Disclaimer: Los Akatsukis no me pertenecen, son de Kishikishi.


.Celocito.

Cerró la puerta de la habitación de un portazo. Su enojo se le nota bastante.

— ¿Cuántas veces tengo que decirte que fue un accidente?

—Hasta que te canses, porque no te creo, joder.

El mayor suspira con pereza. ¿Qué parte de la palabra fue un "accidente" no entendía?

—Y eso lo de "accidente"… ¡Eres un mirón! ¡Un viejo verde! —lo señala con el dedo acusándolo. — ¡Y aun peor! ¡Mirabas a la rubia esa en mi presencia!

—Oye, yo no tengo la culpa que se ande paseando por el pasillo en calzoncillos.

— ¡Pero la miraste! Por Jashin sama… ¡¿Qué tiene ella que no tenga yo?!

—Bien Hidan, quítate de la puerta. —se acerca al albino que se encuentra tapando la puerta del cuarto. Sin embargo, no lo deja pasar, fulminándolo no de muy buena manera con la mirada. —No seas idiota, no podemos pasar una vida entera discutiendo sobre esto.

—No me interesa. Solo quiero saber por qué la miraste.

¿Por qué me haces la vida tan difícil Hidan? —se lamenta internamente. —Dime. Cuando vamos hacer misiones… ¿Acaso tú no miras para al lado?

—Eh… Tch. Sí, pero no cuando tú estás.

—Es lo mismo. No seas tan estúpido de lo que ya eres, si yo solo te quiero a ti. —lo ultimo dicho se lo susurró al oído, haciendo que las mejillas del ojivioleta tomaran un color carmín suave. Luego endereza su cuerpo. —Ahora… ¿Te puedes correr? —le hace señas para que se haga a un lado de la puerta. El menor le hace caso dirigiéndose hacia adelante. Acto seguido el moreno abre la puerta.

—Kakuzu. —el susodicho detiene el paso antes de salir y cerrar la puerta. Da media vuelta. —También te quiero.

Él sonríe tras la máscara. —Lo sé. Y am… ¿Te fijaste en lo ajustado de los calzoncillos de la rubia? —dijo reflexionado.

En ese preciso momento el jashinista coge su guadaña. Kakuzu se percata de eso y rápidamente sale de la habitación cerrando la puerta antes de que su compañero lo haga sacrificio. La guadaña queda incrustada en la puerta.

Hidan ardía de furia y de celos.

— ¡¡¡Ni se te ocurra volver a entrar, ya que serás viejo muerto!!! ¡¡¡Joder, Kakuzu!!!

Desde el otro lado de la puerta…

Joder, Hidan.


N/A: La rubia, es Deidara. Te preguntaras ¿Qué hacía en calzoncillos en medio del pasillo? Venía saliendo del cuarto de Tobi/Madara XD (Te lo dejo a imaginación) No tengo idea si está bueno, a mi me gusto, siempre quise ver a Hidan celoso de su tesorero.

Entre más reviews dejan, un Osito estará feliz. Y si no, un León se lo comerá. ¿El Osito no tiene la culpa de nada verdad? No creo que lo dejen morir en las malvadas garras del León.