INTRODUCCIÓN
-¿Acaso soy una pesadilla o mi vida es solo un mal sueño?- gritaba constantemente.
Nadie me contestó.
¿Seguía sola a pesar de cuidarla?
Sola… Siendo una arma de Orochimaru.
Necesitaba a alguien a mi lado…
Y llegó él.
Estaba a punto de morir, todo por librarme de Madara.
Yo protegia a mi hermano pasara lo que pasara.
Todo era oscuro… Esa era mi recompensa por ser obligado a volverme un peón…
El peón de Madara.
Necesitaba a alguien junto a mi…
Y ella llegó a mi vida.
Yo soy Arialle Vaan Wittsbourgh, descendiente de las ancestrales familias Alemanas Vaan Ferdinand y Wittsbourgh Roetgen. Una chica de acaso 13, con un pasado traumante…
Acabo de llegar a Tokio. Es diferente al refinado y siempre igual Londres, así que hay mucha vida social aqui. Espero acostumbrarme…
-Mm…- me quedé pensando en cuanto vi a una gran casa elegante enfrente mío, y revisé una carta:
"Pregunta por la residencia de Orochimaru"- decía claramente.
Y lo hize… Unos jóvenes me trajeron hasta ahí.
¿Qué tal si me habia equivocado? ¿Dónde dormiría esa noche si era así?
Había pasado un año desde que uno de mis "parientes" de mi padre pidió mi custodia, y ya iba 1 año y medio desde que quedé huerfana.
-Nada pierdo con tocar..- me dije a mi misma
-¡DING!- Sonó el timbre
-Residencia de Orochimaru…-se cortó la frase
De inmediato las rejas se abrieron y yo, un poco mas aliviada, levanté mis maletas y me encaminé hacia la entrada.
En cuanto llegué a la puerta, un hombre de acaso tener los 30 años cumplidos, y de ojos ambarinos con cabello oscuro, largo y lacio me recibió.
-¡Bienvenida, Arialle!- me dijo amablemente mientras me hacía ademán de entrar a la casa.
-Gracias, señor… Orochimaru- contesté un poco mas seria que el, y caminé hacia la puerta.
Al pasar junto a el, me agarró los hombros de forma informal, y con una sonrisa me dijo:
-¿Señor? ¡Oh, no! Solo dime Orochimaru..tío.. como desees- sonrió.
No sabía en lo que me metía desde ese momento.
En cuanto llegué vi a una pequeña niña de acaso 10 años, de cabello rosado y ojos igual de ambarinos que su padre.
-¡Rille!-me gritó y se abalanzó sobre mí
-¡¡Gab!!- le dije cariñosamente como siempre
Su autentico nombre es Gabrielle, sin embargo, desde que la conocí no paré de llamarla Gab. Es por ella por que me sacrifico; es por ella que todavía estoy bajo el yugo de Orochimaru…
Mi nombre es Itachi Uchiha, soy el "hijo prodigio" de una familia a quien yo traicioné. Gracias a Madara perdí mi infancia, mis recuerdos, mis fantasias.
Apenas llegué a Japón, mi "tutor" me llevó con una tal familia Yamanaka, por lo visto, su hija necesitaba un pretendiente, y yo encajaba a la perfección.
-Tendrás que ir con ella y hacerle lo que te pida-me amenazó
-¿Incluso fingir amarla si eso quiere?-pregunté algo confundido, provocando que me agarrara del cuello de la camisa y me estampara contra la pared.
-Entiende, pedazo de mocoso, tu eres mi juguete y harás lo que diga si no quieres que Sasuke sepa como es en realidad su "hermanito favorito"
Terminé llendo hacia la casa Yamanaka, ahí un señor nos recibió.
En lo que platicaba mi "tutor", una joven de 12 años se acercó a mí.
-¡Ah! Al fin llegas, Ino- dijo el padre y continuó- Bien, ella es Ino, mi pequeña hija. Hija, te presento al señor Madara Uchiha, y su ahijado, Itachi.
En cuanto su padre terminó de decir mi nombre, Ino se acercó a mi y me abrazó, esperando con los labios abiertos un beso de parte mía, pero se quedó esperando, porque me puse indiferente ante la situación.
Esa tarde, al llegar a la casa, Madara me golpeó.
-¿Qué te piensas, inútil, desobedeciendo mis órdenes?- terminó dandome un puñetazo.
-No…no puedo acostumbrarme a la primera-dije mientras me limpiaba la sangre de mi boca.
-Pues mas te vale si no quieres que Sasuke se decepcione de su hermanito-me dejó en la habitación.
Me sentí como un idiota. Siendo yo tan fuerte…¿¿Cómo podía dejar que él me manipulara??
+++++++++++++++++++TRES AÑOS DESPUES+++++++++++++++++++
Otra vez soñaba con lo mismo… No lo podia evitar.
Y ahí estaba: justo cuando cumplí los 11 años cuando mis padres y yo dimos un paseo. ¿Y que mejor ocasión que en la invitación de promedio perfecto?, era la mejor opción que podrían tener.
Recuerdo a la perfección: estabamos en el Covent Garden cuando el director llamó.
-Ahora, el premio a excelencia academica es para..-leyó el sobre- ¡Arialle Vaan Wittsbourgh! ¡Denle un cordial aplauso!
Todo el mundo aplaudió fuertemente en cuanto subí al escenario, y mis padres estaban tomando fotos.
-Gracias..-dije con lágrimas en los ojos, y cuando me iba a ir, el director me pidió que me quedara en el escenario todavía.
-Un momento, pequeña, todavia hay un regalo especial.
-¿Especial?-pregunte algo confundida, el asintió.
-Ahora, este premio es especial, dado a la señorita de excelencia, no solamente académica, sino artística. ¡Denle otro aplauso a Arialle por ganar por segundo año consecutivo las finales de gimnasia artística!
Todo el mundo se volvía loco ante mi, y yo no me la creía.
Tras el evento de agradecimiento, íbamos en el carro con destino a Oxford. Mi padre cantaba tranquilamente:
Tristes los recuerdos,
Son las fotos de ayer
Dibujan,
Momentos que ya no han de volver.
Tristes las paredes,
Luchan con la soledad,
Te esperan
Y a mi me maldicen.
Busqué a la par del destino,
Otro camino…
No terminó la canción cuando pasó el accidente: nos desviamos de la carretera por culpa de un motociclista. Recuerdo que mi madre se puso ante mí mientras mi padre trataba de cubrirme con su cuerpo.
Me desmayé.
Al día siguiente recobré la conciencia en el hospital: para mi era desconocido ese techo. El doctor de la familia llegó a revisarme:
-Ari.. ¡Estás bien! ¡Gracias a Dios!-dijo y me abrazó
-Doctor… ¿Que pasó..?
-Pues tuviste un accidente y…
-¿¿Mis padres?? ¿¿Dónde estan? Quiero estar con ellos..
El doctor no me respondió; de inmediato puso una cara seria.
-Ari… Lo siento mucho…
-¡NOOOOO!-Grité mientras me levantaba de la cama y caía debido a que no estaba recuperada.
Y lo recordé todo.
Cuando dejamos de rodar en la carretera, abrí los ojos y no lo creí: mi madre tenía incrustado el cristal del carro en su cráneo, y mi padre tenía en su espalda un tubo.
-Ari..alle…A-a…yuda..-dijo sin fuerzas
Agarré el teléfono celular y marqué de inmediato al 911; una señorita me atendió.
-¿Servicio de primeros auxilios?- dijo
-¡Auxilio! Problema en la carretera Oxford…-dije, angustiada.
-Dígame la altura de la carretera.
-¿Papá…?
Mi padre llegó a decir con voz muy débil:
-Cincuenta…y..dos…
-¡Por favor, ayudenos! Mis padres… Rápido…
-De inmediato llevaremos ayuda, por favor espere.
Colgué y miré a mi padre, cuyo cuerpo empezaba a sangrar muy rápido.
-No te preocupes..te pro…-no terminó la frase. Había muerto
-¿Papi..? ¡¡¡¡PAPÁ…!!!! NO-No me dejen…
Desperté.
4:30 AM.
Me ví en el espejo y una chica de ojos violetas muy desconcertada me devolvió la mirada. Estaba sudorosa así que me fui a bañar.
En lo que la tina se llenaba con agua perfumada, fui al espejo y me ví… A pesar de que para mí no era bonita, era la preferida de los clientes de él... Entonces me llevé la mano al pecho y acaricié el pequeño dije que traía… Y sentí un profundo odio por Orochimaru.
Orochimaru…Ese ser despreciable al que al principio quería como un padre.
Cuando habia llegado a cumplir los 14, el me pidió que me pusiera un vestido, con un escote muy pequeño y abierto de los muslos… algo provocador pero nunca pensé nada malo, sin embargo me empezó a tomar fotos en posiciones prometedoras, y sospeché algo.
Cuando Gab se fue a dormir, el apareció detrás de mi, abrazándome y dándome un dije sólo hecho por piedras preciosas.
-Ven a mi cuarto, tengo un regalo que darte...-dijo misteriosamente.
Llegamos a su habitación, y de ahí él me aventó bruscamente en su cama.
-Eres increiblemente bella, ¿sabías?-me dijo mientras empezaba a besarme el cuello.
-¿Qué..qué haces..?-Dije asustada mientras intentaba safarme.
-Jajaja…-se burló- Entiende, aquí nadie te escucha- y me inmovilizó
Puso todo su peso en mis piernas y brazos, impidiéndome mover.
-¡Soy capaz de demandarte!-le grité
Eso lo enfureció.
-¿Crees que le harán caso a una extranjera que se cree superior a nosotros? ¡Ilusa!-me susurró cerca de la oreja mientras me jalaba del cabello. Al verme callada, prosiguió con mi sufrimiento- Ahora, si no quieres que Gabrielle sufra algo, mas vale que te comportes y me hagas caso.
Me quedé callada unos instantes y le contesté, con la voz más serena posible, aunque sabía que mi mundo sería destruido si le hicieran daño a Gab….
-¿Serías capaz de hacerle eso a tu propia hija?
-Pruébame y verás que seré peor con ella- amenazó- Ahora cállate y déjame seguir.
No pude hacer nada por el miedo; Gab era todo para mí desde que perdí a mis padres… Yo era su madre para ella, yo era su hermana, su amiga…
Y me dejé quitar mi virginidad… De una manera muy brusca.
No puse resistencia y Orochimaru empezó a besarme de lengua; trataba de hacer que yo aprendiera ese ritual tan maldito que aborrezco, en lo que sus diestras manos empezaban a quitarme la pantaleta que traía.
Me aventó a la cama y él en un solo movimiento se había bajado el pantalón, entonces me obligó a ponerme a cuatro patas y se posecionó de mí, con movimientos duros… Inhumanos.
Lloré y grité mientras él me besaba y poseía lascivamente de mí, en cuanto llegó su corrida lo hizo en mi cara y cuerpo… Lo odié.
En lo que me volvía a poner la pantaleta, se sentó a una orilla de la cama y me hizo una seña para que me arrodillara enfrente de él.
-Lámelo-dijo, y agarró su miembro.
A pesar de que sentía asco, debía hacerle caso y no dudé en llevármelo a la boca, con mucho esfuerzo al fin empezaba a succionar el líquido que emanaba de él mientras Orochimaru soltaba pequeños gruñidos de placer.
En lo que seguia mamándolo, me advirtió:
-A partir de ahora, cuando yo te diga bajarás al sótano, y no rechistarás a menos de que Gabrielle se entere de lo que hace su "hermanita", y asistirás sin falta alguna todos los sábados a donde yo trabajo, eso si haces bien las cosas.. –no terminó la frase debido a que empezaba a correrse otra vez.
Asi empezó mi infierno.
En cuanto subí las escaleras, apareció ella, muy dormida, pero alcanzó a verme, y me preguntó con toda la inocencia del mundo:
-¿Arialle..qué haces..? ¿Y ese vestido…? ¿Y porque tienes pasta de dientes en todo el cuer…?
No la dejé terminar la pregunta, de inmediato fui al baño y vomité.
Odiaba mi vida.
Regresaba a la realidad; el agua ya empezaba a emanar los humos que usualmente salían cuando estaba ya caliente; me apresuré y le agregué escencia de cereza a la tina… Cereza… Eso fue lo único que quedó de la británica Arialle que habia llegado. Mi infancia y dulzura ya se habían ido.
Me metí a la tina y sentí de nuevo esos dolores en mis muslos; todavía no se habían cicatrizado las heridas.
-Merde…-maldije, en lo que empezaba a ver como el agua se tornaba turbia.
Sangre: justo lo que yo he visto y he convertido en mi modo de ser.
Mire el reloj: 5: 00 AM.
Si no me apresuraba, nunca llegaría a hacer mi turno matutino en la floristería de los Yamanaka. A pesar de que no quería ir, hoy era un día importante: era el cumpleaños de Gabrielle.
Salí de la tina y de inmediato agarré un vestido gótico que tenía, con unos pequeños encajes carmesíes que hacían que las marcas que traía se suavizaran.
Regresé al baño y me sequé el cabello a toda velocidad, como no era una costumbre mía llegar despeinada o con el cabello suelto a mi trabajo, agarré las ligas que habían y me hize una coleta completa arriba de la altura de los ojos, haciendo que el fleco característico de mí se luciera mostrando lo violeta de mis ojos.
¿Un defecto genético? Ni idea, sin embargo, esos ojos a todo el mundo que no me conoce les fascina.
Bajé de puntillas las escaleras y llegué a la cocina, donde preparé el desayuno para "mi tutor" y para Gabrielle, dejándole a ella una notita especial donde le decía que se tomara lo que había adentro del refrigerador. Sin embargo, ella llegó a la cocina con cara de sueño y viéndome, me dijo:
-Rille… ¿Porque tan..-bostezó- temprano..?
No pude evitar sonreírle, ella todavía era un ángel.
-Gab..¿Recuerdas que se celebra hoy?
De inmediato su mirada se tornó lo más inocente posible mientras saltaba de alegría:
-¡Lo recordaste! ¡Mi cumpleaños!
-Sí pequeña… y hoy he preparado algo especial para ti- y le pegué cariñosamente en la nariz, lo que hizo que se motivara. Continué hablando- Por cierto, se supone que hoy te integras a las clases asi que, por favor espérame a la salida que iré por ti.
-¿¿En serio?? ¡Eres la mejor hermana del mundo!- me abrazó y luego se subió a acostar.
En cuanto escuché que estaba subiendo las escaleras, no pude evitar llorar: tan pequeña y delicada… No iba a dejar que su padre le hiciera algo malo.
Terminé el desayuno y agarré las ballerinas que llevaba, me puse unos patines, pero al llegar a la salida, alguien me lo impidió.
Era el de nuevo.
-¿A donde vas, bella señorita, tan arreglada y tan temprano?- me dijo y de inmediato lo capté: estaba bajo los efectos del alcohol.
-A mi trabajo auténtico, si no le molesta déjeme ir porque llegaré tarde- le concluí sin verlo a los ojos.
-¿Trabajo auténtico..? ¿A decorar flores le llamas trabajo?-se mofó.
-Déjeme ir…-le dije suplicante
El cedió el lugar, pero cuando llegué de inmediato sus manos agarraron mi cadera y uno de mis pechos.
-Cada vez estás mejor..-me susurró al oído mientras me lamía la oreja con esa lengua tan larga.
Salí de la casa en patines…
4: 30 AM.
He despertado, por culpa de esa maldición.
La muerte de mi familia a mis propias manos.
Recuerdo ese dia a la perfección; Sasuke me pedía por enésima vez que le ayudara en sus tareas.
-Claro que no, chaparro- le dije, y le pegué cariñosamente en la frente- Después de que venga de mi trabajo quizás te ayude.
-Ayy… Duele- se quejó Sasuke.
Iba de camino al trabajo cuando de pronto un emisor llegó.
-Itachi… Te llama el Tercero.
-¿El tercero? – me quedé callado.
Llegué al despacho de quien, en ese entonces era el gobernador de la aldea de Konoha.
-Pasa Itachi- me contestó el gobernador.
-Digame,¿Qué necesita?
-Una misión: eres el mejor de los espías de este lugar, y creemos que tu familia esta a punto de declarar un estado de guerra contra otros lugares,
y bien sabes que tan mal está eso de la imagen…
-Bien,¿Sólo eso?-le pregunté alzando una ceja.
-Por el momento es eso… Retírate.
En cuanto salí del despacho, regresé a mi trabajo, sin embargo nunca me imaginaba que ÉL estuviera esperándome.
-Bienvenido, Itachi -terminó con una sonrisa.
-Madara.. ¿Qué haces aqui?
-Vaya, mas respeto, muchachito…
Entonces me aventó a la pared y después me apretó la tráquea.
-Debes matar a tu familia.
-Pero… ¡¿¡¿Cómo crees que haria eso..?!?!
-Lo harás… Si quieres que Sasuke no muera.
No sabía que hacer: por un lado, Sasuke era alguien a quien yo amaba por el simple hecho de ser mi hermano, sin embargo, mi familia era la única prioridad que tenia en la vida, pero por Sasuke… Los asesiné.
Eran ya casi las nueve de la noche cuando escuché los respiros de todo el clan dormitando. Entonces, me dirigí hacia donde se encontraban mis padres, saqué las espadas que tenía y los clavé con toda mi fuerza exactamente a la mitad de la cabeza.
Plaf… Se escuchó del chorro de sangre.
-Tengo que ir por los demás…- me decía mientras uno a uno caían los miembros de mi familia.
Por último, tuve que quemar la casa…
Las llamas ardían, y justo en ese momento llegó Sasuke...Él lagrimeaba…
-Aggmm… Aggggg…
Desperté por culpa del celular.
Agarré aquel aparatito y lo contesté:
-¿Bueno..?
-¡De todos lados, cariño!- respondió una voz conocida.
Ino.
-Err..si, ¿Qué necesitas..?
-Ven… Estoy tan sola…. –me decía ella con una voz erótica.
-¿En serio tengo que ir?- pregunté un poco molesto
-Por favor….
-En unos momentos voy – y le colgué
Me metí a bañar y me relajé entre el agua caliente, a pesar de que odiaba a Ino siempre debía estar presentable.
Terminé y luego me vestí, y cuando abría el pomo de la puerta, un muchachito se abalanzó sobre mi.
-¡¡Hermano!!
-Sasuke.. Pequeño diablo, ¿¿Cúantas veces te he dicho que toques la puerta??- le dije entre risas.
-Perdón.. es que no me gusta estar solo- replicó el chiquillo con una sonrisa, pero en cuanto vio el celular exclamó- ¿Otra vez es ella?
Suspiré
-Si, otra vez…
Bajé a la cocina y le preparé algo de desayunar a Sasuke, mientras tomaba un poco de café.
-Bien Sasuke, ya sabes que voy a ir por ti a la escuela, ¿Okay?
-Claro- asintió contento- pero ponte el casco, no quiero que pase algo malo.
Y me subí a la moto…
