CODE: PURGE
Este fanfic ha sido presentado
por Dimitrix Enterprises
y Dimitrix Inc.
Hace 10 años en Estados Unidos
se inicio la Purga Anual.
Una noche al año, el crimen es legal.
Ese fenómeno se convirtió en un éxito que cambio America.
7 años después, el resto del mundo
quiso también una Purga Anual.
Y el primero de todos en el resto
del mundo fue Europa.
3 años de Purga, convirtieron Europa
en el mismo éxito que America.
Y continúa haciendose.
Larga vida a los fundadores de la Purga,
que con sus actos de
violencia y misericordia
crearon una nueva nacíon.
FRANCIA: 3 HORAS PARA LA PURGA
Un chico rubio con camiseta verde, con chaqueta verde y con pantalones tejanos de color marrón, paseaba tranquilamente por los barrios de Boulogne-Billancourt. Su nombre era Ulrich Stern.
Mientras caminaba de vuelta a su casa para prepararse para la tercera Purga Anual de Europa, mantenía una conversacíon muy pesada con su padre a través de su teléfono móvil.
-Si papa, me las arreglare bien, no te preocupes, será como el año pasado -le decía Ulrich a su padre a través del teléfono.
-Confío en ti hijo, pero no se si, puedo hacerlo -contesto dudando el padre.
-Vamos, sabes que puedes confiar en mi, alguna vez te he fallado.
-No se, como aquel día, que me manchaste mis documentos con salsa de chocolate.
-Ese no fui yo, fue Odd el que los ensucio -rectifico Ulrich.
-Si ya, siempre es tu amigo ese del pelo rubio enderezado para arriba.
Ulrich río.
-No se porque sigues con ese niño todavía.
-Porque no puedo quitármelo de encima -comento chistosamente.
-Si ya veo, pues espero que se te quite de encima -comento chistosamente el padre.
Ulrich disimulaba para no reirse a carcajadas.
-Nos vemos Ulrich, y acuérdate tambíen de cargar los revólveres.
-Si tranquilo papa, no me olvidare fácilmente de eso.
-Bien, porque te he entrenado para esto. Y recuerda nunca dejes...
-Nunca dejes entrar a un desconocido en casa, aunque este herido o en peligro, no es asunto nuestro, es asunto de la Purga.
-Tranquilo papa, no dejare entrar a un desconocido en casa.
-Bien, porque aprender esto puede salvarnos la vida.
-Si, nunca me olvidare de tus lecciones papa.
-Perfecto. Aunque ademas me gustaría que no invitaras a tus amigos, porque si cuando vuelva con tu madre y yo, a las siete, que es la hora en que termina la Purga, descubro que la casa esta hecha un gran desastre por tu culpa, la próxima Purga, te dejare tirado afuera en la calle y dejo que sobrevivas a la noche.
-Tranquilo papa, no invitare a mis amigos.
-Estupendo, porque no se que haría con tus amigos.
Mientras su padre hablaba, Ulrich cruzo los dedos significando que si iba a invitar a sus amigos a casa.
-¿Seguro que no estas cruzando los dedos al otro lado? -le pregunto sarcásticamente.
-Te lo seguro, no estoy cruzando los dedos, diré la verdad y nada mas que la verdad -dijo disimulan-do Ulrich. Se iba a llevar un susto de muerte si le descubría.
-De acuerdo confío en ti hijo, los abuelos, tu madre y yo te mandamos saludos.
-Vale papa.
-Adiós Ulrich. Te quiero mucho.
-Adiós papa, yo tambíen te quiero -se despidió, luego colgó el teléfono.
Ulrich se puso un poco deprimido, porque sus padres tenían que estar en casa de los abuelos, que estaban mas allá del norte de Francia para protegerlos de la violencia del resto de la gente, ellos tenían que dejar a Ulrich, porque el lugar donde estaban era muy peligroso para el, así que era mejor dejarle en casa y que se defendiera el solo, su padre le había entrenado para situaciones como estas, el sabia que algún día esto iba a pasar, que se celebraría esas terribles purgas de Estados Unidos.
Pero miro el lado bueno, iba a pasarse junto con sus mejores amigos, a los que consideraba como una gran familia, su única y mejor familia que había tenido ademas de sus padres y resto de familia-res.
Por fin después de toda una larga caminata, llego a su casa, era una choza de madera, con jardín, terraza y todos los gustos incluidos que un niño de su edad podría tener en estos tiempos. Se notaba arriba en los bordes de las ventanas que se veían las defensas Anti-Purga, era como un sistema de blindado que cubría la casa de arriba para abajo, servía para proteger la casa durante la Purga, eso era algo que solo las familias ricas podían tener, y el era hijo de una de ellas.
Saco las llaves y abrió la puerta.
Cuando entro, se dio cuenta de que la casa estaba un poco desordenada, colgó las llaves en el llave-ro y se puso a buscar un trapo y un escobillón.
Tenia que limpiarlo todo bien, porque luego tendría invitados, y no quería que uno de ellos, a quien conocía perfectamente desordenara la casa mas de la cuenta, ademas sus amigos tenían que pensar bien de el y de sus comodidades, porque sino iban a hacer chistes malos de su estilo de vida y posi-blemente se iba a arrepentir de ello.
2 HORAS PARA LA PURGA
Ulrich casi había terminado de limpiar todo el salón, el salón era muy grande por eso le había costa-do una hora limpiar todo, había quitado el polvo de todos los muebles, ahora termino de limpiar la mesa que ocupaba el centro del salón.
Suspiro cansado, por fin había terminado de limpiar su casa, era peor que limpiar los pelos que de-jaba Kiwi, el perro de Odd. Se fijó que un rayo de luz de sol salía por la ventana, aquel rayo era de un color amarillento y anaranjado, eso significaba que estaba atardeciendo, pronto se iba a hacer de noche, y en ese momento comenzaría la Purga, tenia que prepararse.
Se fue al otro salón, donde estaba el sistema de vigilancia de la Purga, había un grupo de televiso-res, junto con un teclado holografíco, aunque no se veía porque estaba cubierto bajo una tapa rec-tangular de fierro que lo cubría. Saco la tapa y la dejada tirada en el suelo, en la punta izquierda ha-bía un botón negro, pulso el botón y se encendió la maquina.
Cuando se encendió, se oía el típico sonido que hacía una computadora moderna cuando se encendi-a, en todos los televisores apareció un cartel que decía REINICIANDO, luego por debajo apa-recio una linea verde que empezó a cubrirse de otra linea aún mas verde.
Cuando la linea verde que toda cubierta, el cartel de arriba cambio y ahora dijo REINICIO COMPLETADO, luego se puso todo negro y después en todas las pantallas imágenes de afuera.
Afuera se notaban que las cámaras estaban encendidas y ya estaban observando alrededor.
Cada una de las cámaras mostraba una imagen diferente, la carretera, el porche, la puerta de entra-da, el lado izquierdo y derecho del barrio.
Ulrich suspiro, se dio cuenta de que si no estuvieran esas cámaras, nadie estaría seguro en casa, me-nos mal que estaban para eso.
Volvió al salón, se quedo parado dandose cuenta de que todavía faltaba un rato, para que vinieran sus amigos, no tenia nada que hacer excepto esperar, entonces se acordo de que podría practicar sus nuevos movimientos de Pencak Silat, levanto la pierna hacia delante luego haciendo una voltereta de 360 grados, luego bajo rápidamente el puño, Ulrich río, parecía un lunático haciendo eso.
De repente alguien toco el timbre, se fijo por la ventana quien era, vio que había un chico rubio con el pelo enderezado para arriba, toda la ropa que tenia puesta era de color morado y llevaba puesta u-na mochila del mismo color que los pantalones de Ulrich, ese era Odd, se alegro al verle, pero luego pensó que tal vez era demasiado pronto para que todos vinieran, pero se alegro de que estuviera al-guno de ellos.
Le abrió la puerta.
-Vaya y yo que pensaba que no me ibas a dejar entrar -dijo Odd sarcásticamente.
-A lo mejor será porque no quiero que me destroces, vamos pasa aquí -dejo entrar a Odd.
Cuando Odd entro se quedo estupefacto al ver la casa.
-Menudo pedazo de casa, sabia que eras millonario.
-No soy millonario, mi padre es que tiene mucho dinero y eso no significa que sea millonario -recti-fico Ulrich mientras cerraba la puerta.
-Pero algún día heredaras su fortuna y entonces ese día tendrás una casa bien grande para ti solo, y cuando no vengas me dejaras la casa para mi solo y fingiré que soy extra mega multimillonario -dijo Odd chistosamente.
-Si, y en tus sueños te dejare mi casa -dijo Ulrich de manera irónica. -¿Que es lo que llevas en esa mochila?
-Ah, pues algo para picar, para pasar el rato, y hasta me he traído a Kiwi 2 para que nos haga com-pania -saco Odd de la mochila un conjunto de galletas, patatas fritas y algo que parecía un juego de mesa, también saco un robot con aspecto de perro.
-¿Y que ha pasado con el Kiwi original? -pregunto intrigado.
Odd carraspeo.
-Es mi madre que me dice, que si quiero que mi perro sobreviva a la Purga, es mejor que este en un lugar seguro -dijo Odd reprochando mientras sacaba algunas cosas mas de la mochila.
-¿Y no es seguro que este contigo?
-Me parece que mis padres no me conocen lo suficiente.
-O tu mismo no te conoces lo suficiente -reafirmo Ulrich.
De repente sonó otra vez el timbre.
-Te apuesto a que son los dos tortolitos Einstein.
Reprocho Ulrich.
Abrió la puerta y si, estaban las dos personas a las que se refería Odd, había un chico rubio con ga-fas con un jersey azul y sosteniendo con el brazo derecho un maletín. A su lado estaba una chica con el cabello rosa y vestía un vestido de color fucsia, esos eran Jeremy y Aelita.
-Hola Ulrich -le saludo Jeremy.
-Hola Ulrich -luego le saludo la pelirrosa.
-Hola a los dos, venga pasad -les pido que entrasen dentro, se fijo de un lado a otro si no había nadi-e mas con ellos.
Cuando los entraron, el rubio con anteojos se quedo contemplando la casa.
-Vaya Ulrich, si que es verdad que tus padres eran ricos -dijo Jeremy asombrando por todos los lu-jos que tenia la casa.
-O venga mis padres no son tan ricos -reprocho Ulrich chistosamente.
-Lo que podría hacer en una casa como esta.
-O que podríamos hacer los dos -dijo Aelita.
-Si ya -se alegro Jeremy al oír aquello, pero de pronto pensó que tal vez Aelita no se estaba refiri-endo a algo científico, se la quedo mirando con una cara de extrañitud.
Ella le sonría con una cara de dulzura.
-Hola tortolitos, no os vayáis a olvidar de mi -reprocho Odd.
Jeremy y Aelita se habían olvidado de que Odd estaba ahí.
-Como nos íbamos a olvidarnos de ti.
-No, solo los hombres se olvidan de mi, a las mujeres se les quedo pegado en la cabeza para siem-pre -rectifico Odd.
Los dos rieron a carcajadas, ya estaba Odd contando chistes en plan Don Juan.
-Ah Odd, te he traído una cosa.
-¿Que es? -pregunto Odd intrigado.
Jeremy abrió el maletín y saco un mando que parecía como el de un coche de control remoto y unas gafas de color azul que parecían como los que se utilizaban para ciertos videojuegos de realidad vir-tual.
-¿Que es eso? -pregunto extrañado.
-Es un controlador para Kiwi 2 y unas gafas con las puedes ver a través de el -explico.
Odd se quedo con la boca abierta, estaba oyendo lo que creyó oír.
-¿Estas diciendo que con esto soy capaz de ver lo que Kiwi 2 puede ver?
-Si -afirmo el rubio.
-Puede convertir a Kiwi 2 en una cámara de video andante.
-Si.
Odd estallo haciendo un grito de euforia.
-Esto es lo mejor que me han regalado este año -Odd se quedo alucinado.
Ulrich río al ver como se ponía su amigo, el era como un niño pequeño en vez de un niño grande.
-¿Sabéis si va a venir Yumi? -les pregunto a los tres.
-Creo que va a venir muy pronto -le respondió Jeremy.
Ulrich se quedo un poco entristecido, habían venido todos, excepto la persona a la que mas le importaba.
De repente sonó otra vez el timbre por tercera vez.
-¿Quien será? -se pregunto a si mismo.
Abrió la puerta y era la persona a la que esperaba por ver, era una chica japonesa con el pelo negro y corto y vestía toda una ropa que la hacía parecer una gótica.
-Hola Yumi -dijo Ulrich sonrojandose al verla.
-Hola Ulrich -dijo Yumi sonriéndole y también sonrojandose al verle.
-Venga pasa, que están todos ahí dentro.
-Perfecto, necesito descansar un momento las piernas -suspiro Yumi cansada.
Le dejo pasar rápidamente.
-Hola muchachos -les saludo al resto.
-Hola -les saludaron los otros.
Justo cuando Ulrich estaba a punto de cerrar la puerta, alguien la golpeo.
Abrió la puerta y de la nada, apareció un chico con el negro y un poco despeinado y tenia una altura mucho mayor que el y vestía una chaqueta de cuero de color negro. Ese era William.
-Hola William -le saludo Ulrich en un tono no muy convincente.
-Hola Ulrich -le saludo también en un tono no muy convincente.
Se quedaron los dos por un momento sin decirse, los dos se sabían muy bien que no se tenían confi-anza el uno al otro.
-¿Me dejas pasar?
-Adelante.
Ulrich le permitió pasar pero con cuidado, porque desconfiaba de el.
Ahora ya estaban todos, casi estaba todo listo para sobrevivir a la Purga.
-Muy bien chicos, esta es mi casa y mi padre no sabe que habéis estado aquí, así que quiero que os comportéis con responsabilidad, entendido -les pidió a los otros.
-Entendido -hicieron todos el saludo militar como si le estuvieran prometiendo a un coronel.
-Muy bien, para sobrevivir a esta noche, hay que tener unas reglas. Regla 1: No dejéis entrar a un desconocido en casa, aunque este en peligro, no es asunto nuestro, es asunto de la Purga.
-Entendido -acordaron todos.
-Regla 2: Si algo malo pasa afuera de la casa, avísadme.
-Entendido.
-Y Regla 3: No intentéis salir de casa, bajo ninguna circunstancia.
-Entendido.
-Bien, ya esta todo listo, ¿ahora que hacemos durante las próximas 2 horas que tenemos antes de que empiece la Purga?
-Pues yo he traído un juego -dijo Odd.
-¿Cual? -pregunto William.
-El juego de mesa oficial de la Purga Anual -Odd mostró una caja grande en la que ponía Survit à la Purge (Sobrevive a la Purga).
Todos se extrañaron al mirar ese juego, como era posible que inventaran un juego de mesa de eso, estaban a punto de criticar a Odd por haber traído eso, pero no había opción, tenían que jugar a eso durante las próximas dos horas.
-Pues vale -acordo Ulrich.
-Vayamonos todos al salón grande -dijo Yumi.
-Si de acuerdo -dijeron todos a la vez.
Todos juntos se fueron al otro salón que había en la casa a jugar una partida de aquel juego de mesa.
CONTINUARA...
