Nunally Vi Britannia, la 100th emperatriz del Sagrado Imperio de Britannia, estaba en su habitación en la Villa Aries acostada en su cama solo esperando que su tiempo en este mundo terminara. Desde hacía tiempo su fuerza había estado disminuyendo, eso era natural ya que ella tenía ochenta y siete años, ella aun gobernaba a esa edad fue solo hace unos meses que su hijo mayor tomo su lugar ya que ella ya no podía seguir con el gran peso que conlleva ser la ser la líder de un imperio tan grande como Britania.

Ella gobernó Britannia con mano firme pero sin ser una tirana, ella hizo todo lo posible para mantener el mundo en paz y gracias a eso el mundo suave que quería ver cuando su hermano pregunto cuál era su deseo ya no era más un sueño. Claro después de que su hermano muriera hubieron muchos obstáculos, nobles queriendo recuperar su poder se alzaron contra ella, la federación de unida de naciones quería que Britannia pagara por todas las guerras que había ocasionado y eso conllevo a que el imperio entrara en crisis, fue gracias a ella y a zero que Britannia no solo se mantuvo de pie sin empezar una nueva guerra.

Zero, no mejor dicho Suzaku, había muerto ya hace diez años. Fue un duro golpe para ella, aunque Suzaku nunca le había dicho que era Zero ella siempre lo supo, Suzaku siempre estuvo ahí para cuidarla igual a como lo hacía cuando eran niños. Ella siempre odio que él tuviera que cargar con el manto de Zero, eso le impedía ser feliz, tener su propia familia como la que ella tuvo.

La máscara de Zero era muy pesada, demasiado pesada para cualquier persona, a Zero era al que recurrían cuando la situación necesitaba un milagro y Suzaku al igual que su hermano de alguna manera siempre hacia un milagro cuando se le necesitaba.

Nunally sabía que no habría otro Zero, no había otra persona en el mundo que pudiera llevar esa mascara y hacer lo que se requería para que fuera reconocido como Zero, solo su hermano y su mejor amigo eran los únicos que podían hacer ese papel, eran los únicos dispuestos a llevar el mundo sobre sus hombros.

Lo bueno era que ahora el mundo no necesitaba a Zero y sus milagros, el mundo estaba en paz y ella ayudo lo más que pudo para que el sacrificio de su hermano no fuera en vano.

Nunally empezó a recordar toda su vida, ella jugando con su hermana Euphy en los jardines de la Villa Aries, ella discutiendo con Euphy y Milly para ver quien se casaría con Lelouch, los juegos de ajedrez de su Lelouch con Clovis, los cuales siempre ganaba, los juegos contra Schneizel, los cuales siempre perdía, la hermosa sonrisa de su madre.

Pero no todos eran buenos recuerdos, también recordó el día del "atentado terrorista" que mato a su madre, la desesperación y miedo al darse cuenta de que no podía ver ni caminar, el alivio cuando se dio cuenta de que aun así Lelouch nunca la abandonó.

Los recuerdos de Japón antes de la invasión, aunque estos solo eran sonidos, olores y sus recuerdo de tacto.

Todo lo que paso durante la invasión, la impotencia que sentía al no poder ayudar a Suzaku y a su hermano, se sentía como una carga, pero ellos nunca la abandonaron y siguieron adelante aun con ella retrasándolos.

Lelouch y Suzaku eran increíbles, siempre se sobreponían a lo que les pasaba y siempre salían más fuertes de los problemas que enfrentaban, ellas los admira incluso ahora después de que ellos habían muerto.

Ellos eran la razón por la cual ella siguió adelante después de Zero Requiem, ella no quería decepcionar a su hermano o a Suzaku que estaba dando todo de el para actuar como Zero.

Sus recuerdos pasaron a su familia, ella se había casado cuando cumplió veinticinco su esposo la había amado, ella lo sabía, ella también lo amaba pero ella aun incluso después de décadas si alguien le preguntara quien era la persona que más amaba su mente llegaría a la misma conclusión que habría llegado si se lo hubieran preguntado a la niña pequeña que jugaba con su hermana en la Villa Aries.

Nunally nunca lo había confesado a nadie y si lo preguntara siempre mentiría, era un secreto que se llevaría a la tumba.

Ella tuvo un hijo y una hija, a diferencia de su padre ella no tenía varios consortes por lo que la sucesión al trono no fue a partir de sangre derramada como sus antecesores.

Su hijo mayor Marcus Vi Britannia era muy inteligente, con su cabello castaño como el de ella y los ojos grises como los de su padre, él era alto, más que la media, y sabia aprovechar su buen aspecto para conseguir lo que quería, siempre le gusto ser el centro de atención pero sin ser arrogante, ella se encargó de que no fuera así, aunque ya era todo un hombre con una esposa y tres hermosos hijos para ella siempre seria su pequeño Marcus el cual le gustaba sentarse en su regazo y para que pudiera leerle sus libros favoritos.

Su hija menor Shirley Vi Britannia era muy enérgica, ella siempre le recordaba a Euphy cuando tenía esa edad, a ella le gustaba correr y jugar muchos deportes. Shirley tenía el pelo negro y ojos violetas como los de ella, ella fue más pequeña que su hermano pero aun así se podría considerar que era más alta que la media, ella era una rompe corazones siempre le gusto hablar con ella sobre moda y esas cosas, ella era una atleta profesional su amor por los deportes la llevo a competir en varios torneos internacionalmente, 100 metros planos, maratón, esgrima, entre otros. Shirley era increíble siempre le dolió nunca poder correr junto a ella o ir a nadar con ella cuando era pequeña, debe ser por eso que su hija siempre fue más apegada a su padre.

-Así que a esto se refieren cuando dicen que tu vida pasa por tus ojos al morir- le dijo a nadie en específico

"Al fin podré ver a mi hermano de nuevo" fue el último pensamiento de Nunally antes cerrar los ojos.

Al día siguiente se anunció que La 100th emperatriz del Sacro Imperio de Britannia, Nunally Vi Britannia había fallecido.

o-o-o

Un rayo de sol se coló a través de las cortinas justo en la cara de Nunally, ella se movió en su cama para que la luz del sol no le molestar y poder seguir durmiendo y todo fue según lo planeado hasta que escucho que alguien tocaba la puerta.

-Un momento- dijo reteniendo un suspiro de exasperación, ella quería dormir hasta tarde aunque sea solo por hoy, el imperio no se iba a caer si ella hacia eso ¿verdad?

Pero como ella era la emperatriz no podía darse el lujo de verse desarreglada, incluso si se acababa de despertar, acomodo su ropa aliso un poco su cabello con sus dedos, preparándose para la maid que siempre la asiste para ayudarla a ir a bañarse y vestirse.

-Adelante- respondió después de que al menos estaba segura de que podía fingir que había estado despierta por un tiempo.

-Buenos días- el cuerpo de Nunally se tensó al instante al oír esa voz, era una voz que no había oído en mucho tiempo pero que nunca sería capaz de olvidar- Sayoko-san está haciendo el desayuno así que me pidió que viniera a…-

La voz se apagó mientras miraba a Nunally sorprendido.

Nunally no respondió, ella solo lo miraba a él con los ojos abierto.

-¿Le-Lelouch?- susurro tratando de entender lo que pasaba frente a ella.

Lelouch salió de su estupor y se acercó rápidamente a ella y la abrazo con fuerza.

Nunally no se movió, aun lo veía en estado de shock, luego comenzó a notar la habitación en la que estaba, no era su habitación en la Villa Aries, era una habitación que nunca había visto pero que sabía que era la suya, era su habitación cuando estaba en la Academia Ashford.

Miles de preguntas pasaron por la mente de la emperatriz y miles de respuestas a esas preguntas y la respuesta que más sentido tenia era la más simple, estaba soñando.

-¡Nunally, tus ojos!- Lelouch la soltó y se colocó frente a ella y prácticamente grito. Bueno se sentía demasiado real para ser un sueño.

Unos segundos después Sayoko estaba en la puerta con una mirada amenazante y un cuchillo de cocina en una mano y un kunai en la otra, haciendo que Lelouch se apartara al ver que la Maid lo miraba y parecía preguntarse si le estaba haciendo daño a su hermana.

-¿Sayoko-san?- dijo Nunally mirando a la Maid que la había cuidado la mayor parte de su niñez.

-¡Ama Nunally!- Sayoko exclamo al verla, fue tan sorprendida que incluso dejo caer el cuchillo y el kunai que tenía en sus manos.

Nunally observo a Sayoko-san y noto que era más joven de lo que ella recordaba. La Sayoko-san que recordaba era mucho mayor y no vivía con ella sino con Jeremiah Gotwald y Anya en una granja de naranjas, claro que visitaban a Nunally de vez en cuando pero esta no era esa Sayoko-san que recordaba.

-¿Dónde estoy?- la pregunta salió como un susurro de sus labios y se sorprendió que su voz sonara más suave y joven, entonces ella desvió la mirada de la Maid para ver su cuerpo y se sorprendió al notar que su piel no estaba arrugada y parecía que su cuerpo se había encogido unos cuantos centímetros.

-Estas en la casa del consejo estudiantil, Nunally- dijo Lelouch mientras tomaba su mano suavemente- ¿Puedes ver bien? Pensé que tu visión no tenía cura-

Ahora la 100th emperatriz de Britannia estaba confundida, su hermano sabía que su visión era a causa del geass de su padre y no una enfermedad.

Ella miro a la izquierda y luego a la derecha, irónicamente su visión fue perfecta hasta el día de su muerte, parecía que alguien quería compensarla por no haber podido ver la mayor parte de su niñez, y se grabó en la memoria todo lo que estaba en su habitación.

Luego volvió su mirada a Lelouch y no pudo contener las lágrimas su pelo negro, sus rasgos aristocráticos que parecía volver locas a las estudiantes de Ashford y lo más bello, en su humilde opinión de emperatriz del imperio más fuerte en la historia de la humanidad, su ojos violetas tan parecidos a los de ellas, aquí estaba su hermano el que tanto quería y el que tanto deseo ver antes de que empezara el Zero Requiem.

Ella simplemente se soltó del agarre de su hermano y lo tomo de su uniforme e hizo que callera en la cama con ella y lo abrazó con fuerza mientras las lágrimas viajaban sin parar por sus mejillas.

Después de eso Nunally se calmó y empezó a pensar lo que debería hacer de ahora en adelante, sabía muy bien que esto no era un sueño.

Sayoko-san se fue y le dio a los hermanos su espacio, mientras que Lelouch estaba emocionado porque su hermana podía ver de nuevo, después de arreglarse los dos bajaron a desayunar, fue el mejor desayuno que había tenido, Lelouch estaba ahí y no había nada de qué preocuparse, él no era Zero o el emperador demonio, ella no era la emperatriz de Britannia fue lo que ella había soñado muchas veces.

Nunally decidió no decirle nada a su hermano y a Sayoko-san sobre que ella tenía recuerdos de lo que podría ser el futuro no quería arruinar lo que sea que le había pasado que le permitio volver a ver su hermano.

Los dos faltaron ese dia a clases, los dos hermanos y Sayoko-san, que fue con ellos por insistencia de Nunally, hablaron de cosas triviales mientras paseaban alrededor de la Academia Ashford.

Fue un dia de ensueño para Nunally, pero todo sueño se puede convertir en pesadilla.

Al día siguiente Nunally asistió a clases como de costumbre, con un poco de conmocion por haber recuperado su visión, como política consumada que era cuando gobernaba Britannia ella mintió diciendo que desde hace tiempo se sometía a un tratamiento y que ahora es estaba dando resultados.

Fue entonces que oyó la voz de Clovis en una transmisión que uno de sus compañeros de clases estaba viendo por su celular, decía algo sobre los terroristas habiendo atacado un complejo farmacéutico en Osaka. En ese momento un recuerdo en específico vino a su mente y ella palidecio.

Sin prestar atención a nada más ella salió lo más rápido que pudo de clases, fuera del aula estaba Sayoko-san esperándola, que al verla tan inquieta se preocupó.

-¿Sucedió algo, Nunally-sama?- pregunto la maid con educación.

-Necesito hablar con Onii-sama- respondió ella rápidamente.

-Siento decirle que Lelouch-sama no se encuentra en este momento en la academia, el salio con su amigo del consejo estudiantil hace algunas horas- Nunally tuvo que recordar que Sayoko-san no era solo una Maid, ella también venia de una familia que había criado shinobis desde hace muchas generaciones, por supuesto que ella sabría dónde están las personas que tiene que proteger.

-Pero si es tan urgente- Sayoko-san le paso un teléfono.

Ella rápidamente marco el número de su hermano y espero pero el no contesto y siempre la mandaba al buzón, ella ya sabía que significaba eso.

Lelouch ya estaba en medio de Shinjuku.

El día paso con normalidad hasta la noche, ella no tenía que preocuparse por su hermano, Lelouch saldría de esto y regresaría a la academia Ashford.

Mientras esperaba Sayoko-san le enseño hacer origami, esto le trajo recuerdos de cuando paso esto por primera vez, también recordó que supuestamente si hacia mil grullas se le cumpliría un deseo.

Lelouch llego tarde esa noche y se veía nervioso, él había matado a Clovis. Nunally no hablo con él esa noche.

Al día siguiente Lelouch ya se había ido a clases cuando ella se despertó, ella paso todo ese día pensando en que debería hacer o si debería hacer algo, si las cosas seguían y ella no intervenía Lelouch moriría por la paz del mundo dentro de un año. Ella no permitiría que eso pasara, pero que debería hacer, con quien debería hablar.

Pensó en hablar con Lelouch pero su hermano en este tiempo tiene un gran odio por Britannia, aunque no lo demuestre.

Nunally no quería destruir Britannia, ella sabía que el imperio podía cambiar para bien solo necesitaba a alguien que lo guiara en esa dirección.

Ella no quería que su hermano tomara el mato de Zero otra vez, tenía que detenerlo y ella sabía cómo hacerlo, solo tenía que decirle que sabía que había matado a Clovis pero que no importaba y que ella lo seguía queriendo, pero su hermano aun guardaba gran rencor por Britannia que no había investigado la muerte de su madre.

"Aaah, esto se vuelve más difícil" suspiro la ex-emperatriz "Si le digo todo lo que se Onii-sama preguntara como se eso y no estoy segura de que me crea cuando le diga que de alguna forma tengo recuerdos del futuro"

Pero ella tenía que actuar, ella haría lo posible para que Zero no fuera necesario, era un camino difícil pero ella lo haría, la primera vez su hermano dio todo para que ella viviera en un mundo en paz esta vez le tocaba a ella hacer algo para que su hermano pudiera vivir en paz.

Suzaku la apoyaría mejor en este tiempo concordaba más con su idea que su hermano.

"¡Suzaku!" se sorprendió de haberlo olvidado, y luego gruño de exasperación.

Como había olvidado a Suzaku, él fue detenido por sospecha de asesinar a Clovis, justo cuando decidió hacer que Zero no fuera necesario lo necesitaba para salvar a Suzaku. En este momento ella no tenía el poder ni las influencias para salvarlo, necesitaba a Zero.

"¿Por qué Lelouch y Suzaku se meterán en tantos problemas?" pensó con diversión, pero despues de este haría que Zero no fuera necesario.

Ella no era un genio como su hermano pero tenía algo que Lelouch no tiene ahora, experiencia, ella dirigió por más de cincuenta años el imperio más poderoso del mundo sin hacer que este volviera a entrar en guerra con otras naciones, haciendo malabares entre la política, economía y fuerza militar. Nunally sabía que podía hacer un gran cambio con solo unas cuantas acciones importantes de su parte, además de que sus recuerdos del futuro eran una ventaja impresionante.

Ella ideo varios planes en su cabeza.

Fin del capitulo.