Disclaimer: Los personajes y el potterverso pertenecen a J.K Rowling.

Este fic está dedicado expresamente a Suave-Primavera por el AI del foro el EEQCR.

Broma maestra, by Canuto

Los pasillos del colegio estaban vacíos, todos los alumnos se encontraban en sus respectivas clases exceptuando los que tenían hora libre, que se encontraban estudiando en la biblioteca o en la sala común.

El final de curso y con ellos los temidos exámenes se acercaban.

En la clase de historia de la magia, varios chicos y chicas intentaban prestar atención al batiburrillo de datos y fechas históricas que salían de la boca del profesor de la materia.

—Este hombre no se cansa de que nadie le escuché— preguntó en voz alta Sirius mientras estiraba los brazos y bostezaba sonoramente.

—A este hombre no le importa nada. Pasé lo que pasé él va a contar sus malditas historias. ¿Me pregunto cuánto habrá estudiado para saberte todo eso?—rezongó James

— ¿Estudiar? Si nos está contando su adolescencia.

James se río a carcajadas por la broma de su amigo.

— ¿Qué hacéis? Os van a oír— les reprendió Lupin asustado, sus amigos estaban montado un gran escandalo

— ¿Y crees que al profesor Binns le importa? Nada puede evitar que de la clase ¿o te tengo que recordar que es un fantasma?

—Quizás tengas razón— respondió Lupin dubitativo.

—Oye, ¿por qué no aprovechamos el tiempo y jugamos los cuatro a algo? ¿Recordáis las plumas que compramos en Zonko?— sugirió James.

—Creo que te sigo amigo.

Sirius y James se lanzaron miradas cómplices. Peter se encogió de hombros aceptando la idea de sus compañeros y Lupin negó con la cabeza:

— ¿Por qué no, Remus? Esta clase es una bazofia—le azuzó James

—Anímate, que tenemos que ser pares— le apremió Peter.

—Paso, los exámenes están a la vuelta de la esquina y alguien tiene que tomar apuntes.

—Sí es por eso, no te preocupes. Mira a esa Ravenclaw de allí— Sirius señalaba con el dedo a una chica morena de piel bronceada que estaba sentada en primera fila y copiaba atenta todo lo que el profesor decía— sus apuntes son perfectos y su sentido del gusto también. Está coladita por mí y no dudará en prestarme sus apuntes si se los pido.

— ¿En serio?

—Completamente

—En ese caso, creo que no hay nada que me impida haceros un favor y jugar con vosotros—Lupin sonrió cediendo ante la presión de sus amigos.

—Entonces no se hable más, que empiece el juego— terminó la conversación Peter, al tiempo que sacaba su pluma y su pergamino de Zonko.

Los cuatro chicos se concentraron en hacer unos pequeños dibujos y los firmaron con sus apodos.

Con un toque de varita, los dibujos pasaron a un pergamino más grande. Sin esperar órdenes las caricaturas empezaron a pelearse entre ellas. El hombre lobo de lunático mordía y desgarraba al vampiro de colagusano. Pero el gran ganador fue una caricatura de Severus hecha por Cornamenta que mató a todos con el hedor de su pelo.

Jugaron a este juego otras tres veces, en dos de ellas salió victorioso canuto, y en la última el triunfo fue para colagusano.

—No es justo— protestó Lupin.

—No te preocupes Remus, la próxima vez tendrás más suerte.

— ¡Por fin, hora libre!— exclamó Peter oliendo el aire y caminando hacia la puerta.

—Yo quiero aprovechar para ponerme con historia. ¿Puedes conseguirme ya esos apuntes?

— ¡A sus órdenes mi general!—se burló Sirius encuadrándose ante Lupin— Mira y aprende lunático, vas a ver a un verdadero casanova en acción.

Sirius se acercó a un corillo de alumnas de ravenclaw que hablaban elocuentemente.

—Rebeca ¿Puedo hablar contigo a solas?

—Pero que sea rápido, tengo muchas cosas que hacer.

—Solo será un momento.

—Estáaa bien—Rebeca no parecía muy entusiasmada por la conversación, pero a pesar de esto Sirius no se amilanó.

Los dos se dirigieron a una esquina del pasillo donde no había nadie, los tres amigos de canuto no perdían de vista la escena, había hecho sus apuestas para predecir el resultado final de todo aquello.

—Hoy estás muy guapa—empezó Sirius— realmente siempre estás guapa, pero hoy no pude contenerme más, tenía que decirlo.

El rostro de Rebeca se torció en una media sonrisa

— ¿Te apetecería ir conmigo a Hogsmeade, después de los exámenes?

— ¿Y qué haríamos allí? No me apetece seguirte a ti y a tus amiguitos por toda las tiendas de broma.

Sirius iba a decir alguna grosería pero se contuvo justo a tiempo, esbozo su mejor sonrisa y siguió con su plan, no debía olvidarse de que sus amigos le estaban mirando y seguramente querían que le dieran calabazas, para reírse de él unos cuantos días.

—Claramente iríamos tú y yo solos. Por ejemplo al salón de Madame Tudipié

—Esa idea ya me atrae más.

Sirius levantó las cejas, la tenía en el bote.

—Solo hay un problema.

— ¿Qué problema?

—Intento e intento estudiar historia de la magia, pero no tengo unos apuntes decentes. Si suspendo el examen no voy a poder ir a las salidas a Hogsmeade, me tendré que quedar empollando para recuperar la asignatura.

—Entiendo… ¿Y por qué no tienes unos apuntes decentes?

—No consigo copiar tan rápido como el sabio e inteligente profesor Binns habla.

—Yo más bien creo que te dedicas a jugar en clase con tus amigotes confiado en que algún pringado te sacará las castañas del fuego.

— ¿Entonces no vas a dejarme los apuntes?— Sirius estaba realmente sorprendido, era la primera vez que ese truco le fallaba.

—No— y viendo que la pandilla del muchacho la miraba sin parpadear gritó—No soy tan tonta como las demás, esa treta conmigo no funciona. ¡Pardillo!

Sirius no lo podía creer, esa chica lo había ridiculizado frente a todo Gryffindor y Ravenclaw. Por suerte no había ningún Slytherin cerca.

0—0

La sala común de Gryffindor estaba llena a rebosar de alumnos estudiosos, se oían quejidos, bostezos y muchas protestas. Solo dos alumnos se mantenían alejados de aquél ambiente tan erudito. Estaban sentados en una esquina, alejados del resto.

—Tienes que ayudarme con esto—suplicó Sirius por cuarta vez

— ¿Por qué no aceptas de una vez por todas que Rebeca te ha ganado?

—Porque NO me ha ganado, nadie vence a Sirius Black.

—Estás loco.

—Vengaaaa cornamenta, ayuda a tu mejor amigo.

—Ok, lo haré. ¿Qué debo hacer exactamente?

—Es fácil, ¿Te acuerdas esa poción que Slughorn nos propuso para subir nota?

—Sí me acuerdo, es imposible de hacer. Todavía no sé dónde pueden estar esos malditos ingredientes.

—Exacto, y si Remus no ha conseguido averiguar dónde se encuentran seguro que ella tampoco.

— ¿Y con eso qué?

—No te impacientes mi buen amigo— Sirius se acercó más al oído de James—Aquí es donde entras tú. Cuando ella esté cerca tienes que contarme que Lily te ha dicho que la fluriana matilla se encuentra dentro del lago, bastante alejada de la orilla, y que su esencia es mucho más poderosa si se recoge de noche.

— ¿Y eso para qué?

—Eso es cosa mía— respondió Sirius entrelazando sus dedos para hacerse el misterioso—¿Lo harás?

— ¿Por qué no?— se encogió de hombros James.

—Sé discreto. Puedes hacerlo al salir de clase de herbología, pero no hables demasiado bajo, queremos que lo escuché todo, ni demasiado alto no vaya a ser que empiece a sospechar, es bastante lista.

—Despreocúpate, soy un experto en el arte de engañar a la gente.

Hasta aquí el primer capítulo, tendrá tres. Espero que te guste el planteamiento y se ajuste a lo que querías. Nos vemos mañana.