"Buenas acciones."

Vegeta estaba furioso. Era un juego de chiquillos, una estupidez. Tenía que haber realizado una buena acción antes de que terminara la noche o de lo contrario sólo ese insecto recibiría un regalo. Pero él no era de esa clase de personas y hacer una buena obra iba en contra de su código.

Bien, se daba por vencido, la noche terminaba ¡Maldito Kakarotto! Volvía a ganarle.

–Esto es para ti –dijeron en casa, aunque con cierta interrogante.

"Por salvar la Tierra. ¡Feliz Navidad, Vegeta!".

–¡Ja! Te vencí, Kakarotto –exclamó con orgullo el príncipe.

Bulma sonrió a sus hijos.