todo lo que pasaron, Hermione notó que volaban con algo más de frecuencia. Ella no hacía muchas preguntas, prefería verlos sonreír antes de verlos con ojos apagados.
Ella no entendía que tenía el volar y quería entenderlo. Quería sentir a Harry y a Ron con ella. Así que, aprendería a volar. Era fácil, ¿no? Ella aprobó los exámenes de clase de vuelo… aunque fue por exámenes teóricos y no prácticos, porque resultó ser que era totalmente inútil volar.
¡Pero es que había una gran razón! Algo que nadie sabía. Ni siquiera Ginny, o Neville quienes eran sus más fieles confidentes.
Hermione Granger le tenía terror a las alturas y era algo que no podía ni confesar ni superar.
Sin embargo, además de ser Premio Anual, chica súper valiente, el gran cerebro detrás del trío dorado, la perfecta hija Granger, la chica de ojos avellana era por sobre todas las cosas testaruda.
Iba a aprender a volar. Costara lo que costara.
—¡Arriba! — gritó desquiciada y sacudió su pie contra el suelo en un impulso infantil.
Aspiró el aire con fuerza y se sacó del rostro algunos rizos rebeldes que insistían es escaparse de su improvisado peinado.
—¡Arriba, maldito pedazo de madera podrida, ARRIBAAAA!
—Granger diciendo palabrotas, eso es toda una novedad.
La muchacha se detuvo de un movimiento seco al escuchar la voz de alguien demasiado conocido. Pero desde que habían comenzado las clases, él no siseaba más. No, desde hacía mucho tiempo más él no siseaba.
Alzó sus ojos y lo vio, con la camisa arremangada hasta los codos, su cabello despeinado (sin la gomina es sexi… espera, ¿dije sexi?) las manos en los bolsillos del pantalón oscuro y una sonrisa diminuta en sus labios.
Ella alzó una de sus manos y escondió el maldito cabello detrás de su oreja.
Él la intimidaba. No era como antes. Él había cambiado. Estaba callado, estaba solo, danzaba por la oscuridad sin temor a que lo vieran. Él estaba más allá que acá y ella lo notó.
Él la intimidaba porque ahora no la insultaba, no la perseguía. Ahora la saludaba con un movimiento de cabeza, ahora él no se cruzaba en su camino para molestarla.
Él había cambiado.
—¿Qué quieres? — preguntó algo hosca, a pesar de esta vez, su monologo interno.
Él alzó los hombros. No contestó. Solo la miró. La caló con esos ojos grises haciéndola sentir pequeña.
Hermione bufó y atinó a agacharse para recoger la escoba e irse cuando la voz, suave y seria de él la interrumpió.
—Arriba.
Y la muy maldita escoba se levantó delicadamente como si acudiera al llamado de una sirena. Bueno, Malfoy era todo menos una sirena. Pero era la única comparación que tenía en mente.
—¿Cómo…
—Ella sabe que la detestas. Jamás te hará caso.
La castaña lo miró. Quiso abrir la boca pero él caminó hacia ella y en silencio, se montó en la escoba. Hermione quiso chillar cuando casi podía oír ronronear al pedazo de palo ese por tener a Malfoy encima. Bueno, ella había escuchado de las féminas del colegio, antes de la guerra, que tener a semejante espécimen encima era lo mejor que les había sucedido.
"Hace magia con sus dedos… ¡y su lengua!"
—Es mi escoba— murmuró entre dientes y los puños apretados, un poco más acalorada de lo necesario.
—Lo sé. Súbete.
Los ojos de la chica se abrieron con sorpresa. ¿Ella, subirse a una escoba con Malfoy? Quiso gritar al mundo y preguntar si todos allí se habían vuelto locos. ¿Ella, en la escoba con Malfoy? ¿Enserio? ¿Es que querían que ella…
—No te mataré Granger. Tampoco te morderé, digo.
Y esa maldita sonrisa de lado que lo hacía ver un poquito más como antes. Pero ella sabía que había cambiado y no entendía como conocía aquel detalle.
—Claro que no.
—¿Por qué no?
—¿Por qué me hablas?
—Porque ambos estamos solos.
Hermione quedó pasmada por la respuesta. Sintió que un balde de agua caía sobre ella por lo que él había dicho. Porque él tenía razón. Ella se sentía sola y él la había visto.
—Y aparte, verte despotricar contra la pobre escoba me ha hecho compadecerme de ella.
La muchacha rodó los ojos ante el sarcástico comentario del rubio pero siguió en su lugar.
—¿Nunca volaste?
—Sí— contestó automáticamente— en un hipogrifo.
Él río brevemente.
—Ahora entiendo porque le temes. Súbete.
—¡No le temo! — exclamó de repente pero esquivó su mirada, dando así la respuesta correcta.
—Si tú dices.
Ella murmuró palabras por lo bajo haciendo que él comenzara a perder la paciencia. Movió sus manos intentando inventar una excusa pero su orgullo se lo hacía difícil. Ella quería saber lo que era volar y alguien se ofrecía a ayudarla pero… ¡hablamos de Draco Malfoy! Él amagó con bajarse de la escoba cuando ella chilló, haciéndola saltar a sí misma por lo estridente que sonó su voz.
—¡Detente! Lo haré.
Él se detuvo. Sujetó su agarre a la escoba y la miró, esperando que se subiera a la escoba. Ella titubeó unos segundos y con pasos apresurados se acercó hasta él y con algo de indecisión levantó su pierna y se montó a la escoba. Literalmente, la sentía ronronear bajo sus muslos.
—¿Qué se supone que debo hacer? — preguntó con un ligero temblor en la voz.
—Disfrutar— contestó él— y sujetarte.
Ella ahogó un grito en la espalda de él (que era ancha y firme y parecía una almohada) y enredó sus brazos en su torso con algo de violencia haciendo desestabilizarlos por unos segundos.
Estamos hablando de Hermione, algo así como una Reina del Drama y si se lo preguntan, ella podría asegurar que en ese instante terminarían contra el suelo. Pero no pasó nada de eso. La brisa golpeaba su rostro con delicadeza y definitivamente no se habían estrellado contra el suelo.
—Abre los ojos Granger.
¿Cómo sabía que los tenía cerrados?
Ella lo obedeció sin saber muy bien por qué. Lo primero que vio fue el cabello platinado de él y luego celeste.
Celeste infinito, celeste hermoso, celeste, celeste, celeste. Sintió el aire en su rostro y pudo ver segundos después absolutamente todo. Las colinas, el castillo, el bosque prohibido, el lago, los ríos. Draco aceleró un poco y la hizo reír cuando atravesaron una nube con algo de fuerza.
Y mientras veía como todo se hacía pequeño, una canción se le vino a la cabeza. Era una canción que sus padres solían escuchar en las radios muggle, una canción que estuvo de moda hacía unos años y que ella tarareaba seguido.
Y sin pensarlo mucho, su voz fluyó sin permiso ni vergüenza. Comenzó a cantar primero bajito, casi en el oído de él. Su agarre se había aflojado, y una sonrisa amenazaba con desgarrar cada músculo facial. Sus manos subieron y se aferraron a los hombros de é. Lo sacudió levemente, haciendo que la escoba zigzagueara y ella sintiera un cambio de aire agradable.
De alguna manera, ella sabía que él la mantendría estable. Que él la mantendría a salvo.
Y cuando llegó el estribillo de la canción, ella comenzó a gritar.
— "And I say, hey hey hey heyAnd I say, hey hey hey hey "
Y podía llegar a jurar, que oyó como el río brevemente y ella podría jurar una vez más, que era lo más hermoso que había escuchado en mucho tiempo.
— "I said hey, what's going on?ooh, ooh ooh "
—Cantas terrible, Granger.
Sin embargo ella siguió. Y no paró hasta que él aterrizó sobre el suelo y el sol se había escondido hacía unos minutos detrás del horizonte. Ella había pegado su mejilla en su hombro y seguía tarareando bajito.
Y entendió por fin, que significaba volar. Y también entendió, que ese día algo había cambiado en ella. Y que algo había cambiado entre ellos.
Y la verdad no le importaba si él era Malfoy y ella era ella.
Lo miro a los ojos y le sonrío. Él asintió con la cabeza y se fue de allí, perdiéndose entre los pasillos del castillo.
— "For a destination" — tarareó antes de continuar con paso calmo, su camino a la Torre de Premios Anuales.
Si ustedes me vieran en este momento se reirían. Estoy un poco deprimida porque hice mi tarea del taller literario, hice tarta de manzana y la doctora me atendió demasiado tarde para llegar al taller. Así que no fui nada. Nadie leerá mi cuento (más que mi hermana) y yo acá me estoy comiendo mi tarta de manzana con un poco de vodka de frutilla escuchando "Torn" de Natalie Imbruglia. Y por supuesto, mi gatita Umma a los pies y mi hermana Leslie acostada a mi lado.
Sí, dicen que soy una DramaQueen. No me importa. Soy feliz así.
¡YA SÉ QUE TENGO TODOS ESOS FICS EN PROGRESO Y REALMENTE LO SIENTO! En realidad, no están siendo buenos días y el foro me ha llegad como anillo al dedo porque me río y escribo cosas que me mantienen alejada de la maldita rutina y todas esas cosas que me asfixian.
Este será un fic con drabbles, cada uno con una prompt diferente. Ya verán porque se llama "Canciones" ;) (no es difícil adivinar pero el suspenso me gusta)
¡Ba bai girls!
Canció: What's up?-4 Non Blondes.
