«I love her»
Todito aquí es de Sui Ishida.
Summary:
Haise ya no la quiere. —le atrae, piensa en ella, algo dentro de él palpita— Pero cuanto la quiso. Ya no la ama, eso es seguro. Pero tal vez la ama. Otra vez. Touken. Drabble.
#Notasquetodosaman(?):
Haise pensando en Touka en el last chapter of Tokyo Ghoul hizo MI DÍA.
—o—
"La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."
Le agrada esa frase, tan simple y ordinaria como una taza de café. La leyó en un libro hace años, no recuerda el nombre ni el autor pero le agrada. Y tal vez ahora que las cosas cambiaron tanto puede comprenderla un poquito más.
La noche está estrellada, sí, —más fría, más oscura, más solitaria— mientras sus pasos atraviesan Tokio por encima de los edificios, el congelado viento invernal agitando su cabello albino. No sabe qué está haciendo, no comprende por qué no logra detenerse cuando hay muchos asuntos que tratar junto a su nuevo grupo, asuntos mucho más importantes que malgastar sus horas sobre los edificios de la ciudad mientras vaga hacia la nada misma. Kaneki no sabe lo que hace hasta que su mirada persigue multitud de personas allí abajo y entonces entiende que, inútilmente, está buscándola.
(pero nunca parece encontrarla)
La quiere —no, la ama— y a veces ella también lo amó.
Como cuando era Julio y Kaneki alzó los ojos hacia el cielo murmurando un débil ah, ya estamos en Julio —ya es su cumpleaños— y Touka recibió su llavero de conejo, corriendo hacia la calle para encontrarlo; la emoción y el nerviosismo plasmados en su mirada mientras se desvanecían al notar que no había nadie ahí (otra vez estaba sola), permaneciendo inmóvil durante minutos esperando algo que jamás llegó —incluso si ese algo estaba allí, entre las sombras de un edificio envuelto en una máscara de melancolía—.
Durante noches brumosas y congeladas él la sostuvo entre sus brazos durante un efímero instante (estás tan lastimada), y entre jadeos entrecortados y labios entrecerrados Touka susurró su nombre —Kaneki— y eso fue suficiente para él. Ella lo amaba. Y, algunas veces, él también la amó. Pero pensar que no —jamás— la tuvo, saber que la perdió completamente, indudablemente (para siempre) es, tal vez, demasiado. Lo es. Pero él ya no lo recuerda.
Haise ya no la quiere (le atrae, piensa en ella, algo dentro de él palpita). Pero cuánto la quiso. Ya no la ama, eso es seguro.
Pero tal vez (aún) la ama.
Otra vez.
Este fic está basado en el hermoso poema 20 de Neruda, uno de mis escritores favoritos. Lo estaba leyendo el otro día así de repasada y pensé en Touken (?) así que tomé algunas partes para describir, pues, el amorsh que se tienen estos dos reforzando así el hermoso canon que SE es real (?)
Hace mucho no escribía drabbles. Los amo -dibuja corazones-
¿Reviews, gente hermosa?
—Mel.
